viernes, agosto 31, 2012

"Cuentos y Leyendas de Copacabana" de Juana Reyna Ramos Apaza



Juana Reyna Ramos es una joven escritora que nació en Copacabana, cursó estudios en la escuela local en el turno de la noche y desde hace dos años cursa la Carrera de Antropología en la Universidad Técnica de Oruro (UTO), así también, fue guía de la Pinacoteca del Museo "Tito Yupanqui", además de ayudar en la restauración del tempo de Copacabana.

Este trabajo comenzó a raíz de un estudio sobre cuentos y leyendas en la Carrera de Antropología en la materia de Gestión Cultural, donde la designaron para que recoja los relatos urbanos y del área rural de Copacabana.

Ramos destinó una semana de su tiempo para rescatar la mayor cantidad de cuentos y leyendas de su tierra natal en mayo de este año, los mismos que tuvo que traducir del aymara al quechua.

En la traducción se presentaron algunas palabras que no tenían correspondencia exacta, así que tuvo que utilizar en más de una oportunidad un diccionario.

Ella explicó que plasmar los cuentos y leyendas, es una manera de no perder las narraciones antiguas, puesto que en Copacabana ya no se escucha a los ancianos hablar de ellas, y esto se pierde con el tiempo porque todos se preocupan en la vida cotidiana, su trabajo o el comercio.

Motivada por varias personas, tanto de la universidad como por sus familiares, Ramos decidió plasmar su proyecto en un libro pequeño de 34 páginas, compuesto por 13 cuentos y leyendas, interesantes, con una narrativa "que atrapa".

En el libro, se pueden encontrar historias como El Sapo, Los Pescadores, El Encanto de la sirena, Los borrachos, La Cruz de Colquepata, La Campana, El Cóndor y la Cholita, El Zorro y el Burro, El Engaño del Zorro, El Zorrino, Cundiza, El Escarabajo y la Cholita, además de una sección interesante sobre el turismo en Copacabana. que mantiene viva una cultura
La escritora de "Cuentos y Leyendas de Copacabana", Juana Reyna Ramos Apaza, presentó ayer en salón de actos del Instituto Superior de Bellas Artes (ISBA) a las 19:00 horas, un manuscrito que mantiene viva una cultura milenaria.

Juana Reyna Ramos es una joven escritora que nació en Copacabana, cursó estudios en la escuela local en el turno de la noche y desde hace dos años cursa la Carrera de Antropología en la Universidad Técnica de Oruro (UTO), así también, fue guía de la Pinacoteca del Museo "Tito Yupanqui", además de ayudar en la restauración del tempo de Copacabana.

Este trabajo comenzó a raíz de un estudio sobre cuentos y leyendas en la Carrera de Antropología en la materia de Gestión Cultural, donde la designaron para que recoja los relatos urbanos y del área rural de Copacabana.

Ramos destinó una semana de su tiempo para rescatar la mayor cantidad de cuentos y leyendas de su tierra natal en mayo de este año, los mismos que tuvo que traducir del aymara al quechua.

En la traducción se presentaron algunas palabras que no tenían correspondencia exacta, así que tuvo que utilizar en más de una oportunidad un diccionario.

Ella explicó que plasmar los cuentos y leyendas, es una manera de no perder las narraciones antiguas, puesto que en Copacabana ya no se escucha a los ancianos hablar de ellas, y esto se pierde con el tiempo porque todos se preocupan en la vida cotidiana, su trabajo o el comercio.

Motivada por varias personas, tanto de la universidad como por sus familiares, Ramos decidió plasmar su proyecto en un libro pequeño de 34 páginas, compuesto por 13 cuentos y leyendas, interesantes, con una narrativa "que atrapa".

En el libro, se pueden encontrar historias como El Sapo, Los Pescadores, El Encanto de la sirena, Los borrachos, La Cruz de Colquepata, La Campana, El Cóndor y la Cholita, El Zorro y el Burro, El Engaño del Zorro, El Zorrino, Cundiza, El Escarabajo y la Cholita, además de una sección interesante sobre el turismo en Copacabana.

jueves, agosto 30, 2012

Recuerdan a Hilda Mundy en el centenario de su nacimiento



En agosto de 1912, la ciudad de Oruro vio nacer a Laura Villanueva, más conocida en el mundo literario como Hilda Mundy, una escritora vanguardista que por su innovadora y ácida prosa es considerada como la “maestra de la ironía”.

Para celebrar el centenario de su nacimiento, el Centro de Información y Desarrollo de la Mujer (CIDEM) organizó para esta noche la tertulia “Hilda Mundy, escritora del margen: subversión y modernidad”. La velada -que empezará a las 18:00 en el CIDEM (Boquerón N° 598-A)- estará animada por la escritora Virginia Ayllón y la investigadora Rocío Zavala.

Pese a su importancia, poco se conoce de esta autora, más allá de los círculos académicos. “Ella no tenía como proyecto hacerse ver, no creía en una obra, en eso del reconocimiento, y eso marca su rebeldía literaria”, dice Ayllón.

Según la literata, Mundy tuvo importantes aportes en el campo de las letras. “Es una de las pocas escritoras de vanguardia literaria. Las vanguardias, posiblemente por el peso social y político, han pasado de largo por el país, excepto en dos casos: en Pirotecnia, de Hilda Mundy, y en El loco, de Arturo Borda”, señala.

Además de Pirotecnia, Mundy escribió Cosas de fondo y decenas de artículos en diarios y revistas. Siempre estuvo ligada al mundo literario y cultural, junto a su esposo, el poeta Antonio Ávila Jiménez. Murió en La Paz en 1982.

Innovadora

Para Ayllón, esta autora fue “una rebelde”, pues cuando todos los escritores estaban pensando cómo debía reaccionar la literatura frente a la derrota de la Guerra del Chaco, a ella le interesaban otras cosas.

“Tiene un proyecto sobre la mujer. El suyo es un feminismo liberador, no es un feminismo de consigna. Critica mucho las formas en que se conforma a la mujer desde el patriarcado, a la mujer débil, sensible, novia, esposa, pero toda su crítica la hace con un elemento central que es la ironía. Ella es maestra de la ironía”, agrega Ayllón.

Dentro de su obra, Mundy también tiene otro proyecto en torno a la ciudad. “Instauró en la literatura nacional un sistema narrativo propio, una forma escritural importante para su época, pues propone un estilo apegado a lo urbano, lo que la hace muy moderna. Por ejemplo, al referirse a La Paz habla de la ciudad del tranvía; para ella La Paz era una ciudad biológica, ciudad vanguardista”, comenta.

La investigadora Rocío Zavala, por su parte, destaca el trabajo periodístico de Mundy. “Ella escribió en la prensa principalmente en Oruro, pues en La Paz su producción fue breve. Sin embargo, lo rescatado es importante porque la autora trabaja diferentes figuras literarias”.

Para Zavala, la propuesta estética de Mundy radica en una escritura de costumbres y de crítica. “Yo la enmarco en una tradición moralista, satírica, irónica, pues toda la escritura mundiana es fundamentalmente irónica, y dentro de la poética de la ironía podemos encontrar la sátira y otras figuras literarias”.

Punto de vista
Benjamín chávezPoeta y escritorLa obra de Hilda Mundy ha revolucionado la escritura de su tiempo y la literatura boliviana en general. Su narrativa era realmente moderna para su época. Por ejemplo, su libro Pirotecnia se caracteriza por una prosa poética con la que aborda temas poco comunes y de una manera irreverente.

Fue publicado en 1936 y hasta entonces no se había escrito nada parecido, debido a la valentía y fuerza narrativa, lo que demuestra que esta autora orureña además de talentosa era muy audaz.

Considero, además, que Mundy nos permite encontrar otra línea de lectura, muy diferente a la tradicional que se estuvo practicando en el país en su tiempo.

Por eso, incluso ahora, enfrentarse a un libro como Pirotecnia es, para un lector, como abrirse a una nueva puerta que quizás en la época en que fue escrito -antes de la mitad del siglo pasado- sólo tenía parangón en las vanguardias europeas.

Además de Pirotecnia, publicó diferentes tipos de textos en muchos periódicos. Se caracterizaba, por ejemplo, por usar pseudónimos, uno de los cuales, Hilda Mundy, pasó al final a ser su nombre artístico.

Casi toda su obra fue recuperada en la revista Mariposa Mundial, específicamente en dos ediciones, la más reciente en 2009. Bajo el mismo sello se reeditó Pirotecnia en una edición revisada y con un prólogo contextualizador.

miércoles, agosto 29, 2012

Paz Soldán editará un nuevo libro de cuentos en España : "Billy Ruth" es el título de la nueva obra del autor cochabambino




En días pasados, Edmundo Paz Soldán realizó una “visita relámpago” al país. No obstante, el tiempo fue suficiente para que Página Siete lograra una breve entrevista en la que contó que está a punto de publicar un nuevo libro de relatos, Billy Ruth, con la editorial española Páginas de Espuma.

“Mi nuevo libro de cuentos saldrá en octubre en España y llegará a varios países de Europa”, comentó el cochabambino, uno de los narradores bolivianos más conocidos a nivel internacional, que aprovechó su corta estadía para presentar, en Cochabamba y Santa Cruz, la quinta reimpresión de Amores imperfectos, una de sus obras más exitosas.

El libro

Según el autor, si hay alguna relación, algún eje común entre los 15 cuentos de Billy Ruth, es “el desasosiego existencial de los personajes” que protagonizan tramas situadas en “distintas geografías como Bolivia, Estados Unidos y algunos países balcánicos”.

“Todavía estamos en tratativas para que salga una edición especial para Bolivia y esperamos que sea en diciembre”, sostuvo sobre la obra que reúne textos inéditos con otros que ya aparecieron antes pero que fueron revisados y mejorados.

Finalmente, adelantó que en la actualidad está enfocado en culminar un nuevo proyecto literario. “Estoy terminando una novela de ciencia ficción y espero publicarla muy pronto”.

Marcelo Paz Soldán, hermano del escritor y director de la editorial Nuevo Milenio, dijo que “Páginas de Espuma es un sello especializado en relato breve y publica lo mejor de la cuentística hispanoamericana actual, que incluye a autores como Jorge Volpi, Fernando Iwasaki, Andrés Neuman, Ignacio Padilla y Marcos Giralt Torrente”.

Más allá de tendencias y preferencias, pocos, en el panorama literario nacional, niegan los méritos de Edmundo Paz Soldán que logró incursionar en el circuito internacional de escritores latinoamericanos destacados.

“Edmundo es un escritor profesional y ha logrado proyectarse en el exterior con mucho mérito” opina el narrador paceño Willy Camacho y con él coincide el autor Manuel Vargas que señala que Paz Soldán representa “una realidad diferente a la de hace 50 años, cuando era muy difícil, casi imposible, que los escritores salgan al exterior y logren vivir de su literatura”.

fuente de la informacion : Periodico Pagína Siete/La Paz

martes, agosto 28, 2012

Claudio Ferrufino Coqueugniot : Un irreverente en la literatura nacional



Entrevista de María José Ferrel

Claudio Ferrufino-Coqueugniot. La literatura, la filosofía y la vida de un escritor 'ermitaño', a quien le interesa la experiencia como parte de la literatura.

