“Seres sobrenaturales y mágicos de Bolivia” : Un nuevo libro de Homero Carvalho Oliva
Por Homero Carvalho Oliva
Vivimos un momento histórico especial, en el que los pueblos indígenas interpelan a la sociedad y al Estado boliviano, y si bien la Constitución Política del Estado reconoce a las 36 naciones que habitan el territorio nacional, el clima político ha enrarecido la visión de la espiritualidad de nuestros pueblos indígenas que se encuentra en peligro de inminente extinción y puede que todo su maravilloso bagaje místico y mitológico quede convertido en fósiles culturales. La comprensión de los seres sobrenaturales, de los lugares sagrados y de las energías secretas y cósmicas que las definen, nos permitirá mirar integralmente la realidad que vivimos en nuestro país, tan diverso y tan único a la vez.
Son 80 seres sobrenaturales o lugares mágicos. En algunos casos hay diferencias respecto a sus orígenes y formas, yo he optado por consultar mis recuerdos y reforzarlos con diccionarios y libros de investigaciones antropológicas de varios autores, para recrearlos e imaginarlos como ahora se los presento. Como me gusta escribir cuentos breves he optado por pequeñas descripciones sugerentes y me he tomado licencias poéticas para retratar o exponer a algunos de ellos, pero no alteran el fondo mismo de la esencia de estos seres sobrenaturales o lugares mágicos. Recordemos que sin el canto de los poetas, muchos mitos y leyendas no se hubieran difundido o, quizá, ni siquiera se hubiesen creado, porque la palabra crea el mundo y lo que en el sucede. En los espacios míticos, donde los pueblos desarrollan sus historias cosmogónicas, en este organismo mitográfico, la palabra posee personalidad propia, poder espiritual y mágico, sirve para encantar, para hechizar, para curar, para propiciar, bendecir y para maldecir a los seres humanos y animales. Las palabras sagradas nos hacen entrar en comunión con la divinidad, porque son la fragua de los sueños y la vida misma. En este espacio, los sueños y las palabras son hilos de un mismo tejido secreto e insondable. Por eso he mantenido los nombres en su idioma original, porque cuando se los invoca, con las palabras de otros tiempos, a estos nombres trashumantes, también se nomina a la magia primigenia con la que los pueblos indígenas se comunicaban con sus divinidades. Esas palabras, suspendidas en el tiempo, expresan la verdad misma de los seres sobrenaturales y lugares sagrados que representan.
Nunca tenemos que olvidar a nuestros seres sobrenaturales y mágicos, benignos o malignos, que heredamos como un legado para el futuro, porque cuando el último de ellos desaparezca nuestra sensibilidad espiritual, nuestra humanidad, se habrá ido con ellos.
“La historia de los pueblos, de las culturas locales, no suele coincidir con la historia oficial porque se mueve por el subsuelo y lo recóndito del alma de sus habitantes, donde se alza una voz que da nombre y vida a los montes, las plantas y los animales. Las culturas locales pueblan su mundo de seres mágicos, que sólo el poeta puede amar, comprender, compilar y describir como lo hace un poeta mayor: Homero Carvalho Oliva”
Ramón Rocha Monroy
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