domingo, julio 31, 2011

Casilda ya no vuelve


Casilda ya no vuelve, reúne cuentos breves, de intriga y desvelo, que relatan hechos, situaciones y desenlaces inesperados. Son cuentos que corresponden a diversos personajes, a diferentes clases sociales, a situaciones que, si bien tienen algo o, a veces, mucho en común, apelan al horror para despertar la curiosidad y, finalmente, la compasión del lector. Los doce cuentos nos recuerdan una confesión de Georgette, escrita hace algunos años, que dice: ’‘quiero que mi arte, mi obra, grande o pequeña, dé una nota afirmativa, pero, no en los términos concretos de una filosofía o una religión. Aspiro a que tenga la curva de un abrazo, la universalidad de un código de enamorados, y sea fácil de captar como cualquier sencillo acto de ternura”

miércoles, julio 27, 2011

Hablar con los perros : Lo nuevo de Wilmer Urrelo Zárate




Es éste un libro que cuenta cinco historias a la vez en tiempos históricos diferentes. Una de ellas, quizá la más importante de todas las que aparecen en este libro, es la búsqueda por parte de Alicia Soriano (una chica que hace música dark, que sobrevive gracias a la taxidermia y que es muda) de un señor llamado Ananías Paredes, un ex combatiente del cerco al fortín Boquerón. Es ayudada en esta tarea, a la vez, por dos personajes: el Perro Loco, un ex metalero enamorado de ella y de Vallejo, un ex policía que ahora se dedica a buscar personas. Es gracias a esta búsqueda que el autor nos contará la vida de éstos dos y mediante Vallejo nos narrará las «aventuras» criminales de un grupo bautizado como Los Infernales. En este momento aparecerán en esta novela Nancy y Villagrán, de quienes, a su vez, seremos testigos de su historia de amor. De igual forma, Hablar con los perros cuenta el misterioso pasado del abuelo de Alicia Soriano: Valentín, otro ex combatiente del cerco al fortín Boquerón, el cual contará esa parte de su vida a Julián (padre de Alicia) un día antes de su boda. Todo esto con el fin de dejar en claro cómo llegó él a conocer a un tal Papá, un anciano completamente seguro de que el consumo de carne humana es verdadero camino hacia la felicidad.

Éstas y algunas otras historias más (la del Flaco, el Perucho, Axl, Karla, Teresa, Rayo, Kaiser) componen la más reciente novela de este autor boliviano, libro narrado a varias voces que ahora el sello Alfaguara pone a su disposición.

Sinposis

“Los que parecen inocentes son los peores, Papá”.

¿Cómo se puede hablar con los perros?

Esta pieza de arquitectura literaria narra cinco historias magistralmente entrelazadas.

Llenas de recuerdos y escritas con un sutil humor negro, van develando un pasado tormentoso, el profundo deterioro de los sentimientos y, sobre todo, una enorme tristeza.

*Alicia Soriano necesita resolver un inquietante misterio. * Un amor imposible carcome la existencia del Perro Loco. * Antes de la boda de su hijo, el extraño pasado del abuelo Valentín Soriano es reconstruido. * Papá cuenta cómo la Guerra del Chaco y el mítico cerco al fortín Boquerón conducen a la búsqueda del secreto de la felicidad. * La ambición y el dinero arrastran a Los Infernales hacia un remolino de traición y venganza.

Cinco historias te recuerdan lo que eres, te recuerdan quién eres.

Gracias a ellas podrás hablar con los perros.

*Wilmer Urrelo Zárate es Premio Nacional de Novela 2006 con Fantasmas asesinos. Publicó Mundo negro en 2000 y es autor de varios cuentos aparecidos en antologías nacionales e internacionales.



Fuente : " Revista cultural La Ramona,Periodico Opinión,Cochabamba"

martes, julio 26, 2011

Víctor Montoya :“Sigo creyendo en el autor comprometido”






Daniel James / Los Tiempos

De las facetas de su cuentística, la discriminación y el racismo como fenómeno globalizado y persistente, del “Tío de la mina” presente en sus obras para rescatar la tradición oral de la zona andina de Bolivia y de la necesidad de que los escritores sean capaces de romper esquemas, habló ayer el escritor paceño Víctor Montoya, en una conversación previa a la inauguración del V Foro de Escritores Bolivianos, organizado por el Centro Simón I. Patiño.



Efervescente, apasionado, impetuoso y demostrando un conocimiento de la situación del país inesperado en alguien que salió exiliado a Europa hace 34 años, Montoya comenzó hablando sobre la ponencia preparada.



Los Tiempos (LT): Háblenos sobre el tema de su disertación “Cuentos de un escritor repatriado”.



Víctor Montoya (VM): Mi cuentística se divide en dos facetas. La primera tiene que ver con la represión política que se vivió en Bolivia, en las décadas del 70 y 80. Refleja las torturas aplicadas en el Cono Sur dentro la “Operación Cóndor”. Es un testimonio personal, porque lo viví en carne propia; pero también es un testimonio colectivo porque la represión política la sufrieron miles de latinoamericanos. La segunda faceta tiene que ver con los cuentos en el exilio, donde retrato la experiencia de ser un boliviano desterrado. Además me permite reflejar la discriminación social y racial en la Unión Europea, donde ha resurgido el nazismo y las primeras víctimas son los migrantes. Una tercera faceta surge al haber rescatando al “Tío de la mina”, un personaje que sintetiza el mestizaje cultural y el sincretismo religioso y que vivía en mi subconsciente. El “Tío” es ambiguo y ambivalente, con él rescato lo mágico del mundo minero.



LT: ¿Entonces su producción siempre es testimonial?



VM: ¡Claro que sí! La obra de un autor es siempre testimonial. Uno escribe sobre lo que le gustaba, lo amaba o lo que odiaba. No hay un solo autor apolítico, así escriba sobre ciencia ficción, nada viene de la nada, ¡sigo creyendo en el autor comprometido!



LT: ¿El compromiso con el mundo minero en el que se crió es el que le hace rescatar la figura del “Tío”?



VM: ¡Claro! El “Tío” proviene de las entrañas mineras, igual que yo. Mi abuelo era catador (explorador) de minas y un cuenta-cuentos por naturaleza. Una noche de tormenta me habló del “Tío” y desde entonces él vivía en mí, aunque nunca pensé que podía ser un personaje literario. Lo rescaté de mi infancia y hasta tengo un “Tío” en Suecia al que le ch’allo cada 15 días. Escribo mis diálogos con él, sobre diferentes temas. Creo que constituye la vena más vigorosa de mi producción literaria, con él hago realismo fantástico.