Claudio Ferrufino-Coqueugniot es un personaje que un periodista y cualquier ciudadano debe conocer en persona. Más allá de los clichés políticos, es un hombre que parece haber vivido y experimentado todo lo que dice y a la vez el conocimiento que emana de su boca solo es comparable con los libros que ha leído y todas las diferentes "literaturas" que han pasado por sus manos. Ferrufino-Coqueugniot habló sobre la novela negra, el amor, el sexo y la violencia en el pasado VII Encuentro de Escritores Iberoamericano, celebrado en Cochabamba. Acompañado con unas "Taquiñas", conversa sobre los entretelones de su obra, cuánto le interesa la experiencia humana y la soledad de su escritura.


¿En qué momento Claudio Ferrufino-Coqueugniot decide empezar en la literatura?
Yo escribo desde pequeño. Escribí poemas y cosas así. La literatura en realidad ha sido parte de mi vida sin imponérmela. En ningún momento decidí ser escritor y no sé si me considero escritor. Escribo y siempre lo voy a hacer, publique o no publique.
Puedo ver una película, hablar con la vendedora de dulces algo que me interesa y de lo que sale un texto, ¿no? Generalmente, como soy muy ecléctico y gran lector, no solo de literatura, sino también de muchas cosas como economía, sociología, política y etnografía, me gusta mezclar en mis textos todo eso y empiezo a ubicar la historia de la dulcera, por darte un ejemplo, en un contexto social, geográfico y contexto temporal histórico. Me gusta jugar así, por el gusto de escribir como una actividad para entretenerme.


¿Puede vivir de la literatura, hablando de rédito económico?
Mi segunda novela, "El exilio voluntario", sí me ha dado un dinero extra, pero jamás he intentado vivir de la literatura ni de lo que escribo. Nunca en la vida he cobrado por un artículo para periódico o revistas porque no lo necesitaba y porque me parecía indecoroso e indecente recibir un dinero por un escrito, prefiero regalarlo. Entonces vivo de otra cosa que no es literatura, siempre he vivido de otras cosas. Me ha gustado hacer de todo, he sido estibador y mozo de restaurante porque creo que la esencia de la vida está en la gente común y en lo popular. Yo me nutro mucho de eso, no soy el escritor que va a vivir en el ghetto negro de Washington con la idea de escribir. Al contrario, voy a ganarme la vida y para integrarme a una sociedad tan distinta a la mía que me enriquece y si luego de una experiencia similar a esa de la que salió "El exilio voluntario" deseo escribir sobre eso, lo hago y si no, no, pero no es el escritor buscando la experiencia; al contrario, es el ser humano buscando la vida. Eso es lo que hago y si escribo o no sobre eso lo decidirá el azar

Sobre la literatura en Bolivia, ¿cree que existe una nueva generación?
Se está escribiendo más y creo que la globalización ha influido positivamente en que el escritor boliviano esté buscando más temas y que haya ampliado sus perspectivas. Ahora, si es una generación que va a perdurar como una generación literaria no lo sé, porque es muy diversa. Cada uno por su lado, no hay una estilística propia generacional y va yendo hacia el tema del marketing.
El mercadeo es terrible, es lo que está acabando con la literatura en el mundo. Hay una especie de cuoteo por países. España domina la empresa editorial de lengua española y es la que se decide qué se publica y cuándo. Está dando espacio a un grupo de jóvenes que es lo que llamaríamos entre comillas "la nueva generación" que está escribiendo sobre temas que quizás pueden parecer insulsos, muchas veces, completamente sin sentido. Bueno, el cuoteo es terrible. ¿Cuánto espacio se puede dar a un país como Bolivia? ¿Cuántos autores bolivianos van a ser permitidos como un éxito producido por la editorial en España, cuantos? ¿Uno, dos? Eso es terrible y no es criticar a uno en este caso sino que es terrible cómo somos manipulados por el mercado de una manera espantosa.

¿Qué piensa del academicismo con respecto a la literatura, cómo ve a la literatura nacional?
Entras a un círculo que es parte del mercado editorial del cual es difícil salir. Es diferente en el caso de los escritores anglosajones que no tienen este prurito del latinoamericano por ser doctor. El escritor anglosajón es muy diferente, puede vivir al lado de tu casa y estar haciendo jardinería y ser un escritor que es candidato al Nobel. Hay mucha más modestia y mucha más decencia incluso, decencia de ser lo que son: primero un hombre y luego escritores. Mi consejo siempre a los escritores jóvenes es el consejo que Máximo Gorki le dio a Isaak Babel, cuando Babel, el gran escritor judío ruso, le dijo que quería ser sobre lo que necesitaba hacer. Gorki le dice: “Andate al mundo y cuando regreses escribe”. Y es lo que hace Babel y nos deja dos obras gigantes en la literatura universal. Lo que le falta al escritor boliviano es un poco tener los huevos de irse a ser lavaplatos a Argelia o mercenario en Ruanda o cosas así, hay que vivir, hay que apostar por la vida y si eres escritor estás apostando por la literatura.

Muchos critican desde la política su literatura. ¿Qué le molesta a Claudio Ferrufino-Coqueugniot de la política en la actualidad?
No solo de la política boliviana actual, yo escribo hace 30 años columnas políticas de opinión y si revisaras mi blog por ejemplo puedes encontrar una crítica a Bush tanto o peor a la de Evo Morales, tanto que me dijeron que me cuidara y en algún momento yo sé que estuve en listas de tipos a ser observados por el FBI.
Mis diatribas contra Bush y el Gobierno republicano son tremendas, y lo de Evo Morales no es diferente. Yo soy un individualista, una persona que no puede soportar que alguien se arrogue el derecho de pensar y actuar por ti. Si es indio, si es blanco, si es boliviano, norteamericano de izquierda o de derecha, me cago, no me importa. Yo voy a oponerme a ellos siempre. Me digan facho, me digan comunista, pueden pensar lo que les dé la gana, soy un hombre que opina y siempre voy a opinar.

¿Es Claudio Ferrufino-Coqueugniot un hombre de izquierda y un columnista de derecha?
Esos términos ya son obsoletos y si vamos a meternos dentro de esos cánones yo soy y siempre he sido un hombre de izquierda y justamente por ser un hombre de izquierda discrepo con todo lo que está ocurriendo en el país. Aquí no ha cambiado nada, hay algunos cambios que eran imposible que no vinieran y que no son hechura de Evo Morales, como la inclusión del indígena en la vida nacional. Ese era un devenir histórico imposible de no suceder. Estuviera Goni, Evo o cualquiera. Por supuesto, el Gobierno del MAS ha sido el catalizador y esa inclusión que está siendo dificultosa ahora es un avance. Pero lo que ocurre a nivel gubernamental, el expolio, el estupro nacional en este Gobierno como con Goni o con Barrientos o con cualquier de ellos, es la misma mierda, aquí no ha cambiado nada. Todo esto de Cristinita la millonaria, el millonario Chávez, el imbécil de Correa, eso no es revolución, eso es un retroceso en el proceso social, de verdad.

Entonces, ¿es una suerte de exotismo latinoamericano izquierdista desde los 'progres' europeos?
Yo quisiera ver a los holandeses o españoles con Evo Morales de presidente, veríamos si piensan lo mismo. Es un paternalismo, es la vuelta al colonialismo, “ah que lindo, por fin nuestros indiecitos están hablando. Son "nuestros indiecitos”. No es ese hombre que por su mismo proceso histórico haya llegado a esto, no, es una dádiva de la izquierda o la pseudo izquierda europea hacia nosotros. Lo que no se está comprendiendo en Bolivia todavía y se va a entender en las próximas dos décadas es el fenómeno del narcotráfico y la permisividad del Gobierno al respecto. Lo que va a dejar el narcotráfico no es una revolución, no es un proceso de cambio, no es una bonanza, ni bienestar económico para todos, aquí lo que van a quedar van a ser ruinas y si hablamos de los indígenas cualquier pervivencia de culturas indígenas originarias van a ser destruidas por el narcotráfico completamente.

El Invitado

Ricardo Bajo
Periodista

Extracto 'Razones por qué me gusta la novela de Claudio Ferrufino-Coqueugniot
Me gusta su ritmo, lo vertiginoso, las frases cortas y punzantes.
Me gusta su humor y su pasión desenfrenada por el sexo, como salvavidas del pobre inmigrante, del inmigrante pobre.
Me gusta sus “sentencias”, sus frases para subrayar y quedarse: “cuando uno no tiene personas, se recurre a la música”, “las putas refugian las penas del inmigrante”, “no somos bolivianos entonces, no somos nada”, “extraño pueblo el nuestro, en apariencia tan nacionalista y tan chaqueteador cuando no debe”, “el viaje de un inmigrante hombre consiste en tres cosas: hambre, sexo y trabajo”…
Me gustan sus odios y sus amores, los de Carlos Flores, los de Claudio Ferrufino-Coqueugniot, contra Clancy y Bush, contra los gringos pelotudos y los bolivianos más pelotudos por copiones y provincianos, por “estar” a favor de los negros compañeros de laburo, de los cuates, de las nostalgias de calles y pueblos lejanos y sus olores. Por sus añoranzas de Cochabamba, de La Paz, de Punata y Cliza. Y de las peleas en la plazas vallunas.
Me gusta por la nostalgia que resuma (que siento yo como exiliado voluntario también).
Me gustan sus referencias de ametralladora, sus guiños de cinéfilo, de amante de la música (de Neil Young a Dylan, de los Stones a los Beatles, de Totó la momposina a los irlandeses y kurdos), de los parques y los museos.
Me gusta su tristeza de blues o de bossa nova, su rabia contra la máquina de coro punkie, su alegría y alboroto de boliche rockero. Su cadencia de cueca de exilio sufrido y triunfador.
Y me gusta sobre todo porque cada página que avanza la novela se pone más buena. Y porque normalmente me pasa al revés, el entusiasmo me suele durar hasta la página 30.

Publicado en Día 7 (El Día/Santa Cruz de la Sierra), 26/08/2012

lunes, agosto 27, 2012

Edmundo Paz Soldán « Para estimular la lectura hay que dar el ejemplo y luego intervenir poco "





Como casi cada año, el escritor Edmundo Paz Soldán estuvo de vacaciones en Bolivia. La Isla del Sol y las misiones están entre sus sitios favoritos, junto a Nueva York (vive a cinco horas de la Gran Manzana), Buenos Aires y Madrid. Aquí oscila entre su natal Cochabamba y Santa Cruz, de donde es oriunda su actual pareja. Lo acompañan sus hijos Gabriel (12) y Joseph (5), que ronronea a su lado. La entrevista lo remonta a las curiosas reacciones que causó Río Fugitivo, la primera de sus nueve novelas. La historia, conocida en algunos círculos, es así:

Publicó Río Fugitivo y en ella se mencionan hechos desagradables que ocurrieron en el colegio Don Bosco, de donde Paz Soldán salió bachiller. También se cuentan cosas que nunca sucedieron; es decir, se ‘ficcionaliza’. Alarmado, el director del colegio lo convoca para una reunión que, en realidad, es una emboscada.

- ¿Reunión, en un coliseo?

