Edmundo Paz Soldán : "Estalló un boom boliviano"
Por Juan José Toro Montoya
Edmundo Paz Soldán lo tiene claro, tanto que “Iris”, su última novela, es la más universal que ha escrito hasta ahora. Futurista, oscura y muchas veces deprimente, pinta un planeta que no quisiéramos tener, en el que, empero, subsiste la esperanza como una luz en la ocre atmósfera irisana. Para llegar a ese punto, el escritor cochabambino pasó por un proceso evolutivo en el que la universalización tuvo mucho que ver. En el marco de su claridad, considera que Bolivia ha dejado de ser el país ignoto cuya literatura era desconocida afuera. Habla de un boom boliviano, un estallido de escritores nacidos en nuestro país que ya se escucha fuerte en los demás. Eso fue lo que el autor reveló en esta charla:
OH!: ¿El escritor nace o se hace?
Yo creo que el escritor nace pero tiene que hacerse porque puede tener talento pero ¿de qué te sirve una vocación si no la cultivas? Yo tuve inclinación por la escritura desde mis primeros años pero no la tomaba en serio porque, como suele ocurrir en Bolivia, no había mucho apoyo a vocaciones culturales. Entonces, no alimenté esa vocación... los primeros años de la universidad tuve que estudiar ciencias políticas... entonces yo podía haber sido un escritor frustrado muy fácilmente porque habría tenido la inclinación pero no la cultivaba quizás no la hubiera alimentado de no ser por el hecho de que me fui a estudiar a Buenos Aires y en Buenos Aires vi a chicos adolescentes que querían escribir y me entusiasmé porque me dio como una envidia saludable porque a mí me gusta eso y me dije “¿por qué no hago lo que ellos están haciendo?”. De ahí fue le tomé en serio esa cosa que yo la veía como un pasatiempo y era la escritura.
OH!: ...y comenzaste a estudiar Literatura...
Primero comencé a escribir, escribía cuentos y entrevistaba en la feria del libro de Buenos Aires, donde entrevistaba escritores, comencé a leer clásicos, sobre todo clásicos, y luego, después de terminar la licenciatura en Ciencias Políticas, ya decidí hacer un doctorado en Literatura. OH!: Luego de todo el camino que has recorrido, ya muchos en Bolivia consideramos que eres el máximo representante boliviano de nuestras letras. ¿Qué opinas sobre eso? Quizás yo haya tenido simplemente suerte de que, cuando comencé a escribir, comencé a escribir afuera y tuve una coyuntura favorable para que mis libros se pudieran difundir en el exterior. Creo que hay escritores muy importantes en Bolivia. Yo creo que el problema que han tenido muchos escritores bolivianos en el siglo XX es que su obra no ha estado acompañada de la infraestructura necesaria para que pudiera ser difundida. Yo siempre pienso que hay autores como Augusto Céspedes, Oscar Serruto, Jaime Sáenz que a ratos me molesta cuando veo que allá en el exterior no son tan conocidos como se merecen como escritores mexicanos, colombianos, que en la comparación no son superiores a los escritores bolivianos. Quizás, como dije antes, nos ha faltado suerte para apoyar, empujar, para que aquellos escritores se difundan. Quizás mi suerte ha sido que el momento en que comencé a publicar se abrió un poco más el panorama para la difusión de nuestras letras.
OH!: O sea que tú crees que tuviste suerte
Creo que siempre necesitas suerte para que se difunda tu obra porque, por ejemplo, hace poco se publicó “Click”, una novela de un escritor paceño, Christian Vera, y la publica la editorial El Cuervo. El editor, Fernando Barrientos, va Buenos Aires y deja unos libros en la librería más interesante de Buenos Aires que se llama Eterna Cadencia, de ahí viene un periodista argentino que lee cultura y se le ocurre comprar este libro y hace una reseña que cae en las manos de Constantino Bértolo que es uno de los editores más importantes de una editorial que se llama Caballo de Troya, que es parte del grupo Mondadori, y se enamora de la novela y llama un día a Christian Vera y le escribe un e-mail diciéndole que le quiere publicar y la novela acaba de ser publicada en España. Ahora, en condiciones normales, para un escritor boliviano como Christian Vera hubiera tenido que tomar muchos años para que su obra primero se consolide en Bolivia y para que luego esa obra comience a ser difundida en el exterior. Por eso es que a veces ni siquiera sales o puedes salir de Bolivia. Por eso yo creo que me ha acompañado muchísimo la suerte pero, por si acaso, la suerte necesita de que haya un buen libro ahí... no es suficiente la suerte. Sólo con la suerte no llegas muy lejos.
OH!: La suerte sería tener el puente...