LT: ¿Para quién escribe?



VM: Creo que un escritor primero escribe para sí mismo, luego, si gusta a los lectores tiene doble satisfacción. Soy diferente a los escritores de las editoriales que venden libros como artículos de lujo, inaccesibles para la gente que no tiene dinero. Mi literatura no es comercial, soy un escritor moderno, digamos, porque mi obra se ha difundido gracias a las nuevas tecnologías, entonces mi producción se hace más accesible.



El escritor debe ser un trabajador de la cultura, no una estrella. Busco es contribuir rescatando la historia del país, que queden estampados los procesos históricos en mi obra.


“Escribo sobre antihéroes;mis finales no son felices”



“El laberinto del pecado”, editado por Escritores Unidos, es el libro que Víctor Montoya presentará en la Feria del Escritor Boliviano, que forma parte del foro de escritores.




César Verduguez, editor de Escritores Unidos, señala que la primera edición salió en 1983, en Suecia y esta es la primera edición para Bolivia.




Sobre la obra, Montoya explica que escribió sobre algo que hace 30 años era tabú (que actualmente lo sigue siendo) y es la relación amorosa entre el patrón y la empleada india. “En esta obra no hay acoso, hay amor sincero que crece pero está condenado al fracaso porque la sociedad de la época no lo acepta. Tiene un contenido altamente sociológico, de denuncia de un concepto heredado de la época colonial donde lo blanco era mejor que lo negro”.




Añade que además denuncia a la Iglesia católica que aplica “una moral condicionada, haciéndonos creer que las relaciones sexuales prematrimoniales son un pecado, como también el que el blanco pueda tener un hijo con una india”.




Señala que es una novela corta, pero intensa y que no le importa la opinión de la crítica porque no escribe para los críticos, ya que “quien puede romper esquemas hace literatura de validez”.




“Soy una especie de antiescritor porque escribo sobre antihéroes, mis personajes son los que al final mueren, no escribo con finales felices, sino sobre situaciones reales”, apunta

lunes, julio 25, 2011

Una cuestión de fe, libro sobre el cine boliviano de los últimos 30 años



Una cuestión de fe. Historia (y) crítica del cine boliviano de los últimos 30 años (1980-2010) pretende contribuir a superar el desconocimiento crónico sobre nuestra filmografía, promover su lectura y su experimentación y, desde luego, acercar al lector al cine nacional para que lo sienta accesible y se apropie de él. Este texto es una especie de secuela de la obra anterior de los autores, El cine de la nación clandestina. Ensanchando el espectro de análisis para cubrir el periodo comprendido entre 1980 y 2010, hace una lectura individual de buena parte de las películas más representativas producidas en este periodo. En rigor, podría asumirse a éste como el primer libro de crítica(s) de cine producido en Bolivia.

A pesar de casi no haber sido estudiados, los últimos treinta años han sido determinantes para la historia del cine boliviano, pues no sólo sus temáticas, reflexiones y preocupaciones se han multiplicado, sino que, gracias a la llegada del digital, nunca antes había sido tan fecundo y accesible. Asumiendo que el cine es uno de los más privilegiados cronistas de la coyuntura, este libro es una búsqueda del cine boliviano que diga, reflexione y proyecte lo boliviano. Es la búsqueda de un cine compuesto por pluralidades, por multiplicidades, que construyen a su vez una gran particularidad: un cine nacional.

Una cuestión de fe no es, ni pretender ser, más que la revelación escrita de una serie de experiencias en torno al cine, es la traducción en palabras escritas de las emociones, de las reflexiones y de las ideas que detonaron en los autores los últimos treinta años de cine boliviano. Lejos de pretender ser la valoración última de las obras, no busca más que retar y seducir a los espectadores para que se aproximen al cine nacional.

Fuente: Editorial Nuevo Milenio

domingo, julio 24, 2011

JINETES Y BESTIAS APOCALÍPTICAS


El gobierno actual cabalga, adormecido, sobre cinco bestias del Apocalipsis que son, a saber: narcotráfico, contrabando, corrupción, fraude e improvisación, por este orden de importancia y de gravedad para el país o por el orden que mejor ustedes prefieran. Y los cinco jinetes del Apocalipsis masista son también cinco señores que creen, por el momento, tener la sartén por el mango o por donde quieran, lo cierto es que lo controlan todo; creen que hasta el aire que respiramos los bolivianos es un regalo del pequeño y miserable dios “evonadas”. La historia, lo dije ya, acaba dejándolos sin nada a quienes lo quieren todo. Pero, bueno vamos a seguir charlando sobre los jinetes: a la cabeza marcha, la ingenua ignorancia con cabeza de adobe y paja; lo secunda, una golondrina afeminada hasta el pico; ahora, va como tercero el estrabismo autonomista, sapo tan feo, dirían los Karjkas; y sigue impertérrito, el niño de culito blanco de la seguridad nacional y patético como sólo un canalla puede serlo, y, finalmente, la expresión más carnavalesca y folclórica del gobierno -los tentáculos del ejecutivo- como es la señora justicia entregada al mejor postor de turno. Y los indígenas, nada más para la foto.

Yo no veo cambio ni proceso (sí judiciales a quien no comparte la ideología masista-leninista) porque los señores ministros del apocalipsis, no apellidan Parihuancollo, Uskamayta, Chubirú, Chonono, Colque, o algo así; pero no, los apellidos siguen siendo tan contundentes como Banzer, Berzain o Sánchez de Lozada. Ahí están: Llorenti, Romero, Morales, García Linera, etc. No cabe duda de que la dialéctica entre apellidos contundentes/plebeyos no ha cambiado en absoluto en Palacio de gobierno. Claro, cómo un Huanca podría ser marxista-leninista, pues, sería ir contra natura, no en vano dicen, que el señor Canciller no le tiene buena leche al Vice, por algo será no. Para mí y gran parte del pueblo, estos merluzos ministros, eso de querer aparecer como mártires de la democracia se les ha caído de la cara; lo más notable de su gestión, es que muestran unas misericordes figuras de rebeldes sin causa subidos en sus caballos apocalípticos.

