lunes, septiembre 01, 2008

La novela de Ernesto Vargas que habla de la migración de bolivianos hacia España










"Cholita Marina” titula la obra de Ernesto Vargas que habla de la migración de bolivianos hacia España. Con esta su primera obra el autor pretende llegar a la juventud boliviana


"Un reo escribe para los jóvenes"



Por: Michel Zelada Cabrera






“Antonio Sebastián” revisa sus manuscritos en el penal de San Sebastián.


Asegura que no es narcotraficante, ni asesino, ni mucho menos violador y que está preso por una injusticia. Creerle o no creerle; o investigar por qué realmente Ernesto Vargas lleva encerrado 365 días en el penal de San Sebastián resulta un ejercicio inútil y más aún cuando tenemos claro que ésta no es una crónica policial.

Lo cierto es que Vargas, bajo el seudónimo de “Antonio Sebastián”, ha pergeñado una novela en su año de encierro. Quizá para huir de la nostalgia de la libertad, quizá para imaginar un mundo mejor, quizá para encerrarse en sí mismo y olvidar el encierro de su cuerpo. En las largas noches de su tan “concurrida soledad” tomó un lapicero y empezó con la escritura de “Cholita Marina”, su opera prima que acaba de concluir y espera que llegue a la juventud boliviana como un mensaje optimista y esperanzador. Aunque resulta paradójico que desde un penal como San Sebastián --donde reina el hacinamiento, el ruido y calor sofocante-- pueda salir algún mensaje positivo, la voluntad de novel escritor pudo más y de la desgracia pudo sacar sonrisas y alegres razones.

Sin embargo, Vargas no es un innovador en el arte de escribir en la cárcel. Sólo para ilustrar recordemos a algunos famosos que, desde sus celdas, trazaron líneas memorables para la historia.

Antonio Gramsci, el marxista italiano, construyó su monumental obra “Los cuadernos de la cárcel”, precisamente en las varias prisiones en que estuvo encerrado por orden de Benito Mussolini. Seis tomos de teoría marxista que en su momento fue considerada como la “más lúcida y compleja” continuación de la creada por los clásicos Marx y Engels.

Al Marqués de Sade se le atribuye la escritura de, entre otras obras, “Los 120 días de Sodoma”, en los manicomios y cárceles que visitó en su nada decente existencia.

Y, finalmente, mucho más cerca de Bolivia, el “Qananchiri” también continuó agitando las banderas del socialismo con sus escritos, pese a su encierro carcelario (léase Álvaro García Linera).

Pero volvamos a “Antonio Sebastián” y su entorno. A primera vista, el recinto de San Sebastián no parece una cárcel, sino el patio de un gran conventillo en día de fiesta. Varios señores jugando al fútbol, niños y niñas que entran por la puerta principal con sus mochilas escolares a cuestas, sonrientes unos, preocupados otros. Mujeres con bebés en brazos; tendederos con ropa secando al sol; alguien que grita con un parlante: “¡Hinojosa a la puerta!”, “¡Ramos visita!”.

Al lado izquierdo de la puerta principal un letrero anuncia: “Hoy ranga”, y dos “huéspedes” del conventillo degustan sus platos con abundante porción de arroz, papa y, claro, el guiso de panza en ají amarillo.

Se escuchan llantos de niños, el ruido de una sierra eléctrica sale del fondo y dos personas discuten de algo al ingreso de unas escaleras. Individuos de verde olivo entran y salen apresurados.

Entra uno de los “huéspedes” con las manos esposadas y, una vez adentro, un policía le quita las manillas. La ilusión de que ese patio podía ser un conventillo se pierde para mostrar lo que realmente es: una cárcel.

“… y en la cárcel o haces obra de bien o te perfeccionas en el crimen”, sentencia el escritor, quien eligió la primera opción para hacer que su estadía sea lo menos tormentosa posible.

“Antonio Sebastián” habla desde la cocina de uno de los restaurantes que existen en el penal. Asegura que duerme allí porque no tiene dinero para comprarse una celda. “Cuando tengo un poco de dinero, tengo que elegir entre ahorrar para comprar un lugar aquí adentro o pensar en la sobrevivencia de mis hijos”. En lo que va del encierro, el reo optó por lo segundo.