- Sí, porque había 70 profesores. Varios curas y profesores del colegio se sintieron muy ofendidos. Decían que -en la novela- estaba manchando el nombre de la promoción. Me preguntaban si no se podía cambiar el nombre del colegio. “En la novela, los alumnos hablan todo el tiempo muy mal de los profesores y de los curas. ¿Qué tienes que decir a esto?”, me preguntaron. Aunque estaba intimidado, alcancé a decir que me quedé corto. De pronto, un grupo de profesores aplaudió. Eso me relajó. Me di cuenta de que no todos estaban en contra mía.

Salió de la emboscada con remordimiento, decidido a escribir un artículo para explicar qué era verdad y qué era mentira. Luego algunos profesores le dijeron ‘cuidadito con que cambie algo’. Ahora se ha distanciado lo suficiente del libro para comentar que el que quiera ofenderse, que se ofenda.

-Hace un tiempo, el Gobierno consideró racista a Alcides Arguedas, sobre el que hiciste tu tesis. ¿Qué sentiste en ese momento?

- Arguedas es un escritor políticamente incorrecto, pero representa una forma de pensar dominante en su momento. Es necesario leerlo para entender cuál era la Bolivia de ese entonces y para ver de dónde venimos. Estaba escrito como un ensayo sociológico y sicológico de nuestra identidad como bolivianos. Muchas de esas ideas todavía se mantienen vigentes en la charla de café, entre amigos, cuando no hay una grabadora de por medio. Ese racismo que define buena parte de la forma de entender del boliviano en Arguedas está presente en la sociedad.

Claro, por los cambios políticos y sociales de los últimos años mucha gente se cuida un poco más de decirlo tan abiertamente como antes, pero no podemos hacernos los inocentes y decir que no es parte de nuestra vida cotidiana. Lo de Arguedas es una puerta de entrada fundamental para entender cómo se concibió el país en determinado momento y contra qué estamos peleando hoy, tratando de convertir el país en otro. Contra qué prejuicios dominantes hay que luchar, porque no es tan fácil. - ¿Es Arguedas prejuicioso, malintencionado, o está desinformado?

- Todo a la vez. Si lees el darwinismo social del periodo, para fines del siglo XIX, científicamente las ideas de Arguedas están desterradas, pero esta es la parte más complicada porque todavía a nivel de divulgación popular están vigentes en Europa. La ciencia dice que para fines del siglo XIX había una forma de entender las identidades a partir de la cuestión racial. La ciencia comienza a probar que no hay jerarquías raciales. A nivel de divulgación popular, con autores como Gustave LeBon, todavía funciona. En ese tipo de ciencia se basa Arguedas, en lo popular. No es el único, porque ese pensamiento de degeneración racial da origen años después a Auschwitz. Ese tipo de cosas hay que desterrarlas, pero para eso hay que saber de dónde viene todo.

“Papá, pis”. En realidad, lo dice en inglés. En ese momento, la entrevista se interrumpe. El pequeño Joseph quiere ir al baño. En esa transición, el escritor queda archivado y sale el padre.

“Cuando Gabriel pide algo y se le dice que no, protesta. Joseph replantea: ‘¿mañana?’ No pelea. Tiene una estrategia sutil”, comenta.

- ¿Cómo sos como padre?

- Muy tolerante, permisivo. Hubo veces que quise imponer mis ideas. Cuando Gabriel tenía siete años, lo obligaba a leer media hora al día. Le decía ‘si quieres jugar Nintendo, tienes que leer media hora’. Mientras leía preguntaba a cada rato ‘¿ya es media hora?’ Le respondía por qué cuando juegas no preguntas. Puedes jugar dos o tres horas seguidas, y cuando estás leyendo… ‘ Bueno, un día levanté las manos y pensé que estaba acercándome equivocadamente al tema. ‘Va a terminar odiando la lectura’, dije y comencé a pensar cómo había llegado yo a la lectura. Había una biblioteca en mi casa. Mi papá leía mucho, pero no hubo un momento en que él me dijera que leyese. Cuando vio que me gustaba, cada sábado me compraba novelas policiales. Con mi hijo fue así. Me ve leer y siente la importancia que tienen los libros en la casa. Poco a poco comenzó a encontrarle el gusto a leer.

- ¿Qué lee ahora?

- El año pasado se puso a leer uno a uno los siete de Harry Potter. Son libros de 500 o más páginas y los terminó. Ahora lee cosas más ‘adultas’; a ver si se anima a comenzar con Salinger. A su edad nunca hice diferencia entre literatura para niños o adulta. A los 12 yo leía novelas policiacas. Ahora él lee por su cuenta. Le gusta la serie de Los juegos del hambre y otras ‘distopías’. Eso me sirve como ejemplo de cómo hay que proceder: trato de intervenir lo mínimo necesario.

El editor Marcelo Paz Soldán recuerda que, en la niñez, disfrutaba con su hermano Edmundo con los juegos de mesa. Monopolio, Clue y otros más. Edmundo se los compraba a sus hijos, pero se dio cuenta que solo ‘cumplía un placer vicario’. Eran, en realidad, para él. Ahora, los niños los juegan en el iPad. Papá Edmundo prefiere los juegos de estrategia, como Puerto Rico, donde tiene que pensar en las siembras, en la venta de los productos y otros detalles de la vida de una colonia. Lo que aprendió sobre lectura y niños: “Hay que buscar un punto intermedio en que por un lado se les dé buenos modelos para ver si los siguen y, por otro lado, hay que aprender a escucharlos”.

- En tu fase autoritaria de media hora, ¿qué le sugerías leer?

- Solo me interesaba que leyera algo apropiado. Ahora sé que le encantan las series de televisión animé japonesas y la ciencia ficción: XFiles o Fringe. Esas series me gustan. Me alegra ver que algo mío ha conectado en él. Pero ya no me meto… le recomiendo cosas. Está fascinado con el mundo animé y eso lo ha llevado a otro nivel: Gabriel quiere aprender japonés. Yo no llegué a eso. Creo que le compré una serie de animé, cuando veía muchas cosas de dibujos animados (Walt Disney). Le encantó Full Metal Alchemist.

- ¿Y a la hora de las comidas, qué ocurre?

- Allá (en Estados Unidos) tenemos que cocinarnos. Es mucho más precario, más limitado. Por falta de tiempo se cocina algo básico, y si te sale bien, se lo hace muchas veces. Si te sale bien una pasta carbonara, la vas repitiendo varios días porque está en tu cabeza. Me gusta el picadillo cubano, que es carne molida con papa cortada en pedacitos, arroz y pasta de tomate. Es una versión caribeña del saice. Hubo épocas en que comí eso tres o cuatro veces a la semana. Mis platos favoritos son el brazuelo de cordero, el pique a lo macho, el lomo borracho y el picante de pollo. En eso soy bien cochabambino. También tengo una debilidad por el ceviche y por los chopitos madrileños. Pocas cosas se comparan a la parrillada que hace mi papá y al lechón al horno de mi mamá.

- ¿Vos cocinás?

- Yo, también Liliana. Nos turnamos. Por la noche, una manzana y cereales porque cocinar dos veces es demasiado. A veces me compro libros de cocina y tengo en mi cabeza planes increíbles para aprender a cocinar mejor. Un amigo peruano que me invitaba.; llegaba a su casa, tocaba el timbre y él bajaba. ‘¿Dónde vamos?’, preguntaba yo y él respondía que al mercado a comprar cosas. Yo llegaba en el plan de ‘ya quiero comer’ y él tenía toda esta ceremonia de comprar los productos frescos, poco ante de la hora de la comida. Escogía tomates, lechuga, fruta. Yo decía que haría lo mismo cuando regrese a Estados Unidos. Me duró tres días. Por un lado, el ritmo de vida impide darte ese lujo de tiempo y la predisposición. Si tengo tiempo libre, lo ocupo en otra cosa.

- ¿En qué, si no estás leyendo o escribiendo?

- Me gustan mucho los juegos de mesa en el iPad. Otra cosa que me gusta es el fútbol. Juego menos de lo que quisiera. Me rompí dos veces los ligamentos. Cuando estoy de vacaciones y me piden que juguemos, digo que no, porque no estuve en actividad física constante y la rodilla me va a molestar. Me dijo el doctor que ya estoy bien para jugar, pero es más un miedo sicológico. Cuando me inscribo con algunos estudiantes en un campeonato en Ithaca, donde vivo, me animo más porque siento que la rodilla está en actividad. Cada vez me cuesta más volver porque tengo miedo.

- ¿Cómo conociste al escritor Roberto Bolaño?

- En un congreso en Sevilla, a mediados del 2003. Lo recuerdo como un tipo burlón, de comentarios ácidos, de broma fácil, que dominaba cualquier conversación. Le gustaba llevar la contraria a todo. Lo conocí de pasada y me impresionó. Contó un mismo chiste mil veces, pera cada vez cambiaba la perspectiva: primera persona, segunda, tercera, a la manera borgiana, a lo Faulkner, etc. Volví a Bolivia y escribí un artículo sobre él para Fondo Negro. Diez días después de que lo conociera, falleció.

Bolaño jugaba juegos de guerra que replican la II Guerra Mundial A mí no me interesan tanto los de guerra. Alguna vez me compré y los encontré muy complejos. Se tardaba cinco horas. Hay que poner las fichas y seguir al día siguiente.

-Paternidad y separación. ¿Cómo conciliás esa situación?

- Al comienzo fue más difícil, sobre todo con el mayor, porque el cambio de vida fue un remezón muy fuerte. Siempre está la fantasía del niño, porque cree que por su culpa algo ha pasado y está la fantasía de la reconciliación. Fue a una edad peligrosa, cuando tenía siete años. Ahora eso está procesado, está emocionalmente estable. Fueron momentos difíciles, pero normales. Nada del otro mundo, aunque en ese momento sí parece del otro mundo para un niñito.

- Fuiste a vivir a otro lugar...

- Me fui a vivir a un departamento. De pronto no estaba en la casa y venía conmigo y extrañaba a su mamá, y luego extrañaba a su papá. Estaba dividido. Tardó un buen tiempo en procesar todo eso y estabilizarse, en darse cuenta de que había cambiado y aceptarlo. No es un proceso fácil, es largo. Si a nosotros nos cuesta, más a un niño. Una relación de pareja es una apuesta de vida. cuesta admitir el fracaso, que tus estructuras se tambaleen y tengas que comenzar de nuevo.

- Te costó bastante…

- Es un cambio fuerte. Es una etapa dura pero por suerte hay una nueva normalidad.

- ¿Planes?¿Hijos?

- (Risas) No hay planes por el momento.



Opinión

La dulce perversión...

