MANFREDO KEMPFF: SIN TAPUJOS NI PUDOR
“Confesiones de Juan de Dios”, su última novela, es una crítica abierta al voto de castidad. Se trata de una historia escrita con el estilo crudo y directo que caracteriza a este autor, la cual analiza también la situación actual del país.Por: María José Parejas / Fotos: Wladimir Klocker.“Confesiones de Juan de Dios”, su última novela, es una crítica abierta al voto de castidad. Se trata de una historia escrita con el estilo crudo y directo que caracteriza a este autor, la cual analiza también la situación actual del país.
Por: María José Parejas / Fotos: Wladimir Klocker.
“ Sandiablo”, “Luna de locos”, “Margarita Hesse”, “El águila herida” y “Hombres de papel” son novelas que llevan la firma de Manfredo Kempff Suárez. Relatan historias cargadas de contrastes, de episodios mágicos y terriblemente reales a la vez, donde la trama y el lenguaje logran un equilibrio avasallante, además de ser directos, crudos y, como dice el autor, “sin tapujos ni pudor”.
Si bien Kempff es diplomático de profesión -ha sido embajador en España, Argentina y Uruguay- fue ministro de Estado en dos oportunidades y es columnista en varios diarios nacionales e internacionales, su verdadero oficio es el de escribidor. “Es la actividad que más disfruto y donde pertenezco”, afirma categóricamente.
Kempff lanzó su primera novela, “Luna de locos”, en 1996, la cual se editó en Argentina, Chile, España y Polonia. El protagonista de esta historia padece de una enfermedad en la que su apetito sexual se convierte en una obsesión; un relato cargado de machismo, violencia y lujuria, el cual fue recientemente reeditado.
Su siguiente novela, “Margarita Hesse”, tiene dos ediciones en Bolivia y ha sido traducida al polaco y al italiano. Quizá sea la novela más política del autor. El tema es la ambición de los políticos y los alzamientos militares. “Sandiablo” -la cual el escritor advierte “es su preferida” y ha sido reeditada este año por cuarta vez-, fue publicada en Buenos Aires y está traducida al italiano y al portugués. Esta novela trata sobre la vida de Luciano Salvatierra, un hombre machista, petulante y alcohólico, casado y azotado por un deseo obsesivo que lo hace tener entrevistas mentales con el mismo diablo. Luego publicó “Hombres de papel” (dos ediciones), una crítica al manejo de los medios de comunicación en Bolivia; y la novela “El águila herida”, de corte histórico, ambientada en la guerra fría, muestra el juego del espionaje y contraespionaje. Su producción literaria lleva a concluir que estamos frente a uno de los nombres insoslayables dentro de la actual literatura boliviana y latinoamericana; un escritor boliviano que, como pocos, internacionalizó su obra.
JUBILADO DE LA POLÍTICA
Este su oficio se “profesionalizó” hace tres años, cuando Manfredo Kempff decidió jubilarse de la vida política, motivo por el cual regresó a su natal Santa Cruz de la Sierra, -ciudad donde viven su madre, sus hijos y sus nietos- y tomó con más fuerza la pluma. Así, recientemente, en la XII Feria del Libro de Santa Cruz, presentó su última novela: “Confesiones inconclusas de Juan de Dios” (Ed. La Hoguera), una intensa publicación que tiene la virtud de manejar magníficamente la tensión y la intriga. Centrada en un convento alejado de la ciudad de La Paz, donde se desarrollan aberrantes situaciones de abuso, violación y precariedad en las condiciones de vida que sostienen los sacerdotes. “Es una especie de crítica al voto de castidad obligatorio”, dice el autor, aclarando que no es un tratado de teología ni una crítica a la Iglesia, “simplemente es una novela sobre un tema que me parece interesante de analizar, pues yo no puedo concebir la vida sin su contraparte sexual”.
Con este profundo sentido crítico y sin poder alejarse de la realidad nacional, Kempff confiesa que aunque ya no se dedica a la política, no puede abstenerse de ella. Es por eso que continúa haciendo análisis y comentarios sobre la realidad del país. “La situación actual es preocupante y peligrosa, incontrolable e ingobernable; y Santa Cruz sufre el embate de esta política populachera y poco real, porque está claro que el trofeo del MAS es Santa Cruz”, comenta el escritor, sin ninguna reserva.
Y es que así es don Manfredo, un hombre que va directo, sin tomar atajos en el camino. Y esto se puede ver claramente en su literatura. Sus personajes, muchos de los cuales pudieran ser parte del realismo mágico a través del lenguaje y el juego de la trama, terminan siendo hiperrealistas. Son personajes que, al conocer, uno termina por odiar y, por qué no a amar, pues provocan repugnancia y a la vez cierta atracción.
Con la reedición boliviana de “Sandiablo” y “Luna de locos”, y con la publicación de “Confesiones inconclusas de Juan de Dios”, el genio creador de Kempff parece tomar nuevos bríos para seguir, prolífico, contando historias a su estilo, sin nada de tapujos, alejado del pudor.
Fuente : Revista Cosas/Bolivia
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