Sería el puente y tener las redes. Lo que pasa que ahora hay muchos escritores bolivianos que están viviendo o están estudiando en el exterior y tenemos más posibilidades de crear redes que permitan ayudar a difundir nuestra Literatura. Es lo que hacen los argentinos con sus escritores, los chilenos con sus escritores y los bolivianos no hemos podido hacer eso porque no habían puentes allí afuera. Ahora afuera ya está Giovanna Rivero que también publica con Caballo de Troya, allá afuera están Sebastián Antezana, Rodrigo Asbún, Liliana Colanzi, Maximiliano Barrientos... o sea... hay varios escritores que están viviendo en el exterior y son escritores de la nueva generación, ni siquiera de la mía, de la siguiente, y todos ellos están publicando en el exterior. Incluso yo te podría decir que para hablar de la Literatura boliviana te puedo nombrar unos 7 u 8 escritores bolivianos que están hoy publicando en el exterior en editoriales importantes, estos de la nueva generación. Y ha ocurrido tan pronto que todavía no hemos podido procesar y apreciar de verdad el cambio de la tremenda magnitud que ha ocurrido con la Literatura boliviana. Estamos comenzando a acostumbrar a los lectores en el extranjero a que lean Literatura boliviana de la misma forma que nosotros estamos acostumbrados a leer Literatura peruana, uruguaya, mexicana...
OH!: Vamos a la lista
Ya te hablé de Christian Vera. Giovanna Rivero: su nueva novela sale en marzo. Rodrigo Hasbún: “El lugar del cuerpo” se publica en junio en una editorial peruana, Santuario. Maximiliano Barrientos: su nueva novela la publica Periférico, una de las editoriales más importantes de España, en agosto. Liliana Colanzi: su libro de cuentos la va a publicar la editorial Montacerdos, una de las más respetadas de Chile. Sebastián Antezana: “El amor según” lo va a publicar Sudaquia, una editorial de Estados Unidos. Juan Pablo Piñeiro: “Cuando Sara Chura despierte” sale el próximo mes en Argentina...
OH!: ¿Estaríamos hablando de un mini boom boliviano?
Yo no hablaría de un mini boom. Yo lo llamaría boom a secas... tantos autores... Yo enseño Literatura Andina y mis estudiantes se deslumbran cuando leen a Jaime Sáenz en Estados Unidos. Alcides Arguedas publicaba en Argentina, sé que “Sangre de Mestizos” o “Cerco de Penumbras” salieron en la Argentina... son ejemplos muy puntuales. No creo estar equivocado... tener un grupo tan sólido de escritores tan sólido escribiendo al mismo tiempo... Se ha despertado una curiosidad de editoriales de afuera que están pendientes de qué está pasando en Bolivia. Creo que no lo estamos procesando todavía.
OH!: ¿Cómo estamos en contenidos?
Prácticamente los he leído a todos. Me parece una Literatura muy sólida, de gran calidad, que quizás no es lo que la gente espera de la Literatura boliviana alejada de pintoresquismos, quizás no es una literatura muy política, es un poco rara la Literatura, parecería que no está acompañando este proceso, esta revolución que se vive en el país pero yo tengo un par de explicaciones a eso: Yo creo que la literatura funciona un poco a destiempo como “La Guerra y La Paz2 unas de las mejores novelas del Siglo XIX que tiene que ver con un periodo de 70 años antes. Yo he escrito “Iris”, una novela minera, cuando Bolivia ya no es definido como un país minero como nos definíamos hasta el ‘85 quizás la gran novela del periodo de Evo Morales no la va escribir esta generación de estos escritores que están surgiendo ahora. Ellos están interesados en afirmar una infinidad en un país muy pudoroso, en el que el yo colectivo se ha impuesto al individuo. En cambio estos libros de estos nuevos autores están hablando de una subjetividad del individuo, de un trabajo muy íntimo.
OH!: ¿Ayuda la universidad?
La universidad a mí me ayudó a ordenar mi lectura. Yo tenía lecturas muy anárquicas... Me ayudó a entender y conocer mejor la tradición de dónde venía o donde veníamos y es que en la Literatura ya está todo inventado. Lo que puedes hacer es añadir un matiz a un edificio ya muy sólido. La mayoría de estos jóvenes escritores que estudian afuera, llegaron allá primero siendo escritores y la universidad los apoya brindándoles tiempo para desarrollar su carrera como escritores y que no estén dispersándose en varios oficios ya que en nuestro país la infraestructura cultural es precaria y no puedes dedicarte tiempo completo a la escritura.
OH!: ¿Compartes la idea de que para explorar más la creatividad es necesario escarbar el alma utilizando recursos como el alcohol o la droga?
