viernes, febrero 13, 2015

Juan Pablo Piñeiro: “Nunca pienso en géneros a la hora de escribir”





MARCELO SUÁREZ R. EL DEBER

        Novelista. En contacto telefónico desde Pando, donde radica actualmente, el escritor paceño habló de su nuevo trabajo y de la experiencia de ser escritor en Bolivia Juan Pablo Piñeiro fue uno de los protagonistas centrales del VIII Encuentro de Escritores Iberoamericanos, que se llevó a cabo la semana pasada en Cochabamba. Allí dio conocer una serie de ‘consejos bellacos’ para todo aquel que le interesa adentrarse en el universo de la escritura. Pero también dejó claro que se trata de uno de los escritores más originales de la literatura nacional, no solo por  la manera audaz de encarar la temática del encuentro (el proceso creativo), sino también por confirmar que el camino trazado en su corta carrera literaria tiene un sello propio. Piñeiro puso la vara bastante alta con aquel primer experimento titulado Cuando Sara Chura despierte (2003), que resonó con Illimani púrpura (2010) y que hoy adquiere una nueva dimensión con Manubiduyepe, la tercera novela del escritor paceño, que, con tan solo 35 años, es todo un veterano en la contienda. Manubiduyepe es una obra inspirada en la Amazonia, específicamente en Pando, donde vivís la mayor parte del tiempo en los últimos años. ¿En qué etapa se encuentra tu tercera novela? Cuando se trata del proceso de escritura de una novela, uno va aprendiendo, con el tiempo, se tiene que dejar de lado las fechas y los plazos. A veces, decir que se va a acabar en determinada fecha es un riesgo. Manubiduyepe es una novela larga, que por en este momento tiene un buen avance.   Al igual que tu anterior novela, Illimani Púrpura, Manubiduyepe la estás escribiendo en Cobija, ¿Qué te atrae de la región? Manubiduyepe la estoy haciendo netamente desde Pando. Me encanta la idea de escribir desde un lugar que no sea La Paz. Escogí esta tierra porque mi padre se vino a vivir acá hace unos 11 años y le encantó. Después  vine y me gustó también así que eso obviamente me dio la oportunidad también para escribir.  Más allá de que tus primeros trabajos están enmarcados en el imaginario social de La Paz, ¿hay una relación o un nexo entre esta obra y las dos anteriores? Sí, hay un nexo o algo que complementan estas dos miradas, es lo hermoso que tiene este país que te brinda la posibilidad de tener esos contrastes entre geografías de una y otra región. En mi caso, más allá de que mi mirada se ha situado en La Paz, mi trabajo está muy influenciado también por la Amazonia. Y mi última obra te habla de imágenes que encontré acá en Pando, porque está la floresta, el clima y otros elementos.  A más de una década de su publicación, ¿cómo ves Cuando Sara Chura despierte?  Fue como un regalo, si se entiende que la primera novela es como una invitación a la escritura. Me gusta mucho esa imagen, porque desde el momento en que se la publica, la novela deja de ser de uno y pasa a ser del lector. Hacer una segunda novela cuesta más, hay más presión, por eso sigo considerando un regalo a mi primer trabajo en este género. Acaba de lanzarse la edición francesa de la novela, la cual también se publicó en Argentina gracias al trabajo de Magdalena González. ¿Qué ha significado esto para vos? Esas cosas son para asombrarse y es una muestra de lo que te digo. Cuando uno suelta la novela, ella empieza a vivir por su cuenta, va encontrando historias alrededor del mundo, gente a la que le interesa editarla, leerla, es decir, va viajando de manera independiente.  Cuando Sara Chura despierte fue propuesta como una de las 15 novelas fundamentales bolivianas. ¿Qué te dice esto respecto de tu trabajo? Yo creo que todas esas cosas están supeditadas a un canon, a una lista, porque siempre va a haber algo que falta o algo que sobra, algo que debía estar y algo que no debía estar.  Por eso creo que es importante tomar en cuenta que la publicación de Cuando Sara Chura despierte coincidió con un momento histórico, que generó cambios sociales en el país. Y son precisamente ese tipo de historias las que resultan atractivas al momento de hacer este tipo de listas.  ¿Consideraste enviarla al Premio Nacional de Novela? No, porque nunca he creído en los premios. Preferí que la novela siguiera su camino normal y que sean los lectores los que la encuentren. Generalmente, un premio no te posibilita medir de una forma idónea el nivel de lo que se ha escrito.   Tu participación en el pasado Encuentro de Escritores Iberoamericanos fue una de las más comentadas por tu ponencia en la que das 17 consejos a los jóvenes escritores.  