domingo, agosto 25, 2013

Astrolabio : Libro de Carlos Saavedra Weise




Carlos Saavedra, a su manera, sin acudir a composiciones retóricas, revitaliza el lenguaje dotándole de nuevas posibilidades expresivas. De una observación de la cotidianeidad del hombre y percibiendo que los seres humanos estamos permanentemente preocupados por construirnos una imagen fastuosa, rimbombante, pero que no comprendemos las cosas en su esencia profunda, ironizando dice: “¿Cómo se cuantas uvas tiene esta botella de vino? Esa es una preocupación permanente en la búsqueda que plantea Saavedra Weise en Astrolabio.

sábado, agosto 24, 2013

II Feria del Escritor Boliviano




Este sabado 24 de agosto de el 2013 se llevará a cabo la II Feria del Escritor Boliviano, en los Jardines del Centro Simón I. Patiño, donde los autores bolivianos pondrán a disposición de los lectores, sus libros, sus experiencias y su presencia.

Todas las generaciones de la literatura bolivina actual se fusionan en una amalgama de talento y arte que dejara huella en la memoria del lector boliviano de todas las edades.......

viernes, agosto 23, 2013

6TO FORO DE ESCRITORES BOLIVIANOS EN EL SALÓN PRINCIPAL DEL PALACIO PORTALES!!




Por: Santiago Espinoza   | 22/08/2013

El sexto Foro de Escritores Bolivianos arrancó anoche en Cochabamba, proponiendo una reflexión sobre la presencia del realismo en la literatura narrativa boliviana del siglo pasado.

Organizado por el Centro Pedagógico y Cultural Simón I. Patiño, el foro, que comenzó ayer y se extenderá hasta este sábado 24, tiene como tema las rupturas literarias en la novela boliviana del siglo XX.

En este contexto, fue el ensayista paceño Leonardo García Pabón quien planteó, en su ponencia, que “el realismo literario boliviano es altamente literario y menos dependiente de una supuesta intencionalidad representativa e ingenua de la realidad social e histórica boliviana”.

Con esta reflexión dio a entender que, más allá de haber visitado frecuentemente episodios como la Guerra del Chaco o la Revolución de 1952, la narrativa realista del siglo pasado supo trascender su contenido histórico y social para reivindicar sus valores estrictamente literarios.

“Si bien es verdad que mucha de la literatura boliviana, al menos del siglo XX, sigue de cerca temas sociales y acontecimientos históricos..., su aproximación a estos hechos, bien mirada, no es ‘sociológica’ ni histórica, sino a través de una fuerte mediación discursiva literaria”, precisó.

García hizo este planteamiento en su ponencia “De Wuata Wuara a Santiago de Machaca. Apariciones y desapariciones del realismo en la narrativa boliviana del siglo XX”, que leyó ante los asistentes congregados en el salón principal del Palacio Portales, donde se celebra el foro.

El análisis del autor paceño fijó como puntos de referencia “Wuata Wuara”, de Alcides Arguedas, y “Santiago de Machaca”, de Jaime Saenz. A la primera obra se refirió por considerarla fundadora de la literatura indigenista boliviana y a la otra aludió por haber liquidado esta corriente literaria.

SAENZ Al margen de García Pabón, la primera jornada del foro contó con la presencia del también crítico paceño Marcelo Villena, quien leyó la ponencia “Una larguísima chalina negra, la foto retocada y el Saenz novelesco”. En ella hizo dialogar la obra narrativa del escritor paceño Jaime Saenz con “Memoria solicitada”, el libro que la poeta Blanca Wiethüchter le dedicó a Saenz.

AUTORES García Pabón (La Paz, 1953) es poeta, ensayista, guionista y profesor de literatura latinoamericana en la Universidad de Oregon (Estados Unidos). Cursó estudios superiores en la UMSA, la Universidad Católica de Lovaina y la Universidad de Minnesota. Ha publicado, entre otros libros, “La patria íntima” (1998).

Marcelo Villena Alvarado (La Paz, 1965) realizó estudios universitarios en la Universidad de Toulouse II, Le Mirail. Espera defender pronto la tesis doctoral en la universidad de París VII, Denis Diderot. Trabaja como profesor en la carrera de Literatura e investigador en el Instituto de Estudios Bolivianos (IEB) de la UMSA. Entre otros libros, ha publicado “Las tentaciones de San Ricardo, siete ensayos para la interpretación de la narrativa boliviana del siglo XX (2003, 2011)”.

Programan para hoy ponencias de Luis Antezana y Willy Muñoz

El sexto Foro de Escritores Bolivianos continuará hoy con las ponencias de los críticos literarios Luis H. Antezana y Willy Muñoz.

Como ayer, su presentación tendrá lugar en el salón principal del Palacio Portales (calle Potosí, casi Portales), desde las 19:15, adonde el ingreso será gratuito.

Muñoz será el primero en presentar su trabajo, titulado “La dificultosa posición de las novelistas bolivianas en la historia de la literatura nacional”. Le seguirá Cachín Antezana, que ha preparado para el foro la ponencia “Sobre la novela urbana en Bolivia”.

Pese a que estaba inicialmente previsto para hoy, el encuentro de los escritores invitados con estudiantes de la UMSS recién se realizará mañana, a las 10:30, en instalaciones de la Facultad de Humanidades (puerta de ingreso por la plazuela Sucre).

jueves, agosto 22, 2013

Abismos de luz y sombra : Poemario de Vanessa Giacoman







Este poemario encierra el micro-universo de una autora que sabe sorprender en sus versos oscuros y en sus metaforas goticas,Vanessa es una escritora que escribe en los géneros literarios del terror y la literatura fantastica.En este poemario hay ecos de ambos géneros narrativos y en un lenguaje muy bien pensado se nos invita a conocer el mundo secreto de la luz y el reino de la sombra......

miércoles, agosto 21, 2013

MAX ARUQUIPA - ESTAMPAS DE LA RESISTENCIA




Este martes 27 de agosto a horas 19:30 en el Museo Tambo Quirquincho se presentara el libro de MAX ARUQUIPA - ESTAMPAS DE LA RESISTENCIA, editado por LETRALIA EDITORES, sello editorial de la FUNDACIÓN OTRO ARTE. Libro trilingüe (aimara, castellano e inglés), elaborado en coedición con el Gobierno Autónomo Municipal de La Paz, en homenaje al premio “Obra de una vida” del LX Salón "Pedro Domingo Murillo" versión 2012.