Yo creo que la literatura es un intento de indagar en la conciencia, en el espíritu del ser humano. Muchas veces si yo busco introducirme en la mente de un asesino en serie no implica que yo me convierta en alguien como él, eso sería algo muy lineal, y el desafío para mí es encontrar la manera de entender el funcionamiento de la cabeza y corazón de una persona muy alejada de lo que soy en la que muy fácilmente se me puede caricaturizar. Para lograr eso existen varios caminos y uno de ellos puede ser el camino de Sáenz que es a través del alcohol o la droga. Me parece que todo camino puede ser respetable en la medida de que el artista es fiel a esa causa, uno no puede mentir y fingir lo que no eres. Algunos pueden recurrir al alcohol o la droga pero existen otros que pueden hacerlo siendo sobrios, como Borges. Es ahí que se ve la explosión imaginativa de una obra, no existe una correlación. Yo no puedo decirte “necesitas hacer esto para construir una gran literatura” yo diría “debes buscar qué es lo que va contigo para poder expresar ese punto interior”.
OH!: ¿Qué lecturas recomiendas a los niños y jóvenes bolivianos?
Yo pienso que para la infancia y adolescencia es muy importante la literatura imaginativa para que les abra el mundo, una literatura de aventuras, de fantasía, por ejemplo Julio Verne. Para un niño de 10 años es más importante que lea Salgari que “Raza de bronce”. Otro punto que también es importante es que en Bolivia existe la tradición de hacer leer a los niños resúmenes de obras y no las versiones originales que constan de muchas más páginas, quizás a los 9 ó 10 años estas obras extensas intimiden pero a los 13 ó 14 años no deberían intimidar. En otros países, a esta edad existen niños que leen obras muy extensas. Yo pienso que hay que incentivarlos a tener una noción de que la lectura de un libro no debe ser una carga ni mucho menos una obligación, al contrario una forma de desarrollar tu conocimiento y tu imaginación, una forma de participar en una fiesta. Si la literatura te abrió puertas, tú solo llegarás a temas serios. En mi caso en años de intermedio solo leía novelas de aventura y a mis 14 años tuve la suerte de tener un profesor que me hizo ampliar mis perspectivas al leer “Metamorfosis”. Entonces pensé “si esto es Literatura, yo también quiero jugar”. Una vez que en los niños se despierta el pensamiento de que la Literatura puede abrir mundos, yo creo que lo demás viene por añadidura.
EL INQUIETANTE MUNDO DE “IRIS”
“Los campamentos mineros eran lugares infestados de creencias extrañas”, dice Edmundo Paz Soldán en una de las páginas de su nueva novela, “Iris”. Pero si Iris nos trae a la mente aquel fenómeno óptico pintado de colores, esta novela pinta un mundo ocre, a veces gris, en el que la vida transcurre sin ser vivida. Su autor confiesa que es una novela minera y, para imaginarse el mundo que pinta-no pinta en sus páginas, debió valerse de las lecturas de Bartolomé Arsanz de Orsúa y Vela.
“Es prácticamente una novela potosina”, dice. Al surcar sus páginas, el lector se imagina un mundo opresivo y angustiante en el que la magia no alegra el alma: “Al segundo día Iris era una ciudad enterrada, un conglomerado de casas y calles que apenas latía bajo ese polvo intruso nel bodi y en las máquinas. Los dolores de cabeza y de estómago eran terribles, nel baño nos íbamos en mierda aguanosa”. Leerla es, literalmente, una experiencia alucinante.
Los autores del boom boliviano
Giovanna Rivero. (Montero, Santa Cruz, Bolivia (1972). Ha publicado los libros de cuentos “La dueña de nuestros sueños”, “Contraluna”, “Sangre dulce” y las novelas “Las camaleonas” y “Tukzon, historias colaterales”. Su libro “Niñas y detectives”.
Liliana Colanzi. (Santa Cruz, 1981). Sus cuentos han aparecido en revistas iberoamericanas como Etiqueta Negra, el perro, FronteraD, Otro Cielo, Los Noveles y Big Sur. Coeditó la antología de no-ficción Conductas erráticas (Alfaguara 2009). Es autora del libro de cuentos Vacaciones permanentes (El Cuervo 2010).
Rodrigo Hasbún. (Cochabamba, 1981). Ganó el Premio Unión Latina a la Novísima Narrativa Breve Hispanoamericana 2008. Es autor de “Los días más felices”, editado en España, y “El lugar del cuerpo”.
Maximiliano Barrientos. (Santa Cruz de la Sierra, 1979). Sus dos primeros libros, “Los daños” y “Hoteles” han sido revisados, corregidos y transformados para convertirse en los volúmenes “Fotos tuyas cuando empiezas a envejecer” y “Hoteles” que publicó la editorial Periférica.
Sebastián Antezana Quiroga. (México, 1982). Es nieto de Marcelo Quiroga Santa Cruz. “La toma del manuscrito” ganó el Premio Nacional de Novela 2008.
Juan Pablo Piñeiro. (La Paz, 1979). Es autor del guión de la película “Hospital Obrero”. Escribió las novelas “Cuando Sara Chura despierte” e “Illimani Púrpura”.
Christian Vera. Ganador del Premio Nacional de Poesía Yolanda Bedregal en 2008, su novela “Click” acaba de ser publicada en España.