Entre las cosas espléndidas que marcaron la década de los 90 está la figura de Edmundo Paz Soldán, su juventud entre inteligente y todavía ingenua, su primer talento. Edmundo instaló en nuestra ficción una modernidad distinta, una modernidad posmoderna. A él le debemos ese giro finisecular que estábamos necesitando con ya una cierta urgencia para diversificar nuestra literatura, para volverla más contradictoria, heterogénea e inclasificable. Una posición que siempre he valorado en Edmundo es la que él asume con absoluta naturalidad: la de la coexistencia de tradiciones, pues por un lado es posible respirar en su obra la profunda y orgullosa influencia de la vertiente latinoamericana y boliviana, y, por otro, se percibe la impronta de la típica parquedad norteamericana. Y aunque él ha demostrado ser un lúcido novelista, mi cariño entrañable se rinde por completo ante sus cuentos, donde la dulce perversión se exalta y brilla. (Giovanna Rivero. Escritora)

Fuente de la informacion : (Suplemento Extra/El Deber Domingo, 26 de agosto del 2012)

domingo, agosto 26, 2012

"La reliquia de la Madonna" : Nueva novela de Alcides Parejas Moreno





La novela cuenta la historia de Tadeo Rivero Suárez, un setentón recientemente viudo, que se siente solo y vive acompañado de sus recuerdos. Rivero ama el arte en todas sus manifestaciones y siente una atracción especial por el cine. Su obsesión por el séptimo arte es tal que, como las historias de caballería se comieron los sesos de don Alonso Quijano, el cine podría acabar con él. Además de la pantalla grande, el otro placer que tiene es el de viajar. Y justamente esta novela de Parejas Moreno es el relato de un viaje.
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sábado, agosto 25, 2012

"VACACIONES PERMANENTES", de Liliana Colanzi se publica en España




VACACIONES PERMANENTES, de Liliana Colanzi, con prólogo de Fernando Iwasaki.

Con una forma de narrar sencilla, hipnótica y vertiginosa, Liliana Colanzi nos habla en su debut literario de las fronteras del mundo adulto, de la incomunicación, de la familia y de la búsqueda de la salvación personal.

Libro de relatos con eje conceptual o novela fragmentada, los personajes inquietos y desorientados deVacaciones permanentes convierten la obra en una propuesta contemporánea y original.

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“Cada vez es más complicado develar el enigma de qué es un buen cuento y cómo debe ser. Una de las posibles y más sabias y acertadas respuestas a semejante misterio son los cuentos de Liliana Colanzi. Cuentos desbordados de luces y de sombras y, sobre todo, de perturbadores claroscuros. Cuentos escritos con una rara astucia y envidiable madurez que son, también, como visitas a un planeta lejano y nuevo pero a la vez conocido y próximo”.

RODRIGO FRESÁN

“Vacaciones permanentes es un libro transparente, y conseguir esa transparencia ha debido significarle a su autora, Liliana Colanzi, horas de trabajo, corrección, relectura, concentrada inteligencia y otras batallas no menos intensas”.

GIOVANNA RIVERO

viernes, agosto 24, 2012

Presentan dos libros póstumos del escritor Erick Rolón Anaya



“El descojudizador universal y otros cuentos no tan cuentos” y “Breve historia del capitalismo”, libros del fallecido escritor e ingeniero agrónomo cochabambino Erick Rolón Anaya, serán presentados hoy a las 19:00 horas, en el Rotary Club de la avenida América.

Los libros, impresos por la editorial Kipus, serán presentados por la familia del autor, quien falleció el 26 de agosto de 2011 en Cochabamba, a causa de una dolencia cardiaca.

“(Rolón) se inclina por el género y mensaje ‘político- moral’, su prosa sarcástica y humor negro recuerdan a Jonathan Swift, quien criticó duramente a la sociedad inglesa de su tiempo”, señala en la contratapa de “El descojudizador” el poeta José Antonio Terán Cabero.

TRAYECTORIA Rolón Anaya deja un gran legado en el campo industrial e intelectual de Cochabamba.

Fue columnista de OPINIÓN por varios años.

La introducción de los huevos vitaminados y con Omega 3 en Bolivia son el reflejo de una industria familiar de constante innovación y desarollo tecnológico que él impulsó.

Rolón nació en Cochabamba el 5 de mayo de 1932.

Estudió en la Facultad de Ciencias Agrícolas Pecuarias Forestales y Veterinarias de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS).

“Me atraía el campo, de niño conocí unas instalaciones para la cría de ovejas, que me llamó mucho la atención y crecí con esa inquietud”, dijo Rolón en una entrevista publicada el año pasado.

El apoyo de su esposa, Martha Ríos, lo llevó a consolidar la reconocida empresa familiar Avícola Rolón.

“Iniciamos en la casa, teníamos a las gallinas en la sala y perforé unos hoyos en la pared para que las gallinas puedan salir al patio”, recordaba Rolón.

Su apasionamiento por la avicultura lo impulsó a traspasar fronteras.

Como becario de la OEA, realizó estudios de postgrado en Genética y Fitotecnia en Chapingo, México.

Fue becado a Italia por el Gobierno de ese país para realizar estudios superiores en el instituto “Oltre Mare” y cursó las materias de Economía y Desarrollo Rural, en la Universidad de Florencia (La Cashine), entre otros.

Además del aporte a la investigación y al desarrollo tecnológico, su mayor legado se refleja en la transmisión de conocimientos a miles de jóvenes que tuvieron la oportunidad de compartir junto a él parte de una memorable carrera docente.

Durante más de 40 años, fue catedrático titular de las materias de Genética, Biología, Ecología, Biometría y Estadística en la UMSS.

“La formación eficiente consiste en superarse y escalar sin pisar a nadie”, eran algunas de las enseñanzas que impartía a sus alumnos el también autor del libro “Los caines y abeles del drama humano”.

Fuente de la noticia : Periodico Opinión/Cochabamba

jueves, agosto 23, 2012

"Biografía del Palacio Quemado" de Mariano Baptista Gumucio



“El Palacio Quemado tienen una influencia fatal en los que pasan por sus galerías –dice un cronista contemporáneo–. Entre sus muros se encierra algún maleficio. Por los sombríos corredores, envueltos constantemente por la sombra, pasean fantasmas. No es una leyenda más o una simple fantasía periodística… Es la verdad"

miércoles, agosto 22, 2012

"La mansión de los elegidos" :Tercera Edición de la obra de Adolfo Cáceres Romero



La presente es la tercera edición de esta novela costumbrista que salió por primera vez el año 1973. Mario Vargas Llosa dijo en una oportunidad sobre esta obra y particularmente sobre el estilo del autor que: “Sabe contar con gracia y originalidad. Sus instrumentos narrativos son eficaces y en algunos momentos hay un humor negro de mucha fuerza”.

martes, agosto 21, 2012

ragmento de la novela " Las Últimas Profecías" de Sisinia Anze...



"Luzbel y el resto de los ángeles estaban convirtiéndose en una sola llama que se precipitaba en chorro y se derrumbaba hacia los pliegues del infinito, y de modo casi instantáneo el grupo entró a la atmósfera de un mundo desconocido. Cayeron a plomo, igual que un juego de lustrosas joyas. Atravesaron la corteza incandescente y entraron por distintos niveles hacia el centro del planeta, donde densos cristales los envolvían. Sus atenuados cuerpos se entrelazaban con moléculas de amoníaco, azufre y metano. Caían, hasta llegar a incandescentes peñascos de lava que se alzaban sobre desolados y untuosos mares de nafta, veían turbulentos géiseres de petróleo y lagos de aceite en ebullición. Lucifer y el resto se extendieron sobre un continente de fuego y permanecieron inmóviles, jadeantes, por el estrepitoso impacto de las muchas toneladas de negra atmósfera planetaria sobre sus etéreos cuerpos. Luzbel se transformó en una horrible maraña de cuernos, pelos y colmillos".

lunes, agosto 20, 2012

La historia y sus perfidias



Por: Mijail Miranda Zapata

Lo primero que me viene a la mente al leer el título del último libro publicado por la Editorial El Cuervo, La mañana después de la guerra, es el epígrafe usado por Sebastián Antezana en su novela El amor según. Éste pertenece a Susan Sontag y reza: “Las fotos nos trasmiten cierta imagen de la guerra vinculada al acontecimiento, al estallido. Pero lo crucial de la guerra es lo que sucede después. ¿Cómo se fotografía lo que sucede después?”. Ese parece ser el dilema principal que se plantea Boris Miranda, autor del libro. La cuestionante resulta aún más compleja y exquisita en el contexto de un país, como todos, donde la guerra -en términos simbólicos y también concretos- no cesa desde los principios de su historia como nación.

La mañana después de la guerra indaga los hechos que circunscribieron, ya sean como antecedentes o consecuencias, la masacre perpetrada en El Porvenir en septiembre de 2008. El autor plantea una correlación histórica con la derrota sufrida por las fuerzas mineras y sindicales en 1986, dentro de fracasada movilización iniciada contra el neoliberalismo promovido por el MNR, que terminó por instaurarse en el país con nefastas consecuencias. Años después, con el resquebrajamiento de ese mismo sistema que provocó, a inicios del XXI, “la guerra del agua” cochala, una sucesión de conflictos derivaron en el arribo al poder del MAS-IPSP, alcanzando la consolidación de una nueva visión de país tras la abrupta desaparición de la partidocracia, el debilitamiento selectivo del poder emergente desde las regiones y la aprobación de una nueva Constitución Política.

Eso en las letras mayúsculas con las que suele escribirse la historia oficial. Por debajo, subterráneamente se tejen cientos de crucigramas con grafías apenas legibles. Complots, cercos, manipulación, cabildos, ceguera, chantajes, espionaje, persecuciones, falacias, muerte y violencia. Ese es el entramado en el que se juegan el poder oficialistas y opositores, a costa del campesinado y las juventudes “cívicas”, sumidas en consignas espurias. ¿Bolivia? Quizás algún día sepamos donde queda. Mientras, que venga la segundita. Referendos, revocatorios, estatutos, Constitución, del indio o del boliviano, autonomía, de las logias o del pueblo. “Si la querés, deféndela”, “Patria o muerte”, “Evo asesino”, “Nazi-ón camba”, “ch’enko total”, diría el Papirri. Nada menos cierto, todo está calculado, todo forma parte de una gran estrategia para acceder al poder, por mantener los privilegios o conseguirlos. ¡Pueblo escucha, únete a la lucha! Luego lloras tus muertos, los entierras y te retiras, que hay otros que te representan y ejercen el poder. Esa la historia, pérfida como ninguna. Muchas deducciones podrían sacarse de la exhaustiva investigación realizada por Miranda. Resultan estremecedores los lugares a los cuales puede acceder el poder, su alcance y su relación directa con lo que nos sucede en la cotidianidad. Juegos de poder, de caprichos, de hegemonías, pandemonio de la historia. Esa traicionera, valga la redundancia.

Gran mérito el de Miranda que nos acerca a una coyuntura que vivimos desde un palco más o menos cómodo. Ensuciándonos poco. Impregnados levemente por los aires que se extendían, con mayor o menor intensidad, desde el campo de batalla. Embebidos, sin estar convencidos del todo con la nueva Bolivia, en las consignas lanzadas desde la televisión. Empate catastrófico, polarización extrema, caldo de cultivo ideal para grandes transformaciones. Revolución podría decirse sin grandilocuencia, ni malintencionadas asociaciones partidarias, lástima que ésta siempre implica una descarnada violencia. Desde el sillón opinamos, discutimos, lanzamos algún discurso. Mientras, la carne de cañón, lamento boliviano, indios y jóvenes, se destruye frente a frente. Vuelta a empezar. Nos consuela la certeza de un proceso histórico, inacabable, cierto, pero proceso al fin. Conformismo idiota. Mirar el futuro con esperanza, imposible. ¿Conformismo idiota? También.

En esas circunstancias, ¿podríamos reclamarle a Boris Miranda la ausencia de una toma de partido, de un compromiso directo por algún discurso, sea cual fuere? Ciertamente, no. Mas no prescinde de una trinchera. Miranda se compromete con su profesión, el periodismo, y la historia nacional. Ese es el verdadero valor, y como diría Brecht, es el imprescindible. El autor no efectúa un juicio de valor respecto a lo acontecido, son los hechos en sí mismo los que juzgan, castigan y redimen. La historia es severa, impertérrita e implacable.