El estrabismo económico y visual del ministro de la presidencia, de apellido tan contundente, además español, le ha llevado a afirmar no hace mucho eso de que en dos años más, Bolivia, dejará de ser considerado un país pobre; habrá querido decir, más bien, que la masa empleada del Estado del brazo del narcotráfico será el nuevo cártel tan rico y violento como el de Sinaloa. A pesar de que muchos de los males no nos vienen sólo del narcotráfico sino, también, del contrabando. Y no es que queramos un Estado aduanero ni abstemio en drogas. Por lo menos, el gobierno, debiera de ayudar -no a controlar- a construir un sistema jurídico que impregne toda nuestra sociedad, empezando por el poder judicial. Ya basta de la parafernalia discursiva sobre el pasado y eso de las heridas históricas; los culpables de que muchos se mueran por falta de atención médica o un seguro social, eficiente, gratuito y universal, no es Pizarro y su banda de saqueadores, sino el gobierno y los gobiernos que no supieron llevar adelante políticas económico-sociales y culturales serias. No es posible combatir el narcotráfico, el contrabando, el hambre, el desempleo con programas nimios como entregar canchas de futbol, canchas de básquet, mercaditos y piletitas públicas. Los jinetes y bestias del Apocalipsis están estrangulando al país ¿Va acaso el señor Vicepresidente echarse el fusil al hombro y la k’ulawa para derribar el narcotráfico? A lo sumo con eso alcanzará a desplumar tan sólo patos y pavos para su cena de navidad. Porque políticos avestruces sobran en el nuevo Estado Pluri.



Iván Castro Aruzamen

Teólogo y filósofo

lunes, julio 18, 2011

“Los abismos posibles” : Una lectura de Rocha Monroy





Ramón Rocha Monroy (*)

Tengo una deuda de amistad y cariño con Mauricio Murillo y a ella debo agregar el honor de felicitarlo por su novela “Los abismos posibles” y ponderar su trabajo como uno de los docentes más prestigiosos de las letras bolivianas. Al mismo tiempo, quiero proponerle algunas precisiones y, sobre todo, inquietudes generacionales, a ver si estoy en lo cierto.



Tariq, el personaje de “Los Abismos”, vive en Tánger. Se sabe vagamente que es nieto de un colombiano radicado en esa ciudad de aventureros, contrabandistas y otras gentes baldías. Nada cierto hay en la vida del joven Tariq como no sea su obsesión por el abismo del mar. Todo lo que éste tiene de incierto, de conjetural, de horrendo por desconocido le hace coleccionar mapas antiguos e interesarse por navegantes como Juan de la Cosa o actrices que murieron ahogadas. Naturalmente, busca referencias en Internet y quizá fuentes escritas, que figuran en la novela como notas al pie. Cerca de Tánger está la mítica ciudad de Casablanca, pero el recuerdo de Tariq es cinematográfico y no se parece en nada a la realidad.



Un viajero inglés le cuenta sus aventuras que lo llevaron a convertirse en escritor, pero al final agrega que todo se lo inventó y que, en la realidad, su vida fue de lo más rutinaria. Él le da la clave a Tariq para aproximarse al origen de sus obsesiones: una cámara submarina. Con ella se interna en el mar y filma y luego ve el video. ¿Qué ve? Acaso el Aleph del horror, el horror que tiene su centro en todas partes y su circunferencia en ninguna, lo innombrable que hizo famoso a Lovecraft; la revelación que conmovió a Melville; los ojos desorbitados de Joseph Conrad cuando se posaron en el corazón de las tinieblas. Pero en esta novela todo es incierto, como el abismo del mar, y nunca se sabrá qué vio Tariq. Sólo quedará la incertidumbre, la desubicación, la distopía que crean cientos de espejos enfrentados en éste o cualquier otro abismo, incluido el abismo interior.



Me parece atractiva esa indeterminación. Pienso en la película “Apocalipsis Now” y el viaje interminable del protagonista inspirado en la novela más conocida de Joseph Conrad, y en todo lo que hubiera ganado la película con un poco de indeterminación, que se echa a perder cuando al final descubrimos esa escenografía de opereta donde habla el gran Marlon Brando, que le quita majestad al misterio. Mauricio Murillo no cae en esa tentación.



“Los abismos posibles” carece de un estilo narrativo, menos novelesco; quizá tiene más bien un tonillo de apuntes de bitácora.



No hay un crescendo en la prosa que nos lleve al desenlace; nadie descifra los secretos abisales del fondo del mar; pero el libro nos transmite el horror del abismo y esa es su mayor cualidad.



“Los abismos posibles” es un proyecto literario de despojamiento del estilo, muy al margen de la figura literaria, de la comparación poética, de la frase feliz, de la narrativa estructurada y vigorosa. Sin embargo, consigue sumergirnos en un enigma apenas entrevisto, y en esos abismos no caben más que conjeturas.



Acaso el fondo del mar nos seduce porque viajar hacia él es viajar hacia nuestro propio abismo. Vivimos rodeados de abismos.



La realidad es un abismo. Es tan simultánea, vertiginosa, caótica e inexplicable que de ella sólo rescatamos fragmentos y los depositamos en un magma mental, donde se agitan nuestras pulsiones más íntimas, nuestro abismo personal construido con fragmentos de reflejos de la realidad, donde la razón se complace en sojuzgar con su afán de institutriz que todo lo ordena, descompone y clasifica. Pero apenas afloja su vigilancia, se libera la imaginación, la loca de la casa, y nos permite jugar con los fragmentos de ese magma. Un viaje así, a nosotros mismos, puede ser un viaje sin vuelta; y entonces los seres racionales opinan que hemos perdido la razón, sin que les importe que el viaje nos permita vislumbrar el origen de todos los abismos.



Una observación generacional: los jóvenes de hace cuarenta años vivíamos en un mundo donde todo ocurría, un mundo decidor y elocuente, rotundo en sus héroes, cobarde en sus villanos, vil en sus traidores, un mundo de tortura, muerte y acechanzas pero con puertas que se abrían a la luz. Cuarenta años después, los escritores jóvenes me suenan cada vez más intimistas, se desinteresan de su realidad, se exploran a sí mismos en sus pulsiones y sus obsesiones, no encuentran otras puertas que esas que dan a la oscuridad. Sus referencias son literarias o rescatadas del ciberespacio, viven un desconsuelo y una soledad irredimibles porque, al parecer, se sienten sitiados entre dos abismos: el de la realidad y el de su propio abismo. Son melancólicos, noctámbulos, insomnes, adictos al escape por hiperestesia.



