martes, mayo 08, 2007

Al rumor de las cigueñas



Gabriela Ovando es una escritora que ha logrado despertar atencion internacional con su primera novela de genero historico, esta novela fue muy bien recibida en Estados Unidos y muchos lectores han elogiado los recursos narrativos de este libro.
He encontrado un interesante analisis literario de esta historia y lo copio en este post para enriquecer los datos sobre esta novela.


* "En la novela transcurren historias paralelas: la contemporánea, que inicia en 1999, es protagonizada por Mariana, y se desplaza entre Estados Unidos y su Bolivia natal. En el relato afloran vivencias familiares, relaciones literarias y su mitología personal, así como alusiones a episodios de la vida política boliviana de antaño y reciente, a veces con dolor e indignación, como por ejemplo cuando rememora el colgamiento del Presidente Villarroel, los campos de concentración de Curaguara de Carangas, la Guerra del Agua o el abuso de poder, tan cotidiano "en su mísero país"(37).Las reflexiones de la protagonista la inducen a formular una pregunta llena de desesperanza: "¿Sería posible que en la próxima visita, el país ya no existiese?" (146). Sin embargo, a veces la crítica se tiñe de humor e ironía, cuando alude con apodos personales a personajes políticos inconfundibles. Mariana, profesora de literatura, vive obsesionada con por el "atado de hojas amarillentas" de Leonor de Alfón, quien inventaba historias en la España medieval, anterior a la Conquista. Mariana está decidida a deshojar ese atado y a escarbar. El documento pre-colonial, escrito con "tortuosa caligrafía" constituye la otra historia; ambas "se le metieron en la piel por más tiempo del imaginado"(9)y se desarrollan en diferentes contextos, tiempos y espacios, con dos discursos: uno barroco y otro contemporáneo, lenguajes que muestran la vasta cultura de la autora que se ha nutrido de muchas fuentes. La otra historia, ligada la Conquista, inicia alrededor de 1440, cuando Leonor de Alfón tiene la inspiración a flor de piel, posee el don de la clarividencia y va registrando presagios, visiones y rumores -como aleteo de cigüeñas- ligados a acontecimientos familiares que son a la vez históricos. Esta mujer, que vive "transportada"(29) está casada con Blasco de Cáceres, "un demonio que la llena de hijos para alejarla de sus ficciones. ¡Qué iluso!"(16). Su tercer hijo, Nicolás de Cáceres, comandante de la empresa colonizadora en La Española, evoca los presagios de su madre, lee sus escritos, consulta las "hojas amarillentas que yacían atadas con un lazo azul en la caja de terciopelo gastado que encontró en una tarde de lluvia entre los enseres de su madre"(43) que en ocasiones guiarán las decisiones de su vida, llena de peripecias y sinsabores.Su misión en La Española marca la historia dominicana y la primera parte que concluye con su muerte, acaecida en Sevilla en 1512. Es interesante ver una suerte de fenómeno de transferencia: la autora de la novela, Gabriela Ovando, crea a Mariana a su imagen y semejanza, se mete en el pellejo de Leonor y a su vez inventa y describe una serie de acontecimientos.Mariana lee, escribe, transcribe, trata de desatar el "atado de marras(...)al que parecía ligada como a un amante"(26), sin saber "quién acabaría por inventar a quién"(15). Las dos historias, la de Mariana y el manuscrito se entretejen en capítulos y aun en párrafos, en una coexistencia pacífica de personajes mediavales, coloniales y posmodernos, como se califica la protagonista.Continúa fluyendo la historia de Mariana, mientras emprende la lectura de la segunda parte del atado de hojas, que se sitúa a principios de 1600, cuando Antonio de Alfón, oidor de la Real Audiencia de Charcas, casa con Inés, su prima, se desplaza entre La Plata y la Babilonia Andina que fue Potosí, organiza el censo e investiga los desórdenes sociales y la defraudación que sufría la Hacienda Real, mientras se desarrolla la guerra entre vicuñas y vascongados. Un final apocalíptico cierra esta historia: Antonio, Inés y sus hijos sucumben porque se desploman las murallas de la laguna de Cari-Cari "y el torrente arrasa con la Villa Imperial y sus ingenios, hasta borrarlos de los mapas y de la memoria de la humanidad" (173).Potosí deja de existir,la historia se detiene, Bolivia no existe... Al rumor de las cigüeñas es una novela redonda, circular como la misma Historia, el final retoma y retorna al principio, al Atrio, hasta que todo desaparezca "como sombra y humo"(9, 173). "No hay historias que alcancen el final que quieras darles", afirma Mariana, y el lector atento no se dejará sorprender. Esta novela exige una lectura pausada, de reconocimiento, sólo así se podrá apreciar una serie de aspectos, descubrir alusiones, interpretar claves, siguiendo a la protagonista que no considera que el atado de marras fuese un trabajo, pues "leer y fantasear no sería nunca un trabajo"(89)sino un placer.Una lectura feminista permitiría establecer un paralelismo entre Leonor, mujer inspirada -inspiración y transpiración- como tantas otras "inclinada al vicio de la escritura"(87) que se encerraba en la torre de la Casa de las Cigüeñas para soñar, y Mariana, que da rienda a su imaginación -la loca de la casa kantiana- y puede hacerlo en libertad, en su cuarto propio, como lo concebía Virginia Woolf, para brillar con luz propia".

* Comentario de Giancarla de Quiroga (Cochabamba, Bolivia)
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