domingo, marzo 06, 2011

Rodrigo Hasbún : «Mi verdadero aprendizaje sucedió con la música»



Granta es una prestigiosa publicación literaria de origen inglés, que desde 1983 viene publicando una lista que anuncia las próximas figuras a seguir en el arte de las letras. Desde ese año ha seleccionado cinco generaciones de autores recomendados, alternando entre autores británicos y estadounidenses, muchos consagrados y célebres.
La onceava edición de Granta ha sido traducida a nuestro idioma e incluye la lista de los 22 mejores narradores en español.
El novelista cochabambino Rodrigo Hasbún es el único boliviano de la lista y comparte honores junto a Alejandro Zambra (Chile), Oliverio Coelho (Argentina), Carlos Labbé (Chile), Andrés Neuman (Argentina) y Santiago Roncagliolo (Perú), entre otros.
-Hasbún conversó via Internet con Escenas: “En mi adolescencia era guitarrista de un grupo de música. Al principio sólo hacíamos versiones de canciones que nos gustaban, pero poco a poco fuimos dejándolas de lado y empezamos a escribir las nuestras propias. Así que lo primero que escribí en mi vida fueron canciones, a veces con mis amigos, a veces solo. En esa época yo estaba seguro de que iba a dedicarme a la música de por vida. Unos años después a algunos nos tocó ir a la universidad y a los meses dejamos de aguantar el ritmo de nuestras vidas dobles y el grupo se deshizo. Yo tenía diecisiete años y de un día a otro, sin darme cuenta, quizá para protegerme de todo lo que sentía que estaba perdiendo, comencé a leer más y más en serio y también a escribir. Como había sucedido antes con las canciones del principio, esos primeros cuentos eran versiones involuntarias de lo que estaba leyendo”.
-La revista Granta te incluyó en su lista de los 22 mejores narradores jóvenes en español. ¿Cómo te ubicas en la lista? ¿Existe alguna similitud entre tu discurso (estética literaria) con el resto de tus colegas o disientes del sentido generacional?
-Eso me parece que se ve mejor desde fuera y que discutirlo, además, le corresponde más a los lectores, que siempre disponen de una perspectiva más amplia. Yo tengo algunas impresiones, pero son eso nada más, y no siempre llegan a algo. Siento, por ejemplo, que hay una resistencia común a asumirnos como parte de una generación y que esa resistencia, casi paradójicamente, revela quizá un rasgo generacional. Siento también que hay una desconfianza y un cansancio compartidos, y eso desemboca a su vez en la brevedad y en la fragmentación de la mayoría de los libros de los escritores de la generación o no generación. Por otra parte, y esto es quizá lo más importante, la mayoría tiene un interés marcado por explorar el lenguaje, por forjar una lengua privada donde confluyan otras y por filtrar discursos mayores (ideológicos o políticos, nacionales o trasnacionales) desde registros menores. Todo eso otro se tensiona ahí, de maneras más ocultas pero no menos significativas.
-El diario inglés The Times opinó que la lista de Granta obedece a autores nacidos en la era post dictaduras ¿Cuál es tu posición al respecto?
-Lo político se asume desde una perspectiva distinta, pero está ahí. Aparece condensado en las relaciones interpersonales y en los intersticios de la intimidad, en cualquiera de sus grietas. Asoma también, por supuesto, en el lenguaje mismo. En su uso, en sus forzamientos, hay necesariamente una postura ideológica, una manera de mirar.
-¿Qué pasará cuando pases los 40, desaparecerá la magia del novel escritor para pasar a la adultez?
-No me gusta pensarme así, como si fuera un atleta. La literatura tiene un ritmo diferente, juega a otra cosa, más allá de lo que se haga fuera de ella. Más allá de las etiquetas.
-Háblanos sobre algunos escritores que te han influenciado.
-Siento que mi verdadero aprendizaje de escritor sucedió en la música. La posibilidad de una experiencia más sensorial, que exalta o conmueve a partir del ritmo y de las atmósferas que crea, es algo que en la música se ofrece de forma casi natural y yo he intentando tenerlo presente cuando escribo. Luego me fui acercando a escritores y cineastas que eran tremendos en ese sentido. Estoy pensando en Onetti y Saer, en Cheever y Colm Tóibín. Y también en Cassavetes y Béla Tarr, en los hermanos Dardenne, en Wong Kar-Wai.

Perfil

De la música a las letras
El 2002, Hasbún ganó el Premio Nacional de Cuento otorgado por el municipio de Santa Cruz, en dos ocasiones fue finalista del Concurso Nacional de Cuento Franz Tamayo, hasta la publicación de Cinco (Gente Común), su primer libro de relatos. El 2007 ganó el Premio Nacional de Literatura Santa Cruz de la Sierra en la categoría de novela, con su obra El lugar del cuerpo, publicada luego por Editorial Alfaguara. Paralelamente a su afición literaria, Hasbún se ha dedicado a escribir guiones de cine. Una muestra plasmada fue Rojo del director Martín Boulocq, con quien comparte el crédito del Premio de Guión de Literatura y Cine auspiciado por Petrobras, premiando en 2007 el guión Los viejos.
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