sábado, mayo 12, 2012

Poemas con la sazón de Don Pedro



Pedro Rivero Mercado presenta el martes, en el salón Pedro y Rosa de EL DEBER, su nuevo libro, titulado "Las tres casadas imperfectas". Con esta publicación, el director del Diario Mayor vuelve a su singular estilo jocoso, que ha caracterizado su obra poética


Por Marcelo Suárez Ramírez

Pedro Rivero Mercado retorna al verso. Luego de haber transitado durante 12 años por los caminos de la novela, tiempo en el que publicó seis obras (Los gorriones del barrio, Que Dios lo tenga donde no estorbe, Empate a tres, El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Guardia, Retrato de una canalla y Dos mujeres), el director de EL DEBER abraza nuevamente el género que cultivó toda su vida y lo plasma en Las tres casadas imperfectas, obra que se presentará este martes, a las 20:00, en el salón Pedro y Rosa de esta casa periodística.

Se trata de una especie de continuación de su obra de 1987, Las tres perfectas solteras, la cual fue llevada a la televisión por Safipro. En esta nueva entrega, que lleva por subtítulo El ropaje del Diablo, Rivero Mercado mantiene el estilo ameno que caracteriza a su trabajo y el tono picaresco de sus relatos en verso. El escritor Ruber Carvalho afirma que el autor “hará colorear a más de uno con ese lenguaje erótico, pero que también contiene una sana picardía que en un modo dicharachero y sencillo se acostumbra su uso con tanto salero y encanto”.

En su oficina del Diario Mayor, Rivero Mercado conversó con Brújula sobre su pasión por la poesía y el periodismo.

- Después de varias novelas publicadas, vuelve a la poesía, ¿qué representa este género en su obra?

- Yo siempre tuve la facultad de versificar, desde que estaba en la primaria. Recuerdo que hacía mis versos en la escuela fiscal Obispo Santistevan y es algo que sigo cultivando hasta ahora, porque cada que puedo estoy escribiendo versos, que tal vez algún día se publiquen o queden nomás archivados. El tiempo lo dirá.

- Son varios los volúmenes de obras suyas publicados en el género de la poesía, pero uno de los que ha tenido más alcance en los lectores ha sido Las 100 mejores poesías de Gustavo Adolfo Baca. ¿A qué atribuye el éxito que han tenido estos versos?

- A estas alturas ya no son 100, sino más de 500 porque se siguieron publicando semanalmente en la revista dominical. Afortunadamente, estos versos han tenido una gran aceptación y han generado un fenómeno interesante. No sé a qué atribuir el éxito, es una cosa que no me cuesta hacer, que me brota. Yo capto una imagen de un hecho actual, cotidiano y lo retrato en verso para darle un matiz liviano, pero que le sirva a la gente para reflexionar y ejercitar lo que yo estoy narrando, que, con rarísimas excepciones, se trata de productos de la fantasía.

- Usted pasó por las aulas del prestigioso y centenario colegio Nacional Florida. ¿De qué manera influyó esta institución en su formación como escritor y como periodista?

- Lo que me pasó en el Nacional Florida fue vital, porque ahí fue donde di mis primeros pasos en el periodismo, al publicar un pequeño diario de nombre El Tijeretazo, que lo editaba en la imprenta Emilia. Yo era el editor, corrector, redactor y distribuidor, porque salía a venderlo. Recuerdo que, en aquella época, el periódico La Razón de La Paz era uno de los más importantes del país y se vendía a 50 centavos. Pero yo vendía mi periodiquito, de ocho páginas, tamaño medio tabloide, a 1 peso. Recuerdo que, incluso, un comité contra la especulación me tildó de especulador por venderlo más caro, pero es que yo hacía todo el trabajo.

- De ahí en adelante no abandonó más la labor periodística…

- Así es. Después trabajé en periódicos como Progreso, donde ejercí el cargo de jefe de redacción. Después, con un grupo de amigos periodistas fundamos el Diario del Oriente, otro pequeño periódico que tuvo su importancia a principio de los años 60. De ahí me tuve que salir porque ya no hubo una comunión de intereses. Pero resultó mejor para mí porque formé parte de la nueva etapa del diario EL DEBER. Yo fui prácticamente el que revivió al periódico, porque en esa etapa estaba muerto.

- ¿Cómo ha logrado combinar todos estos años su faceta de periodista y escritor?

- Bueno, yo siempre me he dado tiempo para escribir y para hacer otras cosas. Cuando se incorporaron mis hijos al periódico me aliviaron de alguna forma el trabajo, lo que me dio tiempo para hacer actividades paralelas. Así logré escribir mi primera novela, a la vez que mi vida social se intensificó, pues también me daba tiempo para atender mis asuntos en diversas instituciones a las que presidía.

- Varias instituciones nacionales lo han reconocido últimamente por su apoyo a la cultura y a las manifestaciones artísticas en la región, ¿Qué significa esto para usted?

- Yo recibo todos esos reconocimientos con mucha gratitud. Yo sé del valor de los galardones que me otorgan. Desde luego, esos premios también son para mi mujer, la esforzada compañera que siempre ha estado a mi lado, y que nunca escatimó nada para llevar adelante el trabajo en el periódico, como también de mis hijos que han apuntalado esta labor...

Fuente de la noticia : (Suplemento cultural "Brújula"/Periodico El Deber)
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