De cerca con “La saga del esclavo”
Por Gaby Vallejo Canedo
Adolfo Cáceres, apasionado por la investigación histórica y bibliográfica se auto-descubre de pronto escribiendo una hermosa novela histórica, “La saga del esclavo”, donde trabaja las inacabables guerras de la independencia del Alto Perú en contraste con la fragilidad del ser humano, las inestables posesiones materiales, la fragilidad del poder y de la vida.
La novela, estructuralmente, maneja un contrapunto narrativo entre la historia de las guerras de independencia y la interioridad dolorida, conflictiva de algunos personajes.
Capítulos sobre la presencia del ejército Castelli en el Alto Perú, la participación de Goyeneche - triunfador de Guaqui - estrategias de guerra, los enfrentamientos y batallas, el ingreso a Potosí de Puerreidon, lugarteniente de Castelli, el robo de la Casa de las Monedas, las intervenciones de Fray Benito Moxó y Francolí y Francisco de Paula Saenz, pasajes expuestos con minuciosos detalles históricos, en un vocabulario en exacta correspondencia con la época y las prácticas de guerra, muestran a un Cáceres estudioso e investigador en el territorio de los documentos de la época. Un detenimiento estético en las descripciones del encuentro de cuerpo a cuerpo, de la sangre, de los golpes con arma blanca en la piel, en el músculo, dan a la historia un intenso realismo.
El novelista trabaja con la misma pasión que el historiador en la interioridad de los personajes. Un intenso pasaje vivido por Isabel - hija del español Cienfuentes fusilado por orden de Castelli, en la noche tormentosa de vuelta al vacío: la propia casa sin padre - muestra al Cáceres que se introduce con éxito en la profundidad del dolor humano.
El Sambo Francisco - otro personaje fundamental - atraviesa una intensa lucha interior. Su vinculación con la iglesia, con los nuevos sucesos de guerra y sus antiguos compinches ladrones le llevan a actuar como auténtico predicador obseso, como un santo del socavón, lugar en el que se recluye. Son muchos los pasajes que el escritor entreteje para el alma atormentada y sufriente de Sambo Francisco,
Se dice que todo escritor vuelve a sus propios demonios o las constantes temáticas de su propia narrativa. Encontramos a Cáceres regresando a pasajes similares a los que escribió en “La mansión de los elegidos”. El tema religioso, las obsesiones del Sambo, que vacila entre el amor y la entrega a la vida contemplativa, los pasajes de sanación de una intensidad parecida a un exorcismo, nos acercan a “La mansión de los elegidos”.
El uso de diversos tipos de letra, la voz narrativa de un interlocutor que habla de “tú” a los personajes, las consideraciones de un narrador en tercera persona, invisible, son signos de un escritor multifacético, que se mueve libremente en el relato. El final abierto de la novela deja la opción al lector de creer que después de 15 años de tanta sangre y tanto sufrimiento se vieron mejores tiempos en el Alto Perú y la tarea de indagarlos.
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