sábado, diciembre 31, 2011

Con Versos : Poesía de Gustavo Cárdenas



Las palabras de Con versos, de Gustavo Cárdenas, son a ratos un entrañable grito y por momentos una celebración que se susurra. Detrás de sus verdades acecha uno mismo, puesto en evidencia ante su propio silencio.

Este poemario es un reencuentro y también un punto de partida. Es un viaje y un compañero hacia nuestra íntima y eterna paradoja.

viernes, diciembre 30, 2011

Siete gatos negros : Libro de cuentos de Fernando Canedo




¿Quieres saber cómo unos gatos ayudan a jóvenes y adultos?, ¿de qué manera la crueldad de un adolescente puede desembocar en una tragedia?, ¿cómo un grupo de compañeros de colegio se reúne muchos años después para lanzarse a la búsqueda de una misteriosa caja llamada el Secretario?, o ¿cómo una ola de frío polar reconcilia a una profesora con sus estudiantes más hiperactivos? Estas son solamente algunas pinceladas de los siete cuentos que conforman el nuevo libro de Fernando Canedo, con el que te podrás divertir, conmover y abrir tu corazón a los que están a tu alrededor silenciosamente, como los gatos.

jueves, diciembre 29, 2011

Paz Soldán traza perfil de Jaime Saenz en "Los malditos", una obra publicada en Chile




Polémico por haber sido amigo de los aparapitas, excéntrico porque esperaba a que se entre el sol para salir a caminar por las calles de La Paz. Éstos son algunos de los detalles de la vida de Jaime Saenz que fueron retratados por el escritor Edmundo Paz Soldán en el libro Los malditos.

Esta obra -publicada por Ediciones Universidad Diego Portales de Chile- es una compilación de perfiles de 17 destacados escritores latinoamericanos; uno de ellos es Jaime Saenz. La lista de seleccionados fue trabajada por la periodista argentina Leila Guerreiro, quien también se encargó de editar la obra.


En el caso de Bolivia, Edmundo Paz Soldán, reconocido escritor cochabambino, fue elegido e invitado a emprender el desafío de narrar la vida de Jaime Saenz. “Fue fascinante indagar la vida de Saenz; fue una experiencia única y también un gran desafío”, contó en una entrevista con Página Siete.

Aseguró que el hecho de que tomen en cuenta a Saenz en esta antología es una muestra de que este autor es uno de los más representativos del país.

“La obra de Saenz y su vida no sólo han trascendido en Bolivia. Ahora es una figura importante en el continente. Pues cuando se piensa en Bolivia, el primer referente es el autor de Felipe Delgado”, sostuvo Paz Soldán.

El autor cochabambino sostiene que escribir el perfil de Saenz no fue nada fácil porque al investigar su vida se encontró con datos dispersos y mucha información que no es oficial. En ese camino, durante cuatro meses, revisó e incluso volvió a leer algunas obras del escritor paceño.

El autor de Norte también habló con algunos expertos y gente que realizó trabajos en torno a la vida y obra de Saenz.

“Creo que el trabajo que hice es más una aproximación; considero que sería un gran aporte que se haga una biografía completa de Jaime Saenz”, dijo Paz Soldán, quien reside en EEUU y llegó hace una semana a Bolivia.

El proceso de elaboración del perfil duró cuatro meses. Ese tiempo fue intenso para Paz Soldán. Se pasó horas leyendo Imágenes paceñas, La piedra imán, Los papeles de Narciso Lima Achá y Tocnolencias, entre otros.

En cada obra descubrió un detalle, una frase y un instante de la vida del autor paceño.

“Vivía de noche y escribía de día, por eso la gente consideraba que no tenía una vida normal”, comenta, y destaca que gracias a ese trajín de vida, Saenz escribió uno de los mejores libros acerca de La Paz: Imágenes paceñas. Y de su amistad con los aparapitas también nació Felipe Delgado.

Fuente : Pagina Siete/Bolivia

miércoles, diciembre 28, 2011

"Ciudad de cadáveres” : Nueva novela gráfica de Corven Icenail





Palabras de Corven Icenail sobre su nueva novela gráfica :

"Bueno, ella es Eliana, la protagonista de mi nueva novela gráfica (que va en los dos capítulos). en sí esta chica tiene un problema cercano al autismo que le impide hablar con más de una persona a la vez so pena de netrar en un ataque de aislamiento e hiperventilación. Eso resulta un problema especialmente en su trabajo que consiste en asesinar gente, por no mucho dinero. Ella además tiene el ideal de que la gente por fin vea a la muerte como un aspecto más importante de la vida que la vida misma.
Eliana, trágica chiquilla autista, o mera psicópata con traumas por excusas.
O simplemente la efigie, de los tiempos por venir, de la destrucción que ha de heredar el mundo, su nación y su tiempo".

martes, diciembre 27, 2011

"Hablar con los perros": tristes, satánicos, negros y callejeros (La tercera novela de Wilmer Urrelo Zárate)



Por Ricardo Bajo H.

“Hablar con los perros” es la tercera novela de Wilmer Urrelo (tras “Mundo negro” y “Fantasmas asesinos”). Misterio y búsquedas, metaleros satánicos, policías y ladrones, chicas secuestradas, rock boliviano, tatuajes, familias-infierno y cinco historias conectadas bajo un andamiaje fino, triste, gris, desolador en una ciudad odiosa, enferma, abusada y abusadora. Y de fondo, en plano secuencia circular, la guerra del Chaco que sigue matando a los nietos. La bala paraguaya ya no mata, ahora asesina el miedo y la hipocresía, el odio de los que no conocen o no quieren saber sobre el dolor de las abuelas.



Como lento goteo inacabable, las nuevas generaciones reflexionan a su manera sobre la guerra. Allá una obra de teatro (“Las cartas del cabo” de Alejandro Molina), más tarde una película (“Agua” de Diego Mondaca), ahora “los perros” tristes, satánicos y solitarios de Wilmer Urrelo: el Chaco enfermizo , antropófago y vivo, matando más y mejor que nunca.



“Perro Loco”, Alicia, “Cuervo”, un ex combatiente desaparecido –Ananías- y metaleros convertidos al “dark pop”, el secreto mejor guardado de Valentín Soriano y el asedio traición de Boqueron, la extraña felicidad hermosa de la batalla, el amor como fortín inexpugnable y perenne, marchas fúnebres en los “ringtones” de los celulares de las nietas, víboras tatuadas y cinco historias donde destacan los “fragmentos de conversación con papá”. Experimentos literarios, coloquialismo, tributos al maestro Vargas Llosa, ausencia de mayúsculas para relatos minúsculos sobre La Paz donde todo empeora con el tiempo, amores feos, fingidos e inoportunos delante de puertas cerradas; oscuridad en una novela exigente, de voces múltiples y desafiante de más de 650 páginas que toma cuerpo con el paso de los capítulos, pensada y elaborada durante años. Urrelo envejece como los buenos vinos al abrazo frío del cruce de géneros rotos y grises paceños, como un perro negro, fantasmal y callejero.

lunes, diciembre 26, 2011

“Chojcho con Audio de Rock P´ssahdo” : El Musical



La obra “Chojcho con Audio de Rock P´ssahdo” posee un formato que bien podría adecuarse al teatro musical, sin embargo, dialoga con otros lenguajes artísticos como la música y la expresión corporal. El montaje rescata la temporalidad y especialidad del cuento, sin embargo, enfatiza en la caracterización de los personajes y el concierto en homenaje al “REY”, utilizando música en vivo con cuatr...o composiciones originales y otras versiones especiales a cargo de músicos destacados como Vladimir Mendieta, vocalista de la banda HATE, Boris Méndez, vocalista y baterista de la banda ARMADURA, Marcelo Fuentes y Freddy Villazante de la banda FAHRENHEIT. Incorpora a la escena la estética del “comic”, bajo la dirección de arte de Alejandro Archondo en proyecciones realizadas por Bryan Garvizu que pretenden adentrarnos en los escenarios de acción en los cuales las pandillas interactúan y desarrollan sus dinámicas.

La puesta en escena moviliza a una veintena de actores, actrices y músicos en escena y ocho colaboradores fuera de ella, todos bajo la dirección de Guiomar Arandia Torrez, quién dirige el grupo PATAS ARRIBA TEATRO desde 1995.

Esta obra se constituye en el primer “musical” concebido y producido en Bolivia que conjuga diversos lenguajes artísticos, logrando así establecerse como la primera experiencia interdisciplinaria que además de rescatar la literatura boliviana, impulsa a nóveles actores y actrices a la creación y formación en diversas áreas.

domingo, diciembre 25, 2011

El árbol de los recuerdos : de Homero Carvalho




En esta reveladora novela de Homero Carvalho, Premio Nacional de Novela 2008, él también es protagonista y nos lleva junto con Andrés Caicedo, personaje de El árbol de los recuerdos, por los más intrincados parajes de la psiquis, y allí, moviendo los límites de la razón nos ofrece una impecable narración literaria, obligándonos a encontrarlos a ellos y a nosotros en ese laberinto, haciéndonos partícipes de la exploración de la existencia y de los sueños; en sus propias palabras, editando la realidad. A la hora de juzgarse, es severo consigo mismo, con los que lo habitan y con los fantasmas que desvelan a los escritores.
El árbol de los recuerdos es también una novela sobre la vida y el oficio de la escritura, en la que Homero narra, convincentemente, el lado oscuro de la literatura, desde allí, rinde homenaje a algunos de sus autores favoritos, así como a sus entrañables amigos. Esta vez, el autor nos deleita con una novela desconcertante, valiente, desgarradoramente honesta y perversamente ingenua, escrita desde el otro lado de la realidad. Consciente de que cruzar el umbral de la locura es peligroso y más aún escribir sobre ello, abre un camino en la niebla de la memoria y entre los fantasmas, a través del amor y de las palabras..

sábado, diciembre 24, 2011

Vacaciones permanentes de Liliana Colanzi en Editorial Reina Negra



La novela puede soportar bajas de presión, pozos de aire. El poema y el cuento no. Como el delicado artefacto que mantiene en el aire a los aviones, una palabra de más, un estilo de gatillo fácil, los puede hacer dar por tierra a los pocos minutos de vuelo. Los relatos de Liliana Colanzi -que tienen voluntad de saga- son notables. Transmiten emoción, dolor e incertidumbre. En el primero de ellos hay una chica tan flaca que se cuenta las costillas, pero en realidad cuenta mucho más. Estos adolescentes ponen al mundo en perpetuo estado de pregunta. ¿Así que esto es ser joven? ¿Así que esto es la vida, esto el fin de las ilusiones? Cada estado emotivo está atado a un hecho concreto, a una imagen reveladora que la escritora destila con maestría.

Fabián Casas.


“Vacaciones permanentes puede ser leído como una novela episódica que se extienden describiendo situaciones, personajes y escenarios por donde la narrativa boliviana, condicionada por una tradición fuerte, no se animaba a avanzar. Con síntesis y astucia, Liliana Colanzi se gana un lugar en el proceso de renovación y puesta al día de la literatura de su país. Pero no sólo eso. La súper Lolita melancólica latinoamericana vive en sus cuentos."

Juan Terranova.


