Alan Castro Riveros : “Conócete a ti mismo”. Luego sabrás y podrás hacer lo que te venga en gana
Alan Castro Riveros (La Paz, 1981) es un habitante del barrio de Miraflores. Publicó narraciones y ensayos en contadas revistas y antologías. En el año 2009 fue seleccionado para el Programa de Residencias Artísticas para Creadores de Iberoamérica en México, donde expuso fragmentos de su escritura dentro de una tumba-reloj-cubículo en la que cabía una sola persona. Esta instalación fue parte de la Segunda Muestra de Arte Iberoamericano. Por otro lado, fue parte de la Carrera de Literatura de la Universidad Católica Boliviana y se divirtió mucho en la primera versión (2007-08) de la Maestría en Literatura.
Por Miguel Lundin Peredo
1 ¿Cuándo comenzaste a escribir, a qué edad?
A los seis años aprendí a escribir. Mi abuela me regaló una pequeña imprenta de juguete, con sellos de goma. Era un juego que requería paciencia: había que poner cada letra una por una, con cuidado de no ponerlas al revés. Lo utilicé para hacer un periódico titulado “La llama”. No recuerdo exactamente su contenido, pero lo regalaba a amigos y familiares. Luego, a los ocho años conformé un grupo de teatro junto a mis amigos de barrio, con el fin de presentar nuestras obras en una salteñada navideña que mi abuelo organizaba cada año. Nunca representamos ninguna obra, pero escribimos algunas. Me gusta recordar una en especial, donde un maleante se disfrazaba de Papa Noel para robar el niño de la iglesia de San Francisco. Sería genial encontrar ese drama ahora, pero quién sabe dónde quedó entrepapelado. La escritura, en la infancia, fue un juego amistoso, feliz y extrañamente minucioso. En mi adolescencia me divertí haciendo un fanzine de música metalera. Recién a los dieciocho años tuve la brillante idea de meterme seriamente en el juego y pensé que tal vez ése era mi oficio; a los veintiuno lo comprobé.
2 ¿Qué escritores son tus autores favoritos?
Son varios, pero siempre vuelvo a Jaime Saenz, Jesús Urzagasti, Maurice Blanchot, Macedonio Fernández, Felisberto Hernández, Pascal Quignard, Dante Alighieri, Witold Gombrowicz, Walter Benjamin, Georges Didi-Huberman, James Joyce, Samuel Beckett, entre otros.
3 ¿Qué opinas de la actual narrativa boliviana?
Es bastante diversa. Por suerte, la idea de que la literatura solamente “cuenta historias” está desapareciendo, y he visto algunos autores que realmente tienen una apuesta estética personal, sincera y potente. Por otro lado, también he advertido escrituras que parecen haber renunciado al reconocimiento de un estilo orgánico propio y se dejan seducir por la tendencia de turno, con la ilusión de que “escribir bien” es ser demasiado respetuoso con la receta que le funciona a algún narrador de fama mundial. Sin embargo sé que esa inocente creencia se hará añicos cuando tomen conciencia de ella. De todas maneras, uno aprende de toda esta diversidad y eso es altamente saludable.
4 ¿Qué te inspiro la escritura de "Aurificios"?
Yo entiendo la inspiración como los trágicos griegos entendían la anagnórisis. Por tanto, diría que en cierto momento llegué a un umbral donde sentí que era un desconocido para mí mismo, no entendía nada de lo que pasaba a mi alrededor y menos en el mundo o el universo. Debía remediar la perturbación que eso me causaba. “Aurificios” es la trama de ese remedio entrevisto. En resumidas cuentas, todo lo que vi, sentí y pensé en ese tiempo fue una inspiración en cuanto era un misterio.
5 ¿Podrías resumir la trama de la novela?
La novela trata sobre la búsqueda del oro (así, en abstracto) a la que se lanza un investigador. Es una novela de ciento once capítulos cortos. El investigador es un personaje casi invisible, presentido, al que muchas veces se le habla en segunda persona. De hecho, sólo hay dos capítulos dedicados enteramente a él y algún otro en el que lo visualizamos esporádicamente. Cada capítulo es una especie de confidencia de cierto personaje sobre el paradero del oro. Si bien cada personaje, en cada capítulo, da una versión diferente sobre el asunto, hay muchos hilos que se desprenden y se conectan subterráneamente, y la verdadera trama de “Aurificios” está ahí debajo. Por otro lado, hay una historia paralela que se desliza en la novela: el nacimiento de un autor al que se lo espera para que escriba una novela llamada “Los matices del oro”. Es esta trama paralela la que calibra, dispara y preña constantemente a la otra.
6 ¿Qué estás escribiendo actualmente?
En este momento estoy trabajando en una nueva novela.
7 ¿Qué género narrativo prefieres más, el cuento o la novela?
Ambos géneros tienen su espíritu y su encanto. Sin embargo, creo que la novela tiene más libertad formal y podría haber una novela llena de pequeños cuentos; sin contar que en la novela también se explora el ensayo y muchas veces la poesía y el drama. Pero como decía antes, el cuento también posee su magia, porque su golpe final es una anagnórisis, un reconocimiento súbito, y si el cuentista sabe dar ese golpe entonces resulta genial. La novela es infinita y no se limita a narrar una historia; por tanto, no importa tanto el punch final, sino el constante tramado del mundo que ahí se va conformando y reconociendo.
8 ¿Crees que La Paz no puede liberarse de la sombra de Saenz en las nuevas generaciones de narradores?
No veo a Saenz como algo de lo que haya que liberarse; es decir, no lo veo como un peso. De hecho, muchas de sus páginas me han resultado liberadoras en muchos sentidos. La escritura de Saenz es luminosa, seriamente humorística y de un estilo fulminante que sólo podría haber salido de las oscuras entrañas de la ciudad de La Paz. Por otra parte, Jaime Saenz es parte de una tradición literaria y artística en la que podemos incluir a antecesores como Arturo Borda e Ismael Sotomayor, entre otros. Es cierto que el estilo de Saenz es tan fuerte que es muy posible perderse en su lenguaje como si fuera el propio, sin darse cuenta, y pasar por una especie de Saenz-de-segunda-mano. La mejor manera de no caer en eso es conociendo muy bien de dónde salió esa fuerza, cómo se ha consolidado tal flujo lingüístico en la escritura de Saenz y qué caminos abre.
9 ¿Qué libro le regalarías a Haruki Murakami?
Le regalaría el mío y que él me regale el suyo. Así lo leería por primera vez.
10 ¿Qué opinas del premio Nobel recibido por Vargas Llosa?
No me sorprende. Me aburre.
11 ¿Que narradores de la nueva generación literaria en Bolivia recomiendas a los lectores?
La obra de Juan Pablo Piñeiro me parece una de las más ricas, consistentes y honestas que se van haciendo. Es una alegría saber que anda por ahí.
12 ¿Qué le dirías a los jóvenes que también quieren ser escritores y escritoras?
Sean sinceros consigo mismos, reconozcan su voz: lo que realmente piensan y sienten. Escribir es una de las tantas maneras de conocer y reconocerse, crear y recrearse, no es un acicate para inventar macanas o hacerse al interesante. La antigua sentencia del oráculo délfico es clave: “Conócete a ti mismo”. Luego sabrás y podrás hacer lo que te venga en gana.
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