miércoles, agosto 15, 2007

Chaqui fulero : Los cuadernos perdidos de Víctor Hugo Viscarra



El editor y escritor Manuel Vargas ha recopilado durante 7 años los diversos cuentos que escribio el fallecido Bukowski boliviano Victor Hugo Viscarra.
La obra de 150 páginas titulada CHAQUI FULERO, es una de las presentaciones mas inesperadas de la feria del libro 2007 de la ciudad de La Paz.
Estos cuentos fueron recopilados como material narrativo que no fue publicado en los anteriores libros de este genial escritor boliviano.

ALGUNOS CUENTOS BREVES INCLUIDOS EN EL LIBRO POSTUMO DE VISCARRA*


Si estás cansado, descansá un poco

Sí, ya sé, estás tan cansando que hasta te de flojera abrir los ojos para saber si aún el sol ilumina tus días. Pero, no te preocupes, porque como tu cansancio es tan fuerte, te recomiendo que te pongas a descansar lo más que puedas, porque tal vez sea el último descanso que te tomes en mucho tiempo.
No, no son gotas de lluvia las que caen sobre tu rostro y te ponen tan tranquilo. Son… ¿cómo podría decirte? Algo tan importante que hasta las palabras me faltan por describirte su real significado. Pero, como estás cansado no me vas a poder entender. Aun así, seguí descansando porque es tal la magnitud de tu cansancio que no te puedes dar cuenta que estás muerto, y una cosa simple como ésa va a ser difícil que en estas circunstancias puedas comprender.

La canción del despecho

Tengo la leve sospecha de que ya no soy el dueño de tus emociones, porque cada vez que te miro directamente a los ojos, encuentro grabada la mirada del otro. ¿Cuál otro? Todavía me lo preguntas, como si no supiera a quien me estoy refiriendo.
Al caballero ese que trae serenatas a tu casa, y que escribe poemas, y les regala flores, y vos con lo tontita que eres, crees que está perdidamente enamorado de ti, y él lo único que hace es galantearla a tu vieja (que no está tan mal que digamos), quien desde que quedó viuda, está pidiendo a gritos varios ratones tiernos para consolarse en su chochera prematura.
Pero, como la soledad es el consuelo de los que han perdido batallas sin pelearlas, ojalá tu vieja halle satisfacción en lo que hace. Yo, simplemente tendré que olvidarme de vos, porqués tanto tiempo te estaba galanteando (aunque no te escriba versos y no robaba flores para obsequiarte), era a tu vieja a la que estaba persiguiendo y tú me servías solamente como una excusa para acercarme a ella.



La Creación según Víctor Hugo

Todos sabemos que en el espacio el tiempo es relativo. Da lo mismo un millón de siglos que un segundo. Pues bien, en un momento de esos, dios, aburrido de la oscuridad que le rodeaba, por si acaso dijo: “Que la luz se haga”, ¡y la luz se hizo!
Entonces, dios descubrió que tenía poder, y como niño con juguete nuevo empezó a crear satélites, planetas, asteroides, sistemas planetarios, nebulosas, big bangs, meteoritos y galaxias. Al sexto día, dios vio que su Creación era buena.
Como para entonces a él ya le estaba molestando la vida nómada que llevaba, escogió lo mejor que había creado, o sea la Tierra, para que sea su morada. Como toda persona educada y hacendosa, la ordenó de acuerdo a los últimos chillidos de la moda. Creó ríos, aves, animales, brisas, nubes, plantas y manantiales… Al séptimo día, dios vio que su Creación era muy buena.
Una tarde, él estaba paseando por un vallecito –donde en la actualidad queda Cochabamba– sintiendo cómo el aire le humedecía los pensamientos y el canto de las aves le alegraba el espíritu. Al doblar una esquina se encontró conmigo.
¡Vaya!, pensó, a este salvaje, ¿en qué instante lo he creado?
Entonces dios se vio a sí mismo y descubrió que él estaba hecho a mi imagen y semejanza. Y fue que en ese instante sintió miedo, porque así como él podía crear de la Nada cosas, temió que yo lo hubiese creado a él. Y en esos momentos sufrió un trauma psicológico porque comprendió que su creación era un fracaso, puesto que su poder no era tan ilimitado como parecía.
Y dios quiso vengarse de mí. Pero, como dudaba de la efectividad de su poder –dios es dios, además es una persona mucho más vieja que yo y por lo tanto tiene más experiencia– , ideó la mejor manera de cobrarse el hecho de que yo le haya destrozado sus esquemas. Dios creó a la mujer, para que se ella la que, manejando mis sentimientos, me derrote las veces que le dé la gana.



Momento previo a la paranoia
La lucidez se aleja intermitentemente de mi cerebro y fantasmagóricas escenas vienen a perturbar la paz de mis pensamientos.
Tras la tormenta, ha llegado a brillar nuevamente en el cielo un escuálido sol que recuerda que aún estamos en primavera. La ciudad ha quedado regada por los despojos de la tormenta y no brillan ya los astros en el infinito. (Claro, cómo van a brillar si aún es de día).
Me imagino que eyaculo cada vez que aflora en mí el sadismo; siento una humedad melosa en mi ropa interior, y hasta se podría decir que gozo internamente al ver el dolor ajeno. Pienso que si acaso no estaré despertando en mi ser lo llamados instintos sádicos. Y eso me asusta. (Aunque esto de asustarme parezca más irreal que la castidad de Blanca Nieves viviendo entre los siete enanos onanistas y depravados).
Anoche soñé con que la muerte se negaba a venir a buscarme. Ella, como toda persona que pertenece al sexo femenino, se hizo la que no le importaba mi paso por este planeta llamado Tierra. Y en ese mismo sueño, soñé que empecé a flagelar a la muerte y ella se retorcía sumida en un éxtasis mezcla de dolor y placer.
Desperté y vi que la muerte seguía en mi lecho pidiendo que la siga golpeando. Abrí los ojos, pero ella ya se había ido.
No sé si estoy cuerdo o demente. Tal vez ambas cosas fundidas en una sola. Tampoco sé si lo que siento es placer, o tan sólo la necesidad de escribir algo que refleje lo que en estos momentos estoy sintiendo, y que si no los escribo, un sentimiento de locura invadirá mi cerebro. Y yo tendré miedo de haber nacido, a sabiendas de que nací estando muerto.

*ESTOS CUENTOS SON PROPIEDAD INTELECTUAL DE VICTOR HUGO VISCARRA Y DE SUS EDITORES
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