“Cada vez es más complicado develar el enigma de qué es un buen cuento y cómo debe ser. Hay modelos para todos los gustos. Una de las posibles y más sabias y acertadas respuestas a semejante misterio son los cuentos de Liliana Colanzi. Cuentos desbordando de luces y de sombras y, sobre todo, de perturbadores claroscuros. Cuentos que son, también, como visitas a un planeta lejano y nuevo pero a la vez conocido y próximo. Y es que las idas y vueltas y las alzas y bajas de la juventud —a veces con título de una canción de Charly García pero, atención, ahora también sonando desde un lugar en que los discos de Lou Reed ya no pertenecen a los hijos sino a los padres— siempre serán cuentos que hay que vivir bien para contarlos aún mejor, con una rara astucia y envidiable madurez, trabajando duro, aunque el libro se llame Vacaciones permanentes.”



Rodrigo Fresán.

viernes, diciembre 23, 2011

Aldo Medinacelli con su obra “Ajayu" gana concurso de escritura dramática “Adolfo Costa Du Rels 2011”



El escritor, Aldo Medinacelli, con su obra “Ajayu”, obtuvo el premio único del sexto concurso municipal de escritura dramática “Adolfo Costa Du Rels”, dotado de 10.000 bolivianos y un diploma de honor. La distinción le será entregada en la Gala Cultural a realizarse el próximo mes de enero.

Eduardo Almanza y Eduardo Cassis (representantes de la Asociación Boliviana de Actores), José Aramayo y Omar Rocha (del Gobierno Autónomo Municipal de La Paz) y Juan Altamirano, (del Consejo de las Artes y la Cultura) realizaron una lectura individual y una posterior evaluación conjunta de los 14 libretos presentados al concurso.

Este jurado tomó en cuenta la sintaxis, estructura general de la obra, claridad del argumento e intensidad del drama y/o comedia. Las cinco apreciaciones coinciden en que varias propuestas “no cumplieron con requisitos estéticos los cuales se podrían expresar relacionándolos con: la sintaxis, la estructura de la obra, la claridad del argumento y la intensidad del drama y/ o comedia”.

EL GANADOR

Aldo Medinacelli estudió Literatura en la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA). Varias obras suyas fueron publicadas en medios de comunicación. Tiene un número importante de cuentos acabados, aunque es la primera vez que se animó a participar en un concurso de escritura para teatro.

Hasta meses atrás vivió en Madrid, España con una beca de estudios literarios. Actualmente se encuentra trabajando en la re-edición de la obra de Arturo Borda “El Loco” que será lanzada por Editorial Plural.

En un paseo casual por la zona de Llojeta, observó una carrocería abandonada, la fotografió y al ver la imagen impresa decidió escribir un libreto de teatro, así nació “Ajayu”, la obra que ganó el concurso municipal. Ésta se encuentra ambientada en una ladera de la ciudad de La Paz y adaptable a cualquier contexto urbano. Habla de la locura, la existencia del alma y las represiones políticas.

Aunque Aura Nina es el personaje central, la trama muestra a varios personajes que fluyen como manifestaciones simbólicas. Aura es la señal de deterioro de la sociedad señala Medinacelli, cuya formación literaria se fortaleció con la experiencia de sus maestros, Rubén Vargas, Adolfo Cárdenas y Marcelo Villena.

“Saber que el certamen abría la posibilidad para que la obra sea representada en un escenario, fue un gran estímulo. Al final los concursos tienen una alta dosis de azar, puedes resultar ganador como que no. En todo caso estoy feliz del resultado de una primera experiencia en el campo de la dramaturgia”, concluyó.

Fuente : El Diario/La Paz

jueves, diciembre 22, 2011

El poemario "Donato Chire, el Poeta Bohemio" : Una recopilación de poemas de un desconocido escritor autodidacta



El poemario "Donato Chire, el Poeta Bohemio" cuya autoría corresponde a Carlos Rocha es una recopilación de poemas de un oculto escritor autodidacta, inspirado en lo magnánimo de la naturaleza del occidente, esta obra fue presentada ayer en ambientes del Instituto Superior de Bellas Artes (ISBA) a las 12:00 horas.

La escritora y poetisa Marlene Durán, dio a conocer extractos del trabajo ignorado que realizó el fallecido Donato Chire, quien fue juez agrario en Challapata y Salinas de Garci Mendoza y a la vez un profesor autodidacta que impartió enseñanza en varias unidades educativas.

El amor profundo a su terruño hizo que se enlistara voluntariamente en las tropas del Ejército boliviano para defender el territorio en la Guerra del Chaco, donde el dolor y la soledad de las noches en batalla le permitieron escribir versos inspirados en lo más hermoso que la vida puede ofrecer.

Los manuscritos de Chire por mucho tiempo permanecieron en el archivo personal de este poeta enamorado de su tierra, después de su muerte sus hijos intentaron publicar este material sin lograr concretar su ideal.

Años más tarde el profesor Carlos Rocha al oír por segunda vez la historia apasionante de Chire de boca de su suegra, Rosa Chire, tomó interés e indagó la vida del poeta recorriendo los lugares que él frecuentaba para inspirarse y crear las más bellas elegías que describen metafóricamente el encanto de Oruro y sus provincias.

Este trabajo le tomó a Rocha aproximadamente medio año, para luego presentar esta recopilación de poemas en un acto programado con la presencia de familiares del fallecido y personalidades del ámbito cultural ayer en el ISBA.

En el acto no faltó la interpretación poética de alumnos de los colegios Reekie y Comibol quienes discursaron poemas en cuanto a la importancia de la poesía en la vida cotidiana.

Éste fue un preámbulo para Rocha, quien dijo que son pocas las personas que pueden expresarse a través de los poemas y versos inspirados en los paisajes más áridos o en las calles de la urbe, el campo, el viento, el cielo y todo lo que puede generar un sentimiento de expresión en el ser humano.

La publicación fue financiada por los familiares del fallecido Chire, el primer tiraje es de 500 ejemplares y tendrá un costo de 10 a 12 bolivianos, con el propósito que los jóvenes de Challapata conozcan el talento de los escritores orureños, señaló Rocha

Fuente : La Patria/Oruro

miércoles, diciembre 21, 2011

“Como agua de pozo” : Novela de José Antonio de la Peña



Con la obra “Como agua de pozo”, el escritor boliviano retrata la vida en el departamento del Beni, es decir las actividades e idiosincrasia de la gente que habita en esa región.
“La obra es un verdadero resumen del diario vivir de nuestra gente, con la que compartí interesantes aventuras, vivencias y necesidades”, sostuvo a EL DIARIO el escritor boliviano, quien dio a conocer que su novela nació fundamentalmente como fruto del trabajo que desempeña en el programa “Bolivia Agropecuaria” hace 20 años, el cual le ha permitido viajar bastante y conocer las provincias de esta región.


“En todos mis viajes he ido juntando mis experiencias, bajo la premisa de mostrar la idiosincrasia y la verdadera cara del Beni. (...) La persona que lea este libro tendrá la oportunidad de conocer perfectamente el departamento beniano y los que no la conocen con seguridad que van a estar deseosos de conocerla, porque muestra la belleza que tiene esta zona verde y paradisíaca de nuestro país”.


Fuente : EL DIARIO/La Paz

martes, diciembre 20, 2011

'El último Papá Noel' de José Luis Gómez



Qué pasaría si Papá Noel renuncia?, ese ícono de esperanza para el público infantil. José Luis Gómez es un escritor, que aborda esta temática acorde a la época navideña en su primer libro denominado "El último Papá Noel". El libro confronta la realidad y la fantasía, la fe y la racionalidad.

SINOPSIS DEL LIBRO. Relata la historia de un niño en cuyo hogar y entorno, la posición económica es muy acomodada, lo que no mejora el drama que vive, al ver que su hermano mayor se encuentra postrado en una silla de ruedas, merced a un accidente.

Por primera vez, apela a su fe y renueva su creencia en Papá Noel, para pedirle de regalo un "reloj que camine hacia atrás" y pueda retornar el tiempo para que su hermano vuelva a caminar y el drama familiar se alivie. El niño, guiado por su maestra, va detrás de su esperanza, sin darse cuenta, ingresa en el mundo mágico de Noel, donde intenta evitar que Noel renuncie. Extraviado en el mundo real, ocasiona un drama en su familia y la escuela, de donde se salió sin permiso. La noticia impacta en el mundo entero, ya que la sola idea de que "renuncie" un ícono comercial como Papá Noel, crea susceptibilidad en el ambiente comercial.

SU ESENCIA. El último Papá Noel, confronta la racionalidad con la fantasía. José Luis Gómez considera a este personaje como "Una mentira tan dulce que sabe a verdad o una verdad que por miedo a sentirnos débiles guardamos en el corazón y la dejamos escondida en lo más recóndito de nuestra inocencia".

Fuente de la informacion :
"Periodico El Sol/Santa Cruz de la sierra"

lunes, diciembre 19, 2011

“Por qué me llamo Rina” reúne un trabajo literario en el exilio





Recogiendo experiencias médicas, literarias y del exilio por la dictadura banzerista, “Por qué me llamo Rina”, libro de Rita Tapia Vda. Guzmán, será presentado, hoy a las 19:00 horas, en el Colegio Médico (calle Colombia entre Ayacucho y Baptista).

En la oportunidad, también se presentará, de la misma autora, médico y escritora cochabambina, el libro “Antología poética Bodas de Oro El Pequeño Parnaso”, publicación que recoge lo mejor de los versos colombianos del señalado centro cultural.

La actividad contará con la presencia de Tapia y de la escritora cochabambina Maricruz Bayá, quien comentará ambos trabajos.

El primer libro resume las vivencias de Tapia, desde cuando fue bautizada con el nombre quechua (Rina significa también vamos en quechua), hasta su labor profesional en ciudades colombianas, pasando por su trabajo literario.

La poeta y viuda del también médico y exprefecto de Cochabamba (Alberto Guzmán) fue la primera médico cirujana de Bolivia en el anterior siglo.

“Destaco en mi libro la soledad. Aprendí a superar la soledad con el tiempo. Mi esposo fue el compañero de toda mi vida en Colombia. Estábamos exiliados, acabábamos de hacer una unidad en los años que nos tocó vivir solos. Se muere él y asumí la soledad. Y yo creo que digo algo de la soledad en mi libro, absolutamente vivencial”, señala la autora, que estudió su profesión en la Universidad Mayor de San Simón y fue formada por destacados galenos.

“En ese tiempo era difícil ser cirujano, inclusive para los hombres. Para una mujer probablemente era esa época más difícil”, recuerda la autora, quien llegó a ser, en la segunda mitad del pasado siglo, jefe del Departamento de Cirugía del Hospital Viedma y Jefe de Quirófanos, ejercitando también su profesión en Oruro y La Paz.

“Antes de salir del país llevaba 14 años como médico, luego hice otros 24 años en Colombia”, agrega, quien vio interrumpida su labor en el país a causa de la subida al poder por golpe de Estado del entonces coronel Hugo Bánzer.

“Siempre quise dar al prójimo -manifiesta Tapia- lo mejor de la medicina que aprendimos y, si no curar al paciente, ayudarle a manejar el dolor, si es posible en forma gratuita. No se debe poner precio a la medicina, porque la aprendimos de los pacientes. Sin ellos no somos médicos. Una de las causas de mi persecución fue ésa. Me tacharon de la comunista que no cobraba en el servicio de cirugía”.

Otra de las causas para su violento y doloroso alejamiento del país fue que el cargo de su marido -también docente- durante el gobierno de Juan José Torres. “Primero fuimos detenidos y guardamos prisión. Yo estuve nueve meses en Viacha, que se convirtió el cuartel en una cárcel y el coronel Víctor Gonzales se convirtió en un carcelero de más de 300 detenidos políticos, entre campesinos, universitarios, mujeres y hombres. Fue una época muy cruel, muy salvaje, con torturas.