Nada más artificial para ellos que las banderas del amanecer o la revolución u otra causa popular y manida que ya no los interpela porque la sienten huera. No usan nombres alegóricos ni consignas ni símbolos, ni importa con qué elementos construyan esos mundos inciertos. Están aquí para dar cuenta de su mundo interior, que es un mundo desgarrado y sin ilusiones, sin espejismos. No tienen aquí ni ahora. Su lucidez es negra y no luminosa: no descubren nada, no quieren descubrir nada, quieren estarse y transcurrir. Estarse y transcurrir. Son contemporáneos de la humanidad entera y no sólo del Lago Titikaka o del Salar de Uyuni o de la disputa étnica entre cambas y collas. Ellos se mueven con el mismo aplomo aquí que afuera porque en todas partes parecen compartir el mismo desinterés por el abismo de la realidad, y entonces se sumergen en su propio abismo, en una estética de la desdicha que ha tenido también cultores viejos, viejos desinteresados de su realidad, como Borges, por ejemplo.



Hay que reconocer que de ese modo obtienen una ventaja literaria: la de la inseguridad y la conjetura y la cavilación sin fin, ingredientes con los cuales se ha construido la mejor poesía, aunque haya costado una decepción temprana.



¿Cuándo comenzó esto? Lo percibí a fines del pasado siglo cuando un lector joven me confió que le gustaba esa literatura en la cual nada ocurre y en cambio le parecían insulsos mis argumentos, las peripecias de mis personajes. Allí sentí un corte que se va ahondando, con nuevas propuestas de escritores cada vez menos jóvenes, que tienen en común el desarraigo, la desilusión, el escepticismo y el desconsuelo.



Todo esto puede sonar a afirmación; pero, en realidad, es una pregunta.

(*) Escritor cochabambino
y Cronista de la ciudad

domingo, julio 17, 2011

Lluvia de piedra




La novela de Rodrigo Urquiola Flores titulada Lluvia de piedra se publicara en la feria del libro 2011 de La Paz, esta novela fue finalista de el premio nacional de novela 2010 firmada bajo el seudónimo de Don Giovanni. Se trata de una historia onírica de narración dinámica; especie de alegoría a través de la construcción de “la casa” que busca recuperar la identidad del protagonista. En esta obra hay reflexiones existencialistas que se intercalan con momentos de rigor mágico cerrutianos.”

sábado, julio 16, 2011

Tiempo de sirenas : Poemario de Adriana Lanza



“Los dioses abren agujeros negros y gajos en los cerros”, así comienza este libro donde la voz poética hace un recorrido por el cuerpo y los sentidos. Esto implica la apertura a un universo desconocido, así como una nueva forma de conocimiento y comprensión del entorno. La autora rompe con el tiempo para establecer otro, está latente la nostalgia de un pasado remoto que se hace tangible en una nueva realidad.
Se trata entonces de un viaje, de una experiencia; pero también de la metamorfosis de la palabra poética.

viernes, julio 15, 2011

¡Maten a la vieja bruja!




Por Juan Claudio Lechín

Pidió el enardecido pueblo de Ayopaya (Cochabamba, Bolivia) durante el juicio que le hicieron a una anciana de 80 años bajo la modalidad de la “Justicia comunitaria”.

Una de las ofertas electorales de Evo Morales durante su campaña del 2005 fue la de hacer una nueva Constitución. Una vez que subió al gobierno, se realizó con un sello autoritario. Los artículos no se votaron con el 66% de los asambleístas, señalado por ley, sino con la mayoría oficialista, y, dentro de un cuartel, la bancada oficialista aprobó la Carta Magna.

El diseño constitucional, luego se supo, lo hizo la CEPS, una fundación valenciana, dirigida por Viciano Pastor y Rubén Martínez Dalmau, quienes también diseñaron las constituciones de Venezuela y Ecuador. Aunque españoles los arquitectos, la nueva constitución boliviana tiene formas indígeno-originarias como la “Justicia comunitaria”, no regida por las leyes escritas del país y no interpelada por La Corte Suprema ni ningún otro estrado judicial. Se trata de un régimen endógena, oral y sujeto a la tradición de los pueblos indígenas. Varias agencias europeas de cooperación, sobre todo, Suecia y Holanda, necesitadas de cumplir sus agendas de colocación de dinero, financiaron la nueva Constitución y sus detalles. Lo que jamás hubieran permitido en sus países, experimentaron en éste, a ver si jugando a Dios con la miseria y debilidad institucional de pueblos periféricos, descubrían alguna novedad socio-antropológica mientras cumplían sus ensoñaciones hippies de juventud. A quienes llamaron a la sensatez, los consideraron oligarcas heréticos tratando de detener el “proceso de cambio”.

Según el periódico Opinión (zcamacho@opinion.com.bo, 30/06/2011) y la socióloga julietamontaño@hotmail.com, un curandero llegó, en enero, a la comunidad indígena de Ayopaya convocado por los padres de dos muchachos con retraso. En criterio del profesional, una “laiqka” (bruja) los había hechizado. Ubicaron a la anciana de 80 años, le hicieron un tribunal popular, la golpearon, la obligaron a tomar orines de tres hombres, y finalmente se confesó culpable de brujería, mientras el pueblo pedía su quema o entierro en vida. Los magnánimos dirigentes la expulsaron de la comunidad. Ella, ahora, deambula mendigando por la ciudad de Cochabamba, sin familia, sin sus pocas pertenencias y quejándose a quien la quiera escuchar. Los dirigentes de Ayopaya se han enterado y le han prometido una condena mayor, la próxima vez. Este es uno de las muchos crímenes de la “Justicia comunitaria”. Las autoridades nada pueden hacer porque el “juicio comunitario” es legal, es absolutamente constitucional.

¿Son bárbaros estos indígenas? No. También los preclaros alemanes hicieron lo mismo (o peor) con los Volksjustiz, tribunales tradicionales, y Fidel Castro con los Tribunales populares. El poder absoluto en el gobierno es imitado por los poderes más bajos, son complicidades estamentadas de lo peor del ser humano. Los caudillos absolutistas, tarde o temprano, queman cables por exceso de poder y soberbia y con ellos toda su colectividad de apoyo. Por eso y sin lugar a dudas, la ley, aún en instituciones defectuosas, es infinitamente mejor.

