Jesús Urzagasti | Escritor: «El periodismo boliviano se definía por su coraje»
Ricardo Herrera
Sin duda alguna la presencia de Jesús Urzagasti en la Feria Internacional del Libro de Santa Cruz es un acontecimiento especial. El escritor chaqueño, considerado uno de los narradores más importantes del país, estará hoy presentando la redición de su novela Un verano con Marina Sangabriel. A pocas horas de su llegada, el autor de Tirinea y En el país del silencio accedió a respondernos algunas preguntas.
- La mayor parte de sus libros han sido de ediciones personales. Incluso ha dicho que prefería las ediciones artesanales, pero en los últimos años ha reditado varios de sus títulos en editoriales como Plural y ahora con Gente Común ¿Qué lo llevó a tomar esa decisión?
- Sucedió lo siguiente: aparecieron Ariel Mustafá y Marcel Ramírez, de la Editorial Gente Común, y me propusieron publicar mis libros bajo un sello que garantiza al autor mejor distribución y mayor llegada a los lectores. Las condiciones me parecieron óptimas, de tal suerte que Ariel, Marcel y su equipo de colaboradores ya se hicieron cargo de la quinta edición de De la ventana al parque. Después de Un verano con Marina Sangabriel vendrá Los tejedores de la noche; y si no es mucho pedir, concluirá la gestión 2011 con El árbol de la tribu, volumen que recoge mi obra poética (entiendo que la versión italiana de dicha compilación saldrá a finales de este año bajo el sello Il Ponte del Sale.
Cierto que en el curso de varias décadas edité mis libros por cuenta propia, con la ilusión de tener un trato continuo y directo con el lector. Me fue bien; es decir, regular para no recular.
Dicho sea de paso, en este ajetreo no primó la idea de llevar la contra a las editoriales; simplemente no recibí ninguna oferta, ni por angas o por mangas. La prueba está en que no me negué a que Plural Editores publicara Tirinea y tampoco me escabullí cuando la Editorial Gente Común me apalabró para un proyecto que juzgo promisorio.
- Hace diez años sugirió dos formas de leer Un verano con Marina Sangabriel. Una era la manera tradicional y la otra siguiendo el orden que sugiere el escritor ¿Tiene nuevas instrucciones para los lectores de esta segunda edición?
-Una década después de la primera edición de Un verano con Marina Sangabriel, las cuestiones de fondo siguen intactas, no así sus expresiones periféricas; dicho de otra manera, la hojarasca que engañaba con su aparente verdor se desprendió por su cuenta, empujada por su propia caducidad.
El hecho de que el primer capítulo escrito de Un verano con Marina Sangabriel correspondiera al Nº 18 y el último al Nº 1, habiendo saltado con los restantes de un lado a otro, animado por certezas no comprobables, me llevó a sugerir dos formas de lectura; la primera, según el orden seguido durante la escritura; la otra, según la disposición establecida por el libro impreso.
En la segunda edición he prescindido de semejantes artilugios, porque en estos menesteres incluso la mínima artesanía termina siendo secreta e intransferible; y, principalmente, porque el lector sabe de estas cosas tanto o más que todos los autores juntos.
-Algunos años atrás con la publicación de su novela El último domingo de un caminante dijo que cerraba un ciclo y que a partir de ese momento volvería a la poesía y a los libros más reflexivos ¿Ha sido fiel a esa idea?
- En realidad, el ciclo se cerró con Un hazmerreír en aprietos. Y sin dármelas de brujo, después de unos soberanos costalazos, escribí un libro de poesía: Frondas nocturnas. Ahora estoy aquí, asombrado por el aire reflexivo que se gasta el silencio.
- ¿Sigue creyendo que apostando por lo local se puede acceder a un lenguaje universal?
- En mi caso, apostar por lo local de ningún modo significa dar rienda suelta a costumbrismos de mala ley; por el contrario, estimo que el conocimiento de lo propio es requisito indispensable para tallar un mundo de palabras comunicativas, lo cual no supone descalificar caminos disímiles, al fin y al cabo en estas aventuras, como en otras, mandan los resultados.
- Tirinea fue elegida entre las diez mejores novelas de la literatura boliviana ¿Para usted cuáles serían las diez mejores?
- Es sabido que corresponde a los críticos establecer el canon literario de un país o de una época. Yo me considero un lector común y corriente. Quiero decir que por mis manos pasaron libros de todo tamaño y procedencia; al cabo de los años, muchos perdieron el brillo con que llegaron; otros, en cambio, salieron de su propia oscuridad con una luz inesperada. Esta experiencia me ha enseñado que cada lector sigue un itinerario desconocido en su trato con los libros. Ahora bien, la idea de elegir las diez mejores novelas bolivianas tenía algo de descabellado; la prueba está en que ya no son diez, sino quince, y por si fuera poco, apenas se editaron dos.
Mientras no haya en el país una gran masa de lectores capaz de remarcar los productos que considera de primera, largo tiempo estaremos bamboleando entre la fama efímera y el tufo de la incertidumbre. En suma, todo pasa por el cedazo de esa economía mayor, que es la educación.
-¿Y cuáles serían para usted los diez mejores poetas bolivianos?
-Frecuento la poesía de Ricardo Jaimes Freyre, Óscar Cerruto, Jaime Sáenz, Roberto Echazú, Pedro Shimose, Eduardo Mitre, Fernando Rosso y Vilma Tapia Anaya.
-Hace algunos años también dijo que creía que el futuro de una buena literatura estaba en Santa Cruz ¿por qué?
