sábado, febrero 14, 2015

Diego, el Trolio : Cuento inédito de Macario Coarite Quispe


 
Diego, el Trolio

Macario Coarite Quispe

Alicia Butrón camina por la estrecha calle. Son las tres y veintiséis de la madrugada. La recepción social de la Fraternidad Morenada Señorial Illimani ha terminado. Es la última en recogerse.

«Escucho el ruido de zapatos de tacón, la oigo caminar tambaleante y se detiene justo ante mis ojos desorbitados. Hace tiempo que no puedo ponerme en sintonía con la crueldad de este mundo. Dicen que me llamo Trolio. Seguro ese nombre viene de la legendaria Troya; pero no sé y no estoy muy seguro; aunque todos saben que soy jodidito con las mujeres y estoy medio ido, no recuerdo mi nombre verdadero...».

Alicia tropieza con el cuerpo de Trolio en la esquinita espaciosa donde los adolescentes suelen acudir para dar rienda suelta a sus fogosidades. La mujer se limita a eructar unos tremendos hipos como respuesta, y acto seguido vomita estruendosamente, como gata que se ha tragado sapos semivivos, sobre los cartones y harapos que servían de cama a Trolio.

El vómito es un conjunto de retazos de cuero de chancho, mezclados con cerveza. Trolio se levanta y empieza a percibir el desperdicio. La porquería siempre ha sido su comida favorita.

Sin más, agarra con sus manos inmundas los restos y comienza a sorber con fuerza, hasta que su boca rastrea, husmea, traga y se acerca lentamente a la boca de Alicia.

Alicia pregunta, viendo el rostro del mendigo: ¿Diego?

A ella se le ilumina el recuerdo de los años de casada con Diego y también se le oscurece el corazón por el matrimonio terminado, pues él había perdido la cabeza por una sencilla razón: las ñatas.

A él, como en sueño, le viene la luz bajo la forma del rostro de aquella reina, siempre placiente con sus convulsiones eróticas: ¡era ella!

Sí, soy yo, dice él, y agrega: el Diego ñatero y tocado por tocarme con las mujeres.

Ambos se miran lánguidamente, se tragan los desperdicios con lentitud, y poco a poco, ocurre aquel acontecimiento extraordinario que muchos llaman fusión de sentimientos.

Esto dura hasta el día siguiente, y con los primeros rayos del sol, se mimetizan en aquel espacio, tan frecuentado por los adolescentes de la escuela, para siempre...

2 Comments:

Blogger Willy Zurita said...

En las tertulias y beneplácitos estará esta interesante experiencia. Un humilde homenaje al que escribe.

8:58 a.m.  
Blogger Macario Coarite said...

Gracias...

8:29 a.m.  

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