martes, agosto 20, 2013

Sobre “Obra poética”, de Antonio Terán Cabero


Desde la izq. Pedro Camacho, de editorial Kipus; Antonio Terán Cabero y Gonzalo Lema Vargas, durante la presentación de “Obra Poética” en la ciudad de Cochabamba. - Hernán Andia Los Tiempos



Por Rosario de Urquieta

Antonio Terán Cabero hace entrega a los amantes de la buena poesía “Obra poética”, editado por Kipus.
Terán Cabero, miembro de Gesta Bárbara, grupo literario considerado en las letras bolivianas, por su importancia y trascendencia, similar a la Generación del 27 en España, junto a Gonzalo Vásquez, Jaime Canelas, entre otros, que son presencia indiscutible en la poesía boliviana. Algunos ya dijeron su palabra y se marcharon; palabra que fue bien dicha y habita encarnada en el verso que sigue latiendo en la imagen de rotación perenne.

Terán, poeta vigente en el doloroso oficio de escribir y vivir en verso. Sensibilidad en vigilia, expuesta al soplo suave o a la arremetida de los vientos. Espíritu libre, espontáneo; imposible de someterse a reglas o normas, en definitiva un poeta con mayúsculas. Podemos afirmar en él la existencia del hombre de vocación insobornable, de conciencia sigilosa en la búsqueda que impele la insatisfacción.

El libro que reúne: “Puerto imposible”, “Y negarse a morir”,“Bajo el ala del sombrero”, “Ahora que es entonces”,“De aquel umbral sediento”, “Boca abajo y murciélago. “Otras palabras al acecho”, “Costal de limosnero” nos describe, la fascinación de vivir en la dialéctica de la plenitud y la desposesión, del rapto y el vacío, versos que señalan el destino del hombre signado por la angustia existencial: el superhombre nietzchano pero gusano al fin que se arrastra persiguiendo lo inalcanzable. “Puerto imposible”, amor que evoca Terán en una constante contradicción de significaciones que no se oponen sino se complementan. El Ser, iluso en su pretendida suficiencia, sigue asido a esa libertad-esclavitud aún consciente de que como en el mundo rilkiano lo bello poseído acabará en cenizas.

En lo formal “Puerto Imposible” fluye espontáneamente sin mucho trabajo de construcción. Percibimos cierta cautela expresiva. No se define aún una personalidad literaria. La vida continúa, el poeta seguirá descifrando ese tejido inexorable que representa su mundo, único, extraño, sombrío que se mide con el hecho de vivir.

En “Y, negarse a morir”, se mantiene firme y dolorosa la necesidad de dar testimonio de la realidad cotidiana vivida. Si bien las motivaciones son las mismas: cavilaciones, obsesiones, vacíos, destino, silencio; en suma el dilema existencial; no así la actitud de poeta frente a ellos. Aquí la visión es más dramática, más vital e intensa con una definida oposición al orden inmodificable. Intensidad que trasciende el equilibrio de serenidad expresada en una auténtica subjetividad creadora que subyace en un todo poético.

En lo formal ofrece una nueva imagen expresiva, de mayor reflexión lírica. Terán, más seguro, se atreve a transgresiones sintácticas liberando al verso de esclavizantes estructuras, haciéndolo ganancioso en mayor capacidad de sugerencias y connotaciones.

Poeta lúcido que tiene conciencia de esa limitación, intenta dominar la libertad del verso, la que concibe como expresión original para llevarla, si es posible, a su significación plena; bien tenía razón Cioran al afirmar que: “en la vida del espíritu llega un momento en que la escritura, al erigirse en principio autónomo, se convierte en destino”. Algunos de los libros de Terán deberían ser estudiados a partir de la “fatalidad verbal” que alude Barthes o del doble filo de las palabras en el concepto de Holderlin, también pensando en Octavio Paz o Cortázar y su concubinato con las palabras a contra ruta pero de pasión intensa. En esa misma dinámica de la palabra poética y audacia formal están los poemas de “Bajo el ala del sombrero”. El vacío e ingravidez, la aceptación de la nada sartriana como estado cotidiano pulsan el nervio de la escritura. El volver a la matriz, al útero, a ser semilla en la simiente, evoca la infancia, la nostalgia del regazo materno, de la palabra paterna y del añorado trajinar en la primera casa; es la voz que recupera al “Ahora que es entonces”. Gran parte del campo semántico que configura este libro connota tiempo.

El arma que se impone en la lucha del nunca y el jamás es la palabra que recupera en el recuerdo el ayer, el entonces en el ahora. El soneto de estricto rigor formal --al estilo parnasiano-- es la forma elegida para “De aquel umbral sediento” dividido en partes, entre otras está Eros, sonetos que transpiran la fascinación del cuerpo en los raptos eróticos. En imágenes originales y audaces recorre el tacto las rutas del cuerpo henchido de deseo. Quizá Terán asume como Octavio Paz: “que el erotismo es un juego, una representación en la que la imaginación y el lenguaje desempeñan un papel no menos cardinal que las sensaciones” En “Boca abajo y murciélago” hay una diversidad formal desde el soneto al verso libre, este último sujeto a la euritmia, producto de la selección de palabras que crean imágenes y metáforas de inusitada significación.

En lo temático, siempre alrededor de la preocupación recurrente del “ahora que es entonces”, se combina las simples experiencias de la vida, esa cotidianidad sin dejar de ser igualmente primordial y trascendente. Nos parece el epílogo a tanta pregunta sin respuesta y, finalmente la aceptación a las grandes limitaciones frente a los designios divinos o maléficos que no sabemos de dónde vienen y cuándo se cumplen.

En “Costal del limosnero”, escrito en el agua, nos preguntamos: ¿por qué en el agua? Pensamos en Heráclito y el devenir; nadie se baña dos veces en las mismas aguas. La caducidad del tiempo. La mutación constante.