Algún día, Bolivia tendrá que asumir su culpa por estos crímenes pero también se deberán señalar a las irresponsables cooperaciones del primero mundo como aláteres e instigadoras.

jueves, julio 14, 2011

REVOLTOSOS Y CURSIS



A los revolucionarios de los sesenta los educaron para cursis. Sus familias eran cursis. El Ché por un lado y Mao por otro o los hermanos Castro, incluido Daniel Ortega, fueron una expresión grotesca de lo cursi; pues, bien sabemos que esos pequeño burgueses, como eran los que se decían revolucionarios, nada más querían parecerse e imitar a la burguesía; la barba, el fusil, sólo fueron excusas. Los chicos de bluyín hablando de la pobreza del país, que cosa más cursi. Así que de revolucionarios como Gandhi o Luther King, nada, su cursilería revolucionaria no pasó de lo revoltoso.

En la Bolivia de Evo Morales y García Linera, hoy por hoy, se ha fraguado lo cursi por arriba y lo indígena popular por abajo. Por arriba, digo el gobierno, se quiere parecer cada vez más a una monarquía y sí pudieran restaurar en nuestro país un pusaj (9) tinsuyo, no dudarían; pero, por abajo, han buscado imitar o hacer parecer algo de socialismo, pero socializando la corrupción y el narcotráfico; aunque esa fascinación que muestran por el socialismo más parece la de un merluzo (borracho).

Un revolucionario reprimido y un obrero o indígena desclasado, son cursis de la peor raigambre. No es acaso cursi el Vice que se pasea por el Palacio Quemado con su abrigo negro muy a lo conde Patula o como no hace mucho acaba de confesar en un programa cursi de Santa Cruz, que va con su novia (o) invisible a pasear por las orillas del lago Titicaca, siguiendo quizá las huellas de Manko Capac y Mama Ocllo; los obreros e indígenas desclasados en el gobierno abundan, no. El señor Surco representa al típico sujeto desclasado, porque el régimen terminó por arrancarle la conciencia de clase y lo queda de él es sólo un cursi de lo más ordinario.

Pero, hay quienes nos salvamos de la cursilería hereditaria y de la educación sentimental de la cursilería. Unos porque leímos a tiempo a los metafísicos ingleses y los poetas malditos de Francia. Otros porque nos dimos cuenta en su momento, que entre el revoltoso cursi y el liberalote épico erótico, no había más diferencia que la del horario, pues, los primeros iban a misa de las siete y los segundos a la de nueve. El revoltoso cursi, el liberal erótico, el indígena desclasado, yo creo que son las capas antropológicas que hemos ido amontonando los bolivianos. Aunque todos hemos tenido un poco de lo uno o de lo otro, incluidos los novelistas, poetas y gamberros (libertino, pendenciero, malhechor). Si bien aprendimos todos a usar los tenedores, todos, niños de ayer y de hoy, nos cubre un manto común: la pobreza y lo cursi. Para no seguir con la cursilería de izquierda y el desclasamiento indígena, que además, han terminado aceptando todos los mitos del mercado, todas las conductas burguesas, todos los mimetismos y todos los vicios, sólo nos queda en este Estado Plurinacional de las cosas, vivir cada uno nuestra propia película todos los días en la calle. O finalmente, recuperar una nueva ola de gamberrismo como medio de protesta social.



Iván Castro Aruzamen

Teólogo y filósofo

miércoles, julio 13, 2011

MONSTRUO DEL ARMARIO , LIBRO DE CAROLINA HOZ DE VILA





El amor es un monstruo. Bestia de dos caras, vampiro trotamundos, es un veneno y a la vez la cura. Carito Hoz de Vila, en 39 poemas de amor y desamor, de engaño y desengaño, con humor negro y verdadero, nos relata una crónica policial del corazón y sus demonios, a lo largo de la historia. "Monstruo del armario" es un tratado medieval sobre la comedia humana y sus relaciones peligrosas. No te la pierdas...Muy Pronto en las librerias de tu barrio.

martes, julio 12, 2011

Entre Angeles y Golpes de Adolfo Cáceres Romero





Esta edición de cuentos está pensada, ordenada y distribuida temáticamente, según las diferentes visiones e interpretaciones de su autor, Adolfo Cáceres Romero.



“Los treintaiúm cuentos de este volumen corresponden a la primera etapa de mi producción (1967/2001); etapa afortunada, desde luego, pues arranca con La Emboscada, que me brindó la satisfacción de ganar el Premio Nacional de Cuento de la Universidad Tecnica de Oruro, en 1967”, señala el autor de esta colección de cuentos en su prólogo.

lunes, julio 11, 2011

“Me gusta la idea de un escritor o escritora bastante casero... el vértigo total no me llama. ” Giovanna Rivero




Cada dos años Centro pedagógico y cultural Simón I. Patiño convoca a escritores bolivianos a encontrarse con su público lector en torno a un eje temático.



Esta es la quinta versión del Foro de Escritores Bolivianos que en esta ocasión reunirá a los autores William Camacho, Gonzalo Lema, Víctor Montoya, Roger Otero, Blanca Elena Paz, Giovanna Rivero y César Verduguez.



Este importante evento se realizará del 20 al 23 de julio, para reflexionar sobre los “Temas y enfoques del cuento boliviano de hoy”.



En el marco de este Foro, los días 22 y 23 se llevará a cabo la Feria del Escritor Boliviano en los Jardines del Centro. Allí más de medio centenar de autores bolivianos pondrán a disposición de los lectores sus libros, sus experiencias y su presencia.



Esta es una entrevista que el crítico Pedro Albornoz le hace a la escritora Giovanna Rivero, una de las invitadas a esta quinta versión del Foro.

– A primera vista, Tukzon se presenta como una colección de cuentos cortos pero la lectura del libro revela que es una novela; lo fragmentario es un técnica recurrente en tu obra (pienso en Las Camaleonas, pero también en cuentos, como Dueños de la Arena). Entonces: ¿Es esto una elección consciente?



– Sí y no. Con Tukzon me pasó que quería narrar los diversos tentáculos de un poder oscuro, pero sentía que si elegía un solo protagonista esa presencia iba a borrar con su especificidad los matices más sutiles del supremo poder. Entonces decidí plantearme el tema como una teleserie, por episodios. Es este concepto el de episodio el que me gusta mucho manejar, porque puedo jugar con tramas menores y construir una trama mayor con hilos casi invisibles.




– ¿Qué posibilidades estéticas y/o narrativas te ofrece, personalmente, este recurso?