Fuente de la informacion : Periodico Opinión,Cochabamba

domingo, diciembre 18, 2011

Wilmer Urrelo Zárate : “La felicidad es esto: estar libre de todo y perder el miedo”




Ocho preguntas a propósito de HABLAR CON LOS PERROS, la última novela de Wilmer Urrelo Zárate

1: Sin dejar de todo el relato policial negro que se ve con mucha fuerza en Fantasmas asesinos (Premio Nacional Alfaguara de Novela 2006), ¿se podría afirmar que Hablar con los perros es una novela completamente distinta?, ¿en qué medida?


Wilmer Urrelo: Pues sí, me parece que es distinta en el sentido de explorar, quizá, aspectos más íntimos de los personajes. Por ejemplo, el Perro Loco o la propia Alicia. Y quizá hay un compromiso más radical con la técnica y el lenguaje.


2: Después de leer Hablar con los perros, se me vino a la mente un artículo que leí hace tiempo sobre un caníbal en Alemania que puso un aviso en internet en el que requería de un voluntario que quisiera ser comido. Se presentó alguien que deseaba suicidarse y que aceptó la propuesta del caníbal. Quedaron y el voluntario fue devorado. La justicia alemana estuvo debatiéndose un tiempo sobre el grado de culpabilidad del “asesino” y también sobre la culpa de la “víctima”. ¿Es esta nueva novela, de alguna manera, una respuesta a esa permanente indecisión de la justicia?


Wilmer Urrelo: No. Mira, el tema del canibalismo como búsqueda de la felicidad, tengo la impresión, fue gestándose en los tres años de escritura del libro de manera lenta, sin saber en realidad por qué se comían a la gente. Si hablamos del tema de la justicia como tal, yo me quedaría con uno de los personajes: Nancy, quien decide acortar el camino y hacer su propia justicia.



3: En Hablar con los perros, más allá del canibalismo organizado, se habla mucho de la felicidad, esa cosa sin forma e inalcanzable. ¿Qué es la felicidad dentro del universo narrativo de esta novela?, ¿no hay otra manera de ser feliz que comiendo gente?


Wilmer Urrelo: Jajaja. Claro que sí. La felicidad es esto: estar libre de todo y perder el miedo.


4: El canibalismo organizado decide que la carne de los ricos es mejor que la de los pobres. ¿Por qué este enfoque?, ¿por qué la carne de los “ricachos” es mejor?


Wilmer Urrelo: Porque hay un ingrediente de venganza. De posesión del ricachón. Algo que a los pobres no se les permite con mucha frecuencia.


5: A lo largo de la novela, a manera de distintos epígrafes, hay trozos de canciones de diversos grupos musicales, que van –si uno conoce las bandas– actuando como un soundtrack por debajo de la historia que va siendo narrada. ¿Por qué poner este telón de fondo?


Wilmer Urrelo: Porque es la biografía musical del Perro Loco. Además, por esos años andaba como intentando que la novela tuviera cierta musicalización y para mí eso era muy importante que se notara al momento de leerla.


6: La guerra del Chaco queda retratada de una manera singular, pocas veces vista en nuestra narrativa y libros de historia. El caníbal líder, Papá, aprendió a ser caníbal allí. La muerte de sus compatriotas lo alimentaba, lo hacía feliz. Un hombre con un destino triste que va a buscar la muerte y no la encuentra, que encuentra la de los demás para su propio beneficio. Un cobarde y un valiente al mismo tiempo. ¿Eso es lo que queda de aquella guerra que sólo conocemos de oídas, nosotros los nietos del Chaco: la imagen de un hombre cobarde-valiente que se come a sus compatriotas caídos?


Wilmer Urrelo: Sobre cómo volvieron nuestros abuelos de la guerra hay todavía mucha tela que cortar. Creo que lo que siempre me indignó de la guerra es pretender que ésta se acabó con la firma de la paz. La guerra se vino con nuestros abuelos, como una enfermedad, y trajo desastres enormes. Creo que eso, precisamente, es lo que nos falta explorar.


7: En contraposición a esto –pero no tanto– está el Perro Loco, ese tal José Luis Zurita, ese joven citadino –un joven cobarde y valiente al mismo tiempo– criado por dos madres y que pelea una constante guerra contra sí mismo, ¿intenta retratar de alguna manera otro tipo de desconcierto?, ¿un desconcierto más actual, tal vez?


Wilmer Urrelo: Sí, por supuesto. El Perro Loco es la contraparte de Alicia, en cierto sentido. Pero también es la típica creación de ese enorme desconcierto llamado familia paceña. Por eso, quizá, me interesaba explorarlo de una manera particular en la novela.


8: Alguna vez, en un libro sobre la guerra del Chaco, vi una imagen de un perro famélico que miraba al fotógrafo con atención, sus patas apoyadas sobre una trinchera y, a sus pies, los cuerpos muertos de los caídos. En algún momento de la novela escuchamos la voz de un perro, el perro de Vallejo. Lo último que leemos, antes de cerrar el libro, es: “Y yo, desde el piso, ladré una vez más”. ¿Por qué la novela se llama Hablar con los perros?, ¿quiénes o qué son esos perros?, ¿de quién o de qué es la voz privilegiada que puede hablar con ellos?

Wilmer Urrelo: Mira, eso del título fue algo muy gracioso. Resulta que la perrita de mis sobrinas se quedó conmigo y cuando terminaba de escribir la novela estaba a mi lado, impidiendo que lo hiciera. Mientras más la botaba ella más venía, entonces le dije: ¿en qué idioma quieres que te hable? Ahí salió el título y por eso le dedico la novela. Pero, fuera de eso, es muy curioso esto de los perros, pues la imagen o el sentido como tal, fue introduciéndose poco a poco en el libro. Cuando Vallejo conoce al perro (no al Perro Loco, sino al animal) no sé por qué, de un momento a otro, decidí ponerle voz y decidí también que fuera él quien cierre la novela y quien tuviera una visión general de los personajes. Además, me gustan los perros.

Fuente de la informacion : Santillana Bolivia

sábado, diciembre 17, 2011

‘Diario secreto’, el primer ebook del grupo Alfaguara



La Razón / Willy Camacho / La Paz

El acto se realizará a las 19.00 en el Palacio Chico (Ayacucho esquina Potosí) y se aprovechará la presencia del autor, que llegó de Estados Unidos, donde reside actualmente, para entregarle el cheque por los Bs 84.300 establecidos como premio del concurso.

Cristina Wayar, responsable nacional de ediciones del grupo Santillana, al que pertenece el sello Alfaguara, indicó que por primera vez editarán una obra en formato digital o ebook, además de la impresión tradicional en libro.

“Ésta será nuestra primera experiencia con este tipo de formato, el cual nos permitirá comercializar la novela en Estados Unidos y en Europa, mediante las grandes cadenas de librerías como Libranda, Barnes and Noble y Amazón”, indicó Wayar. También conocido como libro digital o libro electrónico, el ebook es una publicación cuyo soporte es un archivo electrónico y puede almacenarse en CD, DVD e internet.

El autor, Claudio Ferrufino-Coqueugniot nació en Cochabamba, Bolivia, en 1960. Poeta y novelista, ha publicado la colección de prosas breves Virginianos y las novelas El señor don Rómulo, Mención Casa de las Américas 2002; y El exilio voluntario, Premio Casa de las Américas 2009. Diario secreto, su tercera novela, ha ganado el último Premio Nacional de Novela 2011. Vive desde 1989 en Denver, Colorado (EEUU).Temática. Claudio Ferrufino-Coqueugniot presenta en esta novela una historia que trasciende las convenciones morales, configurando un universo ficcional donde el lenguaje refleja y sustenta de manera coherente la memoria fragmentada del protagonista, que repasa varios períodos de su vida, siempre relacionados con el afán, tan científico cuanto hedonista, de explorar el misterio de la muerte.

Detalles del certamen

El Premio Nacional de Novela es el concurso más importante del país. La organización está a cargo del Ministerio de Culturas y Santillana.Tiene el auspicio de la red ATB, La Razón, la Embajada de España y el BancoSol.

viernes, diciembre 16, 2011

Claudio Ferrufino-Coqueugniot: “El arte de escribir es también la penuria de escribir"




DISCURSO DEL PREMIO NACIONAL DE NOVELA 2011

Por: *Claudio Ferrufino-Coqueugniot |


Como corresponde, me toca agradecer a los auspiciadores del Premio Nacional de Novela, que alcanza hoy su treceava versión. Al Estado de Bolivia, por medio del Ministerio de Culturas, a la embajada de España, al Grupo Santillana y su firma Alfaguara, a los jurados y, sobre todo, a los escritores, sin cuyo concurso no habría premios que repartir.

¡Trece premios! Impresionante logro en una sociedad como la nuestra en la que siempre ha sido tan difícil acceder a la lectura y a la información, y peor a la remota posibilidad de que la obra de uno alcanzase reconocimiento. E impresionante también el empeño del escritor boliviano de superar escollos al parecer insalvables y que nos han siempre puesto en situación de desventaja ante nuestros pares latinoamericanos, ni qué decir del mundo. Cuando repetimos, porque nos gusta repetir lo poco que pensamos que somos por un lado, y mitificar por el otro, hay que considerar que nunca estuvimos en igualdad de condiciones con los demás. Y que si la literatura boliviana todavía no ha dado grandes nombres no se debe a cierta discapacitación física o idiosincrásica, sino a un conjunto de circunstancias ajenas al devenir literario. El Premio Alfaguara de Novela vino a aliviar esa suerte de desamparo en el que trabajamos los artistas de la palabra en el país. Encomiable pero jamás suficiente. Mientras no se desarrollen políticas al respecto y se comprenda que el oficio de escritor es tan válido y tan duro como cualquier otro, no podremos acercarnos a la idea de una sólida literatura nacional, plurinacional, o como quiera llamársela, un espacio normal y colectivo de creación y no una cueva de alucinados, nihilistas, favoritos, apadrinados, que trabajan solos y se escudan detrás de torres de marfil o de un ostracista silencio.

No quiero con esto implicar que hay que crear escuelas de escritores. No se aprende a escribir en la academia. Se aprende en la vida, y si algo tenemos en Bolivia que nos puede ayudar a hacerlo, tal vez lo único que tenemos, es una dramática experiencia de vida que arrastramos por centurias. El caldo de cultivo está, también los artistas, pero se necesita la infraestructura para desarrollarlo, maestros, bibliotecas, libros, becas, incentivos, clubes literarios, revistas, diarios, centros de estudio, con igual afición a la que ponemos para presentar campos deportivos, estadios, que también son bienvenidos. ¿O no tenemos nada para contar? Creo que no nos alcanzarían muchas existencias, ni perpetuidades, para terminar de narrar lo que es Bolivia, en la forma en que se desee, en estilo tradicional o de vanguardia, histórico, surreal o metafísico, con la soltura y genialidad de cualquiera. ¿Que Bolivia no tiene tradición literaria? Falso, no quizá en la cronológica descripción de grandes hombres de letras que tendría una Francia, pero sí en la fantástica tradición colectiva no escrita que habita en nuestra diversidad, nuestros dolor y alegría.