Cada instante que pasa somos diferentes, hasta quizá otros. En esta concepción los temas son totalmente diferentes, una especie de miscelánea, desde preocupaciones de identidad, intertextos, sonetos minimalistas; hay de todo en este costal, mas siempre bajo un estricto control y exigencia del lenguaje poético, aunque irónicamente el poeta piense lo contrario. Esta, una simple aproximación a “ Obra poética” . La producción lírica de Antonio Terán Cabero es poesía con mayúscula que ya lleva el signo de la sobrevivencia.

lunes, agosto 19, 2013

“El médico y el aventurero”, nueva novela de Raúl Rivero

El escritor cochabambino Raúl Rivero Adriázola. - Los Tiempos  | Usuario




Por Car­los Ar­ce Mo­re­no - Los Tiempos

Después de cuatro obras publicadas y una por presentarse —“El médico y el aventurero” —, ciertamente podemos considerar a Raúl Rivero Adriázola, en estos siete años de producción literaria, como un escritor prolífico. La obra mencionada será presentada este jueves 22 del presente, a las 19:30, en el auditorio Demetrio Canelas del edificio Los Tiempos. En “El médico y el aventurero”, tal como expresa el autor, “hay mucha carne puesta”. Y es que luego de transportarnos en sus anteriores obras a Judea, Asiria y Egipto, allá por el siglo VII a.C.; a Constantinopla y la Italia de la segunda mitad del siglo XV, y de recorrer 1.750 años de historia europea; de haber dado vida, entre otros, a personajes como el mercader Abibaal y el comerciante Doménico Colombo; y recrear a Cristóbal Colón, Leonardo da Vinci, Miguel Ángel, Julio César y Luis XIV, Rivero Adriázola se asienta en la Europa de la post primera guerra mundial —una época de “mucha efervescencia”— y en la Bolivia de la segunda década del siglo XX. Se trata de una crónica novelada, en la que se entrelazan la ficción y la realidad, que tiene, entre otros, como protagonistas a Edgar Sanders —un biolorruso que viene por estas latitudes en pos de un tesoro escondido por los jesuitas, dos siglos antes, en la escarpada zona del río Sacambaya, en el límite entre las provincias Inquisivi de La Paz y Ayopaya de Cochabamba— y a su abuelo, el doctor César Adriázola, primer psiquiatra en Bolivia y discípulo de Carl Jung.

Coméntenos ¿cómo nace su novela?

Siempre, desde chico, me intrigó la vida de mi abuelo, el hecho de que haya sido el primer psiquiatra en Bolivia, que haya estudiado con Carl Jung, que Jung incluso se acuerde de él años después; que haya sido una vida difícil para él, tanto en lo económico como en lo político, porque él siempre fue recto en su actuar, y en los políticos eso es muy difícil, por no decir casi imposible. Siempre lo admiré por eso, entonces, cuando surgió esta oportunidad, de que Sanders haya estado en los lugares donde estuvo mi abuelo, supe que era el momento de plasmar eso en el papel, y se presta la trama, porque creo que mi abuelo no está demás en esta historia, no sobra… No ocurre como otros que te ponen a veces a un personaje en una novela y el lector dice, “éste ni con calzador entra en el tema”.

La novela tiene varias anécdotas interesantes.

Le da sal a la historia. Lo que he querido es justamente eso, que hayan personajes como Borges, Saavedra, Salamanca, Melgarejo, el potosino Daniel Campos, todos ellos que pasan por la novela en momentos que yo considero que son importantes y que le dan un sabor a la historia, de que el lector diga a éste yo lo conozco, de éste he oído hablar, que no sean solamente Sanders o Hillgarth o Prodgers, sino personajes que han sonado o en el texto de historia del colegio o en algún acontecimiento que uno ha tenido la oportunidad de escuchar.

Hay un pasaje en su novela donde César Adriázola y Daniel Salamanca se encuentran y se puede ver la figura humana del expresidente boliviano.

Donde lo desnudo a Salamanca. Yo siempre lo he admirado; pero él era humano, como todos, con sus prejuicios, sus problemas, con momentos duros para él, la enfermedad recurrente, al fallecimiento de su esposa; un personaje al que no lo entendían mucho, porque los otros políticos, extravertidos y sinuosos, tenían otra forma de hacer política.

Él se consideraba, según lo describe en la novela, como un hombre más ético que político.

A veces parecen antípodas, lamentablemente, y todo esto lo lleva, justamente, a que no sea un buen político, a pesar de la imagen que se tenía de él, el hombre símbolo, el que salvará a la patria, pero lamentablemente falla, justamente por eso

domingo, agosto 18, 2013

“Yo gorda”, las malas palabras

“Yo gorda”, las malas palabras - Los Tiempos  | Usuario




*Paola Senseve


Conocí a Pablo Osorio en nuestro primer año de la universidad, cuando nuestras pretensiones no iban más allá de la poesía. Éramos jóvenes, muy jóvenes y no sólo en edad. Queríamos conquistar (o salvar) el mundo a punta de versos… ¡ahora sabemos mejor, por suerte! Sin embargo, hay algo que Pablo tenía ya en esa época y que ha sabido mantener; la habilidad inherente para escribir el poema más cursi del mundo, el más irónico, el más duro, el más pajero, el más existencialista, el más fatalista, el más superficial. Pablo puede. Es un don. Es un experto del poema. Es un lector de muy buen gusto, pero por encima de eso, es un gran escritor de oficio. En “Yo gorda”, juega mucho con la imagen, la capacidad de revivir en el imaginario el sentimiento exacto que conlleva una situación. Existe una unidad circular y perfecta en el libro, que logra que todos los poemas sean uno solo caracterizado por una combinación de partes que logran el asentamiento a la realidad, a lo moderno, lo urbano. Las palabras que utiliza Pablo reflejan cotidianidad de una forma tan valiosa y tan entrañable que es difícil escaparse de ellas, por no decir imposible. Pueden intentarlo. Hasta aquí hablo de un libro de la poesía de Pablo Osorio. Pero también quiero hablar de Yo Gorda. Un libro escrito por un hombre…. La pregunta es: ¿Lo logra? Y la respuesta es que sí, lo logra. Y lo hace porque no está forzado. Porque Pablo escribió desde su propia perspectiva y cambió todas las o por a, por decirlo de una manera simple. Después de leer el libro tengo la válida sensación de que en ningún momento se propuso escribir sobre los sentimientos de una mujer gorda. Eso hubiera sido, no sólo falso, sino tirano y nefasto. Sin duda este es proyecto arriesgadísimo. Es un libro incómodo, feo. No les voy a mentir. No es fácil de leer y estoy segura que Pablo desconoce los alcances de su obra. En las Ferias del Libro me divertía imaginando a las mujeres pasando frente al stand de Yo gorda, mirando el título, con la curiosidad carcomiéndoles las entrañas, pero con miedo de acercarse y admitir ese Yo gorda. Bajo la lógica de “si lo ignoro no existe”. Porque gorda es una mala palabra… es el gran insulto. *Fragmento de un comentario a “Yo gorda”, de Pablo Osorio, que será presentado el 24 de agosto en el Centro Patiño.

