miércoles, junio 14, 2006

Maximiliano Barrientos comienza su debut narrativo

A Maximiliano Barrientos, periodista de EL DEBER y permanente colaborador del Suplemento Brújula, esta vez le tocó estar del otro lado de la grabadora para explicar el contenido de Los Daños, el libro con el que debuta oficialmente como escritor. La presentó el jueves en la Feria del Libro de Santa Cruz





Marcelo Suárez

- ¿Cómo nace la idea de crear este compendio de relatos llamado Los Daños?
- Forma parte de un proyecto silencioso que viene desde hace cinco o seis años. Todo lo que hacía en un principio lo guardaba, no lo quería mostrar porque todavía estaba en un proceso de búsqueda.
Luego, con la recopilación de un mayor número de cuentos, sentí que tenía un trabajo más sólido; así fue como decidí que los relatos que forman este volumen ya podían ser publicados. Seis de los cuentos que están en el libro son de 2005, y dos son de 2004. De todas formas, varios personajes que aparecen en los cuentos están en manuscritos anteriores que elaboré, algo similar a lo que hacía Onetti con Santamaría.
- ¿Las características de los personajes y la estructura narrativa de las historias se desarrollaron paralelamente desde el principio o fueron tomando forma a medida que ordenabas tus ideas?
- Desde un comienzo quería crear un pequeño universo de personajes, de forma tal que quienes aparecen en algunos cuentos como protagonistas en otros lo hacen de forma pasajera. Es el caso del personaje Esteban Olivares, que está en todo lo que hice antes y que saldrá en lo que haré después, en algunos casos como protagonista y en otros de forma muy secundaria.
En este volumen de cuentos también juego con lo que se conoce como metaficción, que es una ficción dentro de otra ficción, y en este caso el personaje de Sebastián, que aparece tanto en Los Adioses como en Un día perfecto, en realidad es un personaje de Esteban Olivares, que es un escritor joven que lo utiliza como una suerte de expiación.
- ¿Pensás publicar tus trabajos anteriores?
- No, eran ejercicios de aprendizaje, pero de ahora en adelante creo que ya existe un suelo un poco más firme. Por ejemplo, en la novela que estoy corrigiendo se muestra a Esteban pero muy 'de pasada' y es lo que quiero, no me interesa que aparezca en primer plano, quiero jugar un poco con eso. En algún trabajo posterior tal vez adquiera un mayor protagonismo.
- El retorno a la infancia es una situación recurrente en el pensamiento de los protagonistas de Los Daños…
- La infancia es un invento. Todos la recrean después y utilizan ese espacio para convencerse de que existió algo grandioso que acabó. Es una forma de justificar sus vidas. La idealización de la infancia, en algunos casos, es una reescritura secular del paraíso perdido.
En estas pequeñas historias lo que importa es la vida interior de los personajes y las situaciones a las que se enfrentan; así se explica cómo hacen para lidiar con las pérdidas, tanto de personas que estuvieron, fueron importantes y después se fueron, como de determinadas etapas de la vida que acabaron, como la niñez. Son historias de personas a las que les cuesta encontrar su lugar en el mundo y que son muy conscientes de un lugar que ya no está más. Por ahí el exilio explique esa condición.
- En tu obra mencionas a músicos de distintas épocas como Lou Reed, Elliot Smith o Ryan Adams, ¿qué conexión tiene esto con los autores de la literatura norteamericana que frecuentas, como J.D. Salinger o Raymond Carver?
- Me interesan mucho ciertos cantautores como Neil Young, Lou Reed, Morrisey o gente más actual como Elliott Smith o Ben Harper, porque la música tiene la habilidad de aproximarse con simpleza y de una forma muy directa a cierta temática, algo que la literatura no puede hacer, ya que el lenguaje es más torpe.
Esa simpleza que tiene Neil Young para hablar de una mujer que se ha ido, la literatura nunca la va a lograr. Es por eso que me interesa y me cautiva esa capacidad que tienen estos cantautores para hablar de las pérdidas sin recurrir a artificios, que es lo que hace la literatura. Cuando Lou Reed dice en una canción “I remember you”, sólo dice eso, es el recuerdo de una persona que se ha ido y punto. En literatura algo tan simple y directo como eso resulta difícil y se suele caer en el patetismo.
- ¿Existe algún escritor que busque esa simpleza?
- Claro, por ejemplo Haruki Murakami, el mismo Carver, Charles Baxter o Nicholson Baker son algunos ejemplos. Pero volviendo a la pregunta anterior, el hecho de que nombre a ciertos músicos se debe a que yo hago todo mi trabajo con música, no me imagino mi vida sin ella. Al momento de escribir algo no puedo hacerlo si no tengo música de fondo, por lo tanto es natural que en el libro haya referencias a estos cantautores.
- ¿Consideras imprescindible que la gente conozca a estos músicos para entender tu obra?
- No me parece indispensable que para entender el libro debas tener conocimiento de quiénes son Young, Bob Dylan o Ray Davies. No es un libro erudito, aunque quizás sí enriquecería mucho que se sepa quién es Davies para conectarte con cuentos como Fotos tuyas cuando empiezas a envejecer. Se trata de un guiño a una canción de The Kinks que me gusta mucho, Pictures Book.
- ¿Creés que tu edad es la ideal para publicar un libro?
- Cada escritor madura de distinta forma. Tengo 26 años y sin embargo este volumen de cuentos no es lo primero que he hecho; detrás de esto hay como cinco manuscritos descartados. Hubo un camino previo de aprendizaje.
- ¿A cuántos autores de tu generación conocés?
- Si hablamos de Bolivia, conozco a muy pocos de mi generación, y menos, a gente que realmente quiera trabajar en serio, porque hay muchos que escriben pero no existe el rigor necesario. No ven la literatura como algo que les pueda dar de comer.
La literatura boliviana necesita de una renovación constante y de disciplina y de ambición y de nuevas lecturas y de un montón de cosas más.
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