Me he sorprendido, con la explosión tecnológica, y el contacto hecho con jóvenes a través de ella, de cuánta esperanza late en las letras bolivianas, y cuánto trabajo hay, del número cada vez mayor, y obstinado, de gente que escribe a pesar de. En Bolivia son muy pocos, entre los autores, los que tienen oportunidad de subirse al micrófono y decir lo que piensan -como lo hago yo en este instante-. Que ese lunar se expanda. El premio nacional de novela tiene que ser un punto de partida y no un final. Suena demagógico, pero no lo es, no puede serlo. Si un país no escucha sus voces, es el país el que pierde.

El sueño de todo escritor es ser reconocido en la tierra donde nació. Hay hasta algo de filial en ello. Es normal y es precioso. Por eso la significancia para mí al obtener este premio supera otras que podría quizá tener. Es un poco devolverle a la tierra lo que nos ha dado; a los padres, hermanos, amigos, parejas e hijos, a los días y años sin fin en que se trashumó por sus calles, pesares, desdenes y fiestas, también. Porque uno no puede evitar, y en mi caso no quiere, saber de dónde vino y dónde va a morir, por encima de cualquier infaltable patraña que el tiempo trae a bien o mal venir.

Tal vez suene como huero discurso político, sin serlo. En mí, ahora, deseo creer que se premia la ardua labor de los que escriben, los de antes, los contemporáneos, pero sobre todo los jóvenes. No se premia conmigo a la élite, de eso pueden estar seguros, yo vengo del montón y del trabajo, de esa Bolivia multifacética y dispersa que todavía se busca a sí misma. Pero, antes de terminar, una observación que creo pertinente ya que dio en controversia. El arte de escribir es también la penuria de escribir. Y como para tallar el carpintero una mesa suda y se hiere las manos, lo mismo el que escribe. Retorno siempre al viejo y sustancioso Wilde y su mayor consejo: escribir se logra con un diez por ciento de inspiración y noventa por ciento de trabajo. O algo por ahí cerca, que tampoco es matemática.

Y para terminar hablar un poco de Diario Secreto, la novela premiada este año 2011. La encaré de distinta forma que las otras dos. En parte gracias al cambio de circunstancias familiares. Una mayor disponibilidad de tiempo me permitió procesarla con la continuidad que se pensaría necesita este género, y uso el condicional porque tampoco es condición sine qua non. La novela es un género muy libre y sus regulaciones dependen del novelista y su concepto.

El libro intenta penetrar los vericuetos de una mente sicopática, mientras trata al mismo tiempo de sembrar si no la duda al menos la sospecha de si lo que consideramos bueno y malo es tal, de cuánto cuesta cruzar la delgada línea roja y pasar de un lado a otro. He intentado prescindir de cronología, tiempo y espacio. Utilizo asuntos referenciales para cierta consistencia.

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*Discurso del escritor cochabambino al recibir el Premio Nacional de Novela 2011 (consistente en la publicación de su obra ganadora, Diario secreto, más Bs 84.300), entregado el pasado martes 6 de diciembre en el Ministerio de Culturas de La Paz. La novela, editada por Alfaguara, ya se comercializa en las librerías del país.

jueves, diciembre 15, 2011

A toda costa: La nueva crónica boliviana




Por Sebastián Antezana

Bolivia a toda costa. Crónicas de un país de ficción es la nueva propuesta de Editorial El Cuervo y Editorial Nuevo Milenio que reúne a 14 escritores de diversos rubros.

Ardua es la tarea de ponerse a desentrañar un país desde su historia, la concatenación de grandes hechos que lo constituyen y lo explican, la narrativa en que se condensa su experiencia, sus limitaciones y progresos. Ardua tarea es la revisionista, que en la lectura del pasado quiere encontrar las gotas que explican el torrente que hoy recorre el país, que en la disección de los hechos individuales encuentra la relación que los reúne y los convierte en la actual situación nacional. Ésa es, por supuesto, una tarea loable, y también una actividad consagrada, pagada de sí misma, que encuentra su fin en sus medios. Otra es, en cambio, la tarea que se ocupa de ese mismo país, de esa misma idea de nación, ya no desde la gran historia, sino quizás desde las pequeñas; ya no desde la concatenación de grandes sucesos, sino desde la individualización del detalle, desde los claroscuros, desde los lados menos visitados por la historiografía, desde el relato de la cotidianidad y la individualidad.

Bolivia a toda costa. Crónicas de un país de ficción, libro coeditado por las editoriales El Cuervo y Nuevo Milenio, pertenece a este segundo tipo de lectura. Seleccionados y prologados por Fernando Barrientos (1977), el director de El Cuervo, 14 autores se ocupan de leer al país desde algunas de sus pequeñas historias, desde el relato de la experiencia individual, desde concepciones muy particulares de la realidad y la nación. Catorce autores que, provenientes de campos diversos —como la literatura, la sociología, el periodismo, la música y más—, proponen en conjunto “un país de ficción”, que se reconoce en los detalles y las particularidades que lo constituyen. Aquí se cuentan diversas historias: la del conocido sastre paceño Sillerico, encargado desde hace décadas del vestuario personal de los presidentes de la nación; la de un grupo de hip-hop alteño que alaba a Dios cantando en aymara; la de las víctimas y victimarios de lo que se ha venido a conocer como “la masacre del Porvenir”, en el norte amazónico boliviano; la de un partido de fútbol del club Bolívar, narrada desde adentro, que en Potosí definía su paso a la siguiente ronda en un torneo reciente; la de un curandero menonita que, viviendo en Santa Cruz, intenta cada vez más perderse en la selva abigarrada de una tradición excluyente; la de la organización, desarrollo y resultados del primer “Día de la Reivindicación Marítima”; la de una escritora que recuerda su particular relación con las empleadas domésticas de su juventud y actualidad; la de un candidato campesino a alcalde que se traslada continuamente a los Estados Unidos, y más. Entre ellas, quizás la más sobresaliente sea la crónica de Javier Rodríguez, Kosmische cumbia, que se encarga de desentrañar los secretos vínculos que existen entre la cumbia boliviana y el post-punk, y que en el camino revela cómo los movimientos antes sincronizados del rock boliviano y la cumbia terminaron como antagónicos, con el rock llevando las de perder, en un escenario musical nacional que tiene mucho de distopía pluricultural.

Para conocer más a fondo esta nueva propuesta, en la que participan Álex Ayala, Maximiliano Barrientos, Willy Camacho, Liliana Carrillo, Liliana Colanzi, Christian Kanahuaty, Mario Murillo, Roberto Navia, Edmundo Paz Soldán, Darwin Pinto, Nicolás Recoaro, Giovanna Rivero, Javier Rodríguez y Leonardo de la Torre, Fondo Negro entrevistó a Fernando Barrientos.

—Entre los autores de Bolivia, a toda costa se reconoce a escritores, periodistas, sociólogos y otros. ¿Cómo se hizo la selección de los participantes? ¿Con qué criterios?

—Hace más de un año y medio convoqué a un grupo de autores, con trayectorias y oficios distintos, a que escribiesen, o me permitiesen incluir, textos de no ficción, crónicas, reportajes, etc. sobre algún “tema boliviano”. Algunos aceptaron, otros se excusaron, otros me hicieron esperar obligándome a dilatar el plazo de cierre del libro. En el camino también fui encargando textos específicos y visualizando poco a poco qué tipo de muestra quería conseguir. Intenté lograr cierto equilibrio y cierto contraste. Me parece que el criterio del antólogo es siempre arbitrario y autoritario.

—¿Por qué acercarse al país mediante el género de la crónica? ¿Habría algo en la naturaleza boliviana que privilegie un acercamiento de este tipo?

—Básicamente repliqué una idea que ya se hizo en libros como Dios es peruano, de Daniel Titinger, Dios es chileno (VVAA.); La Argentina, crónica de Maximiliano Tomas, entre otros. Tenía la intuición de que hacer el experimento acá podía resultar interesante y divertido. Estaba seguro que había historias que reflejaran de alguna forma lo que vivimos en el presente. Me interesaba lograr, con la selección de las crónicas, mostrar un retrato, limitado y falsamente real, como todo retrato, íntimo, del país.

—¿Crees que la crónica existe como género practicado y consumido en Bolivia?
—Existe en ambos casos (existe hasta un mínimo canon en mi opinión) pero me parece que aún está en una etapa poco explorada comparada con otras tradiciones y lugares. Por un lado, hay periodistas que practican dentro de su medio la cobertura de ciertas noticias desde la perspectiva del periodismo narrativo, y hay también algunos escritores de ficción que están interesados en probar otros registros que no sean la ficción. Además, desde las ciencias sociales se vienen probando métodos, como las etnografías, que con la observación participante intentan una mirada desde adentro, con una escritura casi directa de lo visto.

—¿Es, de alguna manera, Bolivia a toda costa una respuesta a Conductas erráticas (2009), antología de no ficción de recepción mixta? Te lo pregunto, sobre todo, teniendo en cuenta que varios de los autores de Conductas erráticas, que se anunciaba como la “primera antología boliviana de no ficción”, están presentes también en Bolivia a toda costa. Y también algunos de sus críticos.

—Es también un intento de respuesta a los críticos de Conductas erráticas, con los que hemos sostenido breves conversaciones levemente acaloradas. Había de su parte un reclamo hacía Conductas erráticas sobre el desvío de cierta rectitud que sonaba conservador y que sentí como una provocación. Más aún con un género tan anfibio, además de la cada vez más difusa frontera entre los géneros. La crónica, la no ficción, el relato de los hechos no es monopolio de ningún gremio. Igual no creo que se pueda cerrar un debate hasta ahora vigente sobre cómo tratar de plasmar por escrito, ética y estéticamente, sucesos y momentos pasados.

—En el prólogo se dice: “Acá se encontrarán distintas miradas y distintas graduaciones para narrar un presente agitado. Un tiempo con una carga intrínseca de novedad y cambio… Un momento irradiante desde la cultura, en el que se cuestionan estructuras de jerarquía y de legitimidad”. Así, ¿crees que la multiplicidad de miradas sobre el país y la plasticidad de un género como la crónica permiten cuestionar jerarquías que se levantan a pesar de la volatilidad del presente?

—Además del sesgo autorreferente, en la elaboración del libro estaba presente el sesgo sobre la actualidad (un dato que me parece importante es que todos los textos fueron escritos en el lapso 2006-2011). Creo que en los últimos cinco años, las cosas han cambiado, mucho o poco, nos guste o no. Y este cambio pasa por la cultura y la política. Somos un país que acaba de realizar su más reciente mutación estatal, y este update, de una u otra forma, podría estar reflejado en el libro.

—¿Por qué se dice que Bolivia es un país de ficción?

—Más allá del gesto provocador del slogan, creo que este país fue armado en la improvisación y en la contingencia. Territorialmente hablando, y como ya dijo alguien, éste es el país de lo posible. Aquí pasan cosas increíbles todo el tiempo.

—Si bien un par de crónicas lo tocan de frente, por lo general Bolivia a toda costa parece ser un libro alejado de ese deporte nacional por excelencia: la discusión política. Aunque esto no quiere decir, claro, que sea en absoluto un libro apolítico. ¿Por qué crees que se dio de esta forma? ¿Fue una elección consciente?

