Pedro Rivero Mercado
Por Lupe Cajías : 26/08/2011
El periodista Bismark Kreidler publicó esta semana una biografía sobre su paisano Pedro Rivero Mercado que no sólo permite conocer al personaje sino a una etapa de la historia del periodismo boliviano en sus años de oro y, como rebote a la propia historia nacional.
Kreidler es más conocido como comentarista deportivo y quizá por ello teníamos un prejuicio sobre la calidad de su prosa. Nos sorprende con la claridad de las frases y con la rigurosidad de la investigación que buscó en distintas fuentes primarias. Es una biografía escrita con cariño pero sin halagos ni zalamerías innecesarias, que más bien podrían restar la fuerza del relato.
Pedro Rivero Mercado es director del matutino cruceño “El Deber” y además escritor de diferentes textos, desde los tradicionales y jocosos bandos carnavaleros, novelas costumbristas y cuentos, como también editoriales que suelen afectar la soberbia del poder político.
Rivero es como el vallegrandino Neftalí Morón de los Robles un “camba colla superao” pues sin dejar de amar la tierra natal, vivió y apreció durante años las costumbres de La Paz. Cuando lo conocí, una mañana invernal, en un desayuno de trabajo en un hotel paceño, fue el primero que puntual llegó a la cita. Me confesó que siempre se levantaba antes del sol y su costumbre de bañarse con agua fría, aún en la ciudad de las alturas.
“Quiero entrañablemente a esta ciudad donde pasé tantos años con mi familia, en mis primeros empleos. Me gusta su cultura, la comida y su gente”, comentó nombrando diferentes circunstancias. Ese respeto con el otro fue una característica en su vida personal y en su trabajo como director del periódico boliviano de mayor tiraje y ello se refleja en la reciente biografía.
Una de las mejores características de “El Deber” es su tono pluri multi en una sociedad que recibe a diario decenas de migrantes y que los debe absorber como no sucede en ningún otro lugar del país. No sólo las crónicas cotidianas sino los reportajes especiales, los testimonios de vida y también las páginas sociales abren espacios para que potosinos, muchachas del Plan Tres Mil o colonizadores cuenten sus historias, sus luchas, sus demandas.
Aunque algunos personeros, incluso gente ligada al periodismo, lo ignore, Rivero Mercado y otros periodistas fueron los primeros en difundir los derechos de las minorías. Antes de cualquier comisión contra racismos y discriminación, Rivero auspició portadas a todo color mostrando las luchas de homosexuales en sus marchas de orgullo gay.
Fue un reportaje costeado por Rivero y más tarde premiado en España el que dio cifras y datos sobre la explotación de los bolivianos en las factorías clandestinas de Sao Pablo y Buenos Aires. Algo que ya se rumoreaba pero que los diplomáticos bolivianos acreditados en esas capitales dejaban pasar, dejaban hacer.
Recuerdo también la campaña contra “El Deber” y su director cuando ese medio enfrentó al poder de las logias secretas. Sin embargo, y es algo que cito en mis libros sobre medios de comunicación, la audiencia cruceña salió en su defensa como mejor podía: comprando más ejemplares del matutino. Igual que ahora, ante los ataques, la última encuesta sobre preferencia de los lectores opta por este matutino independiente y por el respaldo a su director.
La autora es periodista
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