martes, agosto 13, 2013

EL pedido de un corazón Kaiju boliviansis : Un poema inedito lundino-romantico




Por Miguel Lundin Peredo



A Adela Mercado Justiniano.......



Princesa.¿Te gustaria vivir conmigo hasta el final de mis dias en esta Tierra???

Porque yo quiero estar a tu lado en los tiempos de leche

 y en los tiempos donde solo hay agua para tomar en vez de gaseosas Pop...

Es decir en la riqueza y en la pobreza,aunque esto suene a cliche....

Volver a nacer en tus pechos y volar hasta el universo con una palabra de tus hermosos labios de mujer camba....
Saber que cantas en tu alma cuando duermes

 y que yo sea lo primero que mires cuando tus ojos

 tenga el privilegio de abrirse

 por proteccion celestial a un nuevo amanecer en esta vida..........

Porque todos los pergaminos de amor de el universo se

desnudan en tu piel,cunumi del alma mia.......
 

sábado, agosto 10, 2013

DIOSITO NOS ACOMPAÑA SIEMPRE : Novela hibrida de Victor Codina S.J.


Una obra que recoge escritos cortos nacidos al filo del camino, en el día a día sobre la marcha, a partir de una noticia, de un encuentro, de una experiencia, de una frase del pueblo captada al vuelo, Son temas sobre la fe del pueblo, sobre la iglesia, los pobres, los jovenes y los ancianos, la tierra, a pastoral, la vida religiosa, la situacion boliviana, las fiestas litúrgicas, hechos y figuras clave del pasado y del presente, sueños de futuro, etc.

viernes, agosto 09, 2013

Verónica Delgadillo presenta su primer poemario ‘Las tejas de Job’




Fuente : EL DIARIO,LA PAZ,BOLIVIA......

Era una niña de ocho años que tuvo en sus manos el libro Cuentos de la Selva del uruguayo Horacio Quiroga. ¡Qué clase de padre descorazonado permite que su hija, que no alcanzó la década de edad, lea a Quiroga! Pero resultó. Resultó que la niña quiso escribir lo mismo que había en ese libro; colocó sus dedos diminutos en la máquina de hacer letras y copió -tal sublimes intenciones de ‘Pierre Menard’- lo mismo que estaba estampado en las hojas de papel con el nombre del autor de “La gallina degollada”. “Taca Tica, aquí tienes otro libro”, le dijo Germán Delgadillo, su padre, poco tiempo después. En ése estaba “Dioses y gigantes” de Alejandro Casona, cuento que corrió la misma suerte de transcripción en ese peculiar entretenimiento infantil. “Era mi juego”, asegura Verónica Delgadillo, autora de Las tejas de Job, para comentar que, ya en su adolescencia, ella buscaba los libros que su padre le ocultaba por considerarlos no indicados. “Descubrí Las flores del mal de Boudelaire. Tres veces la ocultó y tres veces la encontré. ‘Te va a arruinar la vida’, me decía”, confiesa la actual poeta con una sonrisa evidente en medio de su acento camba. Las tejas de Job es el libro que obtuvo una mención de honor en el Premio Nacional de Poesía Yolanda Bedregal -el certamen más importante del género en Bolivia- 2012 (que fue declarado desierto justo en el primer año del concurso que le fue permitido al jurado tal atribución), junto a Tunupa, de Aldo Medinacelli. “Yo escribo, o escribía, no para publicar, sino por necesidad. Supongo que después de esta publicación voy a tomar ‘más enserio’ este oficio”, asegura la poeta.

EL POEMARIO

Esta obra de Delgadillo, junto a la de Medinacelli, debía ser publicada por el Ministerio de Culturas y Plural, y no sucedió, lo que forzó a que esta producción sea financiada por medios propios. El poeta boliviano Humberto Quino Márquez, quien realizó el prólogo del poemario, asevera que “Las tejas de Job nos sitúan en un destierro (el reino de la palabra como un escenario alterno), en el que cada instante fluye agónico, desgarrador, agudo, un monólogo que balbucea en el centro de una herida”. “En el texto- continúa-, los versos nos remiten a muchas resonancias, algunas nombradas, otras invisibles en su contundencia (Pizarnik, verbigracia); mas, también señalan a la palabra como un menoscabo: una voz fracturada por la vida”. Por su parte, Verónica Delgadillo cerciora que en el famoso texto de Job, tomado de la Biblia -y constantemente hurgado por la literatura- lo único que tenía este personaje en las manos eran las tejas para rascarse la sarna. “Es un libro sobre desamparo. Con la vida, tu vida se llena de dolor, de abandono. La escritura es como esas tejas. Cada poema para mí es una teja”, subraya quien logró que en en los poemas del mencionado título la voz poética (en representación de la autora) se describa a sí misma como “un harem”: ella es un harem; dentro de sí habitan muchas mujeres. Y una mujer, en esta ocasión, trata sobre el desamparo, así como podría solazarse con cualquier otra temática.

jueves, agosto 08, 2013

UKHUMANTA, DESDE LO MÁS PROFUNDO : Cuentos de la rica tierra de los chichas de WALDO C. BARAHONA RUIZ



