domingo, noviembre 30, 2008

LOS DESTAMAYADOS






Reproducimos el prólogo, firmado por el consejo editorial de Yerba Mala Cartonera, del texto que recoge algunos de los cuentos enviados al Premio Nacional Franz Tamayo, recientemente declarado desierto.

La Editorial Yerba Mala Cartonera, sin limitarse a publicaciones que apuesten por la innovación literaria (estética o temática), y al apoyo (mutuo) de artistas con vasta trayectoria, hoy decide lanzar esta obra narrativa por diversos motivos.

Entre ellos y el principal: no descartamos que dentro de estos relatos se encuentren potenciales grandes creadores —el tiempo lo dirá—, así como osadas propuestas literarias. Nuestro lugar nos impide lanzar cualquier juicio de valor (aquello le ocupa a cada lector desprendido), aunque entre líneas cuestionemos directa y abiertamente el concurso literario del que se desprenden.

Por otra parte, no creemos que los concursos sean un parámetro válido para el aprecio del arte, aunque sí, —es deber admitirlo— son uno de los muchos mecanismos que instituciones, estados u otros órganos oficiales utilizan para el fomento del mismo.

El certamen literario Franz Tamayo (cuyo respetable recorrido no hace falta validar) ha cometido, creemos, el mal tino de perder uno de los fundamentos básicos en esta versión 2008: la falta de respeto, el “des echar” a los participantes quienes, desde el inicio al final, son quienes hacen posible tal.

Que nadie obliga a enviar un cuento a un concurso, cierto, que dentro de las bases cabe la posibilidad de que se desertifique, cierto; que los organizadores fallaron al lanzar calificativos innecesarios, más cierto aún.

La voz del jurado que, luego de haber declarado desierto el premio, califica a los cuentos como “bodrios” o “fáciles” no hace más que poner en claro la histérica y atomizada situación de la escena literaria en Bolivia, donde existe la confianza de hablar de un asunto (si no serio, por lo menos interesante) en un tono coloquial, tal como se hace en las calles y con las mismas jerarquías.

La importancia de este tipo de competencias (tal cual todo deporte) pasa por que el arbitraje seleccionado esté a la altura de las circunstancias y que, de no agradarle el juego, concluya la partida sin la penosa necesidad de caer en juicios de valor (siempre subjetivos) hacia el esfuerzo de los ocasionales deportistas.

No creemos que ganar o perder un certamen artístico (siempre con cierto elemento de azar) sea asunto de perder el sueño. Sí lo es caer en ofensas innecesarias que, tal vez, de no ser pronunciadas, ahorrarían hechos —casi obligados— de reclamo o disentimiento como pasó en esta ocasión. El deseo no es señalar sin causa ni razón al concurso, sino impulsar su crecimiento mediante el apunte de zonas mejorables.

Así hablando, esta iniciativa no nace por un interés figurativo ni mucho menos comercial; por el contrario, se efectúa como un acto de representación.

Durante estos pocos días, vía correo y de viva voz, la editorial ha recibido sugerencias (no siempre constructivas), críticas y apoyo de quienes han decidido no quedar en aquel lugar invisible de “ni ganadores ni perdedores”, y que, simplemente, no han sido tomados en cuenta, quedando en un sitio marginal (no encontramos otra palabra) y que han estado aún más lejos de los “menos malos”, a quienes se han dignado recomendar los calificadores, luego de “riguroso proceso de edición”. (Habrá que ver si los “menos malos” desean tal publicación o les provoca alegría siquiera.)

Así des marginamos estos trabajos, directo hacia el centro del asunto, para que sean leídos, destruidos o disfrutados por el público.

Para finalizar, lo que hoy hacemos mediante este libro es destripar el asunto para evidenciar de qué estamos hablando, mostrar el estado real de lo que se ha calificado y si en verdad ha merecido el trato recibido. No creemos que ningún trabajo lo merezca.

Por eso, no existe ningún proceso de edición, ni riguroso ni facilón (por otra parte, como editorial debemos dejar en claro que toda edición siempre es rigurosa). Y ponemos a su alcance los trabajos tal cual llegaron a los jurados y, si bien no conforman la totalidad de las más de cien obras des echadas, son una buena muestra (también azarosa) del cuerpo mayor al que hacemos referencia.

Son, en suma, des Tamayados (no por referencia al égloga paceño, que quizá a alguno le guste), sino porque han sido des alojados del concurso (ninguno forma parte de los finales-finalistas), además des calificados, porque ni siquiera han llegado al rango de calificables y, como no podría ser de otra manera, des pojados del trofeo monetario que, suponemos, es también otro motivo de la existencia de estos trabajos.

Les presentamos: no a los ganadores, tampoco a los perdedores, y si cayéramos en la terminología del jurado, literalmente serían los “más malos”.

Nada de eso, hoy ponemos ante su vista a quienes han confiado en nuestro trabajo de difusión, los menos: malos o no malos, a los desapegados, los desconfiados, los des tamayados.