— Si bien, como dices, la política está tratada como tema específico sólo en un par de crónicas, en ocho de las 14 sale mencionado Evo Morales, lo que es algo que me parece sintomático y revelador. Yo no quería hacer un libro “político”, pero sabía que la política iba a estar presente, aún incluso cuando no estuviera específicamente tratada. La política es uno de nuestros temas diarios y hoy la sociedad está mucho más politizada que antes. Así que, por más que hubiese tenido otra intención, era inevitable que en un libro sobre Bolivia se vaya a registrar una de nuestras obsesiones como país.

—El Cuervo tiene ya diez títulos, y tres de ellos son antologías. ¿Por qué apostar fuerte por esta forma?

—Más allá de las críticas a las antologías como género (disolución del autor, sobrevaloración de la figura del antólogo, etc.), las antologías muchas veces permiten tomar posición colectiva sobre algún tema o posicionar tendencias que no estaban expresadas. Las que publicamos previamente, curadas por Salvador Luis, además de ser libros atractivos y notables, me parece que dotan al catálogo de una excentricidad que nos interesaba perfilar. Vamos a seguir con las antologías en la medida que sean propuestas interesantes y diferentes.

—¿Cómo se llevan la tarea del editor con la del antologador? Imagino que no son incompatibles, ¿o lo crees?

—Complica las cosas, sin dudas. Yo, como antólogo, quería tener el mayor control posible sobre el libro y no sé si en otra editorial eso hubiera sido factible. Y trabajar en coedición con nuevo Milenio me ha permitido hacer eso. No sé si es lo más recomendable, porque implica estar de ambos lados del mostrador, pero esta vez sí funcionó.

—¿Cuál es el balance de estos tres años de trabajo de la editorial El Cuervo y cómo ves, en específico, este 2011 que ya finaliza?

—En general, el balance me parece positivo. Una editorial no se arma de la noche a la mañana y los números no siempre cierran. Tenemos la satisfacción de haber hecho siempre lo que creíamos que teníamos que hacer sin pensar demasiado en los resultados comerciales. Creo que ha sido un año intenso, en el que hemos ido incluso más allá de nuestras posibilidades. Hemos aprendido qué debemos seguir haciendo y qué no. Vamos construyendo nuestra identidad como editorial y queremos seguir ese camino.

—Si quieres hablarnos de ellos, ¿cuáles son los planes de la editorial para 2012?

—Pensamos redoblar la apuesta y habrá más libros que en 2011. De momento, estamos empezando a preparar una novela breve de un autor paceño y continuando con la colección Nueva Crónica que iniciamos con Bolivia a toda costa.

14 son los escritores que, seleccionados por Fernando Barrientos, integran el libro.
1 solo autor de los 14, Nicolás García Recoaro, es nacido fuera de Bolivia. En este caso en Argentina

El género de la crónica en nuestro país “ha construido un mínimo canon”, dice Barrientos, “pero me parece que aún está en una etapa poco explorada comparada con otras tradiciones y lugares. Hay periodistas que la practican dentro de su medio y también algunos escritores de ficción que están interesados en probar otros registros”.

“Las antologías permiten tomar posición colectiva sobre algún tema o posicionar tendencias que no estaban expresadas. Las que publicamos previamente con la editorial El Cuervo, además de ser libros atractivos y notables, me parece que dotan al catálogo de una excentricidad que nos interesaba perfilar. Por eso, vamos a seguir con las antologías en la medida en que sean propuestas interesantes y diferentes”.

Fuente: La prensa

miércoles, diciembre 14, 2011

Giovanna Rivero : “Siempre he creído que la relación entre violencia y literatura es natural”



Por: Giovanna Rivero BBC Mundo

A comienzos de este milenio se puso de moda entre los escritores jóvenes bolivianos decir que la política nos era tan ajena como la posibilidad de criar hijos en Marte.

El peso mineral de los socavones de angustia y el melancólico fracaso de nuestras dos guerras, la del Pacífico y la del Chaco, habían dejado marcas tan incómodas como cicatrices de acné en nuestra recién globalizada psiquis posmoderna.

Internet había llegado para desflorar nuestra mediterraneidad y ya no teníamos por qué seguir escribiendo temas etnocéntricos por mucho que mutaran en nuevas realidades.

Llegaron, un poco tarde pero llegaron, los relatos de sexo, mentiras y videos. El ansiado intimismo carveriano nos ofrecía esferas de creación en clave de película independiente con guión escaso y finales con mucho oxígeno. No queríamos nada que se comportara sospechosamente ideológico. Quizás confundimos ideología con política y en ese equívoco reside el necesario paréntesis que las nuevas generaciones decidieron tomarse antes de ponerle otra vez el pecho a la bala.

Por suerte, las cosas se están bifurcando. Probablemente comenzamos a darnos cuenta de que el extremecultural make up de “la era Evo Morales” implica un cambio radical de los paisajes materiales e inmateriales de Bolivia y esto, por supuesto, despierta nuevas estéticas, doblega la fe voluntariosa de los treintañeros en el teclado autorreferente, aprieta mejor la trenza entre ética y estética, y entonces el deseo de ir a la misma velocidad de la historia, o por lo menos de jugar a la velocidad histórica, acelerando, decelerando, fractalizando, se vuelve irrenunciable.

Siempre he creído, y cada vez lo creo más, que la relación entre violencia y literatura es natural, genética, adeneica.

Escribir es un acto violento, cuántico: la complejidad de la vida, sus profundas contradicciones, su autodestrucción, todo eso en una sola imaginación, en un solo texto, ¿no es para cagarse de miedo? No importa, algunos escritores bolivianos ya anidan el olvidado y vicioso anhelo de la totalidad, la Gran Placenta, y la realidad, ese afuera que codificamos como “lo social” o “lo político”, comienza a interesarles de distintos modos.

Por supuesto, recorrer el puente moral es una tarea dura y vieja como el sueño del apocalipsis. ¿No fue Adorno el que trazó los límites de lo indecible y muchos, un poco por obediencia y otro por flojera, se tatuaron en la frente el paradigma?

Tiene otro tinte la decisión del poeta mexicano Javier Sicilia de acogerse al silencio tras el asesinato de su hijo. No más poemas, no más. Solo los fantasmas escuchan las palabras que el poeta ha decidido incinerar antes de cifrarlas en una gramática para el mundo.

Este “ayuno” impuesto y autoimpuesto tiene que infligir una herida, invisible aún, pero huella negativa de todos modos, en el cuerpo de la cultura. Copula el poeta mudo con la violencia para castigarla, amarla, desmembrarse en el arte, decapitar el poema, barbarizarse.

Pero de ahí a asilarse en el silencio desnudo, sin los riesgos de la representación, de ahí a abominar de la literatura como traductora del horror callejero hay pasos que ya se dieron justo en el sentido contrario.

Bolivia, por ejemplo, ha comenzado a narrar su violencia siglo XXI desde la distopía. Algunos textos de ciencia ficción, cyberpunk andino o fantástico kitsch relatan las naciones dolorosas que coexisten en una patria esquizofrénica.

Allí, en el corazón de las tinieblas sabemos que solo la literatura puede vincular, sin asco o con él, la imagen (y la posible verdad) de un muchacho aymara ardiendo en una pira llamada “justicia comunitaria” y la soledad brutal de una adolescente fea de clase media. Y sabemos que solo ese vínculo joven, ideológico y promiscuo nos salvará.

martes, diciembre 13, 2011

“Los jinetes del calentamiento global” de Celso Montaño Balderrama



“Celso Montaño Balderrama -señala Ágreda- es un escritor del pueblo, mensajero de buenas nuevas y jugador con los dados de Dios, comprometido con las luchas y los movimientos sociales. Con su novela ‘Los jinetes del calentamiento global’, construye un mundo basado en la experiencia directa con los pobres”.

“El trabajo de Celso -agrega- no es una novela convencional, académica o rigurosamente aburguesada. Su novela es provocadora, innovadora y polémica. El autor introduce personajes de la vida real, de carne y hueso. Desnuda las pasiones humanas con cada microgesto o palabra articulada que denotan el trasfondo de la naturaleza humana. Devela los crímenes del calentamiento global en manos de los caporales del mundo unipolar”.

Según Ágreda, quien es presidente de la Unión de Poetas y Escritores de Quillacollo, la publicación de Montaño es “una novela apocalíptica, fruto de una realidad cruda, violenta, delincuencial y demencial, condenada a la cruz del Gólgota de la Real Academia del Cerco del Silencio”.

EL AUTOR Celso Montaño Balderrama estudió Ciencias de la Educación y Ciencias Jurídicas y Políticas en la Universidad Mayor de San Simón. Es también abogado y fue condecorado con la Gran Orden de la Educación Boliviana en Grado de Comendador, por el Ministerio de Educación y Cultura.

Ganó el Premio Nacional de Cuento Óscar Cerruto y el Premio Nacional de Cuento Franz Tamayo, además del Premio a la Producción Intelectual de Colegio de Abogados de Cochabamba.

lunes, diciembre 12, 2011

El amor según, una apropiación



Christian Jiménez Kanahuaty*

Debo confesar que cuando leí por primera vez “El amor según”, de Sebastián Antezana, publicada este año por la editorial El Cuervo, la sentí muy próxima a “Te odio”, la novela que yo acababa de publicar con la editorial Correveidile.



Los motivos para que sienta ambos proyectos narrativos muy próximos quizás tenían que ver con sus títulos, aparentemente contrarios y por ello, reconciliables, “El amor según”, “Te odio”… Amor y odio son palabras que mutuamente se excluyen y que simplemente no pueden existir por separado, porque nadie que haya odiado con fuerza podrá jamás amar con intensidad y claro, aquél que amó, fácilmente puede odiar al mismo objeto, persona o circunstancia.



Ambos sentimientos nos acercan y nos dicen más de nosotros mismos que cualquier otra cosa que tengamos como rasgo distintivo de nuestra identidad. Yo, ahora que se acerca la fecha de presentar mi novela en Cochabamba, pienso que “Te odio” es una novela que habla del amor. De las relaciones conyugales que se van deteriorando poco a poco hasta desaparecer. “El amor según” trata de una desaparición, de una mujer que se va; pero que siempre estuvo lejos, su arte, (la fotografía) la reafirma como una escapista.



En “Te odio”, la narradora era una mujer que jamás se presenta y que por lo tanto no tiene nombre. ¿La razón? No me pareció necesario hacerlo. Ese nombre oculto me parece que en su caso sirve para anidar muchos otros nombres y figuras de mujer que siempre quiso ser y que por diferentes motivos no pudo ser.



Mariana, cambia porque siempre quiso experimentar con su arte. Ese impulso creativo la lleva a evadir su vida conyugal. Su cuerpo sigue siendo el mismo, a no ser que cuando empezó a desaparecer sea su cuerpo el que inició la transformación. Yo creo que ella está viva en algún lugar y que empieza ese otro nivel de búsqueda, porque creo que cuando la necesidad de búsqueda interroga a los recursos como el papel, la cámara y los objetos y les saca lo mejor de sí, lo último que queda es experimentar con el propio cuerpo, el cuerpo como el objeto perfecto de arte contemporáneo y es el lienzo donde se inscribe nuestra siguiente obra.



Y un movimiento previo es el que realiza mi narradora, en “Te odio” es ella y su cuerpo que van cambiando. Se presenta en distintas ocasiones bajo otra actitud pero el mismo rostro. Ella en la vida cotidiana va cambiando y va buscando nuevas formas por las cuales expresarse. Su cuerpo es lo único que tiene, por ello su necesidad sexual de llevar al extremo la fidelidad, el amor y el deseo. Su cuerpo, como ella lo dice, va convirtiéndose en algo diferente en las manos de cada uno de sus amantes.



