Conversando con Dennis Morales, escritor de ciencia ficción, sobre su novela NOVA
Entrevistador: Iván Prado Sejas
Dennis Morales Iriarte nos sorprende nuevamente con su segunda obra NOVA, editada por Kipus. Una excelente novela de ciencia ficción dura para un público lector exigente. Después de haber publicado “Venus Reluciente”, Dennis se lanza, con NOVA hacia nuevos universos, donde explora el conflicto entre civilizaciones de replicantes y civilizaciones de humanoides. La historia de "Nova" repercute en el corazón de un ser humano, quien duda de sus principios al haber encontrado un ser que moviliza sus afectos.
Dennis Morales, nuevamente muestra su gran capacidad imaginativa, y para saber sobre su obra le hicimos la siguiente entrevista:
Iván Prado Sejas.- ¿Háblanos de los antecedentes que te llevaron a escribir NOVA?
Dennis Morales.- Como biólogo de profesión tuve abundante información técnica en cuanto a las maravillas que los organismos poseen en formas y funciones, y me resulta muy grato extrapolar todo eso a mundos fantásticos, donde no hay límites trazados para la imaginación. Toda la inspiración se venía acumulando como un maelstrom, y qué forma más grata que plasmar una historia como NOVA con la ayuda de una mujer de gran imaginación como era la co-autora Inês Marques da Silva para lograrlo.
IPS- ¿NOVA, parece producir en ti una suerte de sentimientos inimaginables? ¿Esto, por qué?
DMI.- Esta historia fue escrita con una colaboración invaluable cuando era un inmigrante solitario en un país como EE.UU., donde todo era diferente a Bolivia, y por suerte me fue bien, porque todo lo nuevo a mis ojos se convertía en otra fuente de inspiración, tanto en el asombro que quise plasmar a los protagonistas, o a los lugares insospechados que visitaban en toda la galaxia. Como un foráneo yo mismo, me sentía identificado con el protagonista que cree enfrentar todo el universo con una mano por delante y la otra por detrás.
IPS.- El argumento de tu novela nos traslada hacia un futuro muy lejano, sin embargo, por el adelanto tecnológico que se tiene hoy en día, ¿será que este futuro no está más cerca?
DMI.- Las cosas que se descubren en la ciencia cada semana nos dejan pasmados. Uno creería que ya no queda dónde más ir al respecto, y como siempre ha ocurrido en el curso de la historia, uno termina estando equivocado. La globalización es el verdadero principio de este futuro pronosticado, y sin embargo, la gente aún vive aislada en recónditos lugares creyendo que no les puede pasar nada, pero sí, y eso es la tecnología que avanza y les llega de forma indirecta. ¿Acaso la historia no se repite a sí misma de vez en cuando? Por ejemplo, el tema de la esclavitud. Ha ocurrido incontables veces en todas las eras, y ahora que estamos "civilizados" nos resulta impensable u ofensivo, pero qué si bajaran los estándares de pronto, cuando se da una oportunidad o una necesidad, como en otros momentos históricos. Eso es un tema delicado, que queremos que se mantenga lejos en el tiempo. O en el espacio.
IPS.- Sin entrar en mucho detalle, y para no quitarle al lector la posibilidad de que haga descubrimientos, ¿qué es lo que más resaltarías de tu obra?
DMI.- A pesar de ser una historia de ciencia ficción ambientada en tiempos remotísimos, culturas imposibles, tecnología impensable, etc., el núcleo mismo sobre el que gravitan todos los acontecimientos es el amor. Como suena, NOVA acaba siendo una historia de amor imposible, del descubrimiento de las propias limitaciones, de la superación personal, y claro, de la lucha que todo eso conlleva para ser alcanzado.
IPS.- ¿Te apoyas en alguna investigación científica para conjeturar la existencia de civilizaciones de replicantes?
DMI.- Han existido numerosos ejemplos de replicación en la fauna terrestre, que se dan de forma espontánea, por ejemplo la partenogénesis de abejas y pulgones y ciertas lagartijas, como una auto-clonación; y la mayoría de las veces en ambientes controlados, en otros organismos inferiores, hasta llegar a la famosa oveja Dolly. El fenómeno que he usado como base en la novela es el mimetismo extremo, que es una imitación de formas o de comportamientos, y que se aprovecha para imitar al ser humano en toda su complejidad, y en efecto, conseguir replicantes para todo uso y gusto.
IPS.- Entrando a la trama de la novela, donde aparecen conflictos entre replicantes y personas, ¿cómo en este ambiente puede surgir una atracción afectiva en dos seres diametralmente opuestos o diferentes?