Fuente :(Revista cultural FONDO NEGRO,Periodico La Prensa)

martes, noviembre 25, 2008

EL JARDÍN DE NORA





Texto :Claudia Michel ,(Escritora de la Generación Yerba X)

Sostiene nuestro buen amigo Malevo que esa idea de trascender con la literatura propia es puro cuento, en un lenguaje mucho más apropiado, colorido, porteño, subversivo, muy bien sazonado, por supuesto. Pero dijo eso, literalmente recuerdo “yo quiero tomarme un café con vos no con los que escribes, si te mueres ya está”… supongo que tiene razón, en cierta medida lo que escribimos es ficción, una mentira, no somos eso, al menos no totalmente.

Creamos otro, aunque hecho por nosotros, no es ni nuestro, no nos pertenece desde que llega a manos de un lector Es más allá de su origen. Sin embargo es tal vez la única forma de acercarnos a aquellos que no están.

Jamás vi en persona a Blanca Wiethüchter, mucho escuhé de ella y leí poco. Regalé un libro que después de dar una vuelta a Tiwanaku terminó volviendo a mis manos, sin llegar al destinatario, supongo que estaba escrito, así debía de ser.

Leí El jardín de Nora, un de las pocas obras de narrativa de B. Wiethüchter cuando terminé la última palabra con el último bocado de mi sándwich, inmediatamente vino a mi cabeza la foto que vi de ella, con el pelo alborotado, la mirada algo dura y el cigarrillo en la mano.

El relato tiene por protagonista a Nora quien ha dedicado sus días a su jardín, único motor de su vida quizá el verdadero personaje principal del relato. Nora que tiene 10 hijos con Franz, todos mudos viviendo fuera de la casa, lejos del jardín, para no estropearlo.

Estos extraños hechos ligados a la aparición de huecos en el jardín de Nora, huecos mortales que se tragan sus preciadas plantas y las desaparecen. Mientras lo hijos e hijas crecen solo bajo el cuidado de una profesora, el jardín cae en desgracia, enloquecida Nora acude a las sabiduría andina para que le curen la maldición, el milagro se hace, la celebración es inminente Nora convoca a los desterrados hijos a la celebración. Ellos finalmente hablan y sus voces hacen el verdadero hueco, la oquedad del abismo.

Pero antes de todo esto Franz y Nora miran un cuadro Adan y Eva de Rafael, preciosa pintura en la que la simetría, composición y armonía son perfectas a no ser por la serpiente que enrocándose por el tronco tiene por cabeza la cara perfecta de una criatura. Es un niño el que destruye la armonía, rompe el idilio, expulsa del paraíso.

Debo admitir que disfruto de las lecturas cuya digestión es lenta, requiere de mucho tiempo y paciencia, tal vez yo misma tenga algo de reptil.

domingo, noviembre 23, 2008

Eric Reyes Villa Bacigalupi y su novela policiaca llamada Angeline


Sin pretender ofrecernos una novela psicológica, Eric Reyes Villa aborda-utilizando como excusa al narcotráfico- la naturaleza de aquellas personas que se sorprenden a sí mismas con sus reacciones estando al límite del abismo, reacciones que tendrán lugar en fracción de segundos, segundos que cambiarán sus vidas. Angeline nos narra la historia de una mujer que ve trastocados sus valores y asiste al hecho como una expectadora-sin cuestionamientos, sin márgenes de duda, sin remordimientos- ajena a la bomba d etiempo que ella misma se encarga de armar.
Un desmontaje de la forma de operar del tráfico de drogas, el lavado de dinero, del lujo sin límites ni escrúpulos refleja la novela, pero eso es sólo un aparte, pues Reyes Villa nos abre la mirada hacia el otro frente, aquél para el cual el narcotráfico es el medio-necesario sí- para lograr los recursos que permitan alcanzar sus propios fines, ajenos éstos al derroche y la ostentanción.
Cierto que las páginas y la historia nos llevan a preguntarnos cuales son los límites-si es que existen- para justificar determinados actos. Cierto que lo novelesco supera a lo literario, pero sierto también que cuando se cuenta una vida no hace falta otra cosa para contarla." Ariel Mustafá Rivera
(De la contratapa)

Fuente (Bolivia Cultural)

jueves, noviembre 20, 2008

Baleista,Science- fiction novel de Ernesto O. Roca Urioste





El concejal Golan Trevize, el historiador Janov Pelorat y Bliss del planeta "Gaia", luego de ser atraidos por Daneel Olivaw (el robot mayordomo que ha regido toda la galaxia por veinte mil años) para dejar a Fallom (el solariano hermafrodita), deciden continuar sus aventuras y visitan el planeta "Baleista" donde inesperadamente logran descubrir el gran secreto de Elijah Baley, el iniciador de los viajes interestelares. Trevize se enamora de una hermosa muchacha de Baleista, para luego descubrir que con su relación está creando la unión entre las más grandes fuentes de conciencia de toda la galaxia, y con eso, una aceleración en la conformación del super organismo interestelar "Galaxia". Esta obra es una libre continuación a la novela "Fundación y Tierra" escrita por el afamado escritor Isaac Asimov en la saga de "La Fundación", como homenaje póstumo.


Fuente : (Editorial LULU)
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