"Lo importante no es publicar sino escribir con seriedad y trabajo"
Mauricio Rodríguez Medrano es uno de los escritores más interesantes de la nueva savia literaria boliviana,es autor de la obra de teatro llamada "Las muertes de San Andrés" y del libro de cuentos llamado "Días de otoño",Mauricio sabe que el oficio literario es necesariamente un estilo de vida en el que lo importante no es publicar sino escribir trabajos literarios con seriedad y pasión y de eso y otras cosas nos habla en esta entrevista.
Por Miguel Lundin Peredo
1 ¿En qué momento de tu vida descubriste a la literatura como oficio existencial?
No sé si es un oficio existencial, más bien creo que escribir es despojarte de todo, es la labor menos existencial que puede existir. Pero si nos remitimos al existencialismo de Kierkegaard, escribir para mí es darle un sentido a esta vida o como diría Unamuno: “Escribo para no morir”. Esto lo descubrí cuando empecé a leer y luego a escribir.
2 ¿Qué piensas de la idea de prohibición de La niña de sus ojos, Raza de bronce y Pueblo enfermo en el sistema educativo nacional?
Mi pensamiento sobre esta prohibición no creo que tenga importancia. Pero para no escribir en esta respuesta: no sabe/no responde, te daré mi opinión: La idea de prohibir esta novelas se quedó en idea y no en acción (o en verbo como diría algún gramático). Las declaraciones del Viceministro de Descolonización abrieron este debate. El Ministro de Educación días después negó la prohibición. Y quedaron varias interrogantes: ¿Estas novelas (y un ensayo) poseen contenidos racistas? ¿El lector que lea estas novelas (y un ensayo) será racista? Lo que da más tristeza es que pocos comentaristas de prensa hayan leído estas obras y no puedan dar una opinión acerca de lo que ellas contienen. Muchos de ellos (haciendo excepciones) sólo se basan en las declaraciones del Viceministro de Descolonización (una fuente de segundo grado, según la teoría del periodismo). Creo que el problema de fondo no es considerar si estas novelas son racistas o no, más bien es necesario considerar si estas novelas las leería un adolescente o joven de colegio y universidad. De hecho, en el sistema educativo actual, estas obras fueron suprimidas por los profesores de literatura, no porque contengan ideas racistas, sino porque el lector (el estudiante) no las leería. En la mayoría de los colegios en vez de Raza de bronce ahora se lee Juventud en éxtasis, de Cuauhtemoc Sánchez. Creo que sería bueno preguntarnos: ¿Cómo fomentar la lectura?, antes de “¿lo que dijo el Viceministro de Descolonización está bien o mal?”.
3 ¿Podrías decir qué te inspiró para escribir Las muertes de San Andrés?
De algo estoy seguro: no me inspiraron las musas o algún dios andino para escribir esta obra. Creo que lo necesario para hacer literatura es el trabajo, desde la organización de ideas, confección de estructuras, división de escenas, creación de personajes. Todo ello es una labor intelectual, una transformación de la naturaleza. Tal vez, en este sentido, el trabajo que realicé para Las muertes de San Andrés fue primero pensar en realizar una obra con tres actos diferentes que sólo se unieran por algunos hechos comunes: un muerto, el sonido del disparo de una bala, el sonido de una máquina de escribir, la Universidad Mayor de San Andrés. Luego fue pensar en los tonos que cada acto tendría. Primer acto: comedia. Segundo acto: melodrama. Tercer acto: tragedia. Con los tonos ya definidos, pensé en las perspectivas y eso me obligó a crear personajes. Primer acto: perspectiva de los policías. Segundo acto: perspectiva de los egresados y estudiantes. Tercer acto: perspectiva de los catedráticos. Lo que vino después fue crear un ritmo de escritura, guiños a la literatura, a la vida, al mismo acto de escritura. Al final terminó todo con la construcción de un mundo, muy diferente a la realidad pero al mismo tiempo semejante.
4 ¿Te sientes cómodo con la novela o el teatro?
Me siento más cómodo leyendo que escribiendo. Y mucho más cómodo viviendo que leyendo. Creo que cuando eliges un género para escribir es porque necesitas esa estructura. Si mi obra de teatro hubiese sido pensada como novela, la hubiese tenido que escribir como novela. Tal vez hubiese sido una novela pasable, pero como fue pensada como obra de teatro, pues el resultado fueron estos tres actos y estos personajes. Creo que la comodidad no existe en el escritor, más bien existe la angustia, el juego, la memoria y un espejo que refleja la frontera de la locura o tal vez el vacío.
5 ¿Qué te inspiró a escribir tu primer libro de cuentos?