DMI.- El amor es ciego, dicen, no discrimina en credos, colores, culturas o países. Por qué no también razas. Imagínense a Eros, del panteón de dioses romanos, enamorándose de Psique, una humana nada menos, cuando entre ellos existía una diferencia abismal. Cuando las condiciones son las apropiadas uno se enamora en la más disparatadas de las circunstancias, y quizás llegue un momento en el que alguien encuentre a esa persona especial aún si proviene de otro planeta, ¡aún si no es humano pero imita a la perfección a uno! El aspecto moral lo aplica el lector mismo.
IPS.- ¿En qué medida el hecho de que seas Biólogo y Músico, al mismo tiempo, influye en tu visión distópica o utópica de la vida?
DMI.- Como biólogo, estoy al tanto de todos los esquemas que se dan a mi alrededor, en una gama amplia de factores y condiciones, para el hombre, el medio ambiente, los animales, el planeta en general; y muchas veces es una visión que resulta desalentadora por cuantos problemas se dan en todas partes. Ahora, como novel estudiante de música, aprecio el positivismo de la aventura musical, de cada cosa nueva que aprendo, de los maestros inmortales que se reflejan en todo lo bueno del conocimiento humano, del mensaje que termina en un nivel emocional grato dejándonos con ganas de mejorar. Ambas situaciones resultan en un reto para proseguir sin escatimar energías para progresar, para alcanzar el bien, de una u otra forma. El futuro puede verse lóbrego, pero estamos aquí para encontrar soluciones, mientras que hacemos el camino más entretenido.
IPS.- ¿Cómo está hoy en día, según tu apreciación, la narrativa fantástica boliviana? ¿Por qué el lector debe leer la producción de ciencia ficción de escritores bolivianos?
DMI.- Los escritores nos hemos dado cuenta que ha habido una diversificación reciente, bueno, en las últimas décadas, y han aparecido exponentes muy impresionantes en esta rama literaria. De pronto los lectores tienen material en abundancia para poder elegir, sin temor en explorar mundos e historias fantásticas, escapando quizás de lo tradicional que antes era como una norma, pues no había otras cosas en el mercado. Es un nuevo Boom y estamos conscientes de ello, las casas editoriales lo saben, y ahora los lectores están más contentos por cuantos nuevos caminos se exploran. Por eso mismo, la ciencia ficción en especial, me atrevo a decir, nunca va a dejar de sorprender a propios y extraños sedientos de aventuras. Es un cambio de paradigmas, que es apreciado por los lectores, ya que nosotros escribimos para ellos, no para nosotros mismos.
IPS.- Acabamos de conocer que el Premio de Literatura Marcelo Quiroga Santa Cruz, versión 2013, fue otorgada a una novela de ciencia ficción “El Hombre”, de Álvaro Pérez Q. Asimismo, el 2011 fue premiada otra novela de ciencia ficción, “Hyperrealidad”, de Ronald Rodrìguez, y en 1998 fue premiada la novela corta “Inka Kutimunña”, que tiene elementos de narrativa fantástica quechua. ¿Cómo esto repercute en el desarrollo de la literatura fantástica boliviana y latinoamericana?
DMI.- Esto es el precedente del cambio que he mencionado antes. Lento por constante, acorde a las tendencias generalizadas en muchos países, mostrándonos lo que la crítica tiene que decir en Bolivia. Ha habido espacio para todo, y ahora se abre con fuerza una nueva corriente que es reconocida, galardonada y muy apreciada, pero que a la vez es discriminada por los tradicionalistas. Es cierto que muchos literatos enfrascados en una escuela u otra no ofrecen mucho apoyo a los cultores de nuevas tendencias, y sin embargo los resultados nos muestran que los tiempos cambian, y que siempre habrá esa necesidad para explorar lo diferente.
IPS.- Sé que haces parte de SUPERNOVA, sociedad de escritores de narrativa fantástica y ciencia ficción, ¿cuál es tu rol en esta organización?
DMI.- Tengo la grandísima suerte de dedicarme al análisis y crítica literaria de las obras de otros miembros o de terceros. Yo mismo no soy un literato, pero es una tarea fascinante y a la vez difícil, que encaro con diligencia haciendo uso de mis limitadas herramientas, que me permiten crecer como persona, autor, y ayudante. Por supuesto que he leído mucho, como 400 libros, no como un pasatiempo mecánico, sino por un interés analítico y por la avidez de superación, y lo que he aprendido me permite hacer juicios valorativos pertinentes cuando un colega me otorga el privilegio de leer una de sus obras. Con todo esto, uno aprende más para poder ayudar más.