Concretamente, la masacre del Porvenir, tal como señala el periodista paceño, es un evento trágico que demarca definitivamente dos periodos fundamentales en nuestra memoria mediata. Con ella el panorama político y social se transforma por completo y deja establecido el nuevo (¿los nuevos?) régimen que organiza, en alguna medida, un escenario de confrontación con actores de largo aliento. Visiones de país que se reciclan y recrean, nada esperanzador. Ahora mismo muchos de ellos se aprestan a encarar el proceso eleccionario de 2014, otros emergen discretamente, ora más, ora menos, con ansías de alcanzar el control de la burocracia estatal. “Nada cambia, todo cumbia”, como canta una mediocre banda chuquisaqueña.

Finalmente, lo esencial resulta cuestionar hasta qué punto pueden justificarse las acciones de los actores políticos en su batalla por acceder al poder y cimentar su hegemonía. ¿Traicionar a tu propia gente simplemente con el fin de alcanzar un objetivo, ya sea en un bando u otro? Es inútil. La historia se escribe a fuego y sangre, lastimosamente. Dilema moral profundo, que parece no interesar; en realidad, nunca interesó. Todos creímos en una otra Bolivia, ya sea desde las regiones o desde una nueva Constitución. Pero, ¿estos caminos valen realmente las vidas que se han llevado? La historia responderá. Penosamente, la historia siempre responde con más muertes, falacias mayores y nuevas élites angurrientas de poder. Cabe concluir la presente nota con otro epígrafe, esta vez uno usado por el mismo Miranda y propio de Eduardo Sacheri: “…el tiempo cometió la estupidez de seguir transcurriendo…”. Al parecer, no hay remedio.

domingo, agosto 19, 2012

Mestizaje celebración de las diferencias : El poeta Óscar ‘Puky’ Gutiérrez apuesta porque la hibridación de lenguajes es posible y triunfa

El poeta Óscar ‘Puky’ Gutiérrez apuesta porque la hibridación de lenguajes o el diálogo artístico es posible y triunfa en el marco del carácter eminentemente mestizo de todos. Sobrevolando el vaginario, Primavera cruceña 2.0 y ahora Ciudades interiores son muestras.....




Por Óscar ‘Puky’ Gutiérrez

Intentar reducir el arte a un solo concepto que lo defina es una tarea imposible o, cuando menos, inútil. Muchos son los posibles acercamientos a este modo de expresión humana (uno de los pocos, “sino el único”, según rezan las enciclopedias, “que no tiene ninguna utilidad práctica”). De modo que podemos aproximarnos al arte desde la estética, desde la historia, desde la técnica, desde el propósito, en fin.
Particularmente, tengo la sospecha de que el arte es antes que nada una expresión íntima de un momento colectivo. Y que tiene, por eso mismo, cierta naturaleza de anticipación o vanguardia. Me explico, muchas cosas suceden antes en las novelas, o en las películas, o en el teatro, o en las canciones y luego suceden en la vida.

ASIGNATURAS PENDIENTES
En los extraños tiempos en los que nos toca vivir (o que hemos elegido vivir, si nos cobijamos bajo una perspectiva un tanto esotérica) existen muchas asignaturas pendientes, a saber: diluir las fronteras que nos separan del “otro”, derrumbar los prejuicios que nos aíslan, incluir al diferente, alentar a que cada uno sea como es, y un largo etcétera de posibilidades.
En este texto intentaré referirme a una de ellas: el darle la bienvenida al carácter eminentemente mestizo que todos somos. A ese río de gentes y tradiciones y sangres y modos que cada uno de nosotros lleva inexorablemente adentro. A ese cocktail de personalidades que nos habitan. En definitiva, aceptar el diverso universo que llevamos dentro.
ITINERARIO
Hace ya como tres años ocurrió por primera vez la magia del encuentro. La experiencia se llamó Sobrevolando el vaginario, e incluyó las propuestas de tres artistas emergentes: Paola Senseve con sus cuentos, Ronaldo Vaca Pereira con sus canciones, y el autor de la presente, con sus poemas.
No fue gratuita ni inocente la expresión utilizada para intentar definir aquella experiencia, y dijimos que era un “experimento con-fusión”, porque exactamente era eso de lo que se trataba: la inclusión simultánea y coordinada de tres lenguajes que, convencionalmente, existen separados.
Sin embargo, funcionó, y muy bien. Con Sobrevolando… visitamos tres ciudades del país y seis escenarios de esta urbe anillada demostrando, de manera casi intuitiva, que un camino a recorrer es la hibridación de lenguajes o el diálogo artístico, especialmente en un país que, por ese entonces, era una torpe telenovela de los unos contra los otros, o de “éstos” contra los “diferentes”.
Tiempo después la magia volvió a suceder. Gustavo Rivero, cantautor al que me liga una amistad ya entrada en años, y yo, encontramos similares tópicos, obsesiones y pasiones en nuestras respectivas producciones artísticas. De ese modo nació Primavera cruceña 2.0 y luego Ellas…, dos viajes poético-musicales, el último de los cuales fue estrenado en el marco de la pasada Feria Internacional del Libro recibiendo elogiosos comentarios.
Allí, sobre el escenario, nuevamente quedó en evidencia que dos lenguajes artísticos diferentes pueden convivir y nutrirse recíprocamente. De ese modo, las estrofas de un poema adquirieron un poder de evocación mayor al ser amplificadas por una canción, y también viceversa.

ÚLTIMO CAPÍTULO
Finalmente, en estos días, gracias al Goethe Zentrum, en instalaciones del Centro Cultural Franco Alemán, el público cruceño puede disfrutar de otro experimento exitoso: la muestra de poesía y pintura denominada Ciudades interiores. Un intenso y multicolor diálogo entre el poema y los pinceles. Al respecto, Nicole Vera Comboni, la artista plástica que forma parte de ella, se refirió a los 13 lienzos que pintó como “hijos de la poesía”.
En mi modesta opinión, el arte no puede darse el lujo de vivir de espaldas a la realidad, cantándole a cisnes hiperbóreos mientras en las calles donde habita el artista hay violencia, soledad, miedo, euforia, carnaval o muerte.
Por supuesto que no propongo un arte panfletario o lleno de moralina o de homilías (¡Dios nos libre de tales absurdos!), sino a un arte comprometido con los seres de su tiempo y su búsqueda de plenitud.
Y, en estos tiempos (eso es cosa por demás evidente) aceptar al otro como es, intentar comprender sus razones sin juzgarlo, dialogar con él sin intentar convencerlo de nada, en una palabra: incluirlo, es una de las formas en las que, quizás, podríamos convertir esta feroz selva que llamamos sociedad, en un espacio mucho más solidario, humano, habitable.
La fusión de lenguajes artísticos así lo demuestra. Doy fe de ello.

sábado, agosto 18, 2012

Entrevista a Fabiola Morales Franco : "Huir y vivir. Cuentos para tener en cuenta"

Fabiola Morales irrumpió este año en el mundo literario con un primer libro de cuentos, titulado La región prohibida, que sorprendió a muchos por la calidad de los mismos. Son ocho historias en las que la autora va desentrañando conflictos tales como la dificultad de asumir el paso a la vida adulta, las relaciones de pareja o la pérdida de los padre....



Por Adhemar Manjón

Fabiola Morales Franco nació en Cochabamba en 1978. Residió en México y actualmente vive en Barcelona, España, donde está realizando el Master en Creación Literaria en la Universidad Pompeu Fabra. En 2001 ganó el primer premio en el concurso de relatos Casablanca en Cochabamba. Relatos suyos han aparecido en el periódico Opinión, el blog Ecdótica y las revistas virtuales de Eñe (España) y Otro cielo (Argentina).

- Una constante de tus cuentos es la huida, escapar de un lugar a otro o simplemente huir hacia la locura. ¿Crees que es así? Si lo es, ¿por qué escogiste este tema como hilo de tus cuentos?
- Mis personajes temen el enfrentamiento, porque de alguna manera intuyen que este significaría hacer daño a los demás. Temen también repetir los errores anteriores, suyos o extraños, por eso huyen. En realidad este hilo conductor fue saliendo, en el conjunto de los relatos, de manera natural; no fue forzado ni previamente pensado, se dio así, de pronto fueron los personajes que encontraron sus coincidencias.

- En el cuento La región prohibida uno de los personajes le hace esta pregunta a otro: “Cuando eras chico, ¿eras consciente del término familia? Cuando mirabas a tus padres, ¿no te daban ganas de ser como ellos?, quiero decir, ¿cuando crecieras?” Esta pregunta podría resumir el sentimiento de pérdida de la inocencia de tus personajes.
- Sí, yo quería hablar de cómo los padres tienen, también, un papel dicotómico: protectores y verdugos de la inocencia de sus hijos. Esta sí que es una constante premeditada en la mayoría de mis relatos. Personajes que tienen y se cuestionan constantemente su pasado, su relación con la familia.

- Tu cuento Me harás una calaca tiene un eco que recuerda a Roberto Bolaño. ¿Cuánto influyó en vos este escritor chileno?
- Me harás un calaca es bolañiano por varias razones. Descubrí a Bolaño -como muchos- después de su muerte. Me llamó la atención el tono de sus historias, el hecho de que en ellas hubiera siempre referencias a Chile, México y Barcelona, que eran los lugares en los que él había vivido y en los que se había formado y que de alguna manera lo obsesionaban. Bolaño fue un migrante en el DF y un migrante en Barcelona, tal como lo fui y lo soy yo. Para más inri Bolaño vivió durante años a menos de 100 metros de donde está ubicada hoy, mi casa en Barcelona.

- ¿De qué manera creés que afecte a tu escritura el hecho de que llevés algunos años alejada del país? Viviste un tiempo en México y ahora estás en España.
- Toda experiencia de vida afecta, para bien y para mal. Me pasa muchas veces que mezclo en mi lenguaje verbal los modismos aprendidos en las regiones donde he vivido; esto en la vida cotidiana no es un problema, pero, a la hora de escribir es un lastre, pues necesito de toda mi concentración para no transgredir ciertas fronteras.
También está el hecho de que migrar es para cualquiera un hecho traumático, se puede llevar el shock en el inconsciente o a flor de piel, pero nadie escapa de él.

- Los problemas de pareja son otro tema que abunda en tus cuentos. ¿Qué tan difícil es abordar estos temas en la literatura sin caer en clichés?
- Escribir sobre los problemas de pareja es como escribir sobre sexo, nunca sabes exactamente cómo debes hacerlo para que no suene falso, soez o demasiado visto. Escaparle al lugar común es una obsesión para cualquier autor.

- Cuando estuviste en Bolivia, planeabas dar un taller sobre literatura gonzo. ¿Qué es lo que te atrae de esta literatura?
- En el fondo creo que todos practicamos la literatura gonzo. Estamos viviendo experiencias y relatándolas constantemente. Las redes sociales son el mejor ejemplo de ello. De pronto un ciudadano común se convierte en reportero online en Twitter y la gente lo sigue, lo lee y cree a pie juntillas en la veracidad de la información que esta persona proporciona. Y esta ‘vivencia’ puede llegar a tener resultados funestos como en México donde los narcos han asesinado a más de un tuitero. Me interesa el hecho de que en la literatura y el periodismo gonzo los límites de la ficción y la no ficción se desdibujan, se plantea un panorama nuevo para aquellos que creen que la literatura o el arte están agotados.