La novela de Antezana me parecía como una secuencia eliminada de “Te odio”, las razones de la convivencia y las pulsiones sobre el amor y el deseo carnal hasta ahora me parecen similares, el encaré que se hace en la novela de Antezana es de forma lateral porque sondea el terreno y te dice cuestiones que en muchas ocasiones mi narradora da por hecho. El amor como el reverso del odio, la convivencia como lo contrario a la soledad, la conversación como la anulación del silencio, la luz como requisito para alejar la oscuridad. Esos clivajes que aparecen en ambas novelas nos dan más de lo que quisiéramos asimilar, es mucha información contenida, en cada uno de los casos, en poco más de cien páginas.



La foto como capturadota de un instante, sí, pero también como aquel destello que ilumina zonas que no quieres ver por un juego de sombras y contrastes. Ahí me parece que está la clave de la novela de Antezana, una foto, ese es el estilo de “El amor según”. Ilumina zonas para retratarlas y en las sombras de esa foto se esconden proposiciones, diálogos, descripciones del escenario por donde se mueven, olores, colores, y vestimenta de cada uno de los personajes que aparecen en ella; en cambio, en “Te odio”, la idea es la sombra, el manto que lo cubre todo, porque una vez que se nombra desaparece y vuelve a ocurrir ya no como hecho real, sino como farsa. Mi narradora incluso cuando cuenta sus días felices los tiñe de un manto espeso y sombrío. Mariana o mejor, Zimmer, su esposo, que la busca, cuando la recuerda la recuerda en la luz.



No había otra forma, la luz como el amor iluminan los recuerdos, el odio como las sombras, sólo te permite reconocer ciertos espacios, bajo ciertas circunstancias.



“El amor según” es la novela que de seguro pudo hacer escrito Armando, el personaje, casi principal, de mi novela. Y quizá, Mariana hubiera podido escribir algo así como “Te odio”.



Un dato curioso: en “El amor según”, Zimmer cuenta la historia y es por medio de ella que conocemos a Mariana, en “Te odio”, mi narradora cuenta la historia y es por medio de ella que conocemos a su ex, Armando. ¿Por qué Armando y Mariana no pueden contar sus propias historias? ¿Por qué han desaparecido de un modo u otro? En el caso de Antezana dejó que sea, casi imposible saber dónde está ella, en mi caso, no; yo arranco la novela diciendo que Armando ha muerto. Pero de todos modos ambos están borrados de la cotidianidad de nuestros personajes narradores.



Ese juego de ser aparentemente biógrafos de un ser al que amaron, es el juego en el que se detienen nuestros narradores. En “Te odio”, mi narradora ha dejado de amar, de esperar y de añorar, por eso se permite juicios más duros e implacables, por eso no espera más y decide recordar para dañarse y dañar al que ha muerto. Es su último ajuste de cuentas. A pesar de no poder decirle todo lo que pasó, cuando lo recuerda lo vuelve a la vida y dice qué fue lo que sintió cuando Armando hizo o dejó de hacer tal cosa.



Las historias de intimidad amorosa siempre serán necesarias porque a veces necesitamos regodearnos en el dolor y a veces sentirnos felices por haber amado o haber sentido esa sensación extraordinaria que es saberse deseado y amado. Pero más allá de eso, de alguna manera la pregunta es ¿Cómo dos novelistas que hasta hace poco más de un año ni siquiera se conocían, pudieron escribir dos historias que se parecen tanto y que tienen puntos de vista complementarios? ¿Qué pasó con ellos cómo para sentir la necesidad de abordar ese terreno desde la novela? Estoy tentado a decir que la novela está tomando control de los elementos que la poesía y el teatro exaltaron. Me gustaría creer que como la novela es un género que lo soporta todo y que necesita reinventarse continuamente para no dejar de existir, requiere por tanto nuevas formas y nuevas búsquedas, casi existencialistas y de tiempo.



El tiempo de la narración es importante en estas novelas, hay un tiempo lineal, sí, pero en ambos casos, hay una suerte de flujo hacia el pasado, la reconstrucción de ciertos hechos hacen que la rememoración, el flashback, funcione como una suerte de instrumento metafórico y narrativo y del pasado al presente y jamás el futuro. En ambos casos no se sabe que pasará el día de mañana; las novelas dejan abierta esa posibilidad del futuro como posibilidad de… Y otro punto, también sobre el tiempo, es que en la novela de Antezana, la narración, en algunos pasajes se vuelve lenta, cuadro a cuadro; una narración que casi detiene el tiempo en fotogramas, en cambio en “Te odio”, la narración, parece acelerarse en ciertos momentos. En ambos eso de narrar cuadro a cuadro, fotograma a fotograma y de acelerarlo todo tiene que ver con los momentos no cumbre; pero sí, de mayor intimidad del personaje narrador.



Pensar el amor como una secuencia de desencuentros o como una serie de recuerdos emotivos que jamás se entendieron porque no hubo tiempo para procesarlos. Entender la pasión como un reflejo carnal o como un puente entre los silencios. Según como se lea ambas novelas hacen referencia a ese momento donde todo cruje en una relación. El momento que indica el no retorno. El momento que te dirá que hubo un antes y un después.



El Amor Según El Odio no es una cuestión dialogada. Se necesita solo una de las partes para entenderlo y El Odio Según El Amor es una cuestión que posiblemente tenga razón de ser, siempre y cuando la otra persona haya desaparecido. Sólo el Amor Según El Amor y El Odio Según El Odio necesitan de dos para existir. Mientras haya dos jugando uno de esos dos juegos, las relaciones humanas seguirán sucediendo.

*El autor es escritor

domingo, diciembre 11, 2011

Ferrufino recibe Premio Nacional de Novela con discurso crítico



Por San­dra Arias - Los Tiempos - 7/12/2011

Menos ácido que en sus columnas de opinión, pero con el mismo ánimo crítico, el escritor cochabambino Claudio Ferrufino-Coqueugniot recibió anoche el Premio Nacional de Novela Alfaguara, en el Palacio Chico de La Paz, por su obra “Diario secreto”, cuya presentación estuvo a cargo del periodista y escritor Jaime Iturri.



La obra de Ferrufino será la primera de los Premios Alfaguara en Bolivia en tener una versión digital, que circulará en la red desde el 14 de diciembre próximo, anunció anoche la gerente de Santillana en Bolivia, Carola Osio.



El autor, quien llegó de Estados Unidos, donde reside hace más de 20 años, recibió el premio de 84.300 bolivianos. Este año, Banco Sol se sumó a los auspiciadores con la entrega de 21.000 bolivianos.



Ferrufino señaló que si las letras bolivianas aún no han dado grandes nombres, no es por discapacidad física o de idiosincrasia, sino por circunstancias que no tienen que ver con lo literario y entre ellas resaltó el “desamparo” en el que producen los autores. “Mientras no se desarrollen políticas al respecto y se comprenda que el oficio del escritor es tan válido y duro como cualquier otro, no podremos acercarnos a la idea de una sólida literatura nacional, plurinacional o como quiera llamársela…).



Aclaró que no pide escuelas de escritores puesto que se aprende a escribir en la vida y la del boliviano es lo suficientemente dramática para ser un buen “caldo de cultivo”, pero se necesita la infraestructura para desarrollarlo y pidió “maestros, libros, becas, bibliotecas, incentivos, clubes literarios, revistas, diarios, centros de estudio, con igual afición a la que ponemos para presentar campos deportivos o estadios, que también son bienvenidos”.


“Radiografía social”

Como una novela difícil, calificó el presentador de la obra, Jaime Iturri, a “Diario secreto”; pero no por su estilo o estructura; sino porque retrata a un psicópata con terrible dureza. “Es una muestra de a dónde pueden llegar la arrogancia y el racismo. Si uno se cree superior puede matar”, dijo.


Sobre el psicópata creado por Ferrufino dijo que encarna “al mal absoluto” y que representa no solo el horror por el goce que siente al matar, sino porque es una disección de cierta parte de la sociedad. “Es una radiografía, no solo de un personaje, sino la radiografía social de un sector de la sociedad”, describió Iturri.


Añadió que “Diario secreto” hurga en lo más negro y recóndito de los seres humanos; “pero no es para no dormir, solo para meditar en la suerte que tenemos de no encontrarnos con un personaje así”, finalizó.

sábado, diciembre 10, 2011

LA GLOBALIZACION DEL CUENTO EN BOLIVIA : (V Foro de Escritores Bolivianos)



LA GLOBALIZACION DEL CUENTO EN BOLIVIA

Por César Verduguez G.

(V Foro de Escritores Bolivianos)

La lectura de esta mi intervención es parte de un proyecto mayor “El cuento en Bolivia” título provisional, que está aún en borradores esquemáticos, con la obligación de expresar la siguiente confesión: por primera vez en mi larga trayectoria de escritor me introduzco en camisa de once varas, es decir, en realizar una investigación profunda y un análisis somero de las obras de la cuentística boliviana en forma global y minuciosa a la vez. Si alguien me pregunta y cómo es que conseguí elaborar “Antología de Antologías, Los mejores cuentos de Bolivia”, debo responderle que se trata de una ocurrencia mía, la de inventar un método, un sistema que consiste en reunir el mayor número posible de antologías, estudios, páginas web sobre el tema en cuestión, habiendo conseguido hasta el 2004 la cantidad de 115 obras. Luego disponer en una especie de tablero estadístico y saber qué cuentos fueron citados en más oportunidades, “ranking” llaman los ingleses, de modo tal que los relatos fueron ocupando distintas posiciones según las veces que fueron publicados. Un método que resultó más objetivo que las antologías de muchos colegas que escogieron según las influencias de sus preferencias subjetivas. Habrá que decir con hidalguía que este sistema aprovecha el trabajo de otros que han escogido con algún esfuerzo los cuentos que les parecieron dignos de figurar en sus selecciones.

Espero que pueda concluir el ensayo ya mencionado, porque a decir verdad mis preferencias no se inclinan por la investigación, el análisis y el estudio de la literatura, me siento muy cómodo haciéndola, escribiendo cuentos, novelas y fábulas. Creo que no lo hago mal, pergeñando historias reales y ficticias me siento como cóndor en medio de las cumbres y las nubes. Sin embargo, como un desafío a mi mismo encaro esta obra y ésta es una parte de ella que atañe a un enfoque del cuento boliviano de hoy.

El cuento actual no tiene límites, no tiene hitos; tanto en estructura como en temática tiene sus fronteras abiertas. A través del historial literario de Bolivia el cuento se ha desarrollado, igual que la novela, removiendo la historia, interpretando los problemas sociales desde un ángulo ideológico y político, además enfocando con lentes amplificadores a los indios en su lucha sorda con los blancos. El puente para intermediar entre ellos, el de los cholos, produce otros enfrentamientos con sordina contra sus ascendientes de uno y otro bando; indígenas y mestizos trabajando en las minas, en el campo y los pueblos fueron protagonistas de grandes acontecimientos históricos y de la literatura anterior, pero hoy son personajes con la misma importancia los hippies, los punks, los chojchos, los desclasados, los amigos de lo ajeno, los artilleros, las excluidas birlochas, las hetahíras, los transmigrantes de fronteras adentro, con asentamientos en los extramuros de las ciudades y, fronteras afuera, con problemas migratorios, los nuevos movimientos sociales y también los habitantes de las profundidades del ser interior horadando su propio mundo, además rozando, tocando tangencialmente, las temáticas anteriores (ninguna de ellas puede decirse que haya pasado al museo de las antigüedades ) y añadiendo para mayor abundancia las modificaciones lingüísticas de cada grupo social, todos en espera y búsqueda de ser reconocidos como iguales, literariamente hablando. (Debemos informar al respetable, que los aparapitas, descritos por Jaime Sáenz, los que’piris, están en un lamentable proceso de extinción).

