La chompa de Evo
Esta columna está dedicada a comentar programas televisivos y aunque el título parezca hoy decir lo contrario, voy a centrarme en lo usual. El pasado martes 17, los del canal de la pelotita —caseros este mes y no por gusto precisamente, quede claro— llevaron al set de su bodrio matinal (Al despertar) a una señora diseñadora de ropa —no vuelvo a decirlas confeccionistas para no seguir levantando ronchas de las y los de la haute couture, aunque la palabra está correctamente usada según la RAE—.El “tema”: analizar las tenidas del aún presidente electo, en unas horas más Presidente Constitucional de la República (cuya posesión para pesar mío no veré en directo pues lo más seguro, mientras usted lee esta columna, estaré volando a Caracas para un curso de una semana), Su Excelencia Don Juan Evo Morales Ayma —le pese a quien le pese, sobre todo a los boys de Mr. Quico—. Acababa de despertar, adormecido por la gripe y la infusión caliente con paracetamol y otras drogas de la noche anterior, cuando me topo con la señora —no reparé en su nombre; la pido me excuse, aunque resulta penoso se haya prestado para semejantes ridículos—, quien acompañada del cada día más patético Gonzalo Rivera trataba de explicar el buen tino o no para vestir del otrora dirigente cocalero.En otro canal más o menos serio como ATB, la Chaskañawi Lema mostraba el lunes 16 un video con la composición que unos mexicanos hicieron respecto de la chompa —o suéter, como prefiera—que Morales lució en su viaje por Europa semanas ha. Acerca de la estólida composicioncilla esa huelgan comentarios; quizás sí una linda réplica, por parte, digamos, de los de Maldita Jakeca de Sucre acerca del presidente Fox y su actitud rastrera hacia lo que hace George “Dubya” Bush (para más explicaciones, aunque está en inglés, sugiero visitar el sitio www.toostupidtobepresident.com).Hay manuales de protocolo, como el que repartieron para los actos relativos a la sucesión presidencial que se iniciaron el pasado lunes en el auditorio del Banco Central, donde se especifica o sugiere: “Damas Traje Cocktail”, “Caballeros Traje Oscuro”. Pero, itero, es una sugerencia y no una obligación, como rasgándose las vestiduras ha hecho ver la prensa ultraconservadora española y algunos medios sensacionalistas de nuestro país.Que el señor Presidente, dada su sencillez y hábitos, vista con camisa y chompa cuando viaja, o con una vistosa chamarra tipo sacón de cuero cuando recogió su credencial de mandatario, es algo meramente circunstancial. El hábito no hace al monje, dice el refrán, y aunque la expresión es más bien cáustica, puede aplicarse asimismo en este caso: ponerse corbata —una prenda que personalmente, pueden corroborar quienes me conocen, siempre he detestado— y paletó (cual dicen los ancianos) no mejora la personalidad ni la sapiencia de quien los porta. Y aquel axioma de que a una persona se la trata según como se la vea (o sea, cómo vista) no es más que fascismo de ropero y angurria europeísta disfrazados sin demasiada sutileza. Espero que esta tarde Su Excelencia vista como le dé la regalada gana, para despecho de los “bien vestidos” de Unicruel y de otras redes que dan trascendencia a lo baladí, dejando de lado, cual enseñan los manuales de periodismo e información que seguramente leyeron —si lo hicieron, claro está— pero mandaron a llenarse de telarañas, la importancia social que debe tener un hecho para ser considerado noticioso
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