lunes, abril 09, 2012
Sarah Mansilla es la creadora de la saga de Benjamín, un libro que tiene como público directo los niños. Cuando se presentó por vez primera en la Feria Internacional del Libro en Santa Cruz, en 2008, fue el libro más vendido y rompió récords. Según sus propios datos, hasta ahora, en cuatro años ya vendió como 20.000 libros. Es interesante ver la maduración del proyecto de Mansilla ya que su inmersión en el mundo de la literatura se dio debido a un accidente que ella tuvo el 2007 que la postró en una cama y así nació Benjamín. Después de un corto caminar ahora Sarah es presidente de la Sociedad Cruceña de Escritores.
Su inspiración fue la admiración de la autora por el Festival Internacional de Música Renacentista y Barroca Americana. A partir de eso, ella puede recrear los distintos universos que recorre su obra. Desde el principio los temas de interés fueron la fauna y flora y la diversidad natural. En las aventuras del grillo Benjamín junto con sus amigos Octavio, el Naranjo y Andrés, el Guayabo, los personajes empiezan a encontrar su motivación mientras recorren más de 450 páginas y hasta ahora tres libros. La idea principal es lograr una saga de siete tomos y este año se presentará nuevamente en la Feria Internacional del Libro en Santa Cruz el esperado cuarto libro de la saga. "Tengo pensando el final, me entusiasma, por lo tanto es mi motivación actual", señala.
Admiración por las mujeres. Se necesita disciplina para construir una saga de siete tomos y Sarah Mansilla tiene como eje motivador el rol que cumple como esposa, madre y abuela. Es parte transversal de su vida y declara su admiración total por las mujeres: “la mujer es la que tiene que velar por el bienestar familiar y lo considero sumamente importante, por eso admiro a las mujeres que logran hacer esto y al mismo tiempo atender sus metas personales, profesionales. Me gusta inspirarme en las personas exitosas”.
Adelanto del cuarto libro. Nuevos personajes y amigos además de la maduración del protagonista principal Benjamín, que está entrando a la adolescencia, es lo que nos adelanta Mansilla. Él está creciendo, ya tiene 15 años y empieza a tener los problemas característicos de esta edad con su madre que como narra la autora al final de cuentas se solucionan. “Una madre siempre es capaz de entender todos los procesos que pasan sus hijos”, concluye...
Fuente : "El Nuevo Día/Santa Cruz de la sierra"
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