Arturo Von Vacano es un escritor boliviano comprometido con la palabra,ha escrito novelas tan elogiadas como Morder el silencio y Sombra de exilio.En esta platica nos permite conocer mas profundamente su vida como narrador.
Por: Miguel Lundin Peredo
1 ¿Cómo se le ocurrió la idea para escribir La aventura del anular extraviado?
Después de dos libros “serios” – Hombre Masa y Memoria del Vacío – mi hija Marcela me pidió que escribiera algo “chistoso” y “más livianito”. Pícara como es, me apostó a que no podría hacerlo. Para mi familia, todos mis libros son tan tristes que apenas han podido leerlos. Le acepté la apuesta y escribí este divertimento – no una novela ni nada “serio”. Usé personas reales apenas disfrazadas como personajes y fui hilvanando la historia a medida que la escribía. Debo decir que nada en Anular es fantasía y casi todo, por no decir todo, es realidad o apenas ficción.
2 ¿Cuál es su escritor favorito de ciencia ficción?
Arthur Clarke. Para mí, es necesario separar los libros de ciencia-ficción y los de fantasía. Los de Clarke se basan todo en sólida ciencia y proyectan los eventos que narran hacia su desarrollo lógico, inescapable. Son ficción porque el futuro, los eventos que lo componen, no han sucedido todavía, pero es casi fatal que sucederán. En otras palabras, leemos realidad descrita en dos segmentos: el actual, hoy, y el futuro, mañana. Pero nada es fantasía. Nada es allí fantástico hasta el punto de lo científicamente imposible. El libro de Clarke que prefiero es Fin de Infancia.
3 Como consiguió mezclar elementos fantásticos con elementos propios del mundo andino en su ultima novela publicada?
No hay nada fantástico en Anular. Como dice el libro, “Nadie sabe si esto es ficción, pero nadie tiene la culpa de que así sea”. Lo narrado ha sido posible o es posible hoy, y mucho ha sido confirmado ya. Las historias del Padre Pío, por ejemplo, son analizadas y estudiadas por más de un científico, y hay algunos que las creen a pies juntillas. Los clones son cosa de cada día, en verdad. Hoy mismo hay científicos en Brasil e Inglaterra que están compitiendo por “crear” el minotauro, un ser que tiene ya combinadas las características del hombre y las del toro. Digo “crear” porque la ciencia no crea nada; sólo hace nuevas combinaciones del mismo modo en que trabaja la imaginación humana. Mi ejemplo perenne es la sirena, de la que muchos ejemplares deben existir ya en las piscinas de varios millonarios.
Conviene decir aquí, tal vez, que las notas de prensa que aparecen en Anular son notas tomadas de la prensa “real” boliviana. Cambié un nombre, tal vez, o algún otro detalle mínimo, pero todas son tomadas de nuestra prensa “de verdad”. Son, a mi modo de ver, una escuela particular de humor, sobre todo porque la gente las escribe creyendo que las piensa en español cuando en realidad las piensa en un idioma autóctono que ha heredado con su sangre aunque no hable una sola palabra de esos idiomas. Casi todas me han hecho reír al copiarlas.
4 Esta escribiendo una nueva novela?
No.
5 Que opina de la narrativa boliviana del siglo 21?
Nunca he opinado en público sobre la narrativa, sea boliviana o extranjera. No tengo la educación necesaria para ello. Como miembro, así sea menor, de ese “sindicato”, creo que todos somos unos divos apenas nos ponemos a escribir y perdemos toda posibilidad de ser “justos” cuando opinamos sobre los demás miembros del “gremio”. Por otra parte, lamento mucho la carencia actual de críticos y “opinadores” bolivianos. Sin ellos, la vida de los divos se hace muy difícil.
6 Cuándo fue la primera vez que escribió una historia?
Sería, pues, cuando aprendí a escribir, a los seis años. Pero no fue una historia, fueron “versos” dedicados a una chica llamada Silvia. Aprendí a leer y escribir en una semana, ayudado por los coscorrones de mi padre. Aún creo que es el mejor sistema.
7 Esta de acuerdo que la literatura fantástica todavía no tiene un Tolkien en Bolivia y por eso casi nadie escribe en este genero?
No se casi nada sobre la literatura fantástica. No me gusta. No pude terminar de leer a Tolkien. Creo que con la realidad nos basta y sobra, no para una vida dedicada a escribir, sino para varias. Nada hay más fantástico que la realidad. Alguna vez dije que nunca necesité imaginar nada para escribir. La realidad me apabulla. Si apenas podemos con la realidad, ¿qué motivo existe para “inventar” fantasías? Por lo demás, y desde el advenimiento de los mundos digitales, ya nada es “fantasía”.
Si sólo hubiera un par de bolivianos que capturaran la Bolivia real en sus escritos, moriría yo más tranquilo. Pero estamos como en 1825 y Bolivia se nos muere y nadie ha podido “capturarla” con su pluma. Esa si que es una historia de horror. ¿Fantasías? Me contentaría con la realidad boliviana desnuda y simple en buen español.
8 Cuál ha sido la novela que mas alegría le ha causado?
El Antón. Me divertí mucho al escribirla. La verdad es que, en esto de escribir, lo único bueno que queda es el recuerdo de los momentos en que uno fue feliz al escribir. Son pocos, pero son, como sabe todo escribidor. Todo lo demás es una joda inmensa.
9 Que escritor de la nueva narrativa boliviana le recomendaría a los lectores globales?
En (5) intento justificar mi aversión a emitir juicio sobre otros “escribidores”.
Tal vez pueda, sin embargo, advertir a los escribidores globales contra el Internet.
El internet ha hecho fácil la “publicación” de material hasta el punto en que es casi imposible hallar textos dignos de llamarse “literatura”. El resultado es que miles, sino millones, publican sus cosas “frescas” como les salieron en un primer intento y el resultado es grotesco. Este abuso está destruyendo los idiomas del mundo como instrumentos para crear belleza. Es casi imposible hallar belleza en los escritos “globales”. Lo que es posible certificar a cada paso es que un “original” se da de siglo en siglo si es que se da.
La actual narrativa boliviana sufre también de este abuso. La mayor parte de los escribidores globales ignoran las reglas esenciales del idioma. Creen que ignorar los signos de puntuación es ser “artista”. Una cosa es romper las reglas después de conocerlas y dominarlas y otra cosa es atropellar a lo bestia como caballos. Nunca se ha dado un texto que no pueda ser mejorado. Ningún texto está jamás “terminado”. Todos deberíamos recordar esa realidad antes de meter “cosas” en el Internet. Hemos llenado el espacio alrededor del planeta con restos de satélites artificiales y estamos llenando el Internet de basura escrita que bien puede asfixiarnos. Nada es más difícil hoy por hoy que hallar literatura en el universo digital. (Me incluyo al escribir estas líneas, por supuesto).