Entre ellos citás varias veces a Urzagasti. ¿Cuánto ha influido el escritor tarijeño en tu  escritura? En mi escritura como tal no ha influido mucho, pero sí en mi forma de pensar y en la de ver el país. Además de un gran escritor y poeta, Urzagasti era un brillante pensador que podía revelarte cosas de una manera única. Esa forma de ver la realidad nacional siempre fue un sello de Urzagasti, que me encanta.  ¿Es parte de lo que estas experimentando con Manubiduyepe? ¿Una mirada de lo que te rodea? Sí, más o menes. Uno se va renovando y la escritura siempre es una apuesta. Cuando uno está escribiendo, a veces piensa que tu trabajo no vale nada, pero hay que aprender a tener paciencia, porque cada palabra tiene su sentido. Cada novela, cada libro siempre nos dejará  algo.  ¿Te interesa abordar un género específico cuando tienes una historia que contar? Nunca he pensado en géneros, a pesar de que a la gente le gusta encasillar tu trabajo. Apenas leen un poco lo que escribiste y ya dicen: “Ah, eso es policial, eso es fantástico”. Eso no me interesa.  ¿Cuánto ha aportado la construcción de guiones cinematográficos, como el de Hospital Obrero, a tu labor como novelista? Prefiero ver cuánto ha aportado a mi trabajo la literatura en sí, porque escribir guiones es seguir un proceso de escritura con ficción dramática en el que se encuentra ausente la metáfora, que es algo natural de la literatura. El guion es eso, una guía que debe ser seguida por un equipo técnico que lo reproducirá en una escena. Por eso creo que el guion cinematográfico ni siquiera debería considerarse como algo literario.   Además de los consejos a los que les interesa ser escritor, ¿te atreves a dar consejos a los lectores?  Lo principal es abastecerse de libros que uno puede considerar que pueden resultarte valiosos. Lo del gusto por ciertas corrientes o géneros debe ser una decisión netamente personal. Lo importante es saber encontrar una veta para poder formar la biblioteca personal de cada uno. Viajar es muy importante para lograr eso. Es el derecho que tiene el lector para participar del proceso de escritura. Por eso es tan importante la bitácora de lectura de cada uno    El escritor  1. Formación, Juan Pablo, nació en La Paz, en 1979).- Es novelista y guionista de cine. Estudió literatura en la Univesidad Católica Boliviana de La Paz. Es ingeniero de sistemas y gastrónomo. 2  En el cine. Escribió el guion y fue productor de la película Hospital Obrero (2009), dirigida por Germán Monje. También participó en la elaboración del filme Sena Quina, la inmortalidad del cangrejo, de Paolo Agazzi. 3.  Novelista. En 2003 publicó Cuando Sara Chura despierte y en 2010 presentó su segunda novela Illimani púrpura, ambas con La Paz como escenario de historias de personajes característicos de la urbe paceña. Actualmente trabaja en su tercer trabajo en este género titulado Manubiduyepe, inspirado en la Amazonia. Algunos de sus ‘consejos bellacos’ 1. Nadie te ha pedido que escribas. Eso lo aprendí de Jesús Urzagasti. Esa es una verdad que salva y evita que nos metamos en berenjenales. En general a nadie lo obligan a escribir. Por eso los que piensan que no son leídos porque en Bolivia se lee poco, o que no son valorados porque en Bolivia se valora poco, en verdad no están escribiendo. Están, como diría Jesús, “pasando factura” al lector de sus propias limitaciones. 2. Rodéate de gente a la que le da flojera leerte. Conozco gente que lo que escribe es leído por todos sus amigos. Y no es que me da pena, pero debe ser un poco incómodo. A veces eso hace que se pierda el chiste de las cosas. Por eso si te encuentras con alguien al que le ofreces tu libro y él te dice que le da flojera leerte, proponle de entrada tu amistad. No te arrepentirás y lucirás más joven. 3. No te hagas al que no ves televisión. Mientras en otros tiempos los narradores han tenido que enfrentarse a la faceta peluda de la realidad y le han visto las orejas al lobo, en este tiempo el enemigo de un escritor es la televisión y la internet. Me da risa los que se hacen que están escribiendo y en verdad están en su cama botados cambiando de canal. 4. No mientas, porque perderás la autoridad para inventar. La mentira le quita a las palabras su poder evocador, tarde o temprano llegan las exigencias de la escritura, no solamente para ser lo que eres sin ilusiones descabelladas sino para restaurar el valor de tus palabras. Ese es el sendero que lleva a la ficción. Cada novela es una palabra, y allí no deberían caber las mentiras.
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