Los escritores de estas últimas décadas, con una producción de calidad heterogénea, no se circunscriben a las temáticas mayores que mantuvieron su hegemónica importancia por décadas en el pasado, hoy la libertad es tan extensa que no se avizora líneas de límite, con tal que aquello que se escriba sea de excelente factura para que perdure, para que permanezca en el recuerdo de los lectores.

Percibimos que los elementos referentes que más sobresalen en las letras nacionales de los últimos tiempos son el erotismo, el humor, el manejo del lenguaje y las sensaciones del mundo real y subjetivo del universo urbano, sin olvidarse de los referentes nacionales del inmediato pasado (inclusive de la colonia, precolombina y mítica) pero con una interpretación diferente, libre, y todo ello no se circunscribe a una región, sino que tomando un término socio económico se desplaza en una globalización de hechos, sentimientos, pensamientos que los personajes reales o de ficción los desarrollan aquí como en cualquier punto geográfico allende nuestra fronteras. La universalización de los temas estuvo en todo tiempo, en pequeña escala, pero es ahora que empieza a internacionalizarse con la nueva y renovada obra literaria de las décadas última y primera de cambio de siglo.

Es importante resaltar que los viejos temas siguen vigentes, que no están caducados para la narrativa boliviana, siguen en la palestra porque es nuestra realidad social que prevalece en la memoria de quienes tuvieron alguna relación humana con los hechos del pasado inmediato. La variante está en el tratamiento de esos viejos temas con nuevos expedientes formales, con renovados medios técnicos literarios. El pasado está presente, siempre, hoy y mañana y se proyecta al futuro con diferentes espectros. La búsqueda permanente de nuevas formas de narrar, algo que todo artista ya sea de la palabra o de otras manifestaciones de la creatividad, provoca nuevas y diferentes modalidades de expresión en base, en rededor del hombre y sus circunstancias pasadas, presentes y las supuestas del futuro.

Si bien los nuevos exponentes ya no tienen las preocupaciones regionales y costumbristas, sin necesidad de tocarlas, mediante el lenguaje interior de los personajes se ubica el sitio de los hechos, reconocibles y con circunstancias que ocurren aquí o en cualquier punto del orbe, por tanto universales. La diversidad, la pluralidad de los habitantes de este territorio boliviano hacen que se remonte, que se proyecte a la diversidad de las naciones del mundo, por lo que todo suceso del acontecer humano identifica al ser que habita la tierra en toda su extensión. La misma pluralidad de identidades de nuestro suelo patrio origina una diversidad de centros para la creatividad literaria que como un geiser en cada zona lanzan buenos cuentos el trópico, los valles, y las tierras chapacas.

Se habla de una ruptura entre las generaciones de ayer y hoy, y ésta se manifiesta en la “diferencia entre ambas generaciones determinada por cierta sensibilidad en lo que respecta a la percepción del futuro y una forma renovada de encarar los viejos temas, es decir, nuevos recursos formales”, nos explica Giovanna Rivero.

Los cambios acelerados en el mundo y el desvanecimiento de muchas fronteras de la actividad y el pensamiento han influido en la percepción del presente y futuro del ser social y por tanto en el modo de encarar y plasmarlos en la escritura.

El cuento actual tiene la virtud de mostrar en breves e intensos rasgos toda la intimidad de la gente de un lugar, de una región, de una nación; muestra la realidad, interioridad y los problemas del hombre con un tratamiento diferente en el planteamiento formal y del lenguaje renovado y sus medios de escritura.

En apoyo de la literatura boliviana tenemos una avalancha, un alud, un aisa de proporciones nunca imaginadas en distintos campos de acción en todas las principales ciudades. Es posible que este crecimiento se deba a la aparición de factores coadyuvantes como instituciones culturales, ejemplo en la llajta: el Circuito de Centros Culturales de Cochabamba, que ofrecen cursos temporales de cuento, concursos, conferencias, talleres; la creación de Clubes del libro para incentivar la lectura, apertura de ferias del libro internacionales y nacionales, eventos literarios como congresos, seminarios, encuentros y foros como el presente. Se ha publicado un número incalculable y sorprendente de cuentos, en libros, revistas, periódicos, que es casi imposible detectarlos a todos, de modo tal que la crítica especializada sobre el género y de la literatura en general se reduce a la mínima expresión de una hormiga con bastón paseando en la pelambrera de un oso siberiano.

Con toda una producción tsunámica y caótica, dispersa, experimental, es muy difícil establecer un criterio de selección, evaluación y análisis de todo ese conjunto. Sin embargo por diferentes razones algunas letras jóvenes son leídas más allá de nuestros horizontes geográficos, claro está, liberadas “de la obligatoriedad de mantener un sentido de permanencia territorial geopolítico, e incluso de construir una tradición literaria…” solamente con aproximarse “a lo universal a través de lo cotidiano”

LOS ASPECTOS MÁS NOTORIOS DEL CUENTO BOLIVIANO DE HOY.

La intimidad urbana o La profundidad íntima urbana.-.- Observando la obra pictórica de nuestros artistas plásticos, detectamos cómo también ellos plasman en sus lienzos realidades imaginarias. José Rodríguez, uno de ellos, con residencia en México, pinta hombres cargando enormes ciudades en sus espaldas y caminando hacia un horizonte incierto. Los escritores del mismo modo se inclinan a mostrar la compleja enormidad urbana que influye en la existencia de cada ciudadano. En los últimos tiempos se ha dado mayor énfasis a este entorno urbano, mostrándonos la vida íntima de los centros poblados.

Se ha creado nueva términología para identificar esta veta literaria: “Perfil-profundo Urbano”, es uno, el otro: “El imaginario urbano”. El tercero “Lo social/real”. Por lo general se escribía como tomando una fotografía en blanco y negro, o a colores, según el colorido de la descripción; era como la toma de un perfil externo de las urbes, con sus casas, calles, plazas, parques y los hombres morándolas, caminándolas, paseándolas. Pero en la narrativa actual se toma el perfil profundo, interno, íntimo, desde los ámbitos recónditos de cada recodo, esquina, parajes desdibujados con luces mortecinas, rincones innominados del alma de cada habitante, “poniendo en escena lo oculto, agregará Marcia Mogro; lo dormido y lo negado en la conciencia de los habitantes. …donde la identidad del boliviano tiene que ver también con su conexión al mundo actual. Es decir, ya no solamente el boliviano indio, cholo o mestizo sino también el boliviano indio punk, gótico y demás tribus urbanas, …Ya no solamente encerrado en su pasado, sino proyectado en una modernidad que convive con lo nativo, porque lo nativo tiene en Bolivia una presencia fuerte, constante y abarcadora”. Con una “Libertad de pensar el país y sus habitantes desde los lugares más diversos. Libertad que genera imaginarios contemporáneos que han encontrado acomodo entre lo antiguo y lo moderno. Otros temas, otros escenarios, otras relaciones. Se trata de escribir el imaginario urbano formado por los habitantes contemporáneos y proponer representaciones que puedan interpretar su realidad en las ciudades”. Marcia Mogro continúa. “Como en todo tema, las tomas que son captadas por el lente del escritor muestran todas las actividades rutinarias del morador de un espacio urbano, las más de las veces independientemente de los grandes problemas que aquejan a la ciudad, al país o al mundo. Sólo el ser y su universo personal que puede estar conectado, eso sí, con otras latitudes, con otras nebulosas”.

Uno de los mayores representantes de esta línea, además de captar el diario tráfico urbano que nos relata la vida de las clases medias-altas, es Edmundo Paz Soldán. El nos dice que dichas clases viven en otro mundo como con todas las clases medias y medias altas de Latinoamérica. Mucho más en Bolivia porque su población mayoritaria es indígena. Viven una vida como si estuvieran en el primer mundo, con dos o tres coches y ropa de última moda. Algunos críticos cuestionaron que tratándose de hechos de las clases altas no retrataban a Bolivia, cuando sabemos que toda esfera social es susceptible de auscultarla y representarla en cuentos y novelas; no porque seamos un país pobre tengamos que abstraer a las clases ricas, aunque éstas no estén a la altura económica de las de otros países. Estas capas sociales de la clase media burguesa, por mucho que sean vacías, fatuas y triviales tienen mucha tela para cortar en la narrativa. Creemos que por el contrario las hemos dejado olvidadas cuando tienen pepitas de oro para la narrativa. Y Edmundo Paz Soldán sabe cómo cernirlas y lavarlas en los ríos de su producción literaria.

Erika Bruzonic, otra protagonista de la nueva corriente, comenta: “El auge de lo urbano en la narrativa y cuentística boliviana se debe… a la necesidad de iluminar aspectos antes postergados o marginados de la experiencia y del universo nacional. Los narradores aportan, sobre todo, una perspectiva distinta, complementaria de la naturaleza humana y de las relaciones impersonales. En esta categoría, lo urbano toma forma con lirismo, fantasía y erotismo, cualidades antes obliteradas por una estética criollista, realista o neorrealista, y ha avanzado a un primer plano. …Adicionalmente, aunque en la literatura, reflejo de lo urbano, se privilegia… la intimidad sobre la colectividad, lo privado sobre lo público –tendencia generalizada en la narrativa latinoamericana—nuestro ancho mundo nacional… también está presente. Casi siempre se trata de una presencia subyacente, pero a veces pasa a ocupar un primer plano… nada tienen que envidiar estos narradores de lo urbano a sus contrapartes europeos, ya que su literatura se coloca a la par de muchos y entabla un dialogo creativo y constante”.

No vayamos a confundir como resaltantes de la nueva narrativa algunos ejemplos de relatos que tratan aspectos de los estratos sociales bajos dentro un espacio urbano, con costumbres y habla diferente, que sólo muestran los rebordes de la marginalidad

Los cuentos eróticos. .Según manifiesta en una entrevista Néstor Terán él sería el pionero del erotismo porque empezó a escribir literatura erótica en 1950, con sus cuentos La hija de familia y más tarde Sweet and sexy.

EN 1994 Roxana Selum y Marcela Gutiérrez presentan sendos libros titulados “D-Efectos especiales” y “Diario de campaña”. Cuentos eróticos contados por mujeres. Dos escritoras valientes que abren por primera vez en Bolivia, la senda del erotismo que todavía estaba perdida en las brumas de una sociedad pacata. Selum nos muestra en sus cuentos una serie de cuadros amorosos y sexuales que nunca antes fueron pintados por escritoras bolivianas. “El valor de los cuentos de Selum radica en su afán de romper las cadenas que oprimen la dimensión erótica del cuerpo de la mujer.” dice Willy Muñoz.

Y agrega: Marcela Gutiérrez escribe “sobre temas antes ignorados por las escritoras bolivianas, como la masturbación, la homosexualidad, el abuso sexual y la violación, además de la dimensión erótica del personaje femenino”.