- ¿Cómo ves la literatura boliviana actualmente?
- En Bolivia los autores están comenzando a escribir realmente lo que quieren y no solo lo que deben, o lo que se supone que deberían escribir. Existen, cada vez más, nuevas voces con registros diversos; eso ayudará a que el lector se alimente, crezca y se amplíe. Al vivir lejos me es difícil estar al día con las novedades, pero últimamente he leído a Iván Gutiérrez, a Javier Rodríguez que tiene una crónica maravillosa sobre la cumbia; a Sebasthian Antezana, Paula López o Cecilia Romero, y ahora mismo tengo en la mesita de noche un libro de Guillermo Augusto Ruiz.

jueves, agosto 16, 2012

Erick Rolón Anaya es el pionero de la avicultura boliviana





Erick Rolón Anaya, un profesional con espíritu innovador y técnico, pionero en la cría de gallinas ponedoras en jaulas en Bolivia, es gestor del huevo vitaminado y con Omega3.

Egresado de la Facultad de Agronomía de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS), aun siendo alumno fue ayudante de la materia de Construcciones Rurales Hidráulicas.

Su pasión por la enseñanza le permitió continuar con la docencia durante más de 40 años en la misma facultad, y llegó a ocupar el cargo de vicerrector en tres oportunidades.

“Me atraía el campo, de niño conocí instalaciones para la cría de ovejas, que me llamó mucho la atención, y crecí con esa inquietud”, señala Rolón. Esta aptitud fue cultivada con las enseñanzas de su maestro de Ciencias Naturales, Andrés Uzeda Ocampo.

Su vocación por las ciencias agrícolas fue ratificada luego de pasar por un trago amargo siendo empleado del Estado. “Por una intriga política renuncié a mi cargo y nunca más quise saber de ser empleado del Estado”, asevera.

La complementariedad con su esposa Martha Ríos, economista, lo impulsó a emprender su primer proyecto de cría de gallinas, que con el paso de los años fue consolidada en lo que hoy es Avícola Rolón, una empresa líder de la avicultura boliviana.

“Iniciamos en la casa, teníamos a las gallinas en la sala, y perforé unos hoyos en la pared para que las gallinas puedan salir al patio”, recuerda. Como el dormitorio de sus hijos estaba cerca, tuvieron que ir innovando poco a poco para mejorar las condiciones de higiene y salubridad.

Por los años setenta, la locura de vender mil huevos por día, cuando no había el hábito de consumo se convirtió en una necesidad, frente a la urgencia de superar la desnutrición y estar al alcance de la economía de la población.

Este principio fue fortalecido con el conocimiento científico adquirido en varias universidades extranjeras, y transmitido a sus tres hijos que, para satisfacción de Rolón, decidieron proyectar un mayor crecimiento del patrimonio familiar.

“Para la familia, desde mis padres, siempre ha sido prioridad la formación eficiente. Y se trata de superarse y escalar sin pisar a nadie”, reflexiona.

Gracias a este trabajo Bolivia ha recibido la nueva producción de huevos reforzados con vitaminas y de Omega3. Una de sus mayores preocupaciones es la inseguridad para la inversión. “Seguimos apostándole al país, aunque el Gobierno no nos da la seguridad”, dice Rolón apoyado en su “clan familiar”, del cual se siente muy orgulloso.
La familia es “el clan” que fortalece su trabajo
Muy crítico de las políticas actuales de Gobierno, Erick Rolón, apoya su constancia y crecimiento en lo que denomina su “clan”. Sus tres hijos asumieron la responsabilidad de consolidar una de las empresas más importantes del país.

La Avícola Rolón, fundada hace 45 años, ahora se destaca por el manejo tecnológico y la utilización de equipos modernos en la incubación de aves, y la clasificación y sellado del huevo.

Es una de las pocas empresas que cuenta con un molino de rodillos y mezcladoras horizontales para la producción del alimento que permite una granulometría y homogeneidad superior en el alimento.

En la actualidad la empresa está regida por un protocolo familiar que asegura deberes y derechos en la transferencia generacional. “El hogar es la célula más importante de toda estructura social, si esa célula se ha enfermado entonces no puede haber continuidad ni bienestar”, asevera Rolón.
Apuntes.
Datos personales.

José Erick Rolón Anaya, nació en Cochabamba el 5 de mayo de 1932. Hijo de Adalberto Rolón y Graciela Anaya. De formación ingeniero agrónomo, cursó estudios de post grado en Genética y Fitotecnia en Chapingo, México, como becario de la OEA. Asimismo fue becado por el Gobierno de Italia, donde cursó estudios superiores en el instituto “Oltre Mare”. Cursó las materias de Economía y Desarrollo Rural, en la Universidad de Florencia (La Cashine), entre otros.

Fue catedrático titular de las materias de Genética, Biología, Ecología, Biometría y Estadística.



Fuente de la informacion : Opinión/Cochabamba(2011)

miércoles, agosto 15, 2012

Luis H. Antezana: “Adela Zamudio estaba más allá de su tiempo”




Por: Mijail Miranda Zapata

Rescatando el gran legado de una figura de la literatura boliviana, La ausencia de Adela Zamudio, libro multimedia de Luis H. Antezana (Oruro, 1943) y Virginia Ayllón (La Paz, 1958), fue presentado el pasado 8 de agosto en el Centro de Estudios Superiores Universitarios (Cesu) de Cochabamba.

Editado por Nuevo Milenio, el trabajo expone los frutos de una investigación iniciada hace aproximadamente 6 años, con el objetivo de explorar, visibilizar e indagar la figura y obra de Adela Zamudio (1854 - 1928), para “ampliar la visión con la que se estudia” a la cochabambina y su obra.

Antezana, destacado semiólogo, ensayista y crítico literario que ya participó en la creación de obras similares con la misma casa editorial (La bodega de Jaime Sáenz de 2005 y La pascana de Gladys Moreno de 2007), decidió retomar este tipo de emprendimientos.

El orureño accedió a conversar con la RAMONA y explicar la labor desarrollada, la asociación y aportes de Virginia Ayllón y, por supuesto, lanzarnos pequeños destellos de la gran poeta y fesminista.

-Varios poemas y cuentos de Adela Zamudio pasan inadvertidos en la currícula escolar. Por otro lado, el trabajo de reedición de su obra es prácticamente nulo. Aún así, Zamudio ocupa un lugar respetable, casi venerado, en el “panteón” intelectual y literario del país. ¿Cómo se compatibilizan tales extremos?

Últimamente, habría que matizar los extremos del silencio editorial. La reedición de la novela Íntimas, realizada para Plural por Leonardo García Pabón es ya un índice de una creciente (nueva) atención hacia la obra de Adela Zamudio, que se complementa con la reciente edición venezolana de su Poesía y continúa con la próxima aparición de sus cuentos en Plural, edición a cargo de Virginia Ayllón. Su lugar casi mítico en “el panteón intelectual” se debe, en un primer momento, al impacto crítico de su obra y, claro, a su casi inédita y valiente defensa de los derechos de la mujer.

-El período de transición entre los siglos XIX y XX estuvo signado por cambios sociales de diversas índoles y proporciones. ¿Qué rol ocupa Zamudio en ese contexto?

Su lugar más notable e imperecedero al respecto es el ya mencionado, la defensa de los derechos de las mujeres y el derecho a la educación laica. Esto último suponía, en su tiempo, enfrentarse con una jerarquía eclesial harto conservadora, como demuestra su debate con fray Pierini, debate que tuvo una enorme resonancia hasta nacional.

-Puede decirse Zamudio que logró consolidar un vínculo entre la literatura y el hecho social. Aunque éste sea inevitable, ella consiguió hacerlo evidente, ya sea en las disputas con representantes de la iglesia y sus acólitos, o en la coronación que recibió por parte del gobierno de Hernando Siles. ¿Cuán significativos resultan estos eventos en la Bolivia que se construiría durante el siglo XX?

Son hechos precursores. Por lo visto, había un horizonte en que habría de transformarse la cosmovisión eclesial (como después del Concilio Vaticano convocado por Juan XXIII) y, también, había la sospecha de que el lugar de la mujer en la sociedad tenía que cambiar. Adela Zamudio, en ese marco, estaba más allá de su tiempo y, claro, como el tiempo “concede” sus demandas, es obvio, que supo apuntar muy lejos.

-Lastimosamente el trabajo intelectual y creativo de Zamudio ha sido opacado por una figura construida a partir de su tenacidad y rebeldía. Esto, a su vez, provocó una simplificación de los alcances de su obra, ciñéndose a los poemas “Quo Vadis” y “Nacer Hombre”. Más allá de reivindicaciones de género o posturas anticlericales, ¿cuáles son los otros aportes que otorga al pensamiento nacional?

No es reprochable que perviva por su valor crítico y rebelde. Dada su época y correspondiente entorno, eso es hasta excepcional. Los ecos de sus iniciativas pedagógicas son innumerables, tanto que, muy probablemente, seguro que existe un “Liceo de Señoritas Adela Zamudio” en prácticamente todas las ciudades del país. Ya mencioné su creación de una voz narrativa femenina en Íntimas, hecho que, según varios estudios críticos, hasta sería el primer logro latinoamericano en ese sentido, recién frecuentado a partir de fines del siglo XX (¡Íntimas es de 1913!). De yapa, no en vano, el Día de la Mujer en Bolivia, se decretó recordando el día de su nacimiento (11 de octubre).

-En su literatura, Zamudio siempre guardó fidelidad a cierta tradición romántica. Mientras, el resto del escenario confluía hacia corrientes modernistas. ¿Qué hace que el trabajo de la poetisa no se diluya en esta transición estilística?

Por lo visto, el hábito no hace al monje. Independientemente del romanticismo de su entorno, en su poesía, Adela Zamudio supo tratar sus temas y preocupaciones con una intensidad capaz de resistir otras renovaciones formales. Piénsese, por ejemplo, en el peso crítico de “Nacer hombre” o “Fin de siglo” y la inigualable calidad casi dramática de “Loca de Hierro”. Más aún, todo demuestra que hasta se adelantó a otras corrientes posteriores al crear una voz femenina para la narración, tal la de Íntimas.

-¿Cuál ha sido el proceso de escritura de La ausencia de Adela Zamudio?

Es un libro multimedia, es decir, supone mucha investigación y recuperación de materiales afines que ilustren multifacéticamente su vida y obra. Más que escritura, sería una compilación de múltiples aportes presentes y pasados que acompañan un guión básico, éste sí, escrito como un ensayo descriptivo que mira el pasado, digamos, intentando articularlo con el presente.

-Este trabajo que presenta, junto a Virginia Ayllón, ¿tiene características biográficas o propone una revisión crítica y reflexiva del legado literario de Zamudio?

Sobre todo, se trata de una recapitulación de su vida y obra. Es una manera de acompañar, con una visión de conjunto, el creciente interés editorial por su obra y, claro, también se trata de estimular su lectura o relectura. Vale la pena conocerla mejor.

