“27 (Amargada diabética)” no es una historia sino la amalgama de dos que se tejen en diversos momentos de la historia de Bolivia. Es una muestra de que todos seguimos la vida por un mismo hilo conductor del destino y nadie está por encima de nadie”.
Así describe el propio Juan José Toro Montoya a su nueva obra literaria, una novela que explora terrenos poco conocidos de la narrativa boliviana, como el del sexo en la tercera edad, “y se inmiscuye inmisericordemente en los vericuetos de la política boliviana, como si de un violador se tratase. Irreverente con el alma humana, intenta redimirse depositando su confianza en las nuevas generaciones, aquellas que están llamadas a no repetir los errores de sus mayores”, describe la presentación del libro del escritor y periodista potosino.
“27 (Amargada diabética)” transcurre en Potosí, en un pueblo ficticio de los Chichas llamado Tincurisa, pero muchos de los capítulos son desarrollados en Potosí, indica el autor.
Es la primera novela de Juan José Toro que se estructuró a lo largo de tres décadas, “porque comencé a escribirla cuando era estudiante de primer año de la Facultad de Derecho. Nació como un cuento pero, a medida que pasó el tiempo, fue ganando en extensión, lugares y personajes hasta convertirse en una novela”, aclara Toro.
La trayectoria en el ámbito de la literatura lleva al escritor en 2005 a la 31va. Feria Internacional del libro de Buenos Aires donde publicaría como encargo expreso para el evento, un libro de cuentos llamado “Caja de basura”; también escribió otros dos libros historiográficos.
Respecto de la acogida que espera por parte de los lectores Juan José opina, “siempre hay públicos para la Literatura, aunque cada vez menos. Al público al que quiero llegar es el adulto, fundamentalmente el adulto mayor ya que en la novela se habla del sexo en esa etapa de la vida”, indica el autor.
Si bien Toro afirma que cuando se trata de la autocrítica se concentra más en los defectos, se puede asegurar que su talento para las letras le ha permitido ocupar un lugar privilegiado tanto en la literatura como en el periodismo. “Tengo talento para la escritura y trabajo en eso cada día, especialmente desde el periodismo, pero eso no me hace un escritor. El público es el que me tiene que reconocer como tal” indica. Actualmente, el autor es director del periódico “El Potosí”, en el que desarrolla sus actividades desde el 2001. También fue premio nacional de periodismo.