Cuenta que uno de los factores que le impulsó a escribir su novela es el sufrimiento de las familias de los internos que tienen que lidiar con este problema.

“Sea cualquiera el delito que uno haya cometido, al preso lo separan de su familia y los niños son los que más sufren. Entonces, el padre aquí sufre mucho y la consecuencia es una fuerte depresión, y yo, para evadir esa situación, me puse a escribir para no pensar en eso”, confiesa Antonio Sebastián.

Escribir sobre la penosa situación carcelaria no llamó la atención del escritor, pues él cree que los jóvenes no merecen conocer esa realidad, sino que se les debe dar alternativas para que puedan surgir y no caer nunca en la cárcel.

“Por eso le digo que no vale la pena ir en busca del sueño europeo, cuando en Bolivia tenemos tantas riquezas que podríamos explotarla de la mejor manera”, asegura.

A falta de una computadora, el libro de Antonio Sebastián fue escrito a mano, con bolígrafo y papel. Posteriormente fue transcribiendo con ayuda de sus compañeros.

Se trata de la primera experiencia literaria de alguien que solamente cursó hasta tercero medio y no culminó el bachillerato.

Al escritor le tiene sin cuidado la opinión de los críticos que puedan leer su obra. “Lo importante es que me lean los jóvenes”, dice Vargas mientras subimos unas interminables y caóticas gradas de metal que conducen a pasillos angostos en varias direcciones y a los costados pequeñas puertas de madera cubren precariamente las celdas de menos de cuatro metros cuadrados, donde descansan varias personas e incluso familias enteras (papá, mamá y niños).

Y desde allí Vargas lanzó su novela al mundo, una literatura esperanzadora desde el abismo de la desesperanza.

La novela

“Cholita Marina es una obra que pretende dar un mensaje a los jóvenes para que puedan llevar una vida mejor. La juventud boliviana es el punto de referencia de la obra”, dice el escritor y asemeja su novela al estilo literaria “La Chaskañawi” o “La niña de sus ojos”. “Es de carácter costumbrista”, remata.

La protagonista nació de la imaginación del autor y representa a una cholita punateña que, al igual que muchas como ella, se van a España en busca de mejores condiciones de vida.

La obra empieza con el viaje de la hermana mayor de la protagonista hacia España en busca del “sueño europeo”. “Además de la migración, abordó también otros temas como la juventud y el bachillerato. En Bolivia se estudia 12 años. Y cuando sales de lo único que puedes trabajar es de ayudante de cerrajero, de niñera o empleada”, lamenta el escritor.

En la segunda parte de la obra plantea alternativas de solución que deberían tomar los jóvenes, “como ser: la creación de microempresas”.

Antonio Sebastián ya difundió su obra a través de fotocopias en papel y copias digitales entre los jóvenes para que varias promociones puedan aportar ideas. Y lo que más le ha gustado, según cuenta, es la parte donde el autor propone la construcción de un parque juvenil metropolitano.

“Y en base a esa parte de la novela los jóvenes de varias promociones de Cochabamba realizarán un acto para nombrar al alcalde Gonzalo Terceros padrino de un gran parque juvenil metropolitano, para que sirva de lugar de recreación, concurso de bailes y otras actividades”, afirma el escritor e incluso propone que sea en Coña Coña el lugar donde deba ser emplazado este parque.

“El encuentro de promociones 2008 que se realizará el 19 de septiembre es una idea que fue sacada del libro y es impulsada por la Alcaldía y la Casa de la Juventud. Ese día será el lanzamiento de mi libro, donde estarán 10 mil bachilleres del campo y la ciudad”, asegura Vargas. El objetivo de Antonio Sebastián es regalar la primera edición que ya está en curso.

“Pido a la empresa privada que me apoye para pagar la impresión de esta obra. Ya existen algunas empresas que están apoyando y yo les pido, como interno de este penal, que puedan acercarse a la casa municipal de la juventud de Cochabamba y puedan cooperar”, finaliza.*


*Fuente :(Periodico boliviano Los Tiempos)
h2 class="sidebar-title">Vínculos Creative Commons License
Detta verk är licensierat under en Creative Commons Erkännande 3.0 Unported Licens.