-Compartir el trabajo y los créditos con Virginia Ayllón seguramente generó en ambos una suerte de retroalimentación. ¿Qué ha dejado en usted este diálogo, sus confrontaciones y afinidades?

El conocimiento que Virginia Ayllón tiene de la literatura femenina en Bolivia era, de partida, imprescindible. Por otra parte, como bibliógrafa ha aportado muchísimo, desenterrando materiales de la época que, sin su investigación, hubieran pasado inadvertidos. Para muestra, un botón: el multilibro incluye un elogioso ensayo de Franz Tamayo sobre doña Adela y su obra; obviamente, Virginia Ayllón se encargó de encontrarlo.

-También nos ha tocado experimentar un cambio de siglo. ¿Es posible distinguir en nuestro medio una “figura literaria femenina”, sino del talante de Zamudio, al menos destacable?

No creo que haya que hacer ese tipo de comparaciones. Doña Adela ha contando con más de un siglo para consolidar su figura, faltan décadas para medir el verdadero alcance de otras posibles obras contemporáneas y, así, hacer comparaciones por valor o peso análogo.

martes, agosto 14, 2012

Cachín Antezana y Virginia Ayllón conjuran “La ausencia de Adela Zamudio”



“Lloradme ausente pero no perdida”. Ese, el epitafio de Adela Zamudio, inspiró el libro digital “La Ausencia de Adela Zamudio”, resultado de seis años de investigación de Luis “Cachín” Antezana y Virginia Ayllón. La obra interactiva, que reivindica la imagen de la cochabambina como la figura la figura literaria femenina más importante de la literatura boliviana, se presenta hoy (19.00) “con una sorpresa” en la Feria del Libro.

“La figura de Adela Zamudio se ha fosilizado en su propia mitología. Lo que esta investigación busca es ponerla en su relevancia cabal”, afirma Virginia Ayllón quien junto a “Cachín” Antezana elaboró el libro digital, con entrevistas, videoclips y fotografías históricas de la autora de “Intimas”.

“Zamudio fue una verdadera personalidad, no sólo creó una obra valiosa se extiende hasta nuestros días, sino que fue una pionera en el feminismo desde la literatura”, evalúa por su parte Antezana.

Adela Zamudio Ribero (Cochabamba, 11 de octubre de 1854 - 2 de junio de 1928) fue una pionera y así la describe este libro interactivo. Profesora de dibujo (fue alumna de García mesa) fue una rebelde que se impuso a las convenciones de su época y crió a sus sobrinos sola. Narradora y poeta dejó obras fundacionales como el poema “Nacer hombre” o la novela “Íntimas”.

“Fue una mujer dividida entre la lealtad a la palabra y todo lo que la vida le impuso. Se rebeló y pagó un precio: el de la soledad metafísoca”, resume Ayllón quien enfatiza la necesidad estudiar a la autora. Ese fue precisamente el impulso para el extenso trabajo.

El resultado es un CD interactivo que presenta videos musicales basados en los poemas de Adela Zamudio -“algunos de los cuales han sido puestos en música por compositores bolivianos- Juan Carlos Orihuela y Oscar García y cantados por Carla Casanova”, explica Antezana, fotografías de su sobrino Rodolfo Torrico que muestran a la Cochabamba de la época acompañada de música compuesta por Alberto Villalpando. Además de documentos y detalles desconocidos de la vida de la escritora.

“La ausencia…” –producido por el CESU de la Universidad Mayor de San Simón y Nuevo Milenio- es el tercer libro interactivo de Cachín Antezana después de “La bodega de Jaime Saenz” y “La pascana de Gladys Moreno”. “La idea era revisar la vida y obra de personalidades de la cultura boliviana de manera interactiva. Al final, son los artistas quienes nos eligieron”, asegura.

Fuente de la informacion : Periodico La Prensa/Bolivia

lunes, agosto 13, 2012

La FIL cierra con 90 mil visitas y rompe previsiones

La 17ª Feria Internacional de Libro (FIL) cerró ayer con un récord de asistencia: 90 mil personas visitaron la exposición en los últimos 12 días, una cifra que supera a las 70 mil de 2011 y las previsiones de los organizadores




La Razón / Mauricio Quiroz / La Paz

La gerente de la Cámara Departamental del Libro, Patricia Navarro, informó de esta cifra a La Razón, a las 21.00 horas de ayer, cuando la FIL alistaba un cierre musical a cargo de Las Perlas Negras y Los Suchos del Vado, dos grupos ecuatorianos que se hicieron espacio en una escalinata del Círculo de Oficiales del Ejército (COE), el sitio que se habilitó este año para el evento literario.

De hecho, tanto expositores como visitantes demandaron un lugar más adecuado para la Feria del próximo año. El sociólogo Eduardo Leaño, sugirió incluso que el ingreso sea gratuito para que la gente invierta el coste de la entrada en la adquisición de libros. Navarro afirmó que el importe de las entradas sirve a la Cámara para financiar la actividad. “No tenemos subvención”, dijo al mencionar la posibilidad de reducir, a futuro, el costo del ingreso, “cuando exista un campo ferial”.

El último día de Feria, fueron miles las personas que llegaron hasta el COE de donde salían con libros y folletines de toda talla. “Los libros son caros, deberían haber rebajas en los días de Feria”, dijo el comunicador Sandro Velarde tras destacar la cantidad de eventos paralelos que se dieron durante los 12 días del evento.

La Gerente de la Cámara del Libro aseguró que los libros nacionales no son tan caros “como se pregona cada año”, aunque reconoció que muchos ejemplares importados son costosos. Dijo que estos importes pueden bajar si se logra una Ley del Libro que liquide el Impuesto al Valor Agregado (IVA). El proyecto aún se negocia. “¿Cuánto gastamos en una noche de Karaoke y cuanto le damos a un libro? Creo que esta también es una reflexión importante”, dijo.

Navarro destacó la presencia de los 11 mil niños de unidades educativas que este año visitaron la FIL —sin costo y al margen del recuento general de asistencia— una cifra superior a los 5.500 que se registró en 2011. Valoró, además el “histórico” encuentro de escritores nacionales y extranjeros.

Periodistas dialogaron sobre ética y censura

Un grupo de periodistas dialogó ayer, en el marco de la última jornada de la FIL, sobre la ética y la censura. La actividad fue organizada por la Asociación de Periodistas de La Paz (APLP).

El periodista Claudio Rossell, director de los Medios de Comunicación del Estado, explicó que la ética se construye sobre la base de la veracidad de la información de los medios, más allá de la opinión, mientras que Juan León, de la Asociación Nacional de la Prensa (ANP) demandó mayor acceso a las fuentes oficiales para lograr esta veracidad. El comunicador Erik Torrico dijo que los periodistas deben formarse mejor y Antonio Vargas, de la APLP, reclamó por posibles afectaciones a la democracia.

domingo, agosto 12, 2012

Giovanna Rivero, una narratómana total





Por Mauricio Murillo - La Prensa - 12/08/2012

La escritora boliviana fue homenajeada en La Paz. En la siguiente entrevista nos habla de los reconocimientos que ha recibido y sobre su escritura.

“Era cuestión de tiempo. Muchas cosas de la vida eran cuestión de tiempo”, así empieza Olas de satén, uno de los cuentos de Giovanna Rivero. Además del pasado y del paso del tiempo, varios tópicos se encuentran a lo largo de los libros de esta escritora boliviana: el erotismo, la violencia, lo íntimo, la ironía. La obra de Rivero se ha posicionado como una de las más importantes en las letras bolivianas y como un referente para los lectores del exterior. La autora fue homenajeada en la XVII Feria Internacional del Libro y presentó, además, su nueva novela, Helena 2022, la vera crónica de un naufragio en el tiempo. A propósito del reconocimiento que recibió en La Paz y de la presentación de su más reciente libro, Fondo Negro dialogó con Rivero.

—¿Qué significa para ti el homenaje que recibiste en la Feria del Libro de La Paz?
Es un honor muy grande y un privilegio que acepto con muchísima alegría. Yo viví en La Paz casi cuatro años durante los primeros años de la veintena, los años del bildüngsroman. Por eso este reconocimiento tiene un sabor especial, renueva mi pacto emocional y cultural con ese momento y ese espacio tan importante en mi imaginario.

—En la misma línea, ¿cómo cambió tu vida con el nombramiento que se te hizo en la Feria Internacional de Guadalajara en 2011 como uno de los 25 secretos mejor guardados de América Latina?
Son muchos los beneficios que he experimentado con ese nombramiento, pero creo que el más íntimo es el fortalecimiento de la fe en mi propio camino y en que el trabajo siempre da frutos, ley de oro. Cuando vuelve a mí una cierta ansiedad por acelerar uno u otro resultado literario, me hago recuerdo del modo en que, en mi caso, se han ido dando las cosas, más por trascendencia que por golpes de suerte, y entonces vuelvo a lo importante: escribir.

—Para terminar de hablar de algunos de los reconocimientos que has recibido, ¿por qué decidiste participar en el Premio de Cuento Franz Tamayo? ¿Qué te brindó ganarlo?
Lo decidí por dos motivos: necesitaba un dinero para ejecutar una decisión de vida muy importante y necesitaba una señal, algo que me pasara electricidad, no atravesaba un buen momento. El cuento con el que gané, Dueños de la arena, refleja también ese momento de crisis estilística y temática.

—Hay distintas tensiones en tu obra. Se me ocurre nombrar algunas de las constantes: el humor, la ironía, el erotismo, lo femenino, la incomodidad frente a las instituciones, el cuerpo. ¿Cuáles son tus obsesiones como escritora? ¿Cómo funcionan estas constantes a lo largo de tu carrera literaria?
Yo misma experimento esa incomodidad a la que te refieres. Si bien uno siempre está vinculado a las instituciones, educativas, sociales, literarias, la colisión de la individualidad contra la norma es algo con lo que hay que lidiar y que uno puede llegar a hacerlo bien, con naturalidad, hasta que se produce un crash distinto. Creo que mis personajes están siempre en una especie de borde, atajando el monstruo que respira en el clóset. Son seres ordinarios que en el instante menos pensado se tornan extraordinarios, a su pesar. Eso es lo que me obsesiona, precisamente, articular personajes envueltos en distintas capas a los que yo termino desnudando. La desnudez es el aprendizaje. La desnudez es una suerte de retorno a la infancia.

—En Tukzon ficcionalizas el 9/11. ¿Por qué acercarte a este suceso? ¿Cómo mira una boliviana un hecho que, aparentemente, solamente afecta a Estados Unidos?
Tukzon es el libro de mi cultural shock. Cuando llegué, en 2007, a Estados Unidos, me instalé por unos meses en una casa de familia en Arkansas. Es decir, llegué a un espacio profundamente norteamericano y pude ver de cerca, oír, intuir, cómo el tema 9/11 había marcado el modo en que esa gente tomaba decisiones económicas y políticas con respecto a sus hijos, y el modo en que la religión operaba en ellos, confirmando un sistema de valores basado en el miedo, el orgullo y una fe “ciega”, literalmente. Si bien no los conocía antes del 9/11, ellos mismos alimentaban sus conversaciones con referencias explícitas a ese hecho. En esa casa no tenían una mínima biblioteca, pero si un sótano espléndido con juegos electrónicos. Pero eran buenos, muy buenos, muy generosos. Al mismo tiempo, yo experimentaba un desgarramiento terrible y me preguntaba todo el tiempo si iría a encontrar mi propio lugar en ese país que, en primera instancia, parecía revelarse sólo como un cliché. Yo tenía que rascar la epidermis de ese cliché para descubrir la complejidad del fondo. Con Tukzon hice esa tarea.