-Hace años afirmé en La Paz que el porvenir de la narrativa boliviana estaba en Santa Cruz. Cuando se me demandó por qué, dije: ‘Probablemente porque en la capital oriental no hay Facultad de Letras’. Ahora que se me formula la misma pregunta desde Santa Cruz, puedo asegurar que en este país abundan hormas narrativas singulares, tan distintas entre sí que en el fondo no se contradicen.
-Durante más de 20 años ejerció el periodismo ¿Cómo ve la situación actual del periodismo en el país?
- A diferencia de lo que ocurría en otras partes, años ha el periodismo boliviano se definía por su coraje para informar sobre lo que todo el mundo sabía y no se atrevía a decir. Ignoro qué grado de vigencia tiene esa ética en los días que corren, pero está claro que la aparición de la Internet ha trastocado un orden que parecía inalterable, trayendo cosas buenas y también de las otras, porque el exceso de información tiende a mutilar la comunicación.
- ¿Qué tipo de lecturas son las que más le interesan en la actualidad?
-Las que me permiten atar los cabos invisibles.
-¿Actualmente qué está escribiendo?
-Si usted lo supiera, tampoco me lo diría.
Perfil
Algo de su amplia trayectoria
Nació el 15 de octubre de 1941 en la provincia Gran Chaco, Tarija, al sur de Bolivia. Es bachiller en humanidades y cursó un año de ingeniería (Geología) en la Universidad Mayor de San Andrés, de la ciudad de La Paz. Trabajó un año (1965) en el Instituto Cinematográfico Boliviano y fue asistente de dirección durante la filmación de Ukamau, largometraje de Jorge Sanjinés. Trabajó en el diario Presencia de 1972 a 1998. Fue jefe de la sección cultural, jefe de redacción y director de Presencia literaria. En 1969 obtuvo una beca de la Fundación Guggenheim. Su novela En el país del silencio fue traducida al inglés por Kay Pritchett y publicada por la editorial de la Universidad de Arkansas en 1994. De la ventana al parque fue reditada por la Unam de México e incluida en la serie Rayuela Internacional . Entre sus libros de poesía se encuentran Yerubia y La colina que da al mar azul, y tiene una obra en prosa titulada Cuaderno de Lilino. Algunos de sus poemas fueron incluidos en antologías de Aldo Pellegrini y Julio Ortega. Participó en reuniones literarias realizadas en diversos países. Su obra narrativa ha sido objeto de diferentes estudios de críticos del país y del exterior .
Algunos de sus libros
Tirinea
Fue su primera novela y la primera edición la realizó la editorial Sudamericana, de Argentina. Fue elegida entre las diez novelas más importantes de Bolivia por un grupo de prestigiosos escritores.
En el país del silencio
Su segunda novela fue escrita ente 1981 y 1982. Ha sido traducida al inglés y ha sido objeto de elogiosos comentarios de críticos y escritores de otros países. Algunos consideran que es su mejor novela.
De la ventana al parque
En este relato los muertos que no se conocieron en vida traban amistad en el más allá. Fue editada por primera vez en 1992 y hace poco la editorial Gente Común ha realizado una segunda y definitiva edición
Un verano con Marina San Gabriel
La primera edición de esta novela fue presentada en Santa Cruz de la Sierra hace más de una década. Gente Común acaba de reditarla y será la que presentará el escritor en su visita a la ciudad
Opiniones
Gregory Rabassa
El más conocido traductor literario del español al inglés
Hay quienes dicen que el boom de la novela latinoamericana ya pasó, y que lo único que queda son imitadores. Esto no es cierto. Lo que tenemos, más bien, son continuadores y Jesús Urzagasti está entre los de primera fila.
En el país del silencio me da la sensación de que es lo que Julio Cortázar estaría haciendo si estuviera aún entre nosotros. Su idea del paredros, el doble, está aquí triplicado, pero en un entorno del que Urzagasti tiene el secreto conocimiento. Latinoamérica es una cultura multifacética. Esta es una de las mejores novelas que han salido de América Latina en mucho tiempo, y la impecable traducción de Kay Pritchett lleva su brillo en toda su genialidad al inglés.
Mempo Giardinelli
Escritor y periodista argentino
Tirinea: novela de tiempo irreal y cronograma de sentido inverso (el viejo que narra avanza por momentos hacia su juventud) y novela experimental de las que hoy ya no se escriben, llamó la atención de poetas notables como Alberto Girri y Rodolfo Alonso. Y de casi todos los lectores, que saludaron en este texto la originalidad y la audacia creativa de un escritor impresionante, también autor de novelas como De la ventana al parque, En el país del silencio y Los tejedores de la noche, joyas no de la literatura boliviana, sino de toda Latinoamérica.
Hernán Lara Zavala
Editor, ensayista y profesor mexicano
De la ventana al parque es una novela que combina los mitos de la más pura tradición latinoamericana con los más audaces recursos literarios. El narrador se propone como intermediario con el mundo de los muertos que habitan en lugares dispares y lejanos. Se trata de una novela escrita con humor, lirismo y fantasía en donde la anécdota se va entretejiendo de manera fragmentaria para ofrecernos una aventura de lenguaje e imaginación.
Ángel González Quesada
Poeta español
Escribir es, de algún modo, apresar el tiempo que se narra, pero también, dar fe del tiempo en que se narra. Jesús Urzagasti hace ambas cosas con una brillantez que, personalmente, me ha deslumbrado. He leído tres de sus novelas… y les aseguro que pocas obras literarias me han devuelto tan claramente la confianza en la literatura. A la brillantez expositiva, al apabullante dominio verbal y estilístico, a la intensa y constante provocación que contiene la narrativa de Urzagasti, se une, de modo primordial, un gran conocimiento de la naturaleza humana y una no menor capacidad de reflexión filosófica, que hacen de la obra que conozco de Urzagasti una gratísima sorpresa.
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