lunes, junio 16, 2008

Zapata, una novela escrita por Oscar Barbery Justiniano






Por: María Belén Mendívil Saucedo



Zapata es una novela escrita por Oscar Barbery Justiniano (1929-1998), abogado, político, periodista y escritor nacido en Santa Cruz, Bolivia. Este autor desempeñó las funciones de alcalde municipal de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra. Al margen de los aciertos administrativos con que signó su gestión, Barbery Justiniano apoyó la cultura sin cortapisas de ningún tipo. Y es que, pese a las serias restricciones del presupuesto edilicio, convocó a certámenes literarios, permitiendo así que se mostrasen nuestros escritores.


La fantasía de los autores nacionales no deja de encantarnos en ningún momento, tal es el caso de esta novela. La obra analizada refleja el contexto de la lucha política amparada por ideales e, indiscutiblemente, por intereses personales (siendo esto último lo más predominante).


Las últimas tres horas de vida de Andrés Zapata - adelantado y pionero en la exploración de la inmensa e intransitada selva amazónica, belicoso e intérprete de ideales largamente madurados en el corazón de las esperanzas– es relatada minuciosamente. Un idealista como Andrés Zapata es elogiado y seguido por muchos en la ciudad; muchos seguían más al hombre que a la ideología, debido a la vehemencia y firmeza de sus actos. La población, cansada de los políticos de siempre, se sentía reflejada en la imagen de este joven que retornó a su ciudad natal después de años de trotamundo y exiliado por eludir la responsabilidad de padre, pues cautivaba con pensamientos renovados y originales. Clasificado por algunos como exaltado y violento, quizá por ser demasiado joven o porque pregonaba principios no muy “adecuados” al medio ni a la realidad histórica que vivía el país.

Domingo, día de elecciones generales. La ciudadanía de Santa Cruz había sido convocada a participar en la elección de Presidente y Vicepresidente de la República, y de senadores y diputados por el distrito. Éstos, indiferentes a los acontecimientos políticos, asistieron a las urnas, presumiendo que la monotonía en la que vivía sumisa la ciudad sería alterada ese día.
Andrés Zapata, líder del Partido Nacional, candidato a diputado por Santa Cruz, se ve enredado en una serie de conflictos con el partido de turno y sus ex aliados: Edmundo Cueba y Hernando Céspedes, ambos vendidos e influidos por el mejor postor, son quienes acaban con el líder, pero no así con el ideal del Partido Nacional.

Los bandos se movilizaban en busca de la victoria, demostraban sus habilidades ilícitas a las que acudían con tal de obtener el triunfo: la repartición de papeletas que serían utilizadas para alterar los resultados, eliminación del voto de la gente humilde que no sabía leer ni escribir, corte de la comunicación entre provincias para evitar que lleguen oportunamente los resultados a la ciudad, entre otros.
La ambición, el anhelo del poder, y un régimen autoritario como el centralismo han llevado a un país como Bolivia al caos total. Nos encontramos ante una crisis tan dañina como económica: la ausencia de potencial humano. La escasez de auténticos líderes, buenos profesionales, gente con convicción de superación, anhelos de calidad de vida… es la materia prima de la cual Bolivia carece. Los políticos nos están demostrando que la lucha se ha tornado individual: se muere por una persona, mas ya así no por un ideal.
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