viernes, julio 08, 2011

Emundo Paz Soldán: “Estados Unidos ha demonizado al inmigrante latino”







Por: Sergio de la Zerda | 12/06/2011


La cada vez más “pesadilla americana” que viven los migrantes latinos en Estados Unidos, y la paranoia norteamericana frente a los extranjeros, es retratada de manera intensa y en varias de sus facetas en Norte, la reciente novela del destacado escritor Edmundo Paz Soldán (Cochabamba, 1967).

De la mano de la prestigiosa editorial internacional Random House Mondadori (para Bolivia en un trabajo conjunto con Nuevo Milenio), la obra, dada a conocer ayer en Santa Cruz y ya en las librerías del país, será presentada este miércoles 15 de junio a las 19.30 horas, en el hotel Cochabamba.

Los mundos cruzados de tres migrantes son la base de la historia confeccionada en buena medida a partir hechos reales, y ambientada en México y Estados Unidos, a lo largo de varias décadas del siglo pasado y de la primera del actual.

Las vidas de Jesús, un adolescente obsesionado por su hermana que se transforma en un asesino serial de los más buscados por el FBI; Martín, un indocumentado que desde el manicomio será uno de los más renombrados artistas plásticos; y Michelle, guionista de cómic atrapada en una tortuosa relación con un docente universitario, son entrelazadas y narradas vertiginosamente por el literato boliviano, profesor de Literatura Latinoamericana en la Universidad de Cornell (Nueva York).

Violencia extrema, racismo, corrupción, desamor y locura forman parte del relato, un éxito de ventas en España, que ha obtenido además reseñas positivas como la del reciente ganador del Premio Internacional Alfaguara 2011, Juan Gabriel Vásquez: “Es una grandísima novela, un rascacielos de nuestra generación”.

Paz Soldán, de quien el mismísimo Nobel Mario Vargas Llosa ha dicho: “Una de las voces más creativas de la actual literatura latinoamericana”, reconfirma con su nuevo trabajo su nombre como sinónimo de literatura boliviana en el mundo.

La RAMONA dialogó con el autor de Río Fugitivo (1998) y Los vivos y los muertos (2009), entre otros libros, acerca de Norte, la migración y sus nuevos proyectos.

-Sus tres últimas novelas, Palacio Quemado, Los vivos y los muertos y Norte, bien podrían haber sido de no ficción de principio a fin. ¿Por qué en el caso de Norte no se animó del todo al género?

La investigación me ayuda a situar a los personajes, pero a partir de esa investigación me interesa mucho la posibilidad de fabular la psicología de los personajes. Con la no ficción de principio a fin me sentiría atado tratando de ser fiel a unos personajes y situaciones; yo prefiero inventar con conocimiento de causa.

-Se indica que Jesús, el psicópata de la nueva historia, reflexiona así: “Podía decirse que entendía algo de cómo funcionaba el país detrás de la línea. Era un gigante tosco, desamañado. Como todos los gigantes, tenía vulnerabilidades”. ¿Cuáles cree usted que son las principales debilidades de la sociedad estadounidense?

Su concepto protestante del trabajo hace que les sea difícil tener una visión equilibrada de la vida. También es un país demasiado confiado en su propio poder. Además de eso, todavía cree mucho en el mito del “crisol de razas”, lo que hace que desconfíe, por ejemplo, de unos inmigrantes como los latinos, que quieren aprender inglés pero también seguir hablando español.

-Su anterior novela, Los vivos y los muertos, se enfoca también en la violencia, aunque protagonizada por anglosajones nacidos allí y no por migrantes. ¿Es Norte la contracara de un país en el que el crimen es síntoma de decadencia?

No sé si el crimen es síntoma de decadencia en los Estados Unidos. Lo que me impacta es la forma en que la violencia es parte de la cotidianeidad de la sociedad norteamericana. Es un país de frontera, un país fundado en la violencia, en el que el derecho del ciudadano a portar armas está establecido en la Constitución. Mis últimas dos novelas querían rastrear, desde diferentes perspectivas, las raíces de esa violencia cotidiana. En ese sentido, ni Los vivos y los muertos ni Norte son contracara; son más bien la cara de los Estados Unidos.

-Norte plantea una visión muy desangelada de la migración. Sin embargo, en una entrevista de El País de España dijo que no quiso plantear un tratado sociológico sobre el tema y que prefirió dejar a los personajes en sus apreciaciones cotidianas. ¿Cuál entonces su perspectiva sobre esta problemática?

Estados Unidos se enfrenta a una gran disyuntiva. Es un país de inmigrantes que ha demonizado al inmigrante latino. A la vez, lo necesita, necesita su mano de obra y su poder económico. Se enfrenta a la contradicción de tener que ir contra sus principios que ha acogido todo tipo de inmigraciones. Por eso es que el tema de la inmigración no lo quiere tocar ningún político; ningún resultado contenta a nadie. De modo que las cosas seguirán así por un buen tiempo: sin solución.

-Los principales personajes de Norte, Michelle, Martín y Jesús, apelan al dibujo como forma de expresión, con mayor o menor énfasis. ¿Considera que es una característica del migrante latinoamericano, ante su falta de arraigo con la lengua extranjera?

No creo que sea una característica. La novela dialoga con las artes visuales, de hecho uno de los temas subterráneos es la forma en que la escritura entra en tensión con la cultura de la imagen a la hora de narrar. A ratos parecería que la escritura no es suficiente y que hay una pulsión que nos lleva a buscar otros medios de narrar hoy, más visuales. Yo confío, sin embargo, en las posibilidades de la escritura, en la necesidad de dialogar creativamente con otros medios.

-A su vez, los personajes comparten prisiones temporales: la cárcel, el manicomio, la academia. ¿El autoproclamado país de la libertad tiene siempre presidios reservados para sus residentes ilegales?

No sólo para los ilegales. Para que exista una cultura de la libertad tiene que haber una cultura del confinamiento. Eso es lo que se suele olvidar de los Estados Unidos.

-Ha anunciado que trabaja en una novela de ciencia ficción sobre las guerras de Afganistán e Irak. ¿Podría ser su primera en inglés? ¿Por qué no le interesa todavía escribir en este idioma, pese al éxito ya conseguido en español?

No me interesa escribir en inglés. Me siento más seguro escribiendo en español, creo que mi español tiene muchos más matices que mi inglés, y a la hora de escribir ficción lo que importa sobre todo el matiz.

-¿El haber sido publicado por una editorial como la prestigiosa Random House Mondadori le da un plus a su trabajo? ¿Cree usted que de no haber salido de Bolivia hubiera alcanzado triunfos literarios?

Toda editorial tiene un público diferente y yo me siento contento de estar en Mondadori, pero también me siento contento de estar en editoriales más pequeñas, como Nuevo Milenio en Bolivia o Estruendomudo en el Perú. En cuanto a la otra parte de la pregunta, la verdad que no lo sé.
h2 class="sidebar-title">Vínculos Creative Commons License
Detta verk är licensierat under en Creative Commons Erkännande 3.0 Unported Licens.