Cuentos de la rica tierra de los Chichas, nos presenta un nuevo estilo de cuentos. Los históricos y los cuentos tradicionales, aquellos recopilados de la tradición oral y de los testigos presentes. Cuentos de una rica tierra, que cobra importancia desde la Conquista hasta nuestros días. Tierra olvidada, postergada y desconocida por los mismos bolivianos, pero que ahora revive en letras del autor que son dignas de ser admiradas.

miércoles, agosto 07, 2013

"Del Planeta Tierra y sus alrededores” : Poemario de Gonzalo Ruíz Martínez



Del Planeta Tierra y sus alrededores”  es un libro que cuenta metaforas profundas sobre el planeta que habitamos y nos ayuda a ver cosas que nuestros ojos no ven en nuestro paso precoz por los caminos de este planeta hermoso lleno de sorpresas y maravillas.........

martes, agosto 06, 2013

“Dialogando con Rayo”, de Luz Cejas Rosado de Aracena




Por Claudia Gonzales Yaksic - Los Tiempos - 4/08/2013

El personaje de Rayo es real. Es un perro pastor alemán que ahora tiene nueve años y es la mascota del hijo de la escritora Luz Cejas Rosado de Aracena, quien lleva haciendo literatura infantil desde el año 1999 y ya tiene más de 20 obras escritas, muchas de ellas agotadas o que van por la segunda edición. “Las aventuras de Rayo” es el libro número 10 de su colección “Puerta de Luz. Portadora de Valores” y, sin duda, es el libro que más gusta al público infantil cochabambino y, a raíz de ese éxito, Luz Cejas trabajó durante el año pasado en “Dialogando con Rayo”, la segunda parte de “Las aventuras de Rayo”. Este nuevo libro será presentado este miércoles 7 de agosto en la sala de la Biblioteca del Centro Simón I. Patiño, a las 18:30. “Mi fiel amigo se llama Rayo: tiene manto negro, los ojos vivaces, orejas alertas y una bella cola esponjosa y suave. Él es cariñoso, solícito y leal. Un bello ejemplar de pastor alemán”, dice Luz Cejas sobre su nueva producción y afirma que cada “animal doméstico o salvaje, tiene su historia, su familia, sus alegrías, tristezas y deseo de vivir”. Su capacidad de adaptarse a los requerimientos del público infantil ha hecho que esta escritora incluya en su producción canciones, CD con música y dibujos para colorear, para que los niños “puedan aprender jugando”. Por su vasta obra literaria, Rosado de Aracena ha recibido varias distinciones, entre las que destacan: una Medalla de Plata del concurso de Poesía del Comité de Clubes del Libro de Cochabamba, el año 2003; y la Medalla César Vallejo de la Asociación Latinoamericana de Poetas, también del 2003. Figuran entre sus premios, además, una distinción de la Alcaldía de Cochabamba y el “Laurel de Oro”, que le otorgó la Asociación Peruana de Literatura Infantil y Juvenil. Su obra también está incluida en “Salta el Arco Iris” del Comité de Literatura Infantil y Juvenil (1999) y en las antologías “Armonía en Piedra” (2002) y “La Poesía del Qosqo y de América Latina” (2003). Entre sus proyectos literarios están la musicalización de sus poemas, ya que en una de las visitas que realizó al Perú, para participar de un congreso, comentaron que su poesía “tiene música”. También viene trabajando en un libro de poesía infantil y otro en cuyas ilustraciones trabaja Rosario Moyano. Luz Cejas, nació en Vallegrande (Santa Cruz) y vive en Cochabamba hace 26 años. Esta escritora autodidáctica y amante de la lectura, comenzó en esta actividad en el seno del Club del Libro “Humberto Guzmán Arce”.

lunes, agosto 05, 2013

El sueño escrito de Mauricio Rodríguez






La Razón / Erick Ortega - periodista

00:00 / 04 de agosto de 2013

A simple vista, Mauricio Rodríguez parece un estudiante de secundaria sin mochila ni uniforme. Es delgado, moreno, de rostro alargado y usa lentes que le dan un aire de intelectual. Con su cuento Jilaña fue seleccionado, entre más de 2.000 participantes, por el concurso “Se busca talento” convocado por el periódico El País de Madrid. La historia que cuenta en Jilaña (madurar, en aymara) es la de un viaje por el altiplano de un joven que busca u olvida el amor, mientras llegan ecos de la convulsión social en La Paz. El certamen de El País busca saber cómo los artistas seleccionados “desarrollan sus proyectos, su técnica, qué les inspira, cuáles son sus inquietudes y sueños y cómo ven el panorama actual en la disciplina a la que se dedican'”. El reconocimiento ya le abrió puertas a Mauricio Rodríguez —autor del libro de cuentos Días de otoño (2010)—. Por ejemplo, le escribieron de Alemania para conocer su obra y ofrecerle los servicios de un agente literario que se dedique a promocionarlo. —
¿Qué significa para ti ser reconocido por el periódico El País de Madrid como un nuevo talento literario? —

Sentí una satisfacción grande porque tenía fe a ese cuento que antes salió ganador en un concurso de la Organización de las Naciones Unidas y tuve que reducirlo a su mínima expresión para enviarlo al concurso. Lo que me sorprendió es que me seleccionaron sólo con un cuento porque otros artistas enviaron un stand o un poemario o un libro y yo sólo envié un texto. Creo que es un aliciente el hecho de ser reconocido fuera del país aunque no era mi idea para este año. Durante este año pensé trabajar y leer bastante, mi trabajo es leer más y escribir menos porque cuando escribes necesitas muchas lecturas. Dos días después del premio, desde Alemania me enviaron un email con una oferta para representarme. En Bolivia no hay agentes literarios y pensar en eso es difícil porque acá uno, con sus medios, debe desenvolverse solo. Uno debe vivir teniendo un trabajo secundario.

 — Entonces, ¿qué harás? —

Los alemanes que me hablaron eran representantes de José Saramago y sólo por el cuento me dicen que uno de ellos quiere ser agente mío. Me piden que envíe algunos textos y si es posible con el tiempo quieren una novela. Estoy recopilando textos más maduros para enviarlos porque lo que sucede es que tengo etapas de mi vida. Al principio, mis escritos eran una parodia porque eran textos poco elaborados. Cuanto más lees más te das cuenta de ello. Jilaña es el punto clave de ruptura del Mauricio que experimentaba y que buscaba una voz. Ahora ya sé tejer, porque el texto es un tejido.