Tres años después, en 1997, luego en el 2001, aparecen dos antologías que han procurado reunir un buen número de cuentos eróticos, el Nº 5 de la Revista Correveidile dirigida por Manuel Vargas y la “Antología del Cuento Erótico boliviano” de Jaime Iturri Salmón. Muchos autores y autoras, algunos por una sola y única vez, han incursionado con un cuento. A partir de estas datas nos movemos con fruición en este espacio. Desde entonces hasta hoy este sector de la literatura nacional tiene un avance espectacular y se advierte que la producción femenina es más osada para presentar temas que la masculina ha tratado con guantes y pinzas. Quienes han conseguido elevar a un sitial de expectativa este tema quisquilloso con naturalidad y excelente factura son algunas nuevas autoras, más mujeres que hombres, como Giovanna Rivera, Claudia Peña, Gaby Vallejo, Victor Montoya y René Rivera..

En este panorama, aunque parezca fuera del tiesto, podemos incluir a Claudio Lechín, cuya obra, La gula del picaflor, ganadora de un premio nacional en novela, está compuesta por varios cuentos con un hilo conductor que los une, y que podrían publicarse cada uno de modo independiente sin menoscabar su integridad narrativa particular.

Giovanna Rivera. Quienes han leído las obras de Giovanna Rivero coincidirán en que ella es una escritora completa que abarca con entera libertad una diversidad temática muy amplia, y que escribe lo que le viene en gana, y lo hace muy bien. Giovanna Rivero, se destaca dentro su narrativa por el desenfado espontáneo de su lenguaje en los cuentos eróticos entre los que sobresale Sangre Dulce.

Claudia Peña, hace gala de un lenguaje aterciopelado dentro del cual como sortilegio de la palabra hace aparecer historias bastante fuertes y realistas. En el campo que nos ocupa sobresale “Lamiendo una lagartija”. Estupendo cuento de una mujer que transmite, a su amiga, en un monólogo, sus experiencias con un joven, hijo de otra amiga común.

Gaby Vallejo; tiene en su cuento “Luis Darío y yo” un buen ejemplo de cuento erótico.

Victor Montoya figura en la antología de relatos eróticos El sabor de tu piel, como ganador del Concurso Internacional de Relatos Eróticos en el programa Sexto Continente de Radio Exterior de España.

René Rivera, tiene un libro de cuentos, “La profundidad del deseo”, con un fino y delicado tratamiento del erotismo en relaciones que se sumergen en el deleite de sus placeres sensuales.

Escritura femenina.- Ya se ha desvanecido la brecha que se quiso cavar diferenciando la literatura producida por las mujeres. Aquí la tomamos en cuenta con fines estadísticos. En este fenómeno de producción se advierte algo que es resultado de los cambios sociales de los últimos tiempos: los guarismos de los cómputos en concursos, en las listas de las editoriales y en los datos generales, existe una producción mayoritaria de cuentos escritos por mujeres. No sólo la diferencia es cuantitativa, sino que es también cualitativa. Este boom se manifiesta a todo nivel, desde los colegios y liceos de secundaria, las universitarias y gente profesional que se inclina por la literatura. Damos fe de esta aseveración por los diversos concursos como jurados.

Lenguaje.- Respecto a este punto Claudia Bowles nos adelanta: “El lenguaje, como gesto revitalizado para referirse a la realidad o al acto mismo de la escritura, ha sido ya mencionado como una marca de las nuevas propuestas de la literatura boliviana” “…encontramos significativos cambios en el manejo y la visión del lenguaje, en los ejes temáticos en las perspectivas sobre el mundo y la realidad, pero sobre todo la actitud frente a la escritura … es otra.”

El nuevo lenguaje planteado en el cuento boliviano procura una mirada distinta y más profunda al abarcar nuestro mundo tanto de la realidad externa como de la profundidad del yo interno.

Luisa Fernanda Siles escribe: “El lenguaje literario que se emplea en una obra literaria no difiere esencialmente del convencional. De todas maneras, cuando hablamos, empleamos un coloquio llano y descuidado... Y la evolución de éste, como factor necesario para la coordinación de las personas y para la expresión de diversas formas de literatura, entre ellas la narrativa, implica también las modificaciones en el estilo de las narraciones. El estilo o género literario es pues dinámico, y no se limita a usar las antiguas técnicas y reflejos de la vieja realidad, sino que adopta otros procedimientos, a veces más refinados, para expresar la nueva realidad.”

La escritura que es la proyección del lenguaje, que da lugar a la presencia y permanencia de todas las emociones, sensaciones que manifiestan el autor y sus protagonistas ha sufrido una evolución con el uso de diferentes técnicas y texturas plasmadas en el texto, cuya lectura nos enfrenta a realidades físicas e intimistas.

Por razones de tiempo y espacio no podemos abarcar más puntos que coadyuven a comprender la situación, presencia y otros aspectos del cuento boliviano de hoy, razón por la que dejamos para otra circunstancia hablar sobre el humor y los nuevos temas que están surgiendo con bastante fuerza como la narrativa policial y de misterio, los cuentos de terror, la narrativa fantástica y de ciencia ficción y, la narrativa del submundo o del lumpenproletariado cuyo representante mayúsculo ha fallecido, sin embargo están apareciendo seguidores. Otra temática que va imponiéndose es la de la emigración como nueva situación social boliviana que crea situaciones de enormes conflictos y que afectan a los hogares, a los hijos y también a las parejas, creando nuevos quistes en las capas epidérmicas sociales. Y finalmente entre otras la clasificación o la etiqueta de literatura ligth aplicada a algunos autores nacionales.

Editoriales.-Mercado gráfico y blogs- Miguel Vitagliano escribió: “Creo no equivocarme si digo que la mayoría de los escritores de un país latinoamericano, y me incluyo en ese conjunto, les costaría nombrar a cinco escritores contemporáneos de cada uno de de los demás países. En gran medida las obras de nuestros autores nacionales circulan dentro de sus propios territorios…” Diríamos que aún en nuestro perímetro patrio se repite este desconocimiento de la producción de otros departamentos. Sin embargo, las editoriales están haciendo hoy esfuerzos para llevar sus productos a las ferias nacionales y locales, y del mismo modo hacia el exterior.

Veremos de modo rasante el surgimiento, en estos últimos tiempos de casas que están cooperando a los cambios operados en nuestra literatura. Es muy notorio que en Santa Cruz, la editorial La Hoguera haya dado un impulso enorme a la producción literaria no sólo de esa ciudad. Muchos autores de estos valles y del altiplano, han sido publicados por esta firma. Es aceptable señalar que detrás del surgimiento de nuevas corrientes o manifestaciones literarias tiene que estar una buena editorial. En nuestro país con excepción de la Editorial Los Amigos del Libro, dirigido por un inolvidable propulsor de las letras bolivianas, ninguna antes llevó las obras bolivianas a ferias gigantescas del exterior, por ejemplo a Frankfurt, Alemania. Hoy, las nuevas editoriales están saliendo de a poco llevando afuera los libros bolivianos. En Santa Cruz están surgiendo editoriales que quieren seguir los pasos de La Hoguera, ej. El País. En Cochabamba tenemos la editorial Kipus, que también está dando una difusión de gran magnitud a la obra de los bolivianos de toda región. Nuevo Milenio tiene su parte importante. En La Paz, sobresalen Alfaguara, Plural, Gente Común y Correveidile. Necesariamente debemos hablar de las pequeñas grandes editoriales llamadas cartoneras que realizan un trabajo menudo pero con el afán de mantener viva la llama de la literatura editan a bajo precio libros de cuentos, con material reciclado. Conocemos de la Cartonera Mandrágora de la ciudad de El Alto, y Yerba Mala de Cochabamba. Decía Alfonso Gumucio: “Un editor en Bolivia es un artista, un político comprometido, un promotor de la cultura y un temerario con impulsos suicidas. Publicar en nuestro país ha sido, es y será una tarea titánica”. Debemos mencionar la labor editorial que realiza la agrupación denominada “Escritores Unidos” que, en un proceso de autogestión, publica obras tanto de autores consagrados como de noveles que se lanzan por primera vez a búsqueda de un espacio en las letras bolivianas.

El crecimiento editorial del que hablamos ha sido también un factor para que surjan nuevos valores y se reafirmen los ya conocidos con sus novelas, cuentos, poesía, ensayos, etc. en los mayores centros de lectura del país. Que falta todavía bastante, sí, pero ya se han dado los primeros pasos. O sea que con el correr de los días, la preocupación de Paz Soldán que decía” el principal problema de la literatura boliviana es su infraestructura, tan precaria a la hora de apoyar la carrera de un escritor” se pierde poco a poco en el pasado. Llegará el momento en el que alguna de nuestras editoriales, con una distribución gigantesca, haga llegar el libro boliviano a todos los países de habla hispana y también a aquellos de habla diferente. Entonces sí nuestra literatura será reconocida en todo su verdadera magnitud. Muchas veces hemos tenido reclamos de escritores de otras naciones en sentido que deseaban realizar un estudio de la literatura boliviana pero no encontraban los libros que la representaran en las librerías, en puestos del rubro, en las ciudades ni en las capitales, en las universidades ni en las bibliotecas, por ello sus proyectos de estudios, ensayos de letras hispanoamericanas y en particular del cuento quedaban incompletos. Si muchos bolivianos figuran en diversas antologías de cuentos internacionales es, sencillamente, por pura suerte o, usando la muletilla religiosa, por que Dios es grande.

Hoy en día, menos mal, nos ayuda la tecnología del internet. Los cuentos, principalmente, se difunden por ese medio con más facilidad que los otros géneros. Hay varios sitios que gracias a los blogs llegan a rincones inimaginables del mundo, por ejemplo Veneno Lúndico, impulsado por el joven escritor Miguel Lundin que al mismo tiempo está descollando en la narrativa fantástica, comenta desde Estocolmo en esa página blog, casi todos los libros que se editan en Bolivia. Algo producido en Cochabamba, el sitio blog “Ciencia Ficción y Fantasía en Bolivia, dirigido por el escritor Ivan Prado, donde se comprueba que la ciencia ficción en nuestro país tiene una vasta producción.

Internacionalización.—Las letras bolivianas van invadiendo las diferentes latitudes del orbe en dos caminos, en los que nuestros autores no sólo interpretan la realidad social nacional y del hombre boliviano en su interioridad sino también otras realidades de ciudades, pueblos y gentes que pululan en la urbes de uno u otro continente. De ahí que podemos leer los sucesos de otros espacios y distintas neblinas en los cuentos de Erika Bruzonic, Blanca Elena Paz, Edmundo Paz Soldan, Giovanna Rivero y otros…

Al mismo tiempo algunos de nuestros autores se destacan y ganan espacios a nivel internacional a través de concursos y antologías. Así Edmundo Paz Soldán, ganador del Concurso Juan Rulfo, en Francia, está presente en numerosísimas antologías internacionales. Giovanna Rivera, una de las más connotadas escritoras bolivianas de las nuevas generaciones, figura resaltante en algo más de siete antologías a nivel internacional. Victor Montoya aparte de haber ganado un concurso arriba mencionado, figura en antologías de Europa. Joaquin Rolón Carreras ha ganado un concurso en Chile con su cuento Asfixia. A Edmundo Torrejón le publicaron su libro de cuentos “Historias sin tiempo” en París, traducido al francés.



Bolivia tiene hoy una literatura a la par de las naciones que antes nos daban las pautas de nuevos estilos y sólo está faltando un mayor crecimiento de sus editoriales para llegar con volúmenes impresos a todas las capitales de la lectura mundial.
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