Como dije antes: no me inspiró nada. Fue toda una elaboración mental. Elaboré los cuentos en base a estructuras firmes. E igual hubo un juego en el momento de la escritura, tal vez un poco menor al trabajo de la obra de teatro. En este libro hubo también una mayor angustia, pero sobre todo una experimentación para conocer mis límites, pasarlos y comprender esto que llaman literatura (o tal vez comprender menos).
6 ¿Qué piensas de la actual literatura boliviana?
Que aún no se desplegó como otras literaturas de otros países. Aún existe un provincialismo, existen círculos cerrados en los que su vocero dice que escribe muy bien (y lo publican porque es amigo de la editorial), aún así hay escritores que se dedican enteramente a escribir (que es lo más importante y lo único para el escritor, como diría Faulkner) y por eso realizan buenos escritos. Wilmer Urrelo, Sebastián Antezana son dos muy buenos escritores de mi generación que creen en la escritura como profesión y como trabajo y como labor. Pero todavía falta recorrer mucho más. Si nombras algún otro país, hay un escritor mayor. ¿Y en Bolivia? Están los que los académicos enarbolan, pero que no llegan a un rango de escritor mayor. Pregunta a cualquier ciudadano de a pie. No podrá responderte. Y eso no es por su falta de cultura, sino por la falta de escritores, en todo caso, la falta de literatura y la carencia absoluta de escritores mayores.
7 ¿Qué cuentos de Días de otoño recomiendas al lector?
No puedo recomendar alguno. El lector es quien decide si un texto le gusta o no, más allá de la publicidad. Ellos son los que juzgan y por ellos perdura un libro o desaparece.
8 ¿Qué escritores bolivianos admiras?
Como escritores no los admiro, sino más bien admiro sus escritos (más que admiración es un respeto y un gusto, ese gusto por las buenas lecturas): Fantasmas Asesinos, de Wilmer Urrelo, algunos textos de Adolfo Cárdenas, el cuento Dochera, de Edmundo Paz Soldán, pocos cuentos de René Bascopé, casi nada de Gonzalo Lema y de Ramón Rocha Monroy.
9 ¿Cuáles son tus próximos proyectos?
Muchos y nada a la vez. Sólo cuenta lo que está escrito y lo que se termina y lo que el lector tendrá en sus manos. Lo demás sigue como pensamiento o idea o sueño.
10 ¿Crees en el derecho del escritor a ser un activista que lucha por la libertad de expresión?
Creo en el escritor como escritor. Y todo escritor que quiere ser activista de alguna ideología o política deja de ser escritor. Eso le sucedió a Steinbeck: cuando pasó a ser de izquierda sus novelas decayeron porque se volvieron panfletarias. Lo mismo le sucedió a Vargas Llosa: quiso ser presidente, se pasó a la derecha, ¿y sus novelas? Pues prefiero al primer Vargas Llosa que tomaba con seriedad a la literatura.
11 ¿Qué piensas del premio Nobel que le han dado a Vargas Llosa?
Meritorio y necesario por las primeras novelas que escribió y que cambió el panorama de la literatura en Latinoamérica. Son novelas de un escritor mayor. Luego de La guerra del fin del mundo, su escritura decayó. Pero por sus primeras novelas merece el premio Nobel.
12 ¿Cuál fue tu primer texto literario, el primer trabajo literario que escribiste en tu vida?
Con seguridad fueron cuentos, siempre preferí la prosa al verso, pero desde ese día ya pasaron 24 años y seguro fue un texto muy malo que se perdió junto a algunas hojas de ejercicios de matemáticas o de pintura con los dedos.
13 ¿Consideras que debería llamarse al fallecido escritor escandinavo Stieg Larsson “Bolaño sueco”?
Sí, para ver que cara pondría Stieg Larsson con ese apodo lumpen, pero como ya está muerto no tiene importancia. Hablando (escribiendo) con algún dejo de seriedad, creo que estos dos escritores son muy diferentes. Bolaño se ramifica más en sus escritos y es humorista por excelencia. Larsson es más de suspenso y de construcción de personajes inolvidables. Sus escritos no tienen comparación más allá de que exhiban muertes.
14 ¿Qué consejos les das a los escritores que todavía no se deciden a publicar sus obras literarias?
Que lo importante no es publicar sino escribir con seriedad y trabajo. Si el escrito se sustenta solo, en algún momento alguna editorial querrá publicarla (poco probable en Bolivia). La decisión está en ser escritor de verdad o sólo una máscara. Las máscaras publican a montón. Lo escritores publican y lo que publican quedará en la memoria de los lectores.