 — Hace un tiempo hablabas de errores en los escritores bolivianos. ¿A qué te referías con aquello? —

Ellos no leen, no practican como dice Wilmer Urrelo. Tienen poca musculatura que mostrar y eso se nota en sus descripciones y narraciones, se hacen llamar los posmodernos. Tengo muchos amigos en la carrera de Literatura que escriben y dicen algo así como “mi vida es muy triste”. Son textos “emos” que no tienen sentido y sólo quieren mostrar un momento de su vida. Ése es el gran problema.

 — ¿Agarrarte con escritores no es desdeñar otro trabajo?

 — Ellos tienen su campo y no puedo desdeñar lo que hace la mayoría de los escritores. Pero no hay la gran novela en Bolivia. Adolfo Cárdenas con Periférica Boulevard hace un intento, pero es modernista y eso se debió hacer años antes. Se dio la obra recién en los años 90, estamos atrasados. Jaime Saenz es gran poeta paceño y boliviano, pero como prosista no es bueno, con él se llega hasta el tercer capítulo y la prosa va menguando.

 — ¿Y Paz Soldán que escribe desde Estados Unidos?

 — Es un escritor con textos donde hay elementos que se ciernen completamente, no están totalmente maduros. Por ejemplo en su novela Norte trata la vida en la frontera y sus personajes no cuajan. Su anterior novela, aquella que habla de asesinatos, es de tinte bolañesco, pero los personajes no cuajan, no ha tejido bien. Mario Vargas Llosa dice que en la novela se debe ser verosímil o hacer lo que hace Gabriel García Márquez, que lo inverosímil lo hace verosímil. En algunas de las novelas de Edmundo Paz Soldán los personajes no son de carne y hueso, son personajes de papel. Para mí, Claudio Ferrufino es un gran escritor que no vive en La Paz, la mayoría de su trabajo lo ha escrito en Estados Unidos. Su libro El exilio voluntario es una gran novela.


 — Hasta ahora únicamente has escrito cuentos...

 — El problema de los textos largos es que requieren de una mayor cantidad de trabajo. Para hacer un cuento necesitas diez horas de trabajo diario, pero para la novela se necesitan veinte horas. A Wilmer Urrelo le sacaron el apéndice luego de terminar su novela sobre la Guerra del Chaco (Hablar con los perros). El problema es que un escritor tiene que ganarse la vida y al mismo tiempo escribir. Me quedaría con Wilmer Urrelo como el gran escritor en la actualidad.

 — Hace unos días hablaste de la ausencia de una gran novela boliviana

 — La gran Novela de Bolivia, así con mayúscula, es complicada. No sé si la pueda hacer porque hasta ahora únicamente hice cuentos de corto aliento. Para un cuento yo trabajo unos seis meses. Hace diez años trabajo en una novela, pero aun así conseguir la voz cuesta muchísimo. Ahora estoy tras una novela para niños. Lo ideal es escribir todo el tiempo, pero cuando tienes todas las comodidades no escribes bien y esto se ve en las grandes biografías de los escritores. El mismo Kafka trabajaba todo el tiempo y no publicaba sus libros, sus amigos lo hacían por él.

 — ¿Estudiaste la carrera de Comunicación Social para tener un oficio rentable y la de Literatura para ser escritor?

 — Estudié Comunicación Social porque me faltaba conocer la realidad y estaba casi en una burbuja. Leía y resolvía ejercicios de matemáticas, pero nada más. Nosotros, los periodistas, sabemos lo que es la realidad del país, las marchas, los bloqueos, el Evo Morales, sabemos de historias de la calle como la de la casera que tiene cáncer y que no puede salir a vender. El gran problema de los escritores es que viven encerrados en una burbuja. Lo que me tocó vivir en la carrera de Literatura es parte de esa burbuja. La única realidad son fiestas, libros, rock, intertextualidad y nada más; en cambio, cuando sabes de periodismo conoces la realidad. Me he dedicado al periodismo cultural pero también hago periodismo social. Mis reportajes son de un aspecto social, escribo historias periféricas, de pueblos olvidados de Bolivia.

domingo, agosto 04, 2013

Entrevista a Galia Yaksic : " Las escritoras bolivianas son heroicas en muchos sentidos"


Galia Yaksic es una narradora boliviana nacida en Oruro que ha logrado mantenerse fiel a su primer amor : La literatura.En la siguiente entrevista nos habla de sus amores y odios dentro del mundo de la palabra escrita,de sus primeros años de aprendizaje en el arte de tejer historias en el papel blanco.

 Por Miguel Lundin Peredo

1.-Como fueron tus primeros años de aprendizaje narrativo?

 Mágicos. Mis profesoras de lenguaje y literatura realmente amaban lo que hacían y había una química maravillosa entre cada una de ellas y yo. Elena (q.e.p.d.) y Margarita Almaraz, y Sara de Urquidi (q.e.p.d) han sido, son y seguramente serán las personas más importantes en mi relación con la escritura. Ellas me introdujeron a la lectura de autores increíbles y además alentaron ilimitadamente lo que sea que yo producía y hasta decía. Mujeres excepcionales porque podrían haberse dedicado a lo que fuera, pero escogieron apoyar la educación de niños de todos los estratos sociales. Ellas pertenecían a la clase media alta cochabambina y tarijeña, pero estaban enseñando como mucho amor y desprendimiento en el Instituto Laredo que es fiscal. Aprender, con esas señoras, a leer (con todo lo que implica), a escribir, a narrar, a interpretar lo que te rodea, a darle sentido, a entender lo que está sucediendo y a exponerlo con la visión de tu corazón, con imaginación y creatividad, es un privilegio que he tenido y que agradezco siempre. Para hacer lo que hicieron necesitaban ser apasionadas y yo me alimenté de esa pasión sin restricciones. Después vinieron los escritores, y más allá del “éxito editorial” yo estaba ya más que preparada para apreciar no un libro sino la literatura que contenía. A ver la diferencia (muy grande) entre un escritor y un artista que escribe. El uno escribe, el otro hacer arte con palabras. Del primero se puede aprender la técnica y del segundo uno aprende a vivir. Poco a poco se fue definiendo un proyecto de vida alrededor de la literatura como método casi místico de autorrealización. Todo el proceso ha sido mágico, intenso, íntimo, sigue siendo todo eso.

