Miguel Ángel Alcaraz Flores: Estatua de sal varada en la arena blanca. (Novela)

Miguel Ángel Alcaraz Flores, nacido un 8 de mayo de 1982 (en una clínica que hoy es un edificio abandonado) es estudiante de periodismo, ha dirigido sus intereses también a la filosofía y la psicología, ha participado en varios talleres locales de creación literaria y narrativa; lector insaciable de las novelas clásicas “donde se encuentra la única literatura posible”, lector de todo lo posible, reside en cierto tipo de locura desde hace algunos años. Ha escrito hasta ahora Tratado de la soledad eterna, donde un ser de polvo recorre la ciudad y su mundo interno a través de un bombardeo de sensaciones, de mundos internos alucinados.

También ha escrito escasamente en el periódico cultural. Cuando se le pregunta por sus logros más destacados hace un gesto ambiguo, “ser conocido o detestado es lo mismo en Sucre. No te conocen por escribir, sino porque estás ahí”. Escribe por no hacer nada o por tratar de hacer algo, por no aburrirse consigo mismo todo el tiempo que anda diciéndose algo. Su obra Estatua de sal varada en la arena blanca es una relación fragmentaria de hechos que él denomina como “novela de fin de semana”, novela corta donde el placer, el odio, el deseo y la tripa de la ciudad afloran en un contubernio de feroz batalla de entrega y descarriamiento.

Según el autor, el cuerpo es ahora un mar de plenas sensaciones bombardeado por mayores aprestos de captar el mundo en toda su posibilidad. En una ciudad asolada por una ley prohibitiva, una relación de pareja se vuelve un furibundo grito de desesperación, ante la posibilidad del constante liberarse de todo en busca de lo divino y sólo llegar a ser terreno.