"El último duelo" : ( Cuento Inedito)
Por José Luis Claros López
Esta historia concluye en el Valle de Caiza en el invierno de 1919. Ella sostenía la cabeza de Carlos entre sus manos mientras observó con pena y llanto como un hilo delgado de sangre sale por la boca del hombre que recorrió tan largo camino para terminar así y entonces él sonríe mientras siente la mano de Natalia que acaricia sus mejillas con cariño. - Quiero que escriban sobre mi tumba: "Aquí yace el hombre que robo tú corazón". - La voz de Carlos es casí un susurro, sus ojos se van cerrando y al final solo oscuridad y silencio. Pero toda historia tiene un inicio la del amor de Carlos por Natalia comenzó en una ciudad muy lejana pasando las serranias del Aguarague cuando el estudiaba en un internado y ella en un escuela para señoritas regentada por las hermanas de una congregación religiosa, esos eran los años de niñez de Carlos cuando el acostumbraba ver historias de vaqueros en la sala del Cine Teatro París, fue una mañana de sol que doblando una esquina sus caminos se encontrarón.
A partir de aquel día, utilizarón distintos metodos para no perder el contacto; todavia eran los tiempos de las cartas de amor escritas a mano. Carlos la tarde del 14 de febrero de 1919 no esperaba recibir sin embargo la noticia de que su amada Natalia se había marchado a una provincia lejana ya nunca más se volverían a ver. Esa noche Carlos dio vueltas en la cama, fuera de los permisos que recibia para salir del internado algunas tardes los fines de semana no tendría otra oportunidad para poder escapar y buscar en un lugar tan lejano a una mujer que se fue sin despedirse. Pero hay pasos que deben darse y cuando es por una buena causa hasta Dios entiende los motivos, así que Carlos con el dinero que obtiene al robar de la sacristia de la Catedral las limosnas realizadas por las familias más adineradas de la ciudad con motivo del inicio de la cuaresma, puede comprar un caballo y lo necesario para emprender el viaje.
Pasaron varias semanas hasta que al fin Carlos llegó al Valle de Caiza y encontró la hacienda de la familia Ramirez. Después de conseguir raptarla comprende que será largo el camino para escapar no solo de los padres de Natalia sino también de Pedro Contreras el hombre 20 años mayor con el cual ella debe casarse.
Las nubes en la noche fueron sus complices y la luna fue guiando su escapatoria, hasta que una tarde inevitablemente fueron alcanzados por una partida de jinetes dirigidos por Pedro Contreras, son demasiados para que Carlos pueda impedirles que le arrebaten de sus manos a la mujer más importante de su vida, entonces desafió a Pedro a jugarse la vida por ella. Ambos se miran fijamente, un silencio de aterrados y dos miradas frias como puñales que se atraviezan en la distancia.
El sonido como un estallido de las descargas de los revolvers euskaro 1890 se llegó a escuchar en todo el Valle de Caiza. Pedro Contreras cae de rodillas sobre sí mismo sin decir más palabras se va muriendo. Sus jinetes dejan en libertad a Natalia que corre y rodea con sus brazos a Carlos que la besa tiernamente la boca mientras comienza a desfallecer en sus brazos. Entonces, él abrió sus ojos y ve la televisión encendida con una película de vaqueros busca su celular que sonaba insistentemente y contestando la llamada confieza que había tenido el más extraño de los sueños.
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