2.- Que escribes más : cuento o novela?

 Cuento. Breve primero, después corto. Ahora si son largos. Y estoy trabajando en una novela.

3.- Que escritoras de la historia te han inspirado?

Marguerite Yourcenar con sus novelas históricas tan profundas y bien diseñadas; Gioconda Belli también me gusta muchísimo por su frescura; Idea Vilariño por su exactitud y simpleza que es tan profunda en su poesía; Peri Rossi también me gusta mucho, Poniatovska.

 4.- Que se siente ser parte de una generación de narradoras que realizaron una ruptura literaria con la literatura nacional?

Siento responsabilidad y sano orgullo. Ese espacio ha sido ganado centímetro a centímetro con talento, trabajo, sencillez, modestia y bajo permanente e indolente escrutinio. Las escritoras bolivianas son heroicas en muchos sentidos. Tal vez especialmente en el sentido político-genérico. En el contexto general, mi generación es afortunada y me da la impresión que lo entendemos así. Somos la estela de los nietos del boom y tenemos mucho que decir desde visiones ni uniformes ni unísonas. Es un sentimiento interesante, de crecimiento, de contemplación y revisión permanente.

 5.- Tienes publicado algunos trabajos literarios?

Si. Mi primer libro de cuentos El Coronado y otros cantos (Plural Ed.), y dos de poesía (Panta Rhei – Ed. La Quimera, Sthlm y La Loca publicado en Cbba, este año). Esperemos que este año salga el segundo de cuentos (Peajes, cuentos que se pagan).

6.- Crees que lo mejor es contar un argumento o solo escribir sin argumento inicial?

 Depende de la historia, del cuento, del día, del detonante.

 7.- Que estas escribiendo ahora?

 Estoy trabajando en una novela.

8.- Que quieres demostrarle al mundo con tus historias?

No estoy segura de querer demostrarle algo al mundo. Me parece que la escritura en general muestra el mundo al mundo (automáticamente). Siendo honesta: escribo para mí. A veces para resolver inconclusos interiores; a veces porque me duele mucho lo que veo o cómo lo veo y una de las maneras de tolerar ese sentimiento es ordenando la información dispersa en sonidos, colores, vidas. Otras veces escribo porque la realidad me parece asombrosa o extremadamente conmovedora, y cuento lo que veo (no sólo con los ojos físicos) casi como homenaje al detalle, belleza, entramado de los tejidos que puedo descifrar desde mi perspectiva de narradora. A veces escribo como testigo de cosas que no creo que deban quedar sin decirse. Otras para jugar con destinos que parecieran desgarrados o demasiado fáciles. Estoy plenamente consciente del poder del sonido, de las palabras (escritas o no) así que también escribo para crecer a partir de lo que digo. Lo que hago es el diario del navegante. Sin muchas pretensiones en relación a cuánto pueda influir o afectar o realmente decir a los otros; es más una manera de contemplar(me) que una forma de llegar al resto. Por supuesto que lo anterior no significa que no aprecie que mi trabajo se publique y/o lea. Escribir es probablemente lo que mejor sé hacer y es con lo que puedo aportar. En ese sentido, la circulación y apreciación de mis escritos es parte muy importante de lo que hago; cómo lo aprehenda el lector está en manos del destino y aunque siempre tengo la esperanza de que resulte tan cercano como sea posible a cómo los escritores que yo leo me acarician, es algo que por supuesto no puedo ni calcular ni controlar, ni intento hacerlo.

 9.- A qué mujer de la historia te encantaría convertir en personaje de una novela tuya?

 Hay una princesa de la India Central que se llama Mirabai, era poeta y compositora, una revolucionaria de la sociedad de su tiempo, (salvando las distancias de orden místico) era una especie de Sor Juana Inés de la Cruz para su contexto. Es una mujer que me interesa muchísimo como personaje. El otro extremo es Pulan Devi (también de la India), la forajida violada veintitrés veces en una noche; robaba para alimentar a los pobres como ella y sus seguidores eran hombres de una fidelidad y certeza casi absolutas. Luego se convirtió en una de las políticas más importantes e influyentes de su región. Fue asesinada no hace mucho. Una vida increíblemente desastrosa y a la vez determinada, insistente. De nuestra historia oficial, hay varias que me dicen mucho. De manera muy clara, la mujer boliviana es digna de toda mi admiración, respeto y también perplejidad. No importa mucho de que época. Hay un nombre que está rondando la cabeza hace un tiempo: XXXXXXXXX, es del tiempo de Goyeneche. Y siempre he pensado en “la empleada doméstica” como el epítome de Bolivia, sus contradicciones, crueldad, ingenuidad, indiferencia en dosis exactas para narrar lo que somos.

10.- Leí un cuento tuyo en una antología llamada "La otra mirada" de Alfaguara Bolivia, siempre quise preguntarte si los cuentos te eligen o tú eliges a tus cuentos....

 Te refieres a Desde los mares del sueño. Aunque siempre es individual con las historias, en general después de vivenciar un detonador “x”, escucho muy claramente lo que tengo que escribir. Escucho frases, nombres, escucho juegos de palabras, son como chispas y tengo que escribirlas ahí y ahora para que se queden. En el específico caso del cuento que cierra la antología que mencionas, tuve un sueño así, y el hombre en el hueso en forma de luna era yo y las mujeres en los bordes, también eran yo. Así psicodélicos como son los sueños. Desperté a media noche y empecé a escuchar las palabras y a escribirlas. El sonido de la última frase vino primero que nada y de a poco, me fui dando cuenta cuál era el orden de la historia. Hay algunos elementos que vienen de una lectura de cartas de tarot y algunos otros que son lo que entendí sobre una persona en particular, a partir de ese cuento. Pero no puedo decir que sucede de la misma manera siempre. Sin ser algo definitivo ni rígido, estático, puedo decir que las historias y los temas “me guiñan” primero; si son potentes, lo suficientemente intensos como para de verdad interesarme, dejo que se acurruquen a mi lado. Mientras estoy familiarizándome con sus olores, formas, texturas, aparecen los sonidos que son el cómo voy a contar esa historia específica. Cuando me siento satisfecha con el orden, el ritmo, la melodía, el servicio está concluido. Con poesía es un poco diferente. Pareciera que los cuentos y yo nos encontramos y nos cooperamos mutuamente, nos construimos y descubrimos, más que elegirnos.