—El fenómeno pop está presente en tu obra, pienso por ejemplo en la presencia de Nicole Kidman en Tukzon. ¿Cómo te relacionas con este tipo de expresión?
El pop está presente, es cierto, probablemente ahora en mi última escritura ya con menos intensidad. Me gusta “manchar” las historias con esas referencias al pop no sólo porque es parte de mi imaginario juvenil, ochentero —y uno, aunque intente evitarlo, siempre cae en la tentación de honrar su generación—, sino también porque el pop ofrece el símbolo triunfante de la modernidad. Uno puede hacer del gesto pop algo patético y repetitivo o un giro arriesgado y crítico.

—¿Cómo decides el orden de lo que estás escribiendo?
El orden depende mucho de las tensiones internas del texto. En la novela que estoy presentando ahora, Helena 2022, la vera crónica de un naufragio en el tiempo, asumí una linealidad fluida, pues se trata de un viaje. Si bien los viajeros enfrentan accidentes, la fuerza y la dinámica de sus acciones son todas prospectivas. Los tres viajeros necesitan llegar a Roma, es 1633, y si bien todos los caminos conducen al gran imperio, cada camino implica un costo siniestro.

—Has escrito sobre todo novelas y cuentos. ¿Qué te brinda cada género? ¿Cuáles crees que son sus particularidades?
El cuento es mi amor entrañable. El cuento tiene la bondad de saciar la sed de narrar, de volverse síntoma y cura. Me considero una narratómana total, y este género es el molde en el que, incluso mentalmente, la pulsión de darle finitud a la secuencia imparable de la vida se satisface y te permite respirar. La novela se me ha vuelto un vicio porque me sostiene existencialmente. Cuando estoy metida en ese territorio en el que se cruzan vidas, se alteran destinos por contaminación, siento que mi cotidiano se multidimensiona, se apodera de una profundidad distinta. Es como tener un secreto importantísimo que le da sentido a todo. La novela es la ficción interviniendo en la
realidad.

—En muchos de tus textos me parece percibir cierta influencia del cine. ¿Existe esta relación? ¿Cómo crees que se articula con tu escritura?
Es difícil que, desde el siglo XX, haya un escritor que se sustraiga de la influencia o el halo del cine. El cine es el espejo, la solución a la caverna platónica. Todo sujeto moderno tiene un grado de sensibilidad para el cine, conoce su lenguaje, lo puede emular, aunque sea burdamente. De directores como Wong Kar Wai o Lucrecia Martel, por ejemplo, uno aprende, por el manejo de los planos y la velocidad, a aproximarse con respeto y a veces con impudicia a la intimidad. En mi escritura, éste le da forma al recuerdo, al déjà vu, permite el desdoblamiento de la identidad. Me doy cuenta de que mis personajes casi siempre experimentan fugas del presente a partir de imágenes fijas o recuerdos, como si les corriera un filme de la infancia en la mente, y ya no saben a cuál de las dos realidades corresponder, si a la de la ilusión cinemática o a ese presente, a veces asfixiante, que yo les recreo.

—¿Cuál es tu relación con la tradición boliviana y con la
latinoamericana?
Hay algo que me encanta de los argentinos: el poder reconocerse en un determinado lugar, central, marginal, por oposición o filiación, en su mapa literario y cultural. En Bolivia, sabemos muy bien quiénes son los autores fundacionales, pero no establecemos relaciones genealógicas naturales. Al principio creía que era una falta de autoestima, pero ahora creo que es cuestión de temperamento. La diversidad boliviana no es un mito, en muchos casos es dolorosa y puede escindirnos y volver artificial o forzosa la idea de configurar un genoma literario boliviano. Lo positivo de esa suerte de empecinada individualidad es que la búsqueda que emprende cada escritor constituye un viaje desaforado, un quemar las naves. En Bolivia, las palabras “influencia” o “corriente” nos producen ataques asmáticos. Quizás sea mejor así, acercarse al canon boliviano en privado, en silencio, como un pacto. Yo he aprendido mucho en el manejo de la oscuridad y la angustia de Oscar Cerruto, Hilda Mundy, Augusto Céspedes y Adela Zamudio. La tradición latinoamericana casi de inmediato nos instala el Boom, y no le hago ascos, todavía disfruto de los cuentos magníficos de García Márquez, pero creo que Arlt, por fuera de esa hegemonía, es con quien siento una mejor sintonía. Y también, por supuesto, Clarice Lispector, Onetti, Levrero, Marosa di Giorgio y, más recientemente, Ebe Uhart.

—Por una fuerza catalogadora siempre se está tratando de armar grupos y movimientos. ¿Crees que formas parte de una generación de escritores? Si es que existe tal, ¿cómo la describirías?
Creo más en las amistades literarias que en la conformación de una generación que me libre de la intemperie o la orfandad. Sucede que la palabra “generación” me suena también muy institucional y yo le temo y rehúyo a todo tipo de homogeneidad. Le hago frente a la soledad natural con las amistades y hermandades que te digo y que no dependen de coincidencias sociales, etarias o estilísticas. Pura química.
—Publicaste en 2009 Niñas y detectives en la editorial Bartleby de España. ¿Cómo se dio esto de publicar afuera? ¿Qué representa para ti?
Pepo Paz, el editor de Bartleby, me contactó. Había leído cosas mías en blogs y revistas virtuales y le interesaba mi narrativa. A Niñas y detectives le fue muy bien, tuvo excelentes reseñas y hasta figuró entre los 10 finalistas del Premio Cálamo que da la mítica librería del mismo nombre al mejor libro del año. Ese primer paso es inolvidable. Me fortaleció mucho, me hizo relativizar algunas taras y obstáculos a los que yo les otorgaba demasiado peso, como el hecho de que Bolivia sigue siendo una gran desconocida en otras esferas.
—Has participado en distintas antologías. ¿Cuál crees que es su función? ¿Qué ponen en movimiento?
Depende de la antología y sus ambiciones. La mayoría tiene un lado lúdico que me gusta mucho. Es como montar una fiesta entre amigos alrededor de un motivo privado. Las antologías siempre dejan grandes amistades literarias y humanas. El lector es quien más se beneficia de ellas porque puede disfrutar de una panorámica de lo que se está haciendo y cómo se lo está haciendo y cómo los temas reflejan obsesiones contemporáneas. Antologías más rigurosas, como El futuro no es nuestro, con la clara ambición de reconocer un territorio y un tiempo distinto a los diversos movimientos que se dieron a fines del siglo XX, tienen múltiples funciones, yo diría que hasta le allanan el trabajo a la crítica, sistematizan, proyectan y describen las condiciones de un cambio. Pero ninguna antología consigue cubrir, y está bien que así sea, las líneas de fuga. Siempre hay algo que se le escapa.

1972 es el año en que nació en Montero, Santa Cruz, la reconocida escritora Giovanna Rivero.

2008 Giovanna Rivero ganó el Premio de Cuento Franz Tamayo hace siete años.

2011 es el año en que Rivero fue nombrada uno de los 25 secretos literarios mejor guardados.

Rivero explica los temas que persigue.
“Mis personajes están siempre en una especie de borde, atajando el monstruo que respira en el clóset. Son seres ordinarios que se tornan extraordinarios, a su pesar. Eso es lo que me obsesiona, precisamente, articular personajes envueltos en distintas capas a los que yo termino desnudando. La desnudez es el aprendizaje, el retorno a la infancia”.

Sobre cine y literatura, Rivero dice:
“Es difícil que, desde el siglo XX, haya un escritor que se sustraiga de la influencia del cine. Es el espejo, la solución a la caverna platónica. Todo sujeto moderno tiene un grado de sensibilidad para el cine, conoce su lenguaje, lo puede emular, aunque sea burdamente. En mi escritura le da forma al recuerdo, permite el desdoblamiento de la identidad”.

sábado, agosto 11, 2012

Giovanna Rivero ama ‘la contaminación de los géneros’

“Más que trabajar con un solo estilo, amo la contaminación de los géneros”, asegura la escritora boliviana Giovanna Rivero a tiempo de hablar sobre su nueva novela, una obra de ciencia ficción que presentará esta noche en la Feria del Libro.







La Razón / Jorge Soruco / La Paz

Para Rivero no existen límites entre las diferentes temáticas literarias, combinando más de una para ofrecer algo novedoso y explorar nuevas vías literarias. “No hay nada que impida que una novela policial tenga algo gótico, una fantasía, aspectos eróticos o algo de humor”, consideró.

Tal es el caso de Helena 2022: la vera crónica de un naufragio en el tiempo, obra que, además de relatar las aventuras de viajeros en el tiempo, explora el claroscuro de las relaciones humanas en la intimidad.

Al igual que su colega chilena Andrea Jeftanovic, con quien participó anoche en una mesa redonda, Rivero tiene preferencia por explorar lo que sucede en los espacios más pequeños de la sociedad. La diferencia radica en el interés de la boliviana en las contradicciones que se presentan en el mismo individuo en ese estado.

“Es muy interesante explorar las voces extrañas que se pueden manifestar en una persona cuando ésta se encuentra en la intimidad, el claroscuro que se presenta en estas situaciones”, manifestó.

Aunque Rivero radica en el exterior, ha producido cuentos y novelas para diferentes públicos. Asegura que no piensa en la “categoría” de lectores al momento de estructurar sus nuevos trabajos.

Para la escritora, su público no es fácilmente divisible en jóvenes, adultos o “lo que sea”. “He conocido gente a la que le gustó alguna de mis obras que, honestamente, pensé que no ‘eran de su estilo’. Al final, sea un libro juvenil, infantil, drama, misterio o ciencia ficción, dependerá de la persona, sin importar su clasificación sociocultural, si logra decodificar lo que estoy planteando en el texto”.

Helena 2022: la vera crónica de un naufragio en el tiempo responde al deseo, largamente acariciado, de Rivero de escribir una novela en la que participe el científico del Renacimiento Galileo Galilei. “No me animé hasta ahora ya que consideraba que necesitaba mucha investigación. Pero, al final, logré introducirlo en una historia en la que rescato personajes de otra novela que dejé a la mitad”, sostuvo.

La novela puede ser adquirida en el stand de la Editorial La Hoguera, al igual que su anterior trabajo Tukzon, historias colaterales y la versión en cómic de ésta. El costo del volumen es de Bs 30 y será presentado a las 19.00 en el salón Julio de la Vega.

Rivero fue elegida el año pasado por los organizadores de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara, México, para ser parte de la lista de los “25 nuevos talentos latinoamericanos”, que se elaboró con motivo del 25 aniversario de ese evento.

La autora, su vida y sus trabajos

Biografía

Giovanna Rivero nació en Santa Cruz en 1972. A lo largo de su carrera obtuvo premios por su narrativa en el exterior y en el país. Fue editora y docente.

Obra

Novelas: Las camaleonas y Tukzon, historias colaterales. Cuentos: Contraluna, Sangre dulce, La dueña de nuestros sueños y otros.
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