– Muchas. La principal consiste en la participación del lector. Trabajando con episodios autónomos pero vinculados por un tema matriz el texto se abre a múltiples lecturas, y esto me entusiasma, me desafía. Además, como sucede con los popurrís musicales, también es posiblesamplear tonos, registros, intensidades y aspirar a la complejidad que tiene la vida misma.




– Varias/os críticas/os entienden Tukzon como una obra de Ciencia Ficción. Personalmente, ¿la concibes así o es que la Ciencia Ficción es una metáfora estructural que apuntala la novela?



Estoy más de acuerdo con lo segundo. Más que Ciencia Ficción a rajatablas, lo que hay es un aura de ciencia ficción, una evocación, un maquillaje. Esta yuxtaposición estética es otro aspecto que me gusta mucho y la Ciencia Ficción permite ese lado lúdico, te da total libertad para crear una sociedad alternativa, distópica.




– ¿Qué opinas acerca de la Muerte del Autor que propone Barthes?



– Fue un punto de inflexión necesario para romper la manera exegética que se tenía de leer, como si el único poseedor de una verdad única fuese el autor-persona. Pero en definitiva prefiero los ajustes que a esa teoría propuso Foucault, que sitúa al autor en la frontera del texto, que habla del autor-función o autor-sujeto, una referencia importante tanto para la crítica como para el lector común a la hora de aproximarse a una obra como un proyecto longitudinal estético e ideológico. Lo que pasa es que el mercado nos confundió al marketear nombres, rostros, edades de autores como aspectos fundamentales de la publicación. Pero la publicación no es la escritura, y Foucault habla de un autor que está presente en el texto, que se diluye en el proceso de la escritura, pero que no ha muerto. Además, aun si escribiera un cuento usando nombres propios, mi nombre propio dentro del texto, no estoy ahí como persona, sino como signo, un signo que adquiere un X valor porque esquizofrécnicamente me refiere afuera del texto, claro, y esa transformación es el juego de la autoría foucaltiana.




– ¿Recuerdas el orden en que escribiste los capítulos de Tukzon?



– Me encanta la pregunta, pero como dicen los oficiales de policía en las series gringas, tengo derecho a guardar silencio. Prefiero que el lector desenrede solito la madeja.




– ¿Con qué criterios se organizó la secuencia de los cuentos que componen Tukzon?



– En el texto que abre Tukzon, la narradora no se halla muy a gusto con que los críticos encuentren críticas, símbolos y metáforas en su obra que ella, como autora, no había pensado. ¿Cómo encaras tú cuando esto ocurre con lo que escribes? ¿Crees que la interpretación lectora debe limitarse a ciertas reglas? ¿Cuáles?



La narradora interna de Tukzon es una mujer que se sabe devota de la literatura menor, una especie de Stephen King a pequeña escala, y por eso reniega del discurso crítico que le atribuye alcances que ella no ambiciona. Al defender su membresía en el club de los escritores kitsch le advierte al lector que el resto es un relato de aventuras. Es un pacto tramposo que el lector puede aceptar o no, y descubrir una posterior transformación hacia, digamos, una novela noir. Ahora, en mi caso, como escritora, las críticas serias a mi obra han sido tan pocas que todas las agradezco, las considero necesarias, la retroalimentación responsable es siempre bienvenida.

– Describe a: Tu lector ideal.



– Un lector curioso, creativo, loco, algo hastiado del realismo puramente denotativo, algo barroco, bastante poeta y casi bipolar, alguien que oscile entre la ternura y la crueldad.

– Tu escritor ideal.



– Me identifico mucho con Virginia Woolf en sus manías, su sociopatía, su honestidad, su rigor. Ella con una maravillosa dosis supervisada de Prozac.



Me gusta la idea de un escritor o escritora bastante casero, que viaje solo lo necesario, el vértigo total no me llama, que tenga pocos pero buenos amigos, una pareja comprensiva, un perro grande, pocas deudas, muchos libros, buena música, unas cuantas recetas infalibles de cocina y que se organice para que el tiempo vital, no el marginal, sea el de la escritura. Un escritor ideal es alguien que escribe en serio y con amor a pesar de todo.




– Tu narración ideal.



– Los cuentos de mi abuela, que tenían efectos especiales: aullido del viento, chirriar de puertas, cabezas voladoras que cortaban el aire, y además el inolvidable sonido de su voz. La narración ideal es la que te absorbe, la que te roba del mundo inmediato, y yo comencé a saberlo con los cuentos de mi abuela.




– ¿Crees que la literatura es una venganza necesaria? Si es así, ¿Cuáles son las gratificaciones que ella conlleva?



– Una venganza del mundo, claro. La ficción es una traición a la realidad y su lógica ecuacional, y en ese sentido es una venganza porque las cosas, los objetos, la imagen de las personas no siempre facilitan ese sentido absoluto, esencial, esa inmanencia a la que el ser humano aspira. Poder crear lo que no existía es una venganza contra la debilidad humana que el cristianismo estableció como impronta. Crear. ¿No es acaso una gran venganza contra la muerte?




– ¿Alguna fuiste confrontada por una persona que sintió que escribiste acerca de ella? Si así fuera, ¿cómo manejaste esta situación?



– Sí. Respeté sus sentimientos porque si pudo reconocerse en el personaje quería decir que probablemente, consciente o no, yo había tomado signos cardinales de su personalidad o su vida, pero no su vida. Y le expliqué eso, que ciertas personas pueden inspirar y ya el proceso creativo se enfoca en determinados aspectos, pero que las personas reales son muchísimo más complejas que un personaje, y que por otra parte, los seres humanos somos tan parecidos que probablemente había alguien más con la misma queja, alguien que yo no conocía.En el papel todos somos mentira.


Fuente de la información : Periodicos Los Tiempos,Cochabamba

domingo, julio 10, 2011

Escritora boliviana Gaby Vallejo gana importante premio literario






“Este año se ha determinado unánimemente que usted sea la ganadora del premio del Instituto Literario y Cultural Hispánico (ILCH) 2011por sus múltiples contribuciones a la literatura boliviana e hispanoamericana”.



Con esa frase, Juana Alcira Arancibia —Presidenta-Fundadora del I.L.C.H. y Directora-Editora de ALBA DE AMERICA— anunció el pasado 25 de mayo a la profesora boliviana Gaby Vallejo Canedo que su trayectoria como educadora, narradora y ensayista durante más de 30 años ha sido reconocida, una vez más a nivel internacional.



Escritores como Enrique Anderson Imbert, Luisa Valenzuela, Alfredo Bryce Echenique, Rima de Vallbona, Mario Benedetti, Ester de Izaguirre, Marcela del Río, Augusto Roa Bastos y Ernesto Sábato, recibieron con anterioridad este mismo reconocimiento.



La entrega del premio se realizará durante el XXXVI Simposio Internacional de Literatura que organiza el ILCH y que se llevará a cabo en Asunción, Paraguay del 8 al 14 de agosto del año en curso.



Cada año el Instituto Literario y Cultural Hispánico con sede en California, Estados Unidos entrega su máxima distinción, el premio ILCH, a escritores y poetas cuya obra literaria haya impactado nuestras letras.

Fuente de la información : "Los Tiempos,Cochabamba"

sábado, julio 09, 2011

PROGRAMA V FORO DE ESCRITORES BOLIVIANOS 2011


Esta es la quinta versión del Foro de Escritores Bolivianos que en esta ocasión reunirá a los autores William Camacho, Gonzalo Lema, Víctor Montoya, Roger Otero, Blanca Elena Paz, Giovanna Rivero y César Verduguez

MIERCOLES 20 DE JULIO

SALON PRINCIPAL

19:00 INAUGURACIÓN
19:30 Víctor Montoya “Los cuentos de un escritor repatriado”
20:15 Roger Otero Lorent “¿Quién mató al mayordomo?”



JUEVES 21 DE JULIO
JARDINES CENTRO PATIÑO


10:30 “MI CUENTO PREFERIDO”
Participan los invitados al Quinto Foro de Escritores Bolivianos


SALON PRINCIPAL



19:00 William Camacho “ El Humor en el cuento boliviano”
19:45 Blanca Elena Paz “¿Nuevos temas para el cuento?”
20:30 Gonzalo Lema “La verdad a prueba de balas”




VIERNES 22 DE JULIO
JARDINES DEL PALACIO




11:30 INAUGURACIÓN FERIA DEL ESCRITOR BOLIVIANO (Con invitación)
14:00 Apertura de la Feria a todo el público

18:00 Cierre Stands



SALON PRINCIPAL



19:00 César Verduguez “La globalización del cuento en Bolivia”
19:45 Giovanna Rivero “Gastar la juventud: Nuevo flanerismo en la cuentística joven boliviana”


SABADO 23 DE JULIO
JARDINES CENTRO PATIÑO

10:00 – 17:30 Feria del escritor Boliviano


TEATRO AL AIRE LIBRE
PRESENTACIONES DE LIBROS
10:30 César Verduguez
11:00 Víctor Montoya
11:30 Mariano Baptista Gumucio
12:00 Giovanna Rivero
12:30 Clausura del V Foro de Escritores
17:30 Cierre de Stands FERIA DEL ESCRITOR BOLIVIANO

viernes, julio 08, 2011

Emundo Paz Soldán: “Estados Unidos ha demonizado al inmigrante latino”







Por: Sergio de la Zerda | 12/06/2011


La cada vez más “pesadilla americana” que viven los migrantes latinos en Estados Unidos, y la paranoia norteamericana frente a los extranjeros, es retratada de manera intensa y en varias de sus facetas en Norte, la reciente novela del destacado escritor Edmundo Paz Soldán (Cochabamba, 1967).

De la mano de la prestigiosa editorial internacional Random House Mondadori (para Bolivia en un trabajo conjunto con Nuevo Milenio), la obra, dada a conocer ayer en Santa Cruz y ya en las librerías del país, será presentada este miércoles 15 de junio a las 19.30 horas, en el hotel Cochabamba.

Los mundos cruzados de tres migrantes son la base de la historia confeccionada en buena medida a partir hechos reales, y ambientada en México y Estados Unidos, a lo largo de varias décadas del siglo pasado y de la primera del actual.

Las vidas de Jesús, un adolescente obsesionado por su hermana que se transforma en un asesino serial de los más buscados por el FBI; Martín, un indocumentado que desde el manicomio será uno de los más renombrados artistas plásticos; y Michelle, guionista de cómic atrapada en una tortuosa relación con un docente universitario, son entrelazadas y narradas vertiginosamente por el literato boliviano, profesor de Literatura Latinoamericana en la Universidad de Cornell (Nueva York).

Violencia extrema, racismo, corrupción, desamor y locura forman parte del relato, un éxito de ventas en España, que ha obtenido además reseñas positivas como la del reciente ganador del Premio Internacional Alfaguara 2011, Juan Gabriel Vásquez: “Es una grandísima novela, un rascacielos de nuestra generación”.

Paz Soldán, de quien el mismísimo Nobel Mario Vargas Llosa ha dicho: “Una de las voces más creativas de la actual literatura latinoamericana”, reconfirma con su nuevo trabajo su nombre como sinónimo de literatura boliviana en el mundo.

La RAMONA dialogó con el autor de Río Fugitivo (1998) y Los vivos y los muertos (2009), entre otros libros, acerca de Norte, la migración y sus nuevos proyectos.

-Sus tres últimas novelas, Palacio Quemado, Los vivos y los muertos y Norte, bien podrían haber sido de no ficción de principio a fin. ¿Por qué en el caso de Norte no se animó del todo al género?

La investigación me ayuda a situar a los personajes, pero a partir de esa investigación me interesa mucho la posibilidad de fabular la psicología de los personajes. Con la no ficción de principio a fin me sentiría atado tratando de ser fiel a unos personajes y situaciones; yo prefiero inventar con conocimiento de causa.

-Se indica que Jesús, el psicópata de la nueva historia, reflexiona así: “Podía decirse que entendía algo de cómo funcionaba el país detrás de la línea. Era un gigante tosco, desamañado. Como todos los gigantes, tenía vulnerabilidades”. ¿Cuáles cree usted que son las principales debilidades de la sociedad estadounidense?

Su concepto protestante del trabajo hace que les sea difícil tener una visión equilibrada de la vida. También es un país demasiado confiado en su propio poder. Además de eso, todavía cree mucho en el mito del “crisol de razas”, lo que hace que desconfíe, por ejemplo, de unos inmigrantes como los latinos, que quieren aprender inglés pero también seguir hablando español.

-Su anterior novela, Los vivos y los muertos, se enfoca también en la violencia, aunque protagonizada por anglosajones nacidos allí y no por migrantes. ¿Es Norte la contracara de un país en el que el crimen es síntoma de decadencia?

No sé si el crimen es síntoma de decadencia en los Estados Unidos. Lo que me impacta es la forma en que la violencia es parte de la cotidianeidad de la sociedad norteamericana. Es un país de frontera, un país fundado en la violencia, en el que el derecho del ciudadano a portar armas está establecido en la Constitución. Mis últimas dos novelas querían rastrear, desde diferentes perspectivas, las raíces de esa violencia cotidiana. En ese sentido, ni Los vivos y los muertos ni Norte son contracara; son más bien la cara de los Estados Unidos.

-Norte plantea una visión muy desangelada de la migración. Sin embargo, en una entrevista de El País de España dijo que no quiso plantear un tratado sociológico sobre el tema y que prefirió dejar a los personajes en sus apreciaciones cotidianas. ¿Cuál entonces su perspectiva sobre esta problemática?

Estados Unidos se enfrenta a una gran disyuntiva. Es un país de inmigrantes que ha demonizado al inmigrante latino. A la vez, lo necesita, necesita su mano de obra y su poder económico. Se enfrenta a la contradicción de tener que ir contra sus principios que ha acogido todo tipo de inmigraciones. Por eso es que el tema de la inmigración no lo quiere tocar ningún político; ningún resultado contenta a nadie. De modo que las cosas seguirán así por un buen tiempo: sin solución.

-Los principales personajes de Norte, Michelle, Martín y Jesús, apelan al dibujo como forma de expresión, con mayor o menor énfasis. ¿Considera que es una característica del migrante latinoamericano, ante su falta de arraigo con la lengua extranjera?

No creo que sea una característica. La novela dialoga con las artes visuales, de hecho uno de los temas subterráneos es la forma en que la escritura entra en tensión con la cultura de la imagen a la hora de narrar. A ratos parecería que la escritura no es suficiente y que hay una pulsión que nos lleva a buscar otros medios de narrar hoy, más visuales. Yo confío, sin embargo, en las posibilidades de la escritura, en la necesidad de dialogar creativamente con otros medios.

-A su vez, los personajes comparten prisiones temporales: la cárcel, el manicomio, la academia. ¿El autoproclamado país de la libertad tiene siempre presidios reservados para sus residentes ilegales?

No sólo para los ilegales. Para que exista una cultura de la libertad tiene que haber una cultura del confinamiento. Eso es lo que se suele olvidar de los Estados Unidos.

-Ha anunciado que trabaja en una novela de ciencia ficción sobre las guerras de Afganistán e Irak. ¿Podría ser su primera en inglés? ¿Por qué no le interesa todavía escribir en este idioma, pese al éxito ya conseguido en español?

No me interesa escribir en inglés. Me siento más seguro escribiendo en español, creo que mi español tiene muchos más matices que mi inglés, y a la hora de escribir ficción lo que importa sobre todo el matiz.

-¿El haber sido publicado por una editorial como la prestigiosa Random House Mondadori le da un plus a su trabajo? ¿Cree usted que de no haber salido de Bolivia hubiera alcanzado triunfos literarios?

Toda editorial tiene un público diferente y yo me siento contento de estar en Mondadori, pero también me siento contento de estar en editoriales más pequeñas, como Nuevo Milenio en Bolivia o Estruendomudo en el Perú. En cuanto a la otra parte de la pregunta, la verdad que no lo sé.

domingo, julio 03, 2011

MAGNÍFICAS Y MISES, DESECHABLES



Desde que Pablo Manzoni (Pablo Mamani en aymará) con la mochila al hombro, se le ocurrió eso de las magnificas y a la señora Gloria Limpias (muy seguros no estamos de su pristino apellido), los concursos de belleza para mises de todo y de nada, los bolivianos, no hemos dejado de tener chicas para consumir, para anunciar, para mirar, para criticar (como fue el caso de la Piñeiro y los añitos que se rebajó para ganar el mis Bolivia 2010). Tenemos chicas para colgarlas en un almanaque, para enseñar sus dotes, para corromper a políticos y empresarios. Tenemos ya las chicas necesarias para el siglo, para todo el año, para el mes, para la semana, para el día. Pero, menos mal que existen quienes no caen encandilados por esa farsa mercantil, de las magnificas y mises, luciendo sus magníficos troncos. María Galindo, la versión femenina de Bukosky, les ha dado dura pelea a los magnates de la belleza plástica (incluida la cirugía) en Bolivia: el señor Manzoni y la señora Limpias.

Eso de la aceleración postmoderna ofrecida en los concursos, ya va siendo cada vez más una tontería; nada más consiste en hacer creer a las niñas ingenuas, que pueden cambiar de ropa interior tres o cuatro veces cada día; de coche tres veces cada dos años y de hombre una vez cada fin de semana, por supuesto, dependiendo del pavo. Claro, y lo más aberrante es que les hacen creer a las pobres que debemos cambiar de presidente cada 20 o 30 años.

Bueno, visualmente uno cambia de apetencias (chicas) a cada rato. Pero eso del negocio de la belleza está de buen tamaño. Y claro, como en Bolivia ya somos muy modernos, nos damos cuenta muy rápido de las diferencias en las chicas mercancía de un año a otro. Las magníficas y candidatas a mises del año pasado, eran un poco más domésticas; las de este año, como que las quieren hacer ver un poquito unas duquesitas, pobres pero progres, como si sus madres les hubieran bordado en los pañales una corona. Así, los eventos de belleza terminan siendo un festín de merluzas, una aglomeración para los ambiciosos, cuando la gran ambición que deberíamos tener los bolivianos debería ser la libertad.

Qué bien has dicho María G., que la liberación femenina, no pasa por un modelo nuevo de auto, un peinado carísimo, un vestido de lentejuelas, un contrato fotográfico para un almanaque o la imagen de una empresa o una portada para un desnudo, ni tampoco la chequera de algún sadomasoquista magnate. Pablo Manzoni y Gloria Limpias hacen chicas para echarlas al basurero, como esas toallas higiénicas que anuncian en la tele. Pablo Manzoni y Promociones Gloria, sólo le ponen precio a la belleza boliviana, en pocas palabras, promocionan rosas para que caigan en el wisky, la droga, la liposucción, la carnicería plástica o una aventura nocturna bien recompensada. A ver qué hacemos con tantas magníficas y mises, desechables y una democracia aparente.



Iván Castro Aruzamen

Teólogo y filósofo
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