11.- Que consejos le darías a las nuevas escritoras?

Es fundamental no banalizar el poder de la palabra. Respetarla. Entender lo más pronto posible que escribir, como cualquier oficio o trabajo, es un servicio antes que nada (que el escritor lo disfrute más que nadie es otro asunto). Escribir es un proceso de contemplación permanente y la contemplación funciona solamente con esmero, amor, consideración, con honestidad. Hay que ser honestos para escribir. Escribir es en cierta forma aceptar realidades en tu vida y aceptarte a ti con esas perspectivas sobre las realidades que retratas e indagas. Con la honestidad viene automáticamente el rigor, que es lo que todo escritor que se respeta trata de alcanzar o mantener. Eso en relación al oficio, en relación a nuestra historia nacional: no olvidar el tamaño privilegio que tenemos, primero por saber y poder escribir, segundo por vivir en esta época y este contexto y tercero por haber llegado después de las damas que nos antecedieron y cuyo esfuerzo nos permite disfrutar de muchos privilegios que ellas nunca pudieron siquiera soñar. Considero que la humilde gratitud es esencial en cualquier proceso de aprendizaje.

 12.- Tienes una relación obsesiva con tu ciudad natal?

 Oruro es mi ciudad natal, pero no viví mucho tiempo allí. Así que: no. Pero Cochabamba si está a menudo. Como las mamás: central o periférica, que se rechaza, se critica inmisericordemente y también se añora sin medida. Como con todo lo que amas en serio y sabes con certeza tuyo.

sábado, agosto 03, 2013

Sobre el mar, Antofagasta y una novela de Rivero



Por Ramón Rocha Monroy - Columnista - 29/04/2012


Gonzalo Ricardo Rivero Torrico es un meritorio administrador de empresas residente en Guadalajara, México, desde donde cumple una amplia labor docente y de opinión en su especialidad. Es cochabambino descendiente de familias que vivieron las vicisitudes de la Guerra del Pacífico en los tres países involucrados, razón demás para servirle de acicate literario y plasmar los testimonios recogidos en una novela que lleva el nombre de Antofagasta. Uno puede consultar Google y encontrar opiniones juiciosas del autor sobre el tema marítimo boliviano, que le merecen comentarios favorables en Chile y en Bolivia. Ese espíritu de encuentro y de solución pacífica de estos temas históricos pendientes es reconocible en el tono de las 457 páginas de la novela. Hay por lo menos un libro venerable sobre el que fue el puerto principal de Bolivia. Es Narraciones históricas de Antofagasta, de Isaac Arce, y data de principios del siglo XX. Arce era chileno, de probables raíces bolivianas, y no le animaba otro propósito que el de rescatar la vida y tradiciones de ese pueblo que, según él, fue fundado por El Cangalla, un héroe popular chileno, con el nombre de La Chimba. Melgarejo impuso Antofagasta, el nombre de la hacienda de sus hermanos en el norte argentino, ante la resistencia de la población que continuó hablando de La Chimba, y más tarde de La Chimba de Antofagasta, aunque al final acabaron por aceptar el nuevo topónimo irreconocible en las lenguas originarias del lugar, porque pertenece al norte argentino, como Manogasta y otros términos similares. Por Isaac Arce sabemos que Andrónico Abaroa, hijo del héroe, fue el primer contribuyente en la compra de una bomba de incendios como connotado habitante de la población chilena de Antofagasta (hoy la viuda de su bisnieto Andrónico Luksic figura entre los grandes millonarios que registra la revista Forbes, con una fortuna que bordea los 2.000 millones de dólares). En suma, el libro de Isaac Arce muestra cómo el litoral boliviano era una región de escasa presencia estatal, con una población mayoritariamente chilena y europea, y defendida por una muy pequeña guarnición. Sin embargo, el comercio exterior boliviano a través de este puerto era intenso en el momento de su ocupación. Un autor reciente, Patricio Jara, trata de rescatar la memoria de los antofagastinos, conculcada por el régimen de Pinochet, que eliminó de los libros escolares de historia la ocupación del Ejército chileno de estos territorios bolivianos. Jara protesta contra este atentado y busca los orígenes de un territorio que fue, sin duda alguna, boliviano. Su novela cuenta el drama de un joven oficial que llega a comandar la guarnición de Antofagasta en vísperas de la guerra y el mundo se le viene abajo con un maremoto, la epidemia de hambruna y de fiebre amarilla y, sobre todo, con las costas infestadas de piratas que no permitían el ingreso de los barcos. En esta línea, el esfuerzo de Gonzalo Rivero es encomiable, porque se ubica en un páramo editorial poco frecuentado por escritores chilenos y menos aun bolivianos, cuando deberíamos ser los primeros interesados en el tema. Que Gonzalo Rivero haya plasmado esos testimonios en una novela será de utilidad para el investigador, el estudiante y el lector común. No interesa que el autor no tenga antecedentes en la ficción literaria, sino el noble esfuerzo de intentarlo incluso al margen de las astucias y ritmos de un avezado novelista. Es visible su búsqueda del entendimiento como vía de solución a nuestro problema marítimo, a contracorriente de la política exterior decimonónica de La Moneda y de la no menos perjudicial política reivindicacionista boliviana, que no nos permite hallar una solución práctica para recuperar nuestra cualidad marítima. Lo hemos dicho: el corredor bioceánico podría unir los intereses de Brasil, Bolivia y Chile de modo que Bolivia tenga acceso libre a ambos océanos; pero un acuerdo así pasa por admitir una política practicista de la cual estamos exentos porque soportamos el peso de casi siglo y medio de discursos, cuando es cada vez más evidente que a los poderosos de entonces, como decía Zavaleta, más les habría dolido perder a la Virgen de Copacabana. *es escritor y Cronista de Cochabamba
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