martes, septiembre 20, 2011

Laberintos sin salida y manuales para superar la pobreza





Por Lourdes Saavedra Berbetty

El laberinto del pecado de Víctor Montoya

“Yo nací un día que Dios estuvo enfermo” es el epígrafe de César Vallejo, que inicia la novela El laberinto del pecado (Ed. Kipus) de Víctor Montoya (La Paz, 1958). Entre la continuidad de la narrativa minera boliviana y el tratamiento temático introspectivo, Montoya nos transporta a los centros mineros del 70, donde el personaje principal de la trama, Manuel Ventura, descubre el sexo, la injusticia social, y es testigo de una época de represión militar.

Los diez capítulos son un descenso por las experiencias de un joven que es testigo de la violencia cotidiana y la herencia del metal del diablo en un descarnado relato del destino manifiesto de sus personajes: compañeras de colegio violadas, profesores de secundaria sin pasión ni gloria, la seducción de las polleras, relaciones homosexuales, una madre castrante y campamentos mineros que contemplan su antigua gloria. Escribir sobre la moral en un lugar donde los andes no creen en Dios es un tarea compleja. Montoya temáticamente nos remite a un realismo sucio, casi inverosímil. Lo peor del caso es que a veces la realidad de los centros mineros post Revolución Nacional supera la ficción.

El manejo del lenguaje de esta novela busca la predominancia descriptiva de un realismo social cercano a la crónica histórica, donde existe una abundancia de referentes políticos conjugados con el manejo discursivo intimista al narrar omniscientemente los debates existenciales de su protagonista, quien no puede escapar de la trampa de la doble moral que impera en su contexto. En esta novela nos encontramos con una unidad narrativa desoladora, donde el hombre no solo ha perdido el sentido de la vida, sino que se entrega al camino de la muerte prematura, hundiéndose en esa montaña horadada por el mineral y su incapacidad de poder escoger su destino. Este laberinto no parece tener salida.

¿Por qué soy pobre, papá? de Toribio Rocabado Castro

La pobreza como un tópico de análisis de la realidad nacional ha sido abordada de manera insistente en la literatura académica, novela social y otros géneros. El educador y escritor cochabambino Toribio Rocabado Castro escribe este libro desde una doble perspectiva: pedagógica y de autoayuda.

Desde un discurso descolonizador cercano a la Pedagogía de la Liberación, criticando el conductismo y proponiendo el nuevo paradigma de “El satisfaccionismo”, Rocabado, en su libro editado por Kipus, usa un lenguaje coloquial para ejemplificar el análisis de la realidad, desde el aula de clases, la migración internacional y descripciones certeras del mundo rural, abordando temas como el liderazgo y las finanzas familiares. El material se presenta con moralejas incluidas y ejercicios didácticos que impulsan construir una disciplina mental al servicio de la comunidad. Tarea difícil en una época del capitalismo salvaje donde “la pobreza” como categoría presenta texturas complejas que a veces